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vendredi 13 mars 2015

Doble ración ejemplar

Tomado de Odisur.


"En el día de hoy, 13 de marzo, a los 89 años, ha fallecido en Murcia, el sacerdote y canónigo de la Catedral D. Clemente Lucio Guirao López. Los restos mortales de D. Clemente Lucio Guirao López están siendo velados por familiares y amigos en el Tanatorio de Jesús de Murcia, y la Misa Exequial, presidida por el Sr. Obispo, se celebrará mañana, sábado día 14 de marzo, a las 10:30 horas en la Catedral.



D. Clemente Lucio nació en Cehegín el 23 de noviembre de 1925. El día 25 del mismo mes recibió el Sacramento del Bautismo en la Parroquia de Santa María Magdalena de dicha localidad. A la edad de 14 años, en el 1939, ingresó al Seminario Menor de San José, donde realizó los estudios de bachillerato. Posteriormente pasó al Seminario Mayor de San Fulgencio, donde cursó los estudios filosóficos. En 1946 es trasladado al Seminario Mayor de Granada para realizar los estudios teológicos en la Facultad de Teología de Cartuja, donde obtuvo la Licenciatura en Teología.


El 18 de junio de 1950 fue ordenado sacerdote en la parroquia de San Bartolomé-Santa María de Murcia, por Mons. José García Goldaráz, Obispo de Orihuela, y, en ese momento, Administrador Apostólico de la Diócesis de Cartagena.


Desde el momento de su ordenación ocupó lo siguientes cargos pastorales:


- Entre 1950-1951 fue coadjutor de la parroquia de la Purísima de Yecla. Después, durante el curso 1951-1952 pasó a coadjutor de la parroquia de San Pedro de Espinardo.


- El 18 de junio de 1952 fue nombrado rector de la parroquia de San José, de Roldán, y encargado de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, de Balsicas, cargos que ocupó hasta 1954.


- Durante el curso 1954-1955 fue cura ecónomo de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, de Corvera, y encargado de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, de Baños y Mendigo.


- El 3 de febrero de 1955 fue nombrado párroco de Nuestra Señora de los Dolores, de Los Dolores de Murcia, cargo que desempeñó hasta el año 1967.


- El 15 de junio de 1967 fue nombrado párroco de Santa Eulalia de Murcia, cargo que ocupó hasta 1993.


- Durante su permanencia en la parroquia de Santa Eulalia fue arcipreste del Arciprestazgo de Murcia Centro (1976-1986).


- Entre otros cargos ha sido: confesor ordinario de las Religiosas Concepcionistas Franciscanas de San Antonio (1973-1974), miembro del Consejo Presbiteral (1984), Delegado Diocesano de Relaciones Interconfesionales (1987-2004).


- El 29 de diciembre de 1984 fue nombrado por Mons. Javier Azagra Labiano Canónigo Numerario de la Santa Iglesia Catedral, ocupando el oficio de Chantre y presidiendo la Fundación Chantre Rivera.


Ha fallecido también un sacerdote religioso


En el día de ayer, 12 de marzo, falleció en Alguazas el P. Enrique Rubio Torrijos, sacerdote religioso de la Sociedad del Verbo Divino, que desde hace tiempo residía en aquella localidad con su familia, colaborando en la parroquia. La Misa Exequial se celebrará hoy, 13 de marzo, a las 17:00 horas en la parroquia de San Onofre de Alguazas, presidida por el Vicario de la Zona Suburbana I, D. Fernando Valera."



El Papa Francisco anuncia que la Iglesia celebrará un gran Año Jubilar dedicado a la Misericordia

El Papa Francisco ha anunciado este viernes, 13 de marzo de 2015, en la Basílica de San Pedro, la celebración de un Año Santo extraordinario. Este Jubileo de la Misericordia comenzará el presente año con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica Vaticana durante la solemnidad de la Inmaculada Concepción, 8 de diciembre, y concluirá el 20 de noviembre de 2016 con la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

El Santo Padre, al inicio del año, exclamó: “Estamos viviendo el tiempo de la misericordia. Este es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”


El anuncio se ha realizado coincidiendo con el segundo aniversario de la elección del papa Francisco, durante la homilía de la celebración penitencial con la que el Santo Padre ha dado inicio a la 24 horas para el Señor, iniciativa propuesta por el Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización para promover en todo el mundo la apertura extraordinaria de las iglesias y favorecer la celebración del sacramento de la Reconciliación. El tema de este año ha sido tomado de la carta de San Pablo a los Efesios: “Dios rico en misericordia” (Ef 2,4).


