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vendredi 24 avril 2015

Hoy el reto es que no tengas miedo al fuego

Año del Señor 2015
Lerma, 25 de Abril

Hola, buenos días, hoy Inés nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 

LA CERA BLANDA

Otra de las ocupaciones de las sacristanas al acabar cada celebración es "arreglar las velas". Es muy importante, sí, por varias razones: aparte de prolongar su duración, también mantienen su calidad y dignidad. 

Cuando las velas del altar (que son de las que iluminan mucho, pero que no se pueden dejar encendidas más de una hora) terminan su función, por todo el tiempo que han estado prendidas tienen la cera blanda, incluso líquida, la mecha de cada vela se hace grande y produce humo, que afecta a las gargantas... etc. 

Es una sucesión de efectos del propio desgaste de las velas, al que las sacristanas ponemos remedio: soplar con cuidado la vela para que la cera no salte al mantel y, acto seguido, vamos recogiendo con el dedo o una navajita lo que aún está sólido pero blandito, y lo empujamos hacia el centro para volver a cubrir la mecha de cera. Y ya está lisa y dispuesta para ser encendida en la próxima celebración. 

Sin embargo, en Pascua, arreglar el Cirio es un "ritual" constante que deseo aprovechar: sacarlo despacito para no regarte de cera, llevarlo con cuidado a la sacristía. Allí se recorta el borde y se pone junto a la mecha. ¡Queda como nuevo! 

Estos días sobre todo he hecho conciencia de que, cada paseo con él en las manos, es acercamiento a Cristo Resucitado. Al llevarlo con reverencia y cariño, voy reviviendo la obra que hace el Señor con nosotros. Él, la columna de fuego sólida y firme, está ofreciéndonos la Vida, iluminando y calentando nuestro corazón, cantando en cada Aleluya que nos ama, que aparta de nosotros todo dolor, pecado y muerte si se lo entregamos, si nos acercamos a su Fuego, porque, junto a Él, nuestra cera se pone blandita y moldeable. Así nos puede restaurar, dejarnos como nuevos para reemprender el Camino de la Vida en la Luz y la Paz. 

Por eso, hoy el reto es que no tengas miedo al fuego, ni a la navaja, ni a la sacristana que te retoca; acércate a Cristo Resucitado y goza en plenitud la Vida nueva. Lo comunicarás sin darte cuenta ya por el hecho de vivirlo.     

VIVE DE CRISTO

©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)

Prohibido cualquier reproducción para uso comercial. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación.

¡Qué vergüenza, Goytisolo, qué vergüenza!

 
 
            125.000 euros, 125.000 euros del ala, 21 millones de las antiguas pesetas… Habría sido un gesto grande expresar una incompatibilidad existencial para recibir tan aburguesada prebenda, la verdad. Ahora bien, pa lo que ha hecho Vd., Sr. Goytisolo, mejor se había plegado al burgués ceremonial, había doblado el espinazo ante el asqueroso parné, nos había regalado una galante sonrisita a los españoles, y se había vuelto pa Marruecos la mar de contento a seguir disfrutando de los precios baratos y de su vida de “burgués exótico” en el país de la morería, más aún ahora, con sus 125.000 euritos bajo el brazo.
 
            Ayer, Sr. Goytisolo, se ha presentado Vd. hecho un verdadero mamarracho ante las máximas autoridades que nos representan a todos los españoles, -de cuyo bolsillo, por cierto, ha salido el dinero que ahora se lleva Vd.-, cepillándose todas las normas del protocolo y del buen gusto que ellos, sin embargo, sí respetaron por Vd.. Dígame Vd., Sr. Goytisolo: y si un buen día la Academia Sueca le otorga el Premio Nobel –no se preocupe, no va a ocurrir, es sólo un poner- ¿también va a ir Vd. con la corbatita verde y la espantosa chaquetita que llevaba ayer? ¿O va a hacer Vd. como Almodóvar, que después de todo lo que pió contra la Guerra de Irak en España, cuando le dan el óscar y se le presenta la oportunidad de su vida de mentarle la madre a Bush en su propia casa… ¡va y se lo hace en los pantalones y no dice ni pío!?
 
            Entre lo poco que nos dijo en el minidiscurso con el que obsequió a la audiencia en una nueva demostración del asco que le merecían todas las personas allí congregadas para hacerle entrega a Vd. de un cheque de 125.000 euros, no dejó de hacernos conocer su disgusto con la búsqueda de los restos del genio: debe de ser Vd., Sr. Goytisolo, de los partidarios de la fórmula que en este país de envidiosos los españoles pequeños (como Vd.) recetan a los españoles grandes (como aquél bajo cuyo nombre lo premiaban ayer a Vd.): mucho anonimato, mucho olvido, entierros en fosas comunes: ¿un panteón de hombres ilustres españoles? ¡Qué horterada, por Dios!
 
