Pages

samedi 18 avril 2015

El Papa rompe tres tabúes

Todo podemos decir de las palabras de Papa Francisco sobre el genocidio de los armenios de 1915, excepto que se trata de un gesto improvisado y no meditado. Son las palabras que el Papa pronunció en su saludo inicial, en San Pedro en Roma, durante una misa solemne para los fieles de rito armenio, ante la presencia de las máximas autoridades de la Iglesia Armenia Apostólica y el presidente de la República de Armenia. La misa se celebró el 12 de abril, pocos días antes del 24 de abril, día que conmemora el centenario del inicio del genocidio que el Papa ha citado enseguida apertis verbis. “Queridos fieles armenios", empezó, "hoy recordamos, con el corazón traspasado de dolor, pero lleno de esperanza en el Señor Resucitado, el centenario de aquel trágico hecho, de aquel exterminio terrible y sin sentido, que vuestros antepasados padecieron cruelmente".

Está claro, por lo tanto, que el Papa ha tomado dicha iniciativa plenamente consciente de todas las posibles consecuencias y después de haber valorado cada aspecto de la cuestión. Por eso, es más importante que nunca conocer bien las razones y el significado. Y para hacerlo no hay ningún modo mejor que recordar lo que él dijo textualmente.


Tras haber confirmado que estamos en “un tiempo de guerra, como una tercera guerra mundial ‘por partes’“, continuó así:


“También hoy estamos viviendo una especie de genocidio causado por la indiferencia general y colectiva, por el silencio cómplice de Caín que clama: «¿A mí qué me importa?», «¿Soy yo el guardián de mi hermano?» (Gn 4,9; Homilía en Redipuglia, 13 de septiembre de 2014).


"La humanidad conoció en el siglo pasado tres grandes tragedias inauditas: la primera, que generalmente es considerada como «el primer genocidio del siglo XX» (Juan Pablo II y Karekin II, Declaración conjunta, Etchmiazin, 27 de septiembre de 2001), afligió a vuestro pueblo armenio –primera nación cristiana–, junto a los sirios católicos y ortodoxos, los asirios, los caldeos y los griegos. Fueron asesinados obispos, sacerdotes, religiosos, mujeres, hombres, ancianos e incluso niños y enfermos indefensos. Las otras dos fueron perpetradas por el nazismo y el estalinismo. Y más recientemente ha habido otros exterminios masivos, como los de Camboya, Ruanda, Burundi, Bosnia. Y, sin embargo, parece que la humanidad no consigue dejar de derramar sangre inocente. Parece que el entusiasmo que surgió al final de la segunda guerra mundial está desapareciendo y disolviéndose. Da la impresión de que la familia humana no quiere aprender de sus errores, causados por la ley del terror; y así aún hoy hay quien intenta acabar con sus semejantes, con la colaboración de algunos y con el silencio cómplice de otros que se convierten en espectadores. No hemos aprendido todavía que «la guerra es una locura, una masacre inútil» (cf. Homilía en Redipuglia, 13 de septiembre de 2014)".


Por consiguiente, por una parte el Papa eligió hablar pro veritate del genocidio de los armenios de manera abierta y solemne, prescindiendo de cualquier cautela diplomática, sabiendo bien que suscitaría fuertes reacciones por parte de Turquía, donde su negación es parte integrante de la cultura oficial del país. Por otra parte, indicó el genocidio de los armenios como el primero de una secuencia de tres “grandes tragedias inauditas” del siglo XX: análogo por gravedad a los genocidios perpetrados “por el nazismo y el estalinismo”. Aunque difícilmente contestable si se mira a los hechos sin prejuicios ideológicos, dicha equivalencia choca con dos pretensiones distintas pero igualmente consolidadas: la de quien, en un ambiente judío, pretende que la Shoah es el mal y la tragedia absolutos, no comparable con ningún otro hecho de la historia humana; y la de quien, en un ambiente post-marxista, rechaza cualquier paralelo entre Hitler y Stalin, viendo en el primero la encarnación absoluta del mal y en el segundo, en cambio, un revolucionario de buenas intenciones que se equivocó en la elección de los medios pero no en el fin.