La apertura del próximo Jubileo adquiere un significado especial ya que tendrá lugar en el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, ocurrida en 1965. Será por tanto un impulso para que la Iglesia continúe la obra iniciada con el Vaticano II, ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede en un comunicado.


Durante el Jubileo las lecturas para los domingos del tiempo ordinario serán tomadas del Evangelio de Lucas, conocido como “el evangelista de la misericordia”. Dante Alighieri lo definía “scriba mansuetudinis Christi”, “narrador de la mansedumbre de Cristo”. Son bien conocidas las parábolas de la misericordia presentes en este Evangelio: la oveja perdida, la moneda extraviada, el padre misericordioso.


El anuncio oficial y solemne del Año Santo tendrá lugar con la lectura y publicación junto a la Puerta Santa de la Bula, el Domingo de la Divina Misericordia, fiesta instituida por San Juan Pablo II que se celebra el domingo siguiente a la Pascua.


Antiguamente, para los hebreos el jubileo era un año declarado santo, que recurría cada 50 años, y durante el cual se debía restituir la igualdad a todos los hijos de Israel, ofreciendo nuevas posibilidades a las familias que habían perdido sus propiedades e incluso la libertad personal. A los ricos, en cambio, el año jubilar les recordaba que llegaría el tiempo en el que los esclavos israelitas, llegados a ser nuevamente iguales a ellos, podrían reivindicar sus derechos. “La justicia, según la ley de Israel, consistía sobre todo en la protección de los débiles (S. Juan Pablo II, Tertio Millennio Adveniente 13).


La Iglesia católica inició la tradición del Año Santo con el Papa Bonifacio VIII, en el año 1300. Este Pontífice previó la realización de un jubileo cada siglo. Desde el año 1475 – para permitir a cada generación vivir al menos un Año Santo – el jubileo ordinario comenzó a espaciarse al ritmo de cada 25 años. Un jubileo extraordinario, en cambio, se proclama con ocasión de un acontecimiento de particular importancia.


Los Años Santos ordinarios celebrados hasta hoy han sido 26. El último fue el Jubileo del año 2000. La costumbre de proclamar Años Santos extraordinarios se remonta al siglo XVI. Los últimos de ellos, celebrados el siglo pasado, fueron el de 1933, proclamado por Pío XI con motivo del XIX centenario de la Redención, y el de 1983, proclamado por Juan Pablo II por los 1950 años de la Redención.


La Iglesia católica ha dado al jubileo hebreo un significado más espiritual. Consiste en un perdón general, una indulgencia abierta a todos, y en la posibilidad de renovar la relación con Dios y con el prójimo. De este modo, el Año Santo es siempre una oportunidad para profundizar la fe y vivir con un compromiso renovado el testimonio cristiano.


Con el Jubileo de la Misericordia, el papa Francisco pone al centro de la atención el Dios misericordioso que invita a todos a volver hacia Él. El encuentro con Él inspira la virtud de la misericordia.


El rito inicial del jubileo es la apertura de la Puerta Santa. Se trata de una puerta que se abre solamente durante el Año Santo, mientas el resto de años permanece sellada. Tienen una Puerta Santa las cuatro basílicas mayores de Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María Mayor. El rito de la apertura expresa simbólicamente el concepto que, durante el tiempo jubilar, se ofrece a los fieles una “vía extraordinaria” hacia la salvación.


Luego de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, serán abiertas sucesivamente las puertas de las otras basílicas mayores.


La misericordia, tema de Francisco


La misericordia es un tema muy sentido por el papa Francisco quien ya como obispo había escogido como lema propio “Miserando atque eligendo ”. Se trata de una cita tomada de las homilías de san Beda el Venerable, el cual, comentando el episodio evangélico de la vocación de San Mateo, escribe: “Vidit ergo lesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me” (Vio Jesús a un publicano, y como le miró con sentimiento de amor y le eligió, le dijo: Sígueme). Esta homilía es un homenaje a la misericordia divina. Una traducción del lema podría ser: “Con ojos de misericordia”.


En el primer Ángelus después de su elección, el Santo Padre decía que: “Al escuchar misericordia, esta palabra cambia todo. Es lo mejor que podemos escuchar: cambia el mundo. Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia” (Ángelus del 17 de marzo de 2013).


También este año, en el Ángelus del 11 de enero, manifestó: “Estamos viviendo el tiempo de la misericordia. Este es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!” Y en el mensaje para la Cuaresma del 2015, el Santo Padre escribe: “Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia”.


En el texto de la edición española de la exhortación apostólica Evangelii gaudium el término misericordia aparece 29 veces.


