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mardi 24 février 2015

Hoy el reto del Amor es parar, entregar a Cristo tus sentimientos, tu situación



Año del Señor 2015

Lerma, 25 de Febrero


ALGO PASA EN EL ZAPATO


Desde hace ya varios días, cada vez que sacaba el pie del zapato, se me enganchaba el calcetín en un punto. No le daba mas importancia y cada vez que pasaba me preguntaba sin investigar "¿será algo pegajoso que se ha colado?" . Con los calcetines de invierno cabía esa posibilidad pero fue al ponerme unos calcetines finos cuando descubrí que ahí había algo más pues ese punto se tornó un tanto incomodo. Empecé a caminar y lo sentía constantemente. Íbamos todas juntas y disimuladamente paré, me senté en un banco y...descubrí al causante de todo: un clavo finito atravesaba la suela del zapato. Intenté sacarlo y estaba demasiado incrustado para hacerlo sola y sobre la marcha¿Pero cómo iba a decir a todas que me esperasen? Teníamos mil cosas que hacer y hasta ese día nada había pasado, con no pisar fuerte por ahí valdría.


Sin embargo, se dieron cuenta, pararon en seco, fueron a por un alicate y ¡zas! Salió el clavo (y no es que fuese muy corto) y a seguir caminando. Puede que sientas algo pegajoso en el corazón, algo que te "engancha" y no te deje sonreír, sentir paz o te produzca miedo o inquietud. Para, siéntate un poco en el banco, en el banco de una iglesia, no tengas miedo de parar, ir de un lado para otro solo hace que ese sentimiento permanezca. Cuando paras con Cristo "te puedes quitar el zapato" y ver con calma qué te pasa, qué te atasca en este momento. Si te encuentras con un clavo pequeño o grande, largo o corto...no intentes sacártelo solo, o seguir caminando así, deja que Cristo coja los alicates y tire con suavidad de El. Dejale que actúe y que tire de todo, en un rato verás que ya no hay nada, que sientes paz, que no existe aquello que tiraba de ti para abajo. Cristo está deseando quitar de nosotros todo aquello que nos impide ser felices.


Hoy el reto del Amor es parar, entregar a Cristo tus sentimientos, tu situación, todo aquello que no te deja caminar, levanta el pie y deja que El tire de ello.


VIVE DE CRISTO



©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)


Prohibido cualquier reproducción para uso comercial. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación.





Dos etapas de misionero


Cierto día de mi infancia estuve delante de un cura alto, cargado de espaldas, con un gran vozarrón, con acentos sudamericanos en sus expresiones. A mi lado estaba mi madre. Aquella conversación nunca la olvidaré.

Aquel sacerdote exótico, estaba en el despacho parroquial de San Juan donde era el párroco. Más tarde me contó sucintamente su biografía.


Estudió en el Seminario. Fue ordenado antes de la Guerra Civil. A poco se marchó a tierras americanas, como misionero, donde anduvo hasta 1948, en que volvió siendo nombrado párroco de Santa Isabel deslindada de la feligresía de la Magdalena. En aquella barriada llamada popularmente como las Casas Baratas, estuvo varios años, donde hizo de padre y pastor de unos vecinos que recibían los solares regalados, pero ellos tenían que construirse la vivienda poco a poco.


Luego lo enviaron a San Juan, donde lo encontré por primera vez. La morriña americana le tiraba mucho a don Antonio, quien acabó cogiendo la maleta de nuevo y cruzó el charco.


Cuando volvió era una persona mayor. Al obispo de entonces le dijo que lo mandara al último rincón. Pasó unos años de vicario parroquial en Mancha Real, donde la gente lo quería mucho. Pasó haciendo sustituciones por varios pueblos más pequeños, donde siempre dejaba su amor a los feligreses, su acento americano y su proverbial sencillez.


En la segunda mitad de los años ochenta enfermó y falleció, aquel buen cura que explicaba sus homilías sin reloj con un lenguaje tan sencillo que aún las recuerdo, por ejemplo, la de las tentaciones, en el primer domingo de cuaresma. Era una belleza incomparable.


Descanse en paz, don Antonio Velasco Aragón.


Tomás de la Torre Lendínez




El obispo de Soria ve «triste» la ley abortista del PP y pregunta qué fue de las promesas profamilia

El obispo de Osma-Soria, Gerardo Melgar, ha rechazado este lunes la reforma del aborto que plantea el Gobierno por modificar sólo la necesidad del permiso paterno o materno para las menores de edad que quieran interrumpir el embarazo y mantener a España como el único país donde el aborto es un derecho.

En declaraciones al programa semanal de COPE Uxama, "El espejo de la Iglesia", el Obispo de Osma-Soria ha calificado de "triste" la noticia de que sólo se modifique en el texto legal la necesidad del permiso paterno/materno para las menores de edad que quieran abortar.


