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vendredi 5 décembre 2014

Idealismo y educación diferenciada

Desde Kant hasta nuestros días, la influencia del idealismo filosófico resulta patente en la manera en que nos acercamos a la realidad. En el lenguaje cotidiano, idealista es el que apunta a metas grandes, quien quiere mejorar la realidad haciéndola más noble y digna del ser humano. Sin embargo, en un sentido filósofico más estricto, idealista es el que interpreta la verdad de las cosas en función de sus categorías mentales. Dicho de manera sencilla, lo que importa no es tanto lo que las cosas son en sí (que nunca puedo saberlo), sino cómo yo las interpreto (lo que son en mí). Esa postura se extiende a cómo juzgamos la realidad que circunda: en lugar de cambiar nuestras opiniones en función de los datos objetivos que nos llegan, intentamos encajar la realidad en nuestros juicios previos (pre-juicios), a base de obviar los datos que no avalan nuestra teoría y subrayar los que la afirman, por muy marginales que sean.

Esto pasa en muchas cuestiones pero quiero hoy centrarme en el mundo educativo. En este país particularmente, la educación es batalla campal de las ideologías, que por encima de los indicadores que una y otra vez apuntan en una determinada dirección, siguen manteniendo su postura monolítica, sin concesiones ni siquiera al más elemento consenso.

El idealismo filosófico afecta generalmente por igual a lo que podemos denominar, usando categorías genéricas, derecha e izquierda. Sin embargo, en el campo educativo, en donde la derecha (lease en este caso PP) parece tener pocas o ninguna idea propia, el idealismo está especialmente marcado en la izquierda, autora de todas las leyes educativas que se han promulgado en España durante nuestra vida democrática, con excepción de la última (que en realidad supone una corrección marginal de planteamientos incluidos en las leyes anteriores). El tema daría para muchos párrafos, pero dada la obligada brevedad de este medio, me centraré hoy en lo que afecta a la educación diferenciada, objeto del último libro que hemos publicado en la editorial Digital Reasons. El libro está escrito por Alfonso Aguiló, con amplísima experiencia en el sector educativo, tanto como profesor, como directivo y gestor de centros docentes. El texto está compuesto por cincuenta preguntas y respuestas que desgranan todos los aspectos que se han discutido sobre la idoneidad de este sistema pedagógico: separar a los niños y las niñas en clases distintas, asumiendo que beneficiará a su rendimiento educativo. El autor incluye una gran cantidad de datos que muestran la crisis del modelo uniforme que actualmente se sigue en España, donde la educación diferenciada es enormemente minoritaria, y el contraste con los buenos indicadores de los pocos colegios diferenciados que existen en nuestro país, en muy distintos estratos sociales y culturales. Además, se incorporan datos sobre la eficacia educativa de este sistema en otros países (EE.UU., Australia, Reino Unido...), donde la discusión ha dejado de ser ideológica (da igual la realidad, lo importante es lo que se pre-juzga), para convertirse en una alternativa que abarca incluso a colegios financiados por las administraciones públicas.

En este terreno, como en otros, el respeto a la realidad, en primer lugar, a las opiniones de quienes ven las cosas de otra manera, en segundo, y a la libertad de quienes van a recibir el servicio que se piensa ofrecer (en este caso, padres y niños), en tercero, sería enormemente beneficioso para garantizar un verdadero progreso.

¿Iglesia levadura o Iglesia aplaudida?

Esta semana he leído una conferencia sobre la situación de la Iglesia y el por qué de la crisis que vivimos, que me ha dado mucha luz. He aquí el resumen y luego haré mi propio comentario al mismo. El autor es Luca Diotallevi, que enseña sociología en la Universidad "Roma Tres" y es desde hace años el sociólogo de referencia de la Conferencia Episcopal italiana. El pasado 12 de noviembre ha presentado una ponencia en la asamblea general de dicha Conferencia, reunida en Asís, con el título: "Las transformaciones en curso en el clero católico. Una contribución sociológica para la situación italiana".

Entre otras cosas, Diotallevi afirmó: "No estamos en este momento en un declive de la religión y de laicización, sino por el contrario en un momento de "boom religioso". Este "boom" se está construyendo sobre la crisis del cristianismo confesionalizado que se ha afirmado a partir del siglo XVII como elemento de apoyo del primado de la política sobre la sociedad, en forma de Estado".