El papa Francisco ha confiado al Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización la organización del Jubileo de la Misericordia.


La homilía penitencial en San Pedro

El sacramento de la Reconciliación nos permite acercarnos con confianza al Padre para tener la certeza de su perdón. Él es verdaderamente rico en misericordia y la extiende con abundancia sobre quienes acuden a Él con corazón sincero. Lo ha recordado esta tarde el papa Francisco, que ha presidido una Liturgia Penitencial en la Basílica de San Pedro, unido a muchos cristianos que en todas las partes del mundo, “han acogido la invitación a vivir este momento como signo de la bondad del Señor”. Esta tarde el Papa ha recordado a los fieles que Dios perdona todo, Dios perdona siempre. Nunca se asusta de nuestros pecados.


Durante su discurso, el Papa ha señalado que Dios no cesa nunca de mostrar la riqueza de su misericordia a lo largo de los siglos. “Ser tocados con ternura de su mano y plasmados por su gracia nos permite, por tanto, acercarnos al sacerdote sin temor por nuestras culpas, pero con la certeza de ser acogidos por él en el nombre de Dios, y comprendidos a pesar de nuestras miserias”, ha recordado el Papa. Saliendo del confesionario --ha asegurado-- sentiremos su fuerza que dona de nuevo la vida y restituye el entusiasmo de la fe.


Haciendo referencia al pasaje del Evangelio leído anteriormente (Lc 7, 36-50), de la mujer pecadora en la casa del fariseo, el Papa ha hecho referencia a dos palabras concretas: amor y juicio.


Está el amor de la mujer pecadora que se humilla delante del Señor, pero antes aún está el amor misericordioso de Jesús por ella, que la empuja a acercarse”, ha indicado. Cada gesto de esta mujer --ha explicado el Santo Padre-- habla de amor y expresa su deseo de tener una certeza inquebrantable en su vida: la de haber sido perdonada. Y es Jesús quien da esta certeza a la mujer: “acogiéndola le demuestra el amor de Dios por ella”. De este modo, el Pontífice ha señalado que el amor y el perdón son simultáneos. Para ella, “no habrá ningún juicio sino el que viene de Dios, y este es el juicio de la misericordia”. “El protagonista de este encuentro es ciertamente el amor que va más allá de la justicia”, ha indicado el Papa.


Por otro lado está el ejemplo de Simón el fariseo, que “no consigue encontrar el camino del amor”. “En sus pensamientos invoca solo la justicia y haciendo eso se equivoca”, ha advertido. Así, Francisco ha explicado que “la llamada de Jesús empuja a cada uno de nosotros a no pararnos nunca en la superficie de las cosas, sobre todo cuando estamos delante de una persona”. Estamos llamados --ha añadido-- a mirar más allá, a centrarnos en el corazón para ver de cuánta generosidad es capaz. El Santo Padre ha afirmado que “nadie puede ser excluido de la misericordia de Dios, todos conocen el camino para acceder a ella y la Iglesia es la casa que acoge a todos y no rechaza a nadie”. Sus puertas, ha proseguido el Papa, permanecen abiertas, “para que los que son tocados por la gracia puedan encontrar la certeza del perdón”.


Asimismo, Francisco ha afirmado que cuanto más grande es el pecado, mayor debe ser el amor que la Iglesia expresa hacia aquellos que se convierten.


El Papa ha explicado al finalizar su discurso que ha pensado a menudo cómo la Iglesia pueda hacer más evidente su misión de ser testimonio de la misericordia. Por eso, Francisco ha anunciado un Jubileo extraordinario que tendrá su centro en la misericordia de Dios, “un Año Santo de la Misericordia”. Estoy seguro --ha observado el Santo Padre-- que toda la Iglesia podrá encontrar en este Jubileo la alegría para redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos estamos llamados a dar consolación a cada hombre y cada mujer de nuestro tiempo.


Como ya hizo el año pasado en esta misma celebración penitencial, el Santo Padre se ha acercado a un confesionario antes de ser él el que cofesara a algunos fieles.


Durante la celebración, los fieles presentes en la Basílica han podido acercarse a los confesionarios para recibir el sacramento de la reconciliación.



El PSOE lleva 4 años bloqueando una ley de ayuda a embarazadas en Asturias: 3 partidos protestan

Los grupos parlamentarios de Foro Asturias, Partido Popular y el grupo mixto (UPyD) en la Junta General de Asturias han acusado al PSOE de bloquear la tramitación de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) impulsada por el Foro Asturiano de la Familia, cuya toma en consideración ya fue aprobada, para crear una red de apoyo a las mujeres embarazadas.


