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mardi 10 février 2015

Jesuita, obispo y cardenal



Tomo todo el texto del blog La cigueña de la torre, del amigo Paco Pepe.


"Hoy ha fallecido el cardenal alemán Karl Joseph Becker, de la Compañía de Jesús, Tenía 86 años y había sido creado cardenal por Benedicto XVI en el consistorio de 2012. Llegó al cardenalato con más de 80 años y por tanto sin derecho a participar en Cónclave por lo que no fue elector del Papa Francisco.


A partir de hoy sólo son cardenales jesuitas, Tucci, de 93 años, Vanhoye, de 91, Korec, también de 91, y Darmaatmadja, de 80 años. Todos ellos por la edad excluidos de un eventual Cónclave aunque el eslovaco y el indonesio cuando fueron creados eran electores.


Francisco en sus dos consistorios no ha creado ningún cardenal jesuita, ni con voto o ya sin él.


Descanse en la paz de Señor el ilustre cardenal."




El espontáneo


A Don Juan Carlos, cuando rey, se le notaban las ganas de saltarse el protocolo, ese inhibidor de la espontaneidad, sin la cual Ricky Rubio es Corbalán. Si se le notaba es porque no se lo saltaba, de modo que, lo quisiera o no, aplicaba el despotismo ilustrado en el ámbito de la efusividad: todo el afecto para el pueblo, pero lejos del pueblo. Nada que ver con Francisco, quien al vivir de manera continua en la espontaneidad es a ella a la que se salta las pocas veces que sigue el orden del día.

El protocolo, que impide a políticos y prebostes echar una partida o pedir chinchón, no casa bien con un Papa que sin previo aviso se ha dejado caer por un poblado chabolista de inmigrantes de las afueras de Roma, quienes ante la buena sorpresa pusieron cara de cena de Navidad, que es la que se les ha quedado. No es cierto pues que la alegría dure poco en casa del pobre. Sobre todo si al pobre lo abandera un pontífice como Francisco, al que creo capaz de ceder a una embarazada su asiento en la audiencia general de los miércoles. Digo más: raro será que un día de estos, de camino a Castelgandolfo, no monte a un autoestopista en el papamóvil.




«Los cristianos sentados no conocerán el rostro de Dios, hay que ponerse en camino», avisa Francisco

Para encontrar a Dios hay que arriesgar y ponerse en camino, porque un cristiano “quieto” no podrá “conocer nunca” el rostro del Padre. Esta es la reflexión que el papa Francisco ha desarrollado durante la homilía de la Misa de la mañana, celebrada este martes en la capilla de la Casa Santa Marta.

Si un cristiano quiere conocer su identidad no puede quedarse cómodo en el sofá leyendo un libro, porque en el mundo “no hay un catálogo” que contenga “la imagen de Dios”. Y tampoco puede dibujarse un Dios de conveniencia que obedezca a reglas que no tienen nada que ver con Dios.


La lectura del Génesis que habla de la creación del hombre “a imagen de Dios” sugiere al Santo Padre una meditación sobre el camino correcto y los muchos equivocados que se abren ante un cristiano que quiera conocer su origen.


La imagen de Dios, ha afirmado el Pontífice, no la encuentro “ciertamente en el computer o en las enciclopedias”. Para encontrarla, y entender entonces “mi identidad”, sólo se puede hacer de una manera, “sólo poniéndose en camino”. De lo contrario, ha señalado, “nunca podremos conocer el rostro de Dios”:


“Quien no se pone en camino, nunca conocerá la imagen de Dios, nunca encontrará el rostro de Dios. Los cristianos sentados, los cristianos quietos no conocerán el rostro de Dios: no lo conocen. Dicen: ‘Dios es así, así…’, pero no lo conocen. Los quietos. Para caminar es necesaria esa inquietud que el mismo Dios ha puesto en el corazón y que te anima a buscarlo”.


Cierto, ha considerado Francisco, “ponerse en camino es dejar que Dios o la vida nos pongan a prueba, ponerse en camino es arriesgar”. Y así han hecho, desafiando los peligros y sintiéndose abatir por el cansancio y la desconfianza, también gigantes como el profeta Elías, o Jeremías, o Job.


