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mardi 7 octobre 2014

Veinticinco años


Veinticinco años no es ni poco ni mucho, depende de con quién se compare. Es, simplemente, algo. Estar en 38 países y contar con más de 500 comunidades laicales en ese tiempo puede ser muchísimo o muy poco, depende de con quien se compare. Habrá quien ha crecido más y quién lo haya hecho menos. Por eso creo que los números son sólo elementos orientativos, porque lo importante es lo que hay en la institución en cuestión, su alma, su corazón, su vitalidad. Me refiero a los Franciscanos de María.

Estamos terminando el Año Jubilar que nos concedió el Papa Francisco. Un año maravilloso, en el que hemos crecido un 34 por 100, pero, sobre todo, en el que muchísimos han dado un paso de gigante en su unión con Dios, viviendo la espiritualidad del agradecimiento, que es la propia de esta familia eclesial. Ahora, al concluir el año, termina una etapa y empieza otra. Veinticinco años son algo; quizá son una mayoría de edad suficiente como para que Dios nos pida algo más o quizá simplemente de lo que se trata es de seguir con sencillez y sin grandes pretensiones haciendo día a día lo que hemos hecho hasta ahora: confiar, agradecer y ofrecernos a Dios a imitación de María. Seguro que a muchos les parecerá una imprudencia no tener planes de futuro, programas de actuación, objetivos estratégicos; personalmente, he constatado hasta la saciedad que casi todo plan termina por no cumplirse y que lo que sucede no estaba previsto y resulta mejor que lo que se había programado. Por eso, al cruzar esta barrera de los 25 años de vida -que no son mucho, pero que ya son algo-, sólo tengo un plan. Para mí y para todos los miembros de esta familia, crecer en santidad, ser dóciles a la voluntad divina, dejarnos trabajar por él para ser instrumentos suyos que estorben a la Divina Providencia lo menos posible. Si algo he aprendido en estos veinticinco años es que Dios sabe siempre lo que hace. Por eso, para mí y para esta familia, hago mío el salmo que dice: "No pretendo grandezas que superan mi capacidad, sino que acallo y modero mis deseos como un niño en brazos de su madre". Somos -y Dios quiera que lo seamos siempre- como niños en brazos de María, que no pretenden otra grandeza más que la de amarla y amar a su Divino Hijo, defenderla y hacer lo propio con Cristo y con su Iglesia. Si, a pesar de nuestros pecados, lo conseguimos, entonces ya nos damos por satisfechos. Amar y hacer amar al Amor, como hasta ahora, mejor que hasta ahora: ese es el único programa que queremos tener aquellos que nos sentimos llamados a hacer de nuestra vida una permanente acción de gracias, a ser una "eucaristía" viva.



Orar es hacer memoria de la promesa de Dios, que no desilusiona y es nuestra esperanza, dice el Papa

El Papa Francisco, en la homilía matinal del martes 7 de septiembre en la residencia Santa Marta, ha invitado a que cuando recemos no olvidemos nuestra historia.

Ha recordado que el Señor está a nuestro lado, en el camino de la vida y ha invitado a los fieles a no dejarse distraer de las muchas cosas de la jornada, olvidándonos de rezar.


El Señor "ha elegido a su pueblo y lo ha acompañado durante el camino en el desierto, durante toda la vida", ha explicado.


Así, se ha detenido en la primera Lectura en la que San Pablo hace memoria de su vida, sin esconder sus pecados.


Se ha preguntado, "nosotros hemos sido elegidos: ¿por qué yo soy cristiano y no ese de allí, lejano, que nunca ha escuchado hablar de Jesucristo?". Porque "es una gracia", "una gracia de amor", ha respondido.


Por tanto, ha proseguido el Pontífice, "hacer memoria de esta realidad, pero en su concreción, es lo que hace Pablo" que confiesa haber perseguido ferozmente a la Iglesia y no dice: "Yo soy bueno, soy hijo de este, tengo una cierta nobleza...". No, Pablo dice: "Yo he sido un perseguidor, yo he sido malo". El Papa ha indicado que "Pablo hace memoria de su camino, y así comienza a hacer memoria desde el inicio".


Y lo ha explicado así: "Esta costumbre de hacer memoria en nuestra vida no es muy común entre nosotros. Olvidamos las cosas, vivimos en el momento y después olvidamos la historia. Y cada uno de nosotros tiene una historia: una historia de gracia, una historia de pecado, una historia de camino, muchas cosas... Y hace bien rezar con nuestra historia. Lo hace Pablo, que cuenta un fragmento de su historia pero en general dice: "¡Él me ha elegido! ¡Él me ha llamado! ¡Él me ha salvado! Él ha sido mi compañero de camino...´".


De este modo, Francisco ha explicado que "hacer memoria sobre la propia vida es dar gloria a Dios. Hacer memoria de nuestros pecados, de los que el Señor nos ha salvado, es dar gloria a Dios".


Por esto "Pablo dice que él presume solo de dos cosas: de los propios pecados y de la gracia de Dios crucificado, de Su gracia".


Pablo, señala el Papa, "hacía memoria de sus pecados, y presumía: ´He sido pecador, pero Cristo crucificado me ha salvado´ y presume de Cristo. Esta era la memoria de Pablo. Esta es la memoria a la que nosotros somos invitados a hacer por el mismo Jesús.