Dicha ILP, que llegó al Parlamento asturiano con el respaldo de 24.000 firmas hace mas de cuatro años, y su aprobación definitiva, garantizada al contar con el respaldo de los tres grupos, depende de que se convoque la ponencia encargada de elaborar el dictamen para que éste sea elevado a pleno para su debate y votación.

Dado que la próxima semana se celebrará el último pleno ordinario de la legislatura, la ponencia debería en viernes 13 o el próximo lunes antes de la celebración de la Mesa de la Cámara y de la Junta de Portavoces para que la iniciativa pueda ser dictaminada e incluida en el orden del día de la sesión de la próxima semana.


Para la diputada de Foro Asturias Esther Landa, la negativa del PSOE a convocar la ponencia refleja sus "prejuicios" ante una iniciativa "cuyo objetivo es el apoyo y protección de la maternidad" pese a que está obligado a hacerlo si lo piden dos grupos parlamentarios.


Foro, PP y UPyD han trasladado al presidente de la Junta General, Pedro Sanjurjo, una queja formal por la actuación de la diputada que preside la ponencia, la socialista Pilar Alonso, y le han emplazado a que haga prevalecer el Reglamento de la Cámara a los "prejuicios" y el "sectarismo" de su grupo parlamentario.


"Quien defienda la libertad de la mujer debe predicar con el ejemplo, y asegurarse de que tenga opciones para elegir, con seguridad y responsabilidad, solo así la elección es libre", ha apuntado la parlamentaria forista.


En términos similares se ha expresado el diputado del PP Matías Rodríguez Feito, que ha calificado de "impresentable" y "esperpéntica" la actitud del PSOE al bloquear durante cuatro años la tramitación de una ILP pese a que ninguna iniciativa de este tipo se ha aprobado en la Junta a lo largo de sus nueve legislaturas.


Para Rodríguez Feito, la actuación del PSOE refleja "una absoluta falta de sensibilidad hacia las mujeres" fruto de sus "ideas trasnochadas" frente a un PP de cuyo ideario forma parte "la defensa de la vida", una cuestión en la que, a su juicio, los socialistas optan "por una cantinela zafia y recurrente" para utilizar a la mujer "de forma interesada" con el tema del aborto.


Por su parte, el diputado de UPyD, Ignacio Prendes, ha denunciado la actitud "antidemocrática" del PSOE, que considera "especialmente grave" al tratarse de una Iniciativa Legislativa Popular que surge, por tanto, "de la sociedad civil y de ciudadanos que han completado un farragoso procedimiento para que llegue al Parlamento".


Prendes ha subrayado que para completar su tramitación sólo falta la discusión y debate final de las enmiendas que el PSOE pretende evitar, "y eso sí que es bloquear con una práctica filibustera la actividad parlamentaria", ha subrayado en alusión a las críticas que ayer formuló contra él el Gobierno regional.


Tanto el Gobierno como los grupos parlamentarios del PSOE y de IU se habían opuesto a esta iniciativa al considerarla "anacrónica, reduccionista, incoherente e innecesaria" asegurando que Asturias ya cuenta con recursos de apoyo a las mujeres en situación de necesidad "estén o no embarazadas" y que el 81 por ciento de las mujeres que deciden interrumpir su embarazo convive con su pareja o su familia.



Romero dijo: «Soy de la teología de la liberación de Pablo VI, no de otra», relata el obispo Paglia

El arzobispo Vincenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia y Postulador para la causa de beatificación del arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero ha explicado a Héctor Silva Ávalos, del diario La Prensa Gráfica, las dificultades de este proceso. Él mismo ha confirmado que la ceremonia tendrá lugar en El Salvador el 23 de mayo.

Monseñor Paglia y los historiadores y teólogos que contribuyeron a la causa de postulación habían desvanecido la acusación de que el mensaje y enseñanza de Romero tenían desviaciones teológicas y habían, además, hecho lo propio con el otro argumento de los opositores: que el arzobispo había incurrido en “errores sociales”.


El postulador insistió en que el mensaje de Óscar Arnulfo Romero estuvo basado siempre en el Evangelio, y no en el marxismo como argumentaban sus opositores.


De este tema Paglia habló muchas veces con el entonces Prefecto para la Defensa de la Fe, el cardenal alemán Joseph Ratzinger, quien “quedó favorablemente impresionado”, dice.