Pero hay también otra manera de estar quietos y, por lo tanto, de falsear la búsqueda de Dios, que el Papa ha indicado en el episodio del Evangelio en el que los escribas y fariseos recriminan a Jesús, porque sus discípulos comen sin haber realizado las abluciones rituales:


“En el Evangelio, Jesús encuentra gente que tiene miedo de ponerse en camino y que se conforma con una caricatura de Dios. Es un documento de identidad falso. Estos no-inquietos han hecho callar la inquietud del corazón, pintan a Dios con mandamientos y se olvidan de Dios: ‘Vosotros, descuidando el mandamiento de Dios, observáis las tradiciones de los hombres’, y así se alejan de Dios, no caminan hacia Dios, y cuando tienen una inseguridad, inventan o hacen otro mandamiento”.


Quien se comporta de esta manera, ha concluido el Santo Padre, toma un “camino entre comillas”, un “camino que no camina, un camino quieto”:


“Hoy la liturgia nos hace reflexionar sobre estos dos textos: dos documentos de identidad. La que todos nosotros tenemos, porque el Señor nos ha hecho así, y la que nos dice: ‘Ponte en camino y tendrás conocimiento de tu identidad, porque tu eres imagen de Dios, estás hecho a semejanza de Dios. Ponte en camino y busca a Dios’. Y la otra: ‘No, no te preocupes: cumple todos estos mandamientos y este es Dios. Este es el rostro de Dios’. Que el Señor nos de a todos la gracia de la valentía de ponernos siempre en camino, para buscar el rostro del Señor, ese rostro que un día veremos pero que aquí, en la Tierra, debemos buscar”.


(Traducido y adaptado por ZENIT del artículo en italiano de Radio Vaticano)



Francisco simplifica la Curia con dos grandes campos: «laicos y familia» y «caridad y justicia»

Diez personas: el Papa Francisco y el consejo de nueve cardenales que le ayudan en el gobierno de la Iglesia ultiman desde el lunes el proyecto de simplificación de la Curia vaticana que presentarán este jueves a los cardenales de todo el mundo.

La reforma está a punto de “pasar el Rubicón”. La Curia vaticana será más simple y más reducida pero, sobre todo, más servicial y más espiritual.


En la reunión de todo el colegio cardenalicio el jueves y viernes participarán ya los 20 prelados que recibirán la birreta el sábado.


Se trata de 15 nuevos cardenales electores -entre los que figura el español Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid-, y cinco obispos de más de ochenta años que, sin participar en el Cónclave ni en cargos de gobierno, aportan mucha sabiduría.


Los casi doscientos cardenales recibirán el proyecto de simplificación de la Curia vaticana mediante la creación de dos grandes departamentos, uno dedicado a “laicos y familia” y otro dedicado a “caridad y justicia” que asumirán tareas repartidas hasta ahora en un ramillete de pontificios consejos llamados a desaparecer, igual que algunas pontificias comisiones y, probablemente, academias.


El objetivo es pasar de treinta departamentos a menos de una veintena, para que no haya duplicación de tareas y las consultas sean más fáciles.


El reajuste significa disminuir el número de “jefes” pero, sobre todo, pasar a una “cultura de servicio” al Papa y a las diócesis de todo el mundo.


Según el prefecto de la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, “el Papa Francisco está realizando un purificación espiritual del templo que es, al mismo tiempo, dolorosa y liberadora”.


La reforma de Francisco consiste en tres cambios sucesivos: primero la cultura, después la estructura, y -solo después- las personas. Por eso ha habido tan pocos relevos hasta ahora.


El paso «revolucionario»

Su “reforma de la cultura” dio un gran paso el pasado 22 de diciembre con el vigoroso discurso sobre las quince “enfermedades de la Curia vaticana”.


Según el cardenal Müller, ese discurso es “un examen de conciencia para toda la Iglesia”, pues en toda diócesis pueden darse esas patologías.


Aunque muchos no se han dado cuenta, buena parte de la reforma está ya hecha. El paso “revolucionario” tuvo lugar el 14 de abril del 2013 cuando, al mes de su elección, Francisco anunció el nombramiento de ocho cardenales para “aconsejarle en el gobierno de la Iglesia universal y el proyecto de revisión de la Curia Romana”.


Los ocho cardenales, coordinados por el hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, pasaban a constituir un enlace directo de los cinco continentes con el Papa por encima de la burocracia vaticana. El segundo paso fue la reforma del Sínodo de Obispos para cambiar su estilo de trabajo: estudio a fondo de los temas y debates verdaderos sin excluir ningún tema “tabú”, lo cual todavía asusta a algunos.


El tercer paso fue la reforma económica, culminada en febrero del 2014 con la creación de la secretaria y el consejo de Economía. En paralelo se saneó, por fin, el banco del Vaticano.