En resumen, de un solo golpe el Papa Francisco ha roto tres tabúes convencido de que "donde se pierde la memoria quiere decir que el mal mantiene aún la herida abierta; esconder o negar el mal es como dejar que una herida siga sangrando sin curarla". En esto no hace otra cosa que seguir el camino abierto por sus inmediatos predecesores, pudiendo hacer lo que hace porque ellos hicieron lo que hicieron. Por ello, es significativa su referencia a la declaración común que Juan Pablo II y el Catholicos Karekin II suscribieron en Etchmiadzin el 27 de septiembre de 2001. Es una firmeza que levanta admiración y que cada uno de nosotros, en su pequeña medida, debería tomar como ejemplo.


Artículo publicado originalmente en La Nuova Bussola Quotidiana.

Traducción de Helena Faccia Serrano.



San Expedito. Sí, pero no.

Luego de un invierno devocional, que padecieron muchos santos a partir de los años 70 del pasado siglo, la devoción a San Expedito renace, crece y va a más. Lamentablente, como suele pasar, este culto renacido viene acompañado de la patente ignorancia religiosa de en nuestros días, la mezcla de supersticiones y la evidente poca eficacia de años de evangelización.

San Expedito, soldado mártir. (17, 18 y 19 de abril; 13 de mayo, martirlogio pseudo jeronimiano).


¿Quien fue San Expedito?

El Acta Sanctorum, a día 19 de abril, aparece Expedito, en Melitine y formando parte de un grupo donde están los santos mártires Hermógenes, Cayo, Aristónico, Rufo, Mitina, Arminia, Rufo (otro), Hilario, Fortunato, Donato, Mavilino y Galata. Unos dicen que eran todos hermanos y que Hermógenes, que era mago, convertido por el apóstol Santiago (25 de julio y 30 de diciembre) y fue discípulo suyo, acompañó su cuerpo a Galicia, volvió a Armenia, donde convirtió a sus hermanos y fueron martirizados. Pero las leyendas más antiguas hacen mártir a este Hermógenes en Siracusa, no en Armenia. El martirologio pseudo-jeronimiano lo pone a 13 de mayo, pero solo con Hermógenes, Cayo, Aristónico, Rufo y Galata, y de este copian Usuardo, Adón, Notker y otros hagiógrafos.


El Expedito, soldado y convertido "express" al parecer fue un mártir de Cartago, del siglo II. Para más inri, algunos dicen que ni siquiera existió y que sólo es un calificativo de la rápida conversión de los mártires mencionados en la "passio" de San Eleuterio y Santa Anthia, recogidos en varios martirologios (no el romano actual) el 17 y el 18 de abril:


"Santos Mapálico, soldado y mártir, Eleuterio, obispo; Anthia, su madre; con Corebus, gobernador, y sus compañeros Partenio, Calocero, Febo, Próculo, Apolonio, Fortunato, Crispino, Victorino, Gago, Expedito. (+251)."




Estas actas de San Eleuterio son falsas y narran que, ante el martirio de Eleuterio y Anthia, varios soldados, entre ellos Expedito, y el gobernador, se convirtieron rápidamente (expeditamente) y fueron martirizados.

En realidad se trata de una unificación de santos, pues Eleuterio y Anthia, aparecen metidos en la recopilación de Mapálico y compañeros, de los que nada se sabe. Aún así la historicidad de Mapálico y compañeros está probada y constan como históricos, porque San Cipriano de Cartago (16 de septiembre) que elogia su fe y entrega, pero no menciona a Expedito, y sí a otros (Ireneo, Donato, Firmo, Vento, Fruto, Marcial, Aristón, Fortuna, Crédula e Irene), añadiendo sus nombres al calendario de Cartago a 17 de abril. Sin embargo, en el siglo V aparecen en el mismo calendario el día 19, mezclados con los de Melitine, y además, Baruc, Quinto, Victorico, Enero, Macorio, Galo, Julián, presbítero; Meceón, Magín, Diomedes, Filipe y nuestro Expedito.


O sea, resumiendo lo anterior: que Expedito aparece en dos recopilaciones de santos que se mezclan entre sí, metido en una passio legendaria (donde hay soldados convertidos "expeditamente").Hasta ahí, luego se le añadiría una leyenda, conocida más o menos, que copia estos tormentos típicos que se leen en otras passio legendarias, aplicándolos al santo: fuego, flagelación, plancha ardiendo, pez, ect. Incluso lo ha separado de su grupo original (supongamos que es él), poniéndole tres siglos más tarde, en el siglo IV y padeciendo bajo Diocleciano (1).