Agotados los argumentos, quienes dentro de la Iglesia católica no querían ver al arzobispo asesinado como beato dijeron que, a pesar de todo, no era oportuno continuar con el proceso porque la figura de Romero era nociva para la unidad de El Salvador. Paglia dice que ante una objeción tan abstracta llegó a sentirse en “arenas movedizas”, pero nunca decayó.


En el fondo, la objeción de los opositores se basaba en la idea de que el asesinato de Monseñor Romero había sido consecuencia de sus filias políticas: “Escogió un bando y por eso lo mataron”, resume el postulador la línea de los detractores.


Paglia sostuvo siempre que no fue así: “En realidad, Romero, según resulta de la documentación, fue asesinado no por motivos inmediatamente políticos sino por seguir a una Iglesia tal como había salido del Vaticano II, y como la había vivido el episcopado latinoamericano, con una opción preferencial por los pobres”.


Más aún, el postulador se mantuvo firme en su idea de que el asesinato del arzobispo había sido motivado por el odio de sus asesinos a la fe. Para hacer valer esa posición, Paglia y su equipo tuvieron que demostrar que la Iglesia católica de El Salvador era objeto de persecución, algo que lograron, dice, luego de “una investigación histórica, con documentación real”.


Cuando el papa Juan Pablo II agonizaba en el Vaticano, Vincenzo Paglia estaba en El Salvador para conmemorar el XXV aniversario del martirio de Romero. Voló a Roma de emergencia.


Desde el principio, y durante todo el papado de Ratzinger, ascendido a papa con el nombre de Benedicto XVI tras la muerte de Juan Pablo II, monseñor Paglia mantuvo firme su tesis del martirio por odio a la fe y pidió al nuevo pontífice, quien lo había nombrado presidente del Pontificio Consejo para la Familia, que la causa de Romero siguiera su curso.


Cinco días antes de la Navidad de 2012, Benedicto XVI anunció a Paglia que la causa del arzobispo salvadoreño regresaba de la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde había estado bloqueada, a la Congregación para las Causas de los Santos.


Benedicto XVI abdicó y el colegio cardenalicio escogió al argentino Jorge Mario Bergoglio como el nuevo sucesor de Pedro en la silla papal. El primer pontífice latinoamericano, quien asumió con el nombre de Francisco, ha sido esencial para la causa de Romero.


A la postre, la comisión de teólogos de la Congregación para la Causa de los Santos dio la razón a la tesis del postulador en forma unánime: Romero es un mártir de la Iglesia católica, asesinado por odio a la fe.


Hoy, monseñor Vincenzo Paglia explica, desde su fe, el desenlace del proceso, detenido, refutado, obstaculizado por esos a quienes en Roma llaman “los opositores”.


Hoy me puedo explicar en profundidad el porqué de tantos atrasos: Dios esperaba al papa Francisco. Dios ha escrito esta página con las líneas torcidas de los opositores. Si pudiera decirlo con una broma irreverente, el papa Francisco necesitaba también de alguien que lo apoyara en el paraíso, porque Romero vivió plenamente la afirmación del papa Francisco: una Iglesia pobre para los pobres”, dice Paglia.



-¿La del martirio por odio a la fe fue siempre su perspectiva?

-Nunca me moví de esta perspectiva. No obstante que los detractores de la causa de Romero hubieran querido cambiarlo a que fuese la beatificación por virtudes heroicas, y no por martirio. Quienes sostenían la tesis de las virtudes heroicas pensaban que era imposible defender una causa por martirio por odio a la fe, porque esto supone probar que había un clima de persecución contra la Iglesia.


-La cuestión de fondo era si en un país católico era posible una persecución contra la Iglesia.

-Personalmente, realizamos investigaciones históricas para demostrar ante la Congregación para la Causa de los Santos, con documentación real, que había habido un asesinato por odio a la fe.


»Mientras tanto, se disolvió la objeción de errores sociales y se demostró que Romero quería aplicar la doctrina social de la Iglesia y que no había en él nada que tuviera ninguna relación con el marxismo. Quiero subrayar que de este tema hablé muchas veces con el cardenal Ratzinger, Prefecto para la Defensa de la Fe, quien quedó favorablemente impresionado.


»Yo estaba en San Salvador el 24 de marzo de 2005, para conmemorar el XXV aniversario de la muerte de Romero, y regresé ese día a Roma porque se estaba muriendo el papa Juan Pablo II. Fue elegido el papa Benedicto, y en su viaje en Brasil en 2007 habló muy bien de Romero.


»Sin embargo, todavía los opositores, siempre muy determinados, convencieron a los responsables en Roma de que suspendieran la causa por motivo de oportunidad, porque Romero aún podía ser instrumentalizado por la izquierda y podía dividir al país. Yo no me detuve y apoyé la viabilidad del proceso y seguí pidiendo que el proceso continuará su camino. Al papa le correspondía decidir. Esa fue mi posición.