El cuadro se completó dando mayor contenido y vivacidad a las reuniones de todo el colegio cardenalicio, como la del año pasado sobre la familia. Buena parte de la reforma está hecha y funcionando. La constitución apostólica, en 2016, será la constatación de un cambio realizado suavemente por etapas.


Eliminadas las «sedes cardenalicias»

Los 15 nuevos cardenales electores, cuyos nombres fueron anunciados el pasado 4 de enero, aportan una nueva dosis de internacionalización pues muchos provienen de países que no contaban con ningún cardenal.


Según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, la lista “confirma que el Papa no se considera vinculado por la tradición de las ‘sedes cardenalicias’, que obedecía a razones históricas en varios países donde el cardenalato se consideraba casi automático en esas sedes”.


Es el caso de muchas diócesis italianas que fueron importantes en su día, pero dejaron de serlo en términos numéricos, como sucede con las diócesis primadas de muchos países, incluida la de Toledo.


El Papa se ha sentido libre para imponer la birreta al arzobispo de Valladolid, del mismo modo que ha escogido obispos de frontera en otros continentes.


Entre los 15 nuevos cardenales hay tan sólo uno de la Curia vaticana, el presidente del Tribunal de la Signatura, pues lo requiere el cargo. La internacionalización es parte de la reforma.



Sobrevivió al aborto que quería matarla: «Dios es el que resucita a los muertos y hace lo imposible»

La suya es la historia de una vida que no tenía que existir.

Han hecho una película con su historia, October Baby (2011), para decir que entre elegir la vida y descartarla hay una gran diferencia: una persona. Y una persona no es un detalle.


A Gianna Jessen la he visto siempre en una pantalla, en fotografía y en alguna filmación que he encontrado en la red. También esta vez la veo a través de una pantalla, pero pronto podré darle la mano porque en breve estará en Italia. Pero vayamos al punto.


Gianna Jessen ha sobrevivido a un intento de aborto salino; fue dada a luz viva, el 6 de abril de 1977, después de combatir durante 18 horas con una maldita solución salina inyectada en el útero materno para destruir a la criatura.


Algo fue mal en los planes del doctor muerte: esta vez el aborto fue abortado, un exuberante sobresalto de vida aplastó al dragón.


-Gianna, ¿qué sientes por haber sobrevivido?

-Gratitud por estar viva.


-Bueno, con esta respuesta creo que poco más te puedo preguntar…

-Vivo una vida interesante e…inusual. Empecé a luchar desde el principio.


-Vale, entonces dime por qué sigues luchando…

-Porque he recibido la vida y quiero llevar adelante la vida. Para mí, ser provida tiene que ver con la dignidad de cada vida humana, con la dignidad de la madre, del padre, del niño. Del hombre. Sigo luchando porque quiero defender a quien es vulnerable a la muerte de manera injusta. Cada vez hay más cosas que hasta hace pocos años eran consideradas horribles y que ahora se están convirtiendo en la normalidad en el pensamiento de la gente, y esto es verdaderamente preocupante en lo que atañe a los valores de la vida, no sólo en el vientre materno.


-¿Qué tipo de luchadora eres?

-Una madre. Tengo mis hijos, es cierto, pero hay tantas personas que nunca han crecido, que siguen viviendo como adolescentes. Me gusta pensar en mí misma como una madre que intenta dar unos principios, unos valores, sabiendo que a una madre no le interesa ser adorada, sino adorar a sus propios hijos. Las personas pueden incluso no apreciar lo que tengo que decir, pero en un mundo sin progenitores y sin límites, sin nada que de verdad traiga la paz, cuando alguien dice: “Hey, sé que hay límites”, al cabo de un tiempo te das cuenta de que las personas empiezan a escuchar seriamente. Porque han experimentado el otro camino y han visto su efecto, que es la muerte, no la paz.


-Parece que la cultura de la muerte marca muchos puntos a su favor…

-Pienso que vivimos tiempos complicados. Si amas el bien, la belleza y la gentileza, te preguntas cuántas personas quedan en el mundo que piensen como tú. El verdadero problema es que hoy ya no existe el bien y el mal, la verdad es cualquier cosa que desees que sea. Es la verdad hecha a medida de uno mismo. Todo esto es ridículo y también un poco arrogante. Pienso siempre en lo pequeños que somos: no podemos hacer que un corazón lata, no podemos salvarnos de un accidente de carretera, no podemos mantener nuestras funciones corporales… Somos pequeños, pero creemos que podemos salvar al planeta Tierra utilizando cinco veces la toalla para la ducha


-¿Cómo?