"La gran ventaja de esta opción consiste en el hecho de conceder al consumidor religioso una infinita capacidad de elección y de recombinación entre los bienes y servicios puestos en el mercado por los más diversos actores de la oferta religiosa", añade Diotallevi. A esta nueva religiosidad que está teniendo gran éxito, él la llama "low intensity religion" (religión de baja intensidad".


"La religión de baja intensidad -sigue diciendo- ofrece muchas oportunidades también a las autoridades religiosas. Si éstas saben reducir sus pretensiones normativas, tendrán un futuro espléndido y un discreto liderazgo como líderes religiosos. En esta competición, los nuevos protagonistas de la oferta religiosa -desde los pentecostales y carismáticos a la New Age- tienen buenas cartas para jugar: una extrema flexibilidad y una gran indulgencia que valora la expresividad.".


"Pero también -continúa el sociólogo italiano- los líderes religiosos tradicionales tienen muchas posibilidades. Siempre con la condición de liberarse de los 'viejos' escrúpulos de la ortodoxia y de la ortopraxis, con la condición de aceptar tener menos relevancia para tener más visibilidad. Incluso en el catolicismo muchos líderes religiosos han adoptado y están adoptando las formas de una religión de baja intensidad".


"No es casualidad que en esta situación el sacramento del matrimonio se convierta para la Iglesia católica en un problema. Es literalmente inconcebible, desde la perspectiva de la religión de baja intensidad, la cual en cambio reserva una atención grande pero genérica al bienestar de la familia".


"Considerar atentamente los rasgos del "boom" religioso en curso es indispensable para comprender el significado de procesos y de crisis como los que afectan al clero católico. En buena medida, estos procesos y crisis son expresión del intento de asimilar el catolicismo a una religión de baja intensidad".


"Hace falta mucha lucidez -concluye Diotallevi- para abstenerse de recurrir a soluciones que hoy son populares, como la de renunciar a la ordenación sacerdotal limitada a hombres célibes. Las tradiciones cristianas que ordenan hombres casados e incluso mujeres, y que por lo tanto disponen de mayor cantidad de clero, se encuentran exactamente ante los mismos problemas y con frecuencia éstos son incluso más agudos".


Hasta aquí el resumen de la conferencia de Diotallevi. Habrá quien esté de acuerdo con su diagnóstico y quién no. Personalmente coincido con él plenamente. Lo que se está dirimiendo a nivel mundial desde hace décadas es la posibilidad de subsistencia de la religión. Los poderes del mundo la aceptan siempre y cuando no incomode a sus planes y para ello la exigen que entre de lleno en la vía del relativismo y que -como dice Diotallevi- se convierta en una religión de "baja intensidad". Si lo hace, le aseguran un gran éxito y a sus líderes una gran popularidad. Si no lo hacen, de momento habrá crisis y pérdida de miembros y después, posiblemente, persecución. Renunciar a la ortodoxia -fidelidad al dogma- y a la ortopraxis -pastoral y moral consecuentes con ese dogma- es la condición que se nos pone a los católicos para recibir el aplauso del mundo. O eso o la pérdida de presencia y la crítica feroz a nuestros líderes, es decir a los obispos y al Papa.


No puedo evitar pensar en las tentaciones de Jesús en el desierto. En aquella en la que el demonio le ofrece el mundo entero si se postra ante él y le adora. Jesús la rechaza y dice que sólo a Dios hay que adorar. Después de aquello, la única opción posible para el Señor era la Cruz y ésta no tardó en llegar. Tampoco puedo evitar pensar en la parábola del grano de mostaza, de la levadura en la masa y de la luz en la oscuridad. El Cristo que va a ser crucificado y que lo sabe porque se ha atrevido a rechazar al maligno, quiere preparar a los suyos no sólo para la persecución sino también para que entiendan cuál ha de ser su misión: levadura, luz, grano pequeño y humilde.


Benedicto XVI lo vio así y habló muchas veces de ello. Quiso preparar a la Iglesia para que perdiera el miedo a ser minoría e incluso a sufrir el martirio. Ahora las cosas son distintas. Parece que se aspira a convertir la Iglesia en una religión de baja intensidad pero mucho más aplaudida, aunque mucho menos influyente porque no tiene nada que decir que no sea lo que todos dicen y aplauden. Claro, a los líderes de esta nueva Iglesia les están dando lo que el maligno había prometido a Jesús que le daría: gran éxito y popularidad.