-Usted se refiere a los opositores, ¿habla de los opositores dentro de la Iglesia?

-Parte de la curia, parte del episcopado. Romero se había convertido en una personalidad universal que también tenía oposición entre personalidades católicas de América Latina, en el Consejo Episcopal de América Latina. Es decir, había oposición entre miembros de la curia y de la Iglesia, sea salvadoreña o latinoamericana. Lo importante de parte del postulador era promover a través de estudios históricos y científicos la vida e historia de Romero. Cuanto más estudiábamos aparecía más evidente que Romero no estaba inspirado en la ideología marxista, sino solo en el Evangelio y los documentos del magisterio. Cuando lo interpelaron sobre la teología de la liberación, Romero contestó: sí, soy de la teología de la liberación de Pablo VI, no de otra.


»Quisiera decir que muchas veces tuve temor de que la causa no hubiera seguido adelante. En algún momento me pareció realmente imposible.


-¿Cuáles fueron los momentos más duros en el proceso?

-Fue en los últimos años, porque no lograba comprender cómo resolver las objeciones. Decir que aún no es oportuno era una afirmación abstracta. Eso ocurrió en 2007 o 2008. Me sentía en arenas movedizas; no lograba encontrar un punto sólido de apoyo hasta que fui nombrado por el papa Benedicto presidente del Pontificio Consejo para la Familia.


»Mientras tanto seguíamos haciendo investigaciones históricas para defender la tesis sobre el martirio, que a mí me parecía inatacable. Presento un ejemplo: Romero, decían los opositores, fue asesinado por motivos políticos, por lo tanto no es mártir; escogió una parte en el conflicto y pagó las consecuencias.


»Yo sostuve que no es así: en realidad, Romero, según resulta de la documentación, fue asesinado no por motivos inmediatamente políticos sino por seguir a una Iglesia tal como había salido del Vaticano II, y como la había vivido el episcopado latinoamericano, con una opción preferencial por los pobres. Efectivamente, fueron asesinados muchos sacerdotes, como Rutilio Grande, catequistas, religiosos.


»Y en su misma muerte hay un valor simbólico enorme: no fue asesinado en su casa o en el carro mientras manejaba en un atentado; fue asesinado mientras estaba celebrando la misa. Esto demuestra el aspecto desacralizador de quienes lo habían matado; el desprecio por lo sagrado.


»El 20 de diciembre de 2012, en mi primera audiencia con el papa Benedicto, siendo yo presidente del Pontificio Consejo de la Familia, le pedí que el proceso de Monseñor Romero siguiera su ruta ordinaria, que yo no quería ningún privilegio; y que yo pedía solamente que el proceso fuese llevado adelante en honor a la verdad, cualquiera que fuese. Yo estaba convencido de que habíamos llegado a la conclusión secundada por la intención del martirio.


»En esta oportunidad, el papa Benedicto me dijo: el proceso retomará su camino; pasó entonces de la Congregación de la Doctrina de la Fe, donde había sido bloqueado, a la Congregación para las Causas de los Santos. Luego ocurrió la elección del papa Francisco. Debo decir que fue grande su acogida a esta perspectiva.


»Tengo que decir que el testimonio de Monseñor Romero es el testimonio de un creyente, de un hombre de Dios, de un hombre de la Iglesia que escogió dar su vida por los más débiles y los más pobres. He estado siempre muy impresionado durante estos largos años, desde que soy postulador, por la fama de santidad que tiene Monseñor Romero en cualquier parte del mundo.


-¿Qué significa para El Salvador de hoy la beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero?

-Hoy creo que Romero es el santo de todo El Salvador. Han pasado muchos años desde entonces, y El Salvador ha vivido momentos muy difíciles, y hoy puede encontrar nuevamente en Monseñor Romero al hijo más ilustre y al más robusto sostenedor de todo el pueblo de El Salvador. Romero nunca ha odiado a nadie, ni siquiera a sus opositores; al contrario, a través de la elección de los más pobres, Romero quería un El Salvador más justo, más atento a sus hijos más necesitados. Un país que no ama, que no está atento de sus hijos más necesitados es como la familia en que el padre y la madre se desinteresan de sus hijos más necesitados.