Otros afirman que lo inventaron unas religiosas que recibieron unas reliquias de santos, con la señal "expeditus", o sea "rápido", como una indicación al correo que debería llevar esta arca de reliquias... pero estas dos interpretaciones pueden ser falsas, porque aunque pueda ser un adjetivo calificativo, Expedito aparece como nombre propio en la passio de San Menas de Cute (11 de noviembre), que sí padeció bajo Diocleciano.


Culto y devoción:

Aparte cultos locales y reducidos a partir del siglo XVI, cuando Expedito era considerado patrono de comerciantes y fabricantes de relojes, se puede decir que empezó a venerársele continuamente y en ascenso en Italia, en el siglo XVIII, como patrono de marineros. A razón del nombre "expeditus", se le comenzó a considerar como patrono de cosas urgentes y desesperadas y eso, precisamente, es lo que le hizo tan popular sobre todo en el siglo XIX en el resto de Europa y América. Aunque la leyenda del soldado que desea convertirse, lo del cuervo que grita "cras" ("mañana", en latín) y es pisado y la palabra "hodie" ("hoy", en latín) dicha por Expedito es anterior.


Novenas, triduos, letanías, gozos, y otras devociones extendieron el culto expeditamente, nunca mejor dicho.


"Pecador que jamás te conviertes,

repitiendo el ´mañana´ maldito,

mira, mira, infeliz, que ese grito

es el grito del cuervo infernal.

Trueca al punto ese infausto graznido,

que es augurio de suerte siniestra,

por el ´hoy´ que Expedito te muestra

como el solo remedio a tu mal
".




(Fragmento de los "Gozos", que como todas estas cancioncillas populares enzalzan al santo, y mueven a su devoción como protector)

A principios de siglo XX el culto se consolidó, cuando paradójicamente comenzó el rumor hasta hoy imparable, de que "está prohibido" y a mediados de este mismo siglo decayó luego de la reforma conciliar y los "nuevos aires". En muchos sitios, malentendiendo la reforma litúrgica, se defenestró su culto, imágenes y devoción, desterrándo las imágenes y numerosas reliquias (todas falsas, de todas maneras) a los trasteros o tiendas de anticuarios. Pocos sitios mantuvieron el culto. Hoy parece renacer la devoción, por lo mismo, la necesidad y la prisa de resolver las cosas. Por lo mismo vuelven a hacerse notar santos "milagrosos" con más leyenda que historia, como Judas Tadeo, Filomena y otros más.


Hay que aclarar que no es la Iglesia quien cuestiona a San Expedito, sino los historiadores, hagiógrafos y curas progres. Su memoria no consta en el calendario litúrgico oficial de la Iglesia y por tanto, pero eso no significa nada, son más los santos que están fuera de dicho calendario que los que forman parte. La Iglesia acepta su culto, donde esté establecido y se establezca, por la antiguedad que tiene, pero ni siquiera ha extendido una confirmación de culto, salvo la general para los santos antiguos y no canonizados que se extendió en 1900, que planteaba que un santo si tiene más de 100 años de culto, puede seguir venerándose. Eso no quiere decir que su "vida" sea reconocida por la Iglesia, cuanto más que es una leyenda tardía, sino simplemente que no hay en su culto nada reprobable (al menos en lo más externo, a saber dentro de cada quien).


Es igualmente importante recordar que el proceso de canonización no surge hasta el siglo IX, antes de esto cada diócesis o incluso cada parroquia elegía su calendario con bastante facilidad y añadía y repetía memorias de su santos locales (por ejemplo, Santa Brígida de Irlanda, celebrada el 1 de febrero, pero en aquellos lugares donde su figura es importante y tiene gran devoción). Durante siglos se han incorporado santos al calendario, ya fueran memorias libres u obligatorias, fiestas, traslaciones, gracias místicas, que de celebraciones locales o particulares han pasado a ser celebrados por casi todo el mundo, es el caso de San Expedito. La Iglesia nunca ha confirmado su culto oficialmente, como sí ha hecho con otros santos o beatos, venerados desde antiguo y reconocidos posteriormente (Santa Eduviges de Polonia o la Beata Kateri) como beatos o santos. San Expedito se venera en muchos templos, y donde tenga devoción, puede rezarse del oficio de mártires, pero no ha recibido confirmación oficial, salvo la de permitir su culto, observando que nada hay en él que se oponga a la fe, que con lo poco que se sabe, ya es bastante.