No podemos ni queremos estar con otra Iglesia más que con la de Cristo, que está siempre protegida por el Espíritu Santo -esta es nuestra mayor fuente de esperanza y de confianza- y por eso debemos prepararnos para lo que tenga que venir. Entre una Iglesia aplaudida porque renuncia a la ortodoxia y a la ortopraxis y una Iglesia perseguida porque imita al Crucificado, yo escojo la segunda y le pido a Dios que no me abandone si llega la persecución para que pueda dar testimonio de Él hasta el final.



De niño, discapacitado, pedía a Dios morir y que su madre tuviese otro hijo sano; hoy ayuda a muchos

El ser un discapacitado "me ayuda a entender los sentimientos y el dolor de otras personas con discapacidad. Gracias a esta empatía con el tiempo me di cuenta que tenía que hacer algo, para ellos y para mí. Eso es porque lo que he creado la Fundación Turning Point: para promover los derechos y ayudar a la inclusión de las personas con discapacidad en la sociedad de Bangladesh".

Es la historia que cuenta a AsiaNews Jibon William Gomes, de 39 años de edad, católico, en el Día Internacional de las personas de movilidad reducida que su país está celebrando hoy.


La historia de Jibon es un gran himno a la vida y el compromiso con los demás.


Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 156 millones de habitantes de Bangladesh aproximadamente el 10% tiene algún tipo de discapacidad: "La vida de una persona con problemas mentales o físicos está lleno de obstáculos y desafíos. Hay miles de barreras - reales o imaginarios - que deben ser superados para poder vivir una vida plena como ser humano. Estas barreras afectan la vida familiar e incluso la esfera sexual. Yo soy uno de ellos, me he enfrentado y enfrento estas barreras".


Todos los niños, dice Jibon, "tienen derecho a nacer en un ambiente sano y adecuado. En mi caso las cosas fueron un poco diferentes: Nací en un cuarto de baño. Tres días antes del nacimiento, mi madre comienza a sentir dolor intenso y va a una clínica dirigida por los padres del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME) en la parroquia de Bonpara. Estamos en un remoto distrito, el de Natore".


Las Misioneras de la Inmaculada, congregación femenina asociada a PIME, se dan cuenta de inmediato que algo está mal: "Las hermanas se dan cuenta que el niño que mi madre está llevando no está en la posición correcta, y deciden enviar a la paciente a un hospital lejos de Natore porque el parto puede ser difícil. Si había una necesidad de una cesárea, es mejor estar en el hospital".


Antes de abordar el largo viaje, la futura madre va al baño, "y en ese momento yo nací. Mi madre, tomada por sorpresa, hace todo lo posible, pero no puede evitar la caída. La cabeza sufre un corte profundo, que provoca la parálisis cerebral. El lado izquierdo de mi cuerpo va a sufrir para siempre, pero gracias a la compasión de Dios estoy vivo. Mi madre me llamó Jibon a propósito, porque en nuestro lenguaje significa ´vida´".


Después Jibon llegaría también una pequeña hermana, Kushum:. "Pero yo era y soy el único hijo, el mayor, y discapacitado. Mis padres hicieron lo mejor que las circunstancias les permiten, pero por los problemas financieros tienen posibilidades muy limitadas. Mi madre, ante el fracaso del tratamiento, encontró su equilibrio; mi padre en lugar nunca ha tenido éxito. Las tensiones familiares, durante mi infancia, han sido muy fuertes".


Creciendo en un pueblo, sin ninguna posibilidad de tratamientos de vanguardia, "me di cuenta de una manera gradual de ser diferente de los demás. Me dolía el corazón al ver a mi hermana pequeña correr y jugar. Le pregunté a mi madre cómo era posible, ya que ambos éramos sus hijos: le pregunté dónde me equivoqué ... mi madre no respondió, pero lloraba. Una vez, recuerdo que dije: "Por favor, por favor, Dios quítame la vida y dale un nuevo Jibon, que corra y juegue. Así deja de sufrir´. Recuerdo el gran abrazo después de esta frase...".


A la edad de seis años, llega el primer gran avance: "Mis padres empezaron a darme libros y cuadernos, y mi madre me enseñó a leer y escribir. Dado mi interés, piensa en llevarme a una escuela; no pudiendo ser capaz de moverme naturalmente esto es imposible. Así que, con grandes esfuerzos, decide contratar a un profesor particular".