»Hoy Romero es aun más que todo esto. No solo El Salvador tiene nuevos problemas con respecto al pasado, pienso por ejemplo en las maras; el mundo también ha cambiado: si pensamos en lo que está ocurriendo entre Estados Unidos y Cuba ha caído toda la polarización del pasado, de la que Romero también fue víctima. Y además el mundo entero está viviendo momentos dramáticos en relación con el terrorismo. Romero hoy representa, ya que es una personalidad conocida entre los creyentes, un testimonio que se opone a quienes piensan que la violencia ganará. Monseñor Romero dice que la vida nunca puede ser tomada, solo ofrecida.


»Y hago una última consideración de la actualidad de Romero en este momento, y es para mí la cosa más providencialmente clara: Romero tenía que ser beatificado bajo el pontificado del primer papa latinoamericano. Hoy me puedo explicar en profundidad el porqué de tantos atrasos: Dios esperaba al papa Francisco. Dios ha escrito esta página con las líneas torcidas de los opositores. Si pudiera decirlo con una broma irreverente, el papa Francisco necesitaba también de alguien que lo apoyara en el paraíso, porque Romero vivió plenamente la afirmación del papa Francisco: una Iglesia pobre para los pobres.


-¿Qué sigue en el proceso de beatificación?

-La beatificación ocurrirá muy pronto y será en San Salvador. La celebración será presidida por el Cardenal Angelo Amato, porque el papa preside solo canonizaciones. Una decisión con el arzobispo es el inicio de la beatificación del padre Rutilio Grande, porque, según mi parecer, con el de Romero son dos testimonios que van unidos con una sensibilidad evangélica, no política.


-¿Cuál es el camino a la santidad?

-Seguramente el proceso para la canonización proseguirá y para eso se requiere la presencia de un milagro. En este sentido mi deseo es que la oración y la intercesión a través de Monseñor Romero puedan llevar a la realización del milagro que seguramente llevará a Monseñor Romero de beato a santo. Es por eso que me siento muy feliz y cercano al pueblo de El Salvador, porque hoy de uno de los más pequeños países del mundo llega un mensaje central para la vida de toda la humanidad.



Jean Vanier, de El Arca, gana el rico premio Templeton: avisa de 3 riesgos del éxito y de las sectas

El filósofo y teólogo católico canadiense Jean Vanier, fundador de la red de comunidades El Arca (y con un blog en español en Rel) es el ganador este año del Premio Templeton, dotado con un millón setecientos mil dólares.

En las comunidades de El Arca (www.larche.org) conviven personas desamparadas, muchas veces con dificultades psíquicas, con personas sanas con una fuerte vida cristiana y de oración.


Abrió la primera casa en Francia, en 1964. En la actualidad son casi 150 comunidades en 35 países. El comité del Premio Templeton declaró que se había valorado su mensaje de compasión para los más vulnerables, "una inspiración para el mundo".


El Templeton premia cada año a los que hacen una contribución significativa a la dimensión espiritual de la vida. A veces son científicos o sacerdotes que buscan la frontera entre fe y ciencia, otras veces son fundadores de comunidades novedosas y creativas, o personajes que tienden puentes para el diálogo entre religiones y el mundo.


Autoridad en comunidades cristianas

Después de 50 años de experiencia, Jean Vanier es visto por muchos no sólo como una gran autoridad mundial en la acogida e integración de personas con discapacidad, sino también como una autoridad en la creación y mantenimiento de comunidades cristianas sanas.


Ya en 1979 publicó su libro “La comunidad, lugar de perdón y de fiesta ” (hay una edición en español de 1980 en Narcea Ediciones) recogiendo su experiencia comunitaria después de 15 años de lo que muchos habían considerado una chaladura utópica.



Ya entonces había visto crecer El Arca de una sola casa muy pobre a una comunidad internacional y señalaba los 3 peligros espirituales del crecimiento.


1. “El primer pecado de una comunidad es apartar los ojos del que la trajo a la vida [Dios] para mirarse a sí misma”


2. “El segundo pecado es encontrarse bella y creerse fuente de vida. Entonces se aparta de Dios y empieza a tener compromisos con el mundo y la sociedad. Adquiere un renombre”.


3. “El tercer pecado es la desesperanza. Descubre que no es fuente de vida, que es pobre, que le falta la creatividad y vitalidad y entonces se encierra en su tristeza, en las tinieblas de su pobreza y de su muerte”.


“Pero Dios no deja de esperarla, como el padre al hijo pródigo. Las comunidades que han dejado de lado la inspiración de Dios para encerrarse en su propio poder deben saber volver a pedir humildemente perdón a Dios”.