            En los pocos minutos que dedicó a su audiencia, tampoco le faltó tiempo para atribuir el supuesto alto coste de la inversión (de buscar los restos del genio) a oscuros intereses del lobby turístico… ¿se ha preguntado Vd., Sr. Goytisolo, cuanto padres de la patria habría que desenterrar en la capital para que algunos de los pequeños hosteleros madrileños de los que hablaba ayer consiga los 125.000 euros que se ha levantado Vd. ayer de una tacada? Y otra cosa, mientras lo hacen, ¿sabe Vd. a cuántas personas han dado trabajo esos pequeños empresarios de los citados lobbies? ¿A cuántos da trabajo Vd., Sr. Goytisolo?
 
            Habló, y mucho, de desahuciados, de parados, de desamparados… Ahora tiene Vd. 125.000 euritos divinos con los que puede solucionar el problema de tantos y tantos de ellos… Mire, puede Vd. incluso donarlos a Cáritas, si lo desea. O a otra ONG más moderna, progresista y digna de un donante como Vd.. No deje de pedirle, eso sí, asesoría a su ínclita compañera de letras y de militancia, Lucía Etxebarría, sagaz descubridora, en su día, del excelente negocio que hacia Amancio Ortega entregando más de 3.000 millones de pelas a Cáritas a base de desgravar y desgravar impuestos… ¡¡¡parece que nada menos que 400 o 500 de los tres mil!!!
 
            En algo de cuanto dijo ayer sí estoy de acuerdo con Vd., Sr. Goytisolo: los españoles estamos cansados, estamos hartos, de la Casta, de los pelotazos, de los vagos presumidos… pero estamos hartos también, de los “rojos de día y burgueses de noche”, estamos hartos de anabelenos, bardemitos y goytisoletes, todo el día con el careto puesto, todo el día cabreados, todo el día impartiendo lecciones, todo el día pavoneándose de lo estupendos y modernos que ellos son.
 
            Muchos españoles lo han conocido a Vd. ayer, porque antes no habían ni oído hablar de su persona. Pues bien, se ha hecho Vd. flaco favor: con lo que les ha enseñado ayer no ha demostrado Vd. sensibilidad alguna, no ha demostrado ninguna solidaridad, no ha demostrado ninguna virtud… Apenas ha demostrado ser un tío muy desagradable y un mal educado, una terrible falta de tablas preocupante en una persona de su proyección mediática, una carencia total de buen gusto, mucha hipocresía, mucha incoherencia y mucha demagogia.
 
            Si no le gustaba a Vd. el Cervantes, como declaró en 2001, haberlo rechazado. Habría quedado como un señor. Pero el numerito de ayer, Sr. Goytisolo, para recoger el cheque de 125.000 euros sin dejar de demostrarnos a todos los españoles (que se lo hemos pagado) el mucho asco que le damos, no cuela: ha estado colando hasta ahora, que los españoles somos así de idiotas, pero ha equivocado Vd. el tempo… y ya no cuela.
 
            ¿Tan bien pagados están los autores españoles que había que recurrir a uno como Vd. para que se dignara recoger el chequecito?
 
            Que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos. Mañana seguimos por aquí.
 
 
            ©L.A.
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Santa Franca de Visalta. Abogada contra las pesadillas.

Santa Franca de Visalta, virgen, abadesa cisterciense. 25 y 26 de abril, y último domingo de agosto (en Montelana).

Franca nació entre 1170 y 117, en Piacenza, posiblemente en el seno de una familia noble, pues a los 7 años sus padres la confiaron al monasterio de las benedictinas de San Siro de Piacenza, para su educación. Latín, Historia Sagrada, música, labores, etc., formaron parte de su formación, como de todas las niñas que podían recibir educación en el siglo XII. A los 14 ó 15 años tomó el hábito benedictino en el mismo monasterio, dedicándose a una vida de piedad y estudio.

Pronto se sintió atraída hacia la obra de San Bernardo de Claraval (20 de agosto) y su reforma de Císter, principalmente por la sobriedad de la liturgia y la austeridad del arte cisterciense. La decoración de su monasterio, llena de monstruos, figuras mitológicas, escenas frívolas y símbolos extraídos del paganismo le eran como "espinas en sus ojos (...), y no le dejaban hallar la paz (...), ni conciliar el sueño" (Storia di una monaca: Santa Franca di Piacenza).