A partir de ahí comienza un camino de instrucción completa: "Después de unos años en la escuela primaria de San José, donde me lleva mi mamá con un triciclo, fui admitido en la escuela secundaria: un buen resultado, lo que convenció a mis padres que me dejaran continuar con mis estudios".


En 1997 llega la Diplomatura en Ciencias, e inmediatamente después el curso para convertirse en un trabajador social: al año siguiente fue contratado por el Departamento que edita estos seminarios, con la tarea de operador de la computadora.


En 2002 la Licenciatura en Psicología de la Universidad Nacional, y en 2003 fue ascendido a oficial de la programación, en estrecho contacto con las personas con discapacidad.


En 2005 encuentra en su camino a Cáritas, que le ofrece un contrato para desarrollar proyectos para personas con discapacidad: "La misión y visión de esta organización me han dado un nuevo impulso de trabajo para aumentar el potencial de las personas y romper las barreras que los han frenando ha sido y es un estimulante de manera increíble".


El 29 de diciembre de 2010 es un día que recuerda Jibon como "memorable. Ese día me casé con Rani Olivia Rodrigues, que se unió a la causa. Ahora tengo dos manos más para trabajar, otra cabeza para pensar y otro corazón para amar a los necesitados". La pareja tiene un hijo pequeño, Newton Ireneo Francisco Gomes.


En abril de 2012, decidió hacer un nuevo cambio en su vida: "Decidí fundar Turning Point´ para crear una red que pone en la comunicación en las distintas organizaciones que trabajan con las personas con discapacidad, con el fin de desarrollar programas conjuntos y conectar la cooperación internacional. Me gustaría ser un ejemplo vivo para los que luchan por un futuro mejor. La oscuridad y las frustraciones que nos separan de la esperanza pueden ser derribadas".



Francisco anima a los voluntarios contra la pobreza a combatir sus causas y a no crear dependencias

El Papa Francisco tuvo un encuentro el jueves 4 de diciembre con los dos mil miembros de la Federación de Organismos Cristianos de Servicio Internacional de Voluntariado (FOCSIV, www.focsiv.it ), que cuenta con proyectos en todo el mundo para responder al hambre y las guerras, y los alentó a seguir practicando la solidaridad con los más necesitados y combatir las nuevas formas de pobreza.

“Hoy la pobreza ha cambiado de rostro y también entre los pobres hay gente con expectativas diferentes: aspiran a ser protagonistas, se organizan, y sobre todo practican esa solidaridad que existe entre los que sufren, entre los últimos”, explicó el Pontífice.


Para el Papa todos estos voluntarios están llamados “a captar estos signos de los tiempos” y convertirse “en un instrumento al servicio del protagonismo de los pobres”.


“Solidaridad con los pobres es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos en vez de apropiación de bienes por parte de algunos. También es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de un trabajo y una casa, la negación de los derechos sociales y laborales”, indicó.


Pero, sobre todo, “la solidaridad es una forma de hacer historia con los pobres, evitando presuntas obras altruistas que reducen el otro a la pasividad´”.


El Pontífice volvió a denunciar el sistema económico imperante que además hace daño a la naturaleza. A este respecto, el Papa sostuvo que “hay que reafirmar que la creación no es una propiedad de la que podemos disponer como nos plazca y mucho menos es propiedad sólo de unos pocos. La creación es un don maravilloso que Dios nos ha dado, para que la cuidemos y usemos para el beneficio de todos, con respeto”.


En opinión de Francisco, “hace mucha falta testimoniar el valor de la gratuidad: ¡los pobres no pueden convertirse en una ocasión de sacar beneficio!”.


Sobre el trabajo que estos voluntarios realizan en favor de la paz, el Papa sostuvo que es necesario “desarmar las mentes, acercar a las personas, construir puentes entre culturas y religiones´” y la fe contribuye a hacerlo ´”también en los países más difíciles donde parece que la espiral de la violencia no deja el paso a la razón´”.


“¡Cuántas personas son perseguidas a causa de su fe, obligadas a abandonar sus casas, sus lugares de culto, sus tierras, sus afectos! ¡Cuántas vidas rotas! ¡Cuánto sufrimiento, cuánta destrucción!” dijo.


No obstante, frente a todo esto, “el discípulo de Cristo no retrocede, no vuelve la cara para mirar a otra parte: se hace cargo de esta humanidad doliente, con cercanía y acogida evangélica”.


El Papa también recordó una vez más su preocupación por los migrantes y refugiados que ´´intentan dejarse a la espalda duras condiciones de vida y peligros de todo tipo”.