"Cuando empecé éramos pobres"

“Cuando empecé en El Arca éramos pobres. Me acuerdo de una señora anciana del pueblo que venía todos los viernes por la tarde para traer sopa. Otros nos traían comida y dinero. Los años han pasado. Ahora [en 1979] cuando en el pueblo hay una casa en venta vienen primero a proponer que la compremos nosotros, aumentando naturalmente el precio. Estamos considerados los ricos del lugar aunque el dinero llegue, sobre todo, de subvenciones del Estado” escribía con cierto humor en ese libro. En esa época El Arca tenía 21 comunidades; hoy tiene unas 150.



Jean Vanier - en el centro- con el equipo inicial de El Arca en 1964


El peligro de la profesionalización

Los peligros que detectó entonces han sido siempre vigilados por El Arca y Jean Vanier. “El peligro es encerrarse en lo que nos ocurre, olvidando la primera inspiración; convertirse en un centro profesional competente olvidando los elementos de gratitud; insistir de tal manera en las estructuras y en los derechos de los asistentes que uno se olvida de que las personas disminuidas necesitan encontrar junto a ellas a hermanos que se den y se comprometan; es olvidar la acogida y no ver ya en la persona disminuida el don de Dios”, escribió.


Jean Vanier, el hombre que ha ganado 1,7 millones de euros, señaló siempre esos elementos de gratitud, relacionados también con la gratuidad, incluso en el título de su libro de 1979: la comunidad es el lugar donde hay perdón y fiesta.


¿Cómo distinguir una comunidad de una secta?

Ya desde los años 60 en los que nació El Arca y otras comunidades católicas, prestó atención al peligro sectario.


Cuando nace una comunidad es muy difícil saber si se está ante una comunidad o ante una secta. Esto no se puede descubrir más que observando su crecimiento en el tiempo. La verdadera comunidad se abre cada vez más. La secta, por el contrario, aparenta abrirse pero con el tiempo lo que ocurre es que se cierra progresivamente. La secta está controlada por personas a las que les parece que se han quedado solas por tener razón. Son incapaces de escuchar, son cerradas y fanáticas: no hay ninguna verdad fuera de ellas. Han perdido la capacidad de reflexionar personalmente”.


“Sólo ellas son las elegidas, las salvadas, las perfectas, y los demás están en el error. A pesar de su alegría y tranquilidad aparentes, se tiene la impresión de que son unas personalidades débiles más o menos manipuladas, que están como aprisionadas en una falsa amistad de la que temen salir”.


El lenguaje del elitismo huele mal. No tiene sentido creer que solamente unos guardan la verdad y pueden condenar a los demás. Esas actitudes no tienen nada que ver con el mensaje de Jesucristo. La comunidad cristiana se basa en el reconocimiento de que somos pecadores, y que necesitamos ser perdonados cada día y perdonar 70 veces 7".


"No juzguéis y no os juzgarán; no condenéis y no os condenarán (Lucas 6,36). La comunidad cristiana debe hacer como Jesús: proponer y no imponer. El amor de los hermanos es lo que debe convertirse en luz que atrae".


"Otra señal que distingue la secta de la verdadera comunidad, es que las personas de una secta se limitan cada vez más a una referencia única, el fundador, el profeta, el pastor, el jefe, el santo. Es el que detenta el poder temporal y espiritual y el que mantiene a todos los miembros bajo su dominio. No leen más que sus textos, no viven más que de sus palabras. Este falso profeta rehúsa que vengan otros al grupo; descarta a todos los que podrían amenazar su autoridad todopoderosa, y se rodea de débiles ejecutores totalmente incapaces de pensar personalmente".


"Si al comienzo de una verdadera comunidad el fundador tiene en sus manos el poder espiritual y comunitario y si todos se remiten a él para todas las decisiones, él, poco a poco debe ayudar a las personas a encontrar otras referencias y a caminar hacia su propia libertad interior, para que no piensen forzosamente como él".


"Las verdaderas comunidades cristianas tienen siempre multiplicidad de referencias: la de su fundador, la de la Sagrada Escritura, la de toda la Tradición de la iglesia, la del obispo y el Santo Padre si son católicos, la de otros cristianos que viven el Espíritu de Jesús. Además, cada uno de sus miembros debe, en esencia, aprender a tener como referencia el Espíritu de Jesús que vive en él".


"Una de las señales de vida de una comunidad es la creación de lazos. Una comunidad que se encierra en sí misma muere por asfixia. Por el contrario, las comunidades que viven se unen a otras, constituyendo una amplia red de amor por el mundo. Y como no hay más que un Espíritu que inspira y vivifica, las comunidades que nacen o renacen bajo su inspiración se parecen incluso sin conocerse".