A propósito Francisco ha recordado otro pasaje del Evangelio. "Cuando Jesús dice a Marta: ´Tú te afanas y te agitas por muchas cosas, pero solo una cosa es necesaria. María ha elegido la mejor parte´ ¿Cuál? Escuchar al Señor y hacer memoria. No se puede rezar cada día como si nosotros no tuviéramos historia. Cada uno de nosotros tiene la suya. Y con esta historia en el corazón vamos a la oración, como María. Pero muchas veces nos distraemos, como Marta, por los trabajos del día, por hacer esas cosas que tenemos que hacer, y olvidamos esta historia".


A continuación el Papa ha proseguido subrayando que nuestra relación con Dios "no comienza el día del Bautismo: allí es sellada". Comienza "cuando Dios, desde la eternidad, nos ha mirado y nos ha elegido. En el corazón de Dios, allí comienza". Y Francisco lo ha explicado así: "Hacer memoria de nuestra elección, la que Dios ha hecho en nosotros. Hacer memoria de nuestro camino de alianza. ¿Esta alianza ha sido respetada o no?". Porque "somos pecadores y hacemos memoria, y hacer memoria de la promesa que hace Dios y no desilusiona nunca, que es nuestra esperanza. Esta es la verdadera oración".


Para concluir, el Obispo de Roma ha invitado a rezar con el Salmo 138: "Señor, Tú me sondeas y me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto. Mi pensamiento calas desde lejos; esté yo en camino o acostado, tú lo adviertes". Esto es rezar -ha afirmado Francisco- rezar es hacer memoria delante de Dios de nuestra historia. Porque nuestra historia es la historia de su amor por nosotros".



Ser misionera en Togo, donde una niña vale una cabra y las chicas que estudian se rapan la cabeza

María Graciela Urquijo, de la comunidad de las hermanas adoratrices, ha estado en Togo, en África, en una misión social y evangelizadora.

Durante 10 días pasó por Pereira, en Colombia, su tierra natal, visitando a su familia para luego regresar a sus labores en Togo.


Tiene 43 años y desde los 16, eligió formar parte de esta comunidad religiosa. Dice que aunque no conoce el idioma francés ni mucho menos los otros 20 dialectos que allí hablan las personas, allí ha vivido una de las aventuras más gratificantes de su vida.


Un hogar para niñas

Y es que junto a otras cinco religiosas y un sacerdote católico, tienen un hogar para 26 niñas africanas, a las que les enseñan a bordar, leer, escribir y algunos aspectos de la cultura occidental, porque la mayoría de las mujeres de la zona, solo saben realizar labores de agricultura y trabajo pesado.


“Cuando llegué allí, era un mundo totalmente diferente, la temperatura alcanza los 50 grados, las personas comen con las manos y no usan los cubiertos, porque no hace parte de sus costumbres".


"No les entendía nada, pero poco a poco hemos aprendido que nos entendemos por medio de un lenguaje que pueden entender todos los seres humanos, el del afecto y el amor fraterno".


"A las niñas les da lo mismo sentarse sobre la silla que sobre la mesa, y la falta de higiene es constante”, indica.



La hermana Graciela cuenta que en Togo, la pobreza hace que las mujeres tengan planchas de carbón, cocinen con leña y las casas sean chozas de guadua [un tipo de bambú] y paja, si bien estos materiales se utilizan también como una forma de aminorar el ardiente calor porque son muy frescos.


Niñas despreciadas

A una niña de 13 años, el papá ya está pensando en cambiarla por una cabra o un burro y su marido, la pondrá a trabajar para él. Es común que sean las mujeres quienes carguen las cosas pesadas y que trabajen para darle plata a su esposo, quien a su vez tiene otras 5 o 6 mujeres al tiempo”.


Por esta razón las niñas que logran estudiar tan solo por 3 años, se rapan las cabezas.


Si están rapadas, los hombres saben que son estudiantes y no se meten con ellas, porque entonces deberán pagarle sus estudios por 3 años y a ellos eso no les interesa”.


Cuidado con el agua

Las altas temperaturas y el poco acceso al agua, son situaciones diarias, que la hermana Graciela debe afrontar.


Dice que la calidad del agua es un factor de cuidado.


No podemos consumir agua de allá porque nos enfermamos. Una vez nos quedamos sin agua y nos tocó hervirla muchas veces porque aunque la sacaban de unos estanques aún así tenía lama. Eso hizo que una religiosa enfermara y también ha servido para que valoremos más lo que tenemos en Occidente".



"Al hogar nos llevan un pan francés en un carro que si lo comparas con los de Colombia, ese carro podría ser el de la basura o una chatarrería, pero allí son así, no hay más y toca aprender a vivir con eso”.


Faltan médicos

La carencia de médicos en la zona, es uno de los problemas que afrontan las comunidades africanas. Las hermanas adoratrices que allí se encuentran han padecido esta situación; en una ocasión una de ellas se enfermó y aunque había cerca un centro de salud, los médicos no sabían que medicinas ponerle.


“La medicina de Colombia es muy buena, comparada con los pocos elementos y recursos con los que se cuenta en África, por eso agradecemos mucho cuando un médico nos dice que va a donar su tiempo de vacaciones para atender a la comunidad en Togo”, afirma Graciela.



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