A los 33 años fue nombrada abadesa, y comenzó la reforma de la vida monástica, acercándola al ideal primitivo de San Benito, según la corriente de Císter: estudio de la Sagrada Escritura, los Padres de la Iglesia, la oración, el silencio y la sobriedad de vida. Esto le valió muchas opocisiones del clero y la nobleza de Piacenza, así como de una facción de las monjas, que le hicieron la vida imposible, hasta que la intervención de San Fulco Scotti (26 de octubre), canónigo regular de Santa Eufemia y luego obispo en Lombardía, puso paz en el monasterio, como primer paso al reestablecimiento de la vida regular.

En 1206, Franca medió y puso paz entre el papa Inocencio III y la ciudad de Piacenza (asuntos político-económicos, como siempre), lo que le atrajo simpatías y reconocimiento por parte de muchos de sus detractores. Sin embargo, los aires de reforma no calaron ni entre las monjas que la defendían y unos años más tarde fue depuesta como abadesa.

En 1214, movida por su aspiración de reforma, comprendió que no podría renovar el monasterio benedictino, sino que debía fundar uno ya perteneciente al Císter completamente, con las monjas que le fueran fieles. Así que, gracias a los padres de su mas fiel monja, Carencia, que donaron las tierras y dinero, fundó un monasterio en Montelana, luego trasladado a Pittolo. La leyenda dice que pasaba noches enteras en en el coro del monasterio, orando, lo que fue debilitando su salud. Ante esto, las monjas escondieron la llave del coro, pero Franca atravesaba la puerta para acudir a su cita con el Señor. Fue abadesa hasta su muerte, el 25 de abril de 1218.

Su cuerpo fue puesto en veneración pública desde el inicio, y ella venerada como santa, aunque nunca ha sido beatificada ni canonizada, sino que el Beato Gregorio X (10 de enero), natural de Piacenza, lo permitió extraoficialmente. El cuerpo, salvado varias veces de expropiaciones y peligros, descansa en el monasterio de San Raimundo, de las benedictinas de Piacenza. Antes de esto, y para que se diera el culto adecuado a sus reliquias, Franca se le apareció al Abad Columba, con dos monjas, a las que Franca identificó como "Santa Ifigenia, la hija del rey Agripa (?), que fue velada por las manos del apóstol Mateo" y "Santa Cirila, hija del emperador romano, cuyo nombre es Decio, que causó la muerte de muchos de los santos de Cristo".

Se le invoca contra las pesadillas y los problemas oculares. Y la razón está en el texto citado antes.

Fuente:
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Se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes

Evangelio según san Marcos 16, 15-20En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo:
-«ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»

Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.

Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Señor Jesús, también hoy nos invitas a proclamar el Evangelio a toda la creación. Así lo hicieron tus discípulos y podremos hacerlo nosotros si nos fiamos de tu Palabra, como también hacer signos y señales en tu nombre. ¿Será nuestra falta de fe, o de humildad la que nos impide ver tus signos?

Reza por un sacerdote concreto

 Este domingo celebramos la fiesta de El Buen Pastor.  El es el modelo para todo sacerdote. No debemos dejar pasar esta ocasión para pensar en los sacerdotes y rezar por ellos, por nosotros. Esta iniciativa de un grupo de personas de rezar POR UN SACERDOTE CONCRETO puede hacer mucho bien. Invito al lector a que piense en un sacerdote concreto y rece por él, y haga rezar por otros. Cuento con la oración de ti, lector amigo

 

¿Qué es un sacerdote?

Un sacerdote es un hombre, llamado por Dios, que lo ha dejado todo para salvar a gente como tú y como yo.

Conscientes de la soledad en la que hemos abandonando a muchos de nuestros sacerdotes y el sobrepeso de trabajo que soportan muchos de ellos, “Yo rezo por un sacerdote” propone especialmente a los niños y jóvenes, que elijan a un sacerdote y se comprometan a rezar, con el corazón, por él cada día durante un año.

Pediremos al sacerdote que sea él mismo , quien según sus necesidades particulares, formule su petición y se la comunique al niño o joven, para que éste pueda rezar por ello cada día.

Los frutos de esta iniciativa están siendo tan abundantes tanto para los sacerdotes, como para los niños y jóvenes, como para sus familias, que os animamos a seguirla y darla a conocer entre vuestros amigos, colegios, universidades, grupos parroquiales, etc.