Iconografía:

Originalmente su atributo identificativo con la prisa fue un reloj, sustituido luego por una cruz en la que, muy posteriormente se puso la inscripción "hoy". Igualmente le acompaña el cuervo pisado, del que, en la pintura y estampas, sale una filacteria que escribe "cras", o sea "mañana".



Los cristianos son perseguidos

A lo largo del siglo XX ha habido otros exterminios. En nuestra patria mismamente, en los años `30 nuestros padres y abuelos sufrieron persecución y muchos de ellos martirio (ya reconocido oficialmente por la Iglesia). Antes, sucedió en México con la revolución cristera. Después, en muchos países del este de Europa. O en China, en Vietnam, etc. A lo largo de toda la historia, los cristianos han sido perseguidos por ser cristianos. Y la sangre de los mártires ha sido siempre semilla de nuevos cristianos. No saben los perseguidores que cuanto más persiguen, más afianzan la fe cristiana en tantos lugares de la tierra. Y la Iglesia se ha abierto camino a lo largo de la historia, en medio de persecuciones y carencias.

Otro tipo de persecución, más disimulada, es la de amordazar a los cristianos en los países de occidente, los países más desarrollados, relegando la presencia de Dios a lo más íntimo de la conciencia y estableciendo una “neutralidad” laica en la sociedad civil. Se trata de plantear la vida y la sociedad como si Dios no existiera o haciendo abstracción de Dios. La confesión pública de la fe se permite, pero no el influjo de la fe en la esfera de lo público, ni siquiera cuando los cristianos son la inmensa mayoría. No estoy hablando de confesionalidad, sino de presencia de lo cristiano en la esfera pública, dentro de una sana laicidad positiva. En este contexto, la fuerza del Evangelio se amortigua con el consumismo, la búsqueda del placer y la comodidad, el afán de tener más, la corrupción en todas sus formas. Corre más peligro la fe en estos ambientes relajados que en aquellos en los que se persigue cruentamente a los cristianos.


En nuestros días esa persecución sangrienta continúa en lugares muy distintos: Tierra santa, Irak, Siria, Libia, Nigeria, Kenia, produciendo listas innumerables de mártires, sólo por ser cristianos. No pasa una semana sin que tengamos nuevas noticias en este sentido.


¿Qué podemos hacer? En primer lugar, rezar por todos los perseguidos a causa de su fe, para que el Señor los sostenga, los consuele, los asista. “Bienaventurados vosotros cuanto os insulten, os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos” (Mt 5,11), nos dice Jesús. El previó que en el mundo tendríamos luchas y persecuciones. Por tanto, no es nada nuevo que los discípulos de Cristo sufran persecución por causa del Evangelio: “Vuestra recompensa será grande en el cielo”. Los mártires nos hablan, por tanto, de otra vida superior, de la vida eterna a la que llegamos por el camino de los mandamientos y a donde llegan de un golpe los que son sacrificados por ser cristianos.


Pero, además, hemos de ser sensibles y estar atentos para mostrar nuestra solidaridad con los hermanos cristianos que sufren por causa de su fe. Especialmente llamativo es el silencio de los países occidentales ante todas estas torturas, y peor todavía la indiferencia globalizada, como si con nosotros no fuera este asunto. Somos más sensibles ante los que mueren de hambre que ante los que mueren por su fe. Y no debiera darse ni lo uno ni lo otro. Hay cauces para hacer llegar nuestra ayuda material a esos campos de refugiados, donde carecen de todo, solamente por ser cristianos.


Y no olvidemos nunca que el perdón es una característica cristiana. Lo que saldría espontáneamente de un corazón herido, sería la venganza, el odio, la revancha antes o después. Sin embargo, nuestros hermanos cristianos que mueren por ser cristianos nos dan un precioso testimonio de amor, de amor supremo, perdonando incluso a quienes los torturan. Ese amor sólo puede brotar de un corazón como el de Cristo, que al ser crucificado, perdonaba a sus enemigos y los disculpaba: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34). No es bueno, por tanto, tapar y olvidar el pasado. Recordamos para perdonar, recordamos para que las heridas queden sanadas, recordamos para aprender de ellos a amar sin medida.