-Quiero decir que tenemos la arrogancia de pensar que está en nuestro poder salvar al planeta de la destrucción, mientras que por otra parte ¡no queremos tener nada que ver con Dios! Si Dios no existe y nada tiene importancia, ¿por qué salvamos la Tierra? ¿A quién le importa? Cuando pienso en la lógica y la arrogancia de todo esto me digo que nuestro tiempo es un tiempo preocupante en el que vivir. Por otro lado, es también un tiempo bellísimo porque pienso que es la ocasión perfecta para decir la verdad a la gente. Llegará un punto en el que veremos que esta arrogancia no tiene sentido y desearemos ver al verdadero Dios.


-Gianna, pero, ¿quién es Dios para una persona que está “agradecida de estar viva”?

-Mi Padre. El único Padre que he tenido. Soy cristiana. Necesito a Jesús. Me guía, me protege, comparte todo de mí. Es todo para mí y no puedo hacer nada, no tengo ningún objetivo … incluso combatir el aborto, por muy noble que sea, se convierte en algo sin significado si no puedo estar con Jesús, conocer a Jesús. Dios es Aquel que resucita a los muertos, que hace lo imposible, permanece a tu lado, te responde, se preocupa por mí, me regala el anochecer, me escucha…





-Bellísimo, pero muchas personas que defienden el derecho al aborto no quieren oír hablar del Creador…

-Les diría: ¿no quieres tener nada que ver con Dios? Vale, no pasa nada… ¿Adoras la ciencia médica? Pues entonces mira las ecografías. En ellas ves a un niño que baila en el vientre de su madre y cuando tiene tres semanas ya puedes oír el latido de su corazón. No he entendido nunca porqué no hay otro momento de la vida humana en el que, cuando oyes el latido del corazón, lo niegas o lo ignoras. Pero según la lógica del aborto se puede llegar a decir que un corazón que late es algo irrelevante. Frente a quien me dice "quiero poder elegir", digo no. La elección era irse o no irse a la cama con ese chico, esa era la elección. Parece que podemos hacer todo lo que queremos sin consecuencias.


-¿Qué le dirías a una mujer que ha decidido abortar?

-No quiero condenar a nadie, pero quiero llevar adelante la vida. Las mujeres que han abortado viven en el dolor, en la rabia, en el desprecio hacia ellas mismas y deben convivir con todo esto. Entonces hablo porque de verdad quiero verlas libres. A quien defiende el aborto y dice: “lo hacemos por las mujeres”, me gustaría decirles que también yo soy una mujer y que lo era también en el vientre de mi madre. ¿Por qué ninguna activista, ninguna feminista luchó por mi vida? Entonces es una mentira, no se hace por las mujeres, sino que es política y negocio. En cambio, debemos dar espacio a esos centros que ayudan a las mujeres a vivir un embarazo complicado, para que superen esos momentos difíciles. Demasiadas mujeres llegan al aborto porque piensan que están solas, que no hay nadie que las ayude verdaderamente. Son miles las vidas que han sido salvadas por estos centros. Cientos de miles en todo el mundo.


-Gianna, la última pregunta. Has dicho que vivimos tiempos complicados. ¿Cómo salimos de ellos?

-Podemos y debemos dejar de quitar la vida, de abusar de las mujeres y de los niños por motivos políticos, de poder y de dinero. Pero hay otra respuesta que vale para todos los tiempos. Solos no podemos hacer nada, el hombre tiene necesidad del Salvador.


Gracias Gianna. La tuya es una historia que no habríamos podido contar nunca y esto produce un extraño efecto. Un efecto sobre el que no se reflexiona nunca suficientemente. Es la diferencia entre elegir la vida y descartarla. Para quien quiera ver esta diferencia de carne y hueso, Gianna estará en Italia, en Imola el próximo 24 de febrero y en S. Giovanni in Persicelo (Bolonia) el 26 del mismo mes. Para información http://ift.tt/1yUQvzO (por la entrevista damos las gracias a Monica Gibertoni y Lucrezia Jones).


(Traducción de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares)


Conozca más sobre la hermosa película October Baby y el testimonio de Gianna en éste artículo. Bajo estas líneas, el trailer de la película inspirada en su vida (que se puede conseguir aquí).