Queremos apoyar y ayudar a los sacerdotes de todo el mundo a través de la oración individual y personalizada de los niños y jóvenes que les rodean.
Entra en esta página. Te ayudará:

 yorezoporunsacerdote.org/

MUCHAS GRACIAS EN NOMBRE DE TODOS LOS SACERDOTES

¿Hasta dónde puedes herirme?

 

Al hablar con personas que buscan, sinceramente, vivir su vida como cristianos, cada vez me doy más cuenta de la importancia que tienen las ideas erróneas en la vida de la gente. Y en su sufrimiento.

Con el tiempo, voy llegando a la conclusión de que, ciertamente,  es verdad de que la sociedad nos “manipula”, más allá del tópico, y de que ciertas convenciones, en lugar de mantener el orden entre los seres humanos, lo que en realidad hacen es contribuir a su control y a su infelicidad. Además muchos de estos lugares comunes son absurdamente falsos: no resisten el más mínimo análisis objetivo. Permítanme poner como ejemplo una historieta conocida.

Un hombre acompaña a su amigo a comprar el periódico a su lugar de costumbre. Cuando llegan al kiosco, éste dice…

-         ¿Me da el Diario X, por favor? - Y le tiende una moneda de 2 euros.

Entonces el que atiende le alarga un ejemplar de malas maneras y le devuelve unos céntimos, que casi caen al suelo del impulso, mientras le dice:

-         ¡El Diario X, El Diario X…! ¡Ahí lo tiene hombre!

El comprador recoge todo y se va. Su amigo está perplejo y le pregunta:

-         Pero, oye: ¿ese tío siempre te trata así?

-         Pues, desgraciadamente sí - le responde el otro.

-         ¿Y entonces por qué sigues yendo ahí todos los días?

-         Pues ¡porque no quiero que sea él quien decida donde compro el periódico yo!

Es una respuesta sorprendente. Casi nadie pensaría (¡ni actuaría!) así, sin embargo el comportamiento es rigurosamente lógico: el hecho de que una persona sea desagradable no puede manipularme para que yo deje de hacer algo legítimo y que, además, es lo que me viene mejor.

Claro que, para ejercer una libertad semejante, uno tiene que tener un desapego total por las expresiones, opiniones y actos de determinado tipo de personas y esto, por lo general, no se consigue sin “entrenamiento”.

¡Aquí está la “madre del cordero”! ¿Por qué cuesta tanto algo que es de sentido común? Las razones son múltiples, pero la primera de ellas es que se nos educa para que la opinión que los demás tienen sobre nosotros y lo que hacemos, sea algo que influya poderosamente en nuestros sentimientos y actitudes.

Imagino que esta convención social está arraigada en la infancia, cuando se necesita inducir en los niños la necesidad de aprobación por parte de sus padres, lo que les ayuda a ser más dóciles y aprender mejor. A  nivel social, fue probablemente la necesidad de cohesión del grupo lo que hizo esencial que todos aceptaran determinadas ideas comunes, bajo la amenaza de exclusión en caso contrario.

Lo cierto es que esa presión sigue existiendo, cuando ya no hay ningún motivo, de aprendizaje ni de socialización. Es verdad que determinadas normas, como la de prestar ayuda o favores (aunque sea a disgusto) para evitar ser tachados de insolidarios, pueden tener, en conjunto, un efecto social positivo. Pero hay otras, muchas, en las cuales lo que único que se hace es establecer una red amplísima y consentida de manipulaciones recíprocas innecesarias y dañinas.

Un ejemplo práctico: alguien habla mal acerca de mi persona y, automáticamente, me siento herido. Es una reacción normal, pero de lógica absurda: ¿no significa acaso conceder un poder extraordinario a cualquiera sobre mí?

Durante un tiempo luché contra esta lógica, diciendo que “uno tenía que velar por su buena fama”, que “había que hacerse respetar” o “luchar contra las calumnias”. Y de nuevo fue una historieta la que me aclaró los conceptos.

Imaginemos que visito, en el zoo de Madrid, la sección de primates, y en uno de los hábitats, un pequeño mono comienza a hacerme burla estridentemente… Entonces yo salto el foso de seguridad y escalo la verja, cojo una rama del suelo y persigo al mono… Cuando la seguridad me llama (o me detiene) yo les digo airado “¡Qué hacen ustedes, no es a mí a quien deben detener: empezó él!” Es ridículo, claro, y probablemente llamarían a una ambulancia con dotación psiquiátrica para que me trasladasen a un hospital… O si un niño de dos años me llama “tonto”, no le grito: “¡Niñooo, cuidado con lo que dices que te atizo!” Alguien dirá: “sí, ya entendemos por dónde va, pero usted habla de un animal y de un ser humano que no son responsables de sus actos, no de un adulto que sabe bien lo que hace y dice”.