Con 11 años y un tumor cerebral, le ofrecieron cumplir un deseo: eligió «ser sacerdote por un día»

Normalmente la niñez es una etapa hermosa llena de fantasía y de sueños. Junto a los padres, los hermanos, los amigos de la escuela y del barrio, la vida se va desarrollando entre juegos, sonrisas y pequeños deberes escolares y hogareños que van formando la personalidad y el carácter del niño.

Pero sucede que a veces, este camino de alegría y felicidad, se ve entorpecido por una enfermedad inesperada que pone en peligro el futuro de esta frágil criatura.


La archidiócesis de San Louis en Estados Unidos dió a conocer el pasado 8 de abril el caso de Brett Haubrich un niño de 11 años de edad que sufre un tumor cerebral inoperable de grado tres a quien la organización Make-A-Wish le ofreció cumplir un deseo que tuviera.


En vez de querer visitar un parque de diversiones, realizar un viaje, conocer algún artista o deportista famoso, las cosas que generalmente piden los muchachos, Brett hizo un pedido inédito: “Ser sacerdote al menos por un día”.


En una entrevista con el St. Louis Review , el periódico de la archidiócesis, Eileen la madre de Brett, el segundo de cuatro hermanos, recordó que su hijo ante las preguntas ¿qué quieres hacer? ¿a dónde te gustaría ir? ¿Quieres conocer a alguien?, no quería nada.


Fue en el momento en que le preguntaron ¿qué quieres ser cuando crezcas? que su hijo contestó sin dudar: “Realmente quiero ser un sacerdote”.


La organización Pide un Deseo (Make-A-Wish en inglés), que opera en todo el país con independencia del gobierno local o federal, se dedica a conceder los deseos de niños que padecen enfermedades que ponen en peligro sus vidas para enriquecer su experiencia humana con esperanza, fortaleza y alegría.


Desde su fundación en 1980, ha cumplido más de 230.000 deseos alrededor del mundo. Cada deseo concedido por Make-A-Wishes único para el niño(a) y su familia. Existe un proceso mediante el cual se recomienda a un niño(a), se determina su elegibilidad y se le concede su deseo más anhelado.


En el caso de Brett, lo primero que pensaron fue que el niño pudiera ayudar en la misa de un sábado por la mañana y hablaron con el padre Nick Smith, maestro de ceremonias de la catedral de St. Louis. La respuesta del sacerdote fue: “Podemos hacer algo mejor que eso”.


“¿Porque no hacemos que venga el Jueves Santo? Puede ayudar en la misa crismal y esa noche la misa es siempre sobre la Eucaristía”.


Pero mientras el padre Smith hablaba con la familia, a su lado estaba el arzobispo de St. Louis, monseñor Robert J. Carson escuchando la conversación muy atento y comenzó a generar ideas. “Hagamos esto, hagamos lo otro”, sugería el prelado muy emocionado.


Finalmente Brett ayudó como acólito en la misa crismal y en la misa de la Cena del Señor. Además por idea de monseñor Carlson participó en el lavatorio de los pies junto a otros 11 seminaristas y en una cena con ellos en la residencia arzobispal.


El padre Smith preparó un programa para ese día y se lo entregó personalmente a Brett, junto con una carta firmada por monseñor Carlson. A pesar de su temor de equivocarse en alguna parte de la misa, el arzobispo aseguró que Brett “lo hizo muy bien”. Para el niño “fue una experiencia realmente genial”.


Eileen, la madre de Brett, dijo no estar sorprendida por el deseo de su hijo de ser sacerdote, pues “durante años él ha amado la misa y ha sido muy religioso”.“Tiene un buen corazón y es un chico muy cariñoso”, dijo. Por su parte, Brett señaló: “Me gusta recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo”.


El equipo de terapia St. Anthony que ayuda a la familia ha creado una cuenta en el sitio web GoFundMe para recoger fondos para su tratamiento. En la petición se aclara que “aunque la cirugía no es una opción en este momento, estamos rezando para que la quimioterapia y la radiación reduzcan el tumor”.


Hasta el momento, se han recogido más de dos mil dólares. Pincha aquí para colaborar.


Artículo publicado originalmente en Aleteia.