¿Ustedes creen? Si alguien habla de mí con imprudencia, mala fe o desconocimiento, créanme, tal vez sus palabras no merezcan más crédito que las de los ejemplos que acabo de poner. ¿No es absurdo tomarlas en cuenta? Bueno, tal vez me dirán, “pero entonces el mundo se convertiría en una masa de perdonas engreídas y autosuficientes que no hacen caso a nadie”. Y no, tampoco es eso lo que quiero decir, sino que yo elijo las opiniones que me importan y aquellas a las que debo escuchar. Por supuesto, si sólo hago caso a los que me alaban, soy un infeliz: no creceré por ese camino. Si mi “hermano me ofende” entonces me preocuparé, y lo “reprenderé a solas” (Mt 18,15). Si mi mentor, mi esposa, mi amigo, me critican algo, créanme que lo tendré muy en cuenta.

…Pero si un conductor desconocido me insulta, si alguien casi desconocido opina, si una persona maleducada farfulla algo en mi contra, ¿tiene realmente más importancia que el insulto del niño o las burlas del mono? ¿No soy yo el culpable de permitir que me afecte y no ellos?

Creo que los grupos cristianos, las parroquias, las comunidades religiosas ,o nuestros mismos matrimonios, están a veces  llenos de “heridas”, que no son más que tonterías, malentendidos e ideas erróneas que causan conflictos desproporcionados y que consumen demasiada energía…

Todo por no empezar a reeducarnos un poco ¿no es cierto? Y a vivir en la lógica de la verdad, que no es otra que la del propio Evangelio.

Un fuerte abrazo para todos.

Que se lo curren los hombres


Tengo dos sensaciones contrapuestas: por un lado pienso que a muchas mujeres les gustaría que su pareja “se lo currara” un poco más para conquistarlas; pero también tengo la sensación de que muchas de ellas les están diciendo -con su comportamiento- que no tienen que currarse nada.

Hablando con una chica me decía que estaba insegura porque su novio cada vez le exigía más sexo y, además, sin preámbulos. El novio le decía que como se querían, no tenían que estar con tantas caricias: hacían el amor y ya está.

- “Es que yo creo que se lo tiene que currar un poco más” concluía desengañada.
- ¿Qué se tiene que currar?, le pregunté
- “El tenerme a mí. Valorarme más. Que sea su novia”, dijo convencida.

No pasaron dos meses y ya lo habían dejado.

Pasado un tiempo volvimos a hablar. Estaba muy desencantada. Enfadada y llorando me dijo que le costaba mucho adaptarse a la desinhibición sexual que se exigía en su entorno para no perder a un chico que te gusta.

Me quedé pensando en lo que esta chica había sufrido – y en lo que había dado- para, al final, encontrarse tan incómoda consigo misma y, además, no conseguir su propósito de mantener al chico.

En mi opinión, una mujer por su modo de “estar”, por su forma de vestir y comportarse, está manifestando cómo quiere que se relacionen los hombres con ella y, por supuesto, también la persona con la que va a compartir su vida.

Yo creo que el pudor, la feminidad y la modestia conforman el misterio de la mujer que tan atractivo resulta para el hombre. Vivir en plenitud esa feminidad genera seguridad en la mujer y es una manifestación de autoestima.

Es como afirmar con el comportamiento: “Me considero tan valiosa que no voy diciendo, ni exponiendo, ni haciendo lo que no me parece bien; por mucha presión que tenga a mi alrededor”. Esto se nota en las mujeres hasta en la forma de presumir; lo hacen menos que los hombres, como si dijeran: “Sé identificar hasta dónde llegan mis logros".

El desengaño de muchas mujeres cuando no viven de acuerdo a lo que en el fondo creen, está ocasionando mucho sufrimiento evitable.

La presión es fuerte y parece que, cediendo a esa presión, resultará más fácil evitar la frustración. Y así, vemos a muchas mujeres manipuladas que les falta la plenitud que buscaban.

Desde este punto de vista la mujer es víctima de una manipulación y de diversos chantajes emocionales que acaban pasando factura. Cuando uno no se comporta como lo que es, antes o después se convierte en un perdedor.

En algunos aspectos hay que saber ir contracorriente para no dejar escapar cuotas de felicidad que de otra manera -se está viendo diariamente- son imposibles de alcanzar.
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