Además ha pedido que no se "venda" como un avance legislativo a favor de la vida el que se siga manteniendo "a España como la única nación en donde el aborto es un derecho".


El prelado ha vuelto a recordar que "la única ley posible es que no exista ninguna ley" que permita el aborto porque "se podrá maquillar, se podrá llamar interrupción voluntaria del embarazo pero, en definitiva, se trata de matar a una persona que ya existe en el vientre materno".


"Tenemos que preservar el primer derecho y más fundamental como es el derecho a la vida porque una sociedad que no lo defiende es una sociedad que ha perdido el sentido", ha reclamado.


Además ha recordado que cuando el PP se negó a reformar la ley impulsada por la ministra socialista de Igualdad Bibiana Aído cumpliendo sus compromisos electorales, "dijeron que iban a aprobar una ley de protección de la familia" y se ha preguntado "en qué se ha concretado" esta otra promesa.


"Se puede hacer mucho", ha remarcado el prelado, "gastándose el dinero público, por ejemplo, protegiendo a la mujer embarazada que tiene especiales dificultades, proporcionándoles trabajo".


A este respecto ha señalado que "desde la Iglesia se está haciendo esto y mucho más" y, concretamente, también en la Diócesis de Osma-Soria desde el Centro de Orientación Familiar (COF), desde donde se está dando respuesta y ayuda a personas que así lo solicitan.


Recientemente, en la festividad de San Saturio, patrono de la ciudad de Soria, Melgar también criticó la retirada de la reforma de la Ley del Aborto con la consecuente dimisión del entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, y entonces subrayó que "las convicciones son para algo, no cuando conviene y favorece decir que se es cristiano y cuando no, que esto importe poco; hay que ser consecuentes y cumplidores". En su opinión, el aborto "no es sólo una cuestión religiosa sino antropológica por lo que no se puede admitir ni como Obispo ni como cristiano ni tampoco como persona".



Osoro, en La Razón: «La libertad necesita a la religión, y la religión necesita a la libertad»

Carlos Osoro Sierra cumple cuatro meses al frente de la Archidiócesis de Madrid, tiempo que ha dedicado fundamentalmente a conocer la realidad de esta sede.

Desde la toma de posesión el pasado 25 de octubre, en la que aguantó hasta casi las cuatro de la tarde para saludar a todo el que se acercó a él, no ha dejado de «estar con la gente», como siempre dice.


Con los sacerdotes, con los más desfavorecidos –a los que ha visitado y con los que ha comido–, con las familias que llenaron la Catedral de la Almudena a finales de diciembre en la Fiesta de la Sagrada Familia,con los religiosos y religiosas, con no creyentes, con todos.


Ayer dio un paso más en esa disponibilidad permanente participando en el encuentro «LA RAZÓN de Carlos Osoro», que despertó una gran expectación, puesta de manifiesto en el numeroso público que asistió a la sede del diario.


Se acercaron a escucharle personalidades como el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares; el obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez; el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, así como representantes de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), de Escuelas Católicas, de Obras Misionales Pontificias (OMP) y de universidades de la Iglesia en lo que a autoridades religiosas se refiere.


Entre las autoridades civiles, cabe destacar la presencia de los ministros de Interior y Justicia, Jorge Fernández Díaz y Rafael Catalá; el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González; la alcadesa de la capital, Ana Botella; la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes; la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, entre otros. También acudió a la cita el ex presidente del Congreso de los Diputados José Bono.

Actuaron como anfitriones el presidente de LA RAZÓN, Mauricio Casals; y el presidente del Consejo de Administración, Santiago Barreno, así como su director, Francisco Marhuenda, que participó en el coloquio que siguió a la intervención del arzobispo de Madrid junto con la directora de los servicios informativos de Antena 3, Gloria Lomana, y del director de Onda Cero, Javier González Ferrari.


Tiempos de sazón, gracia y esperanza

Como suele hacer, Carlos Osoro dejó mensajes muy claros en su intervención, que pretenden mostrar la realidad de la Iglesia en su trabajo en la sociedad. En este sentido, afirmó que la Iglesia trabaja para que la sociedad «cambie el desierto por vergel», o lo que es lo mismo, «globalizar el amor frente a la indiferencia». En cualquier caso, su visión es esperanzadora; cree que estamos «en tiempos de sazón y gracia» en los que el cristianismo «debe hacer resonar el Evangelio para personas reales y en un momento de la historia real».


Del mismo modo, señaló que la Iglesia vive también «tiempos de afirmación y de anuncio»: «Debemos consolidar los fundamentos, confiar en los objetivos de la Iglesia y eliminar la desesperanza y la desilusión».


En este sentido, se refirió a lo que él llama «la enfermedad de las tres D: desdibujamiento, desesperanza y desorientación. El desdibujamiento de una sociedad que ha dejado de ver el rostro humano, la desesperanza que la Iglesia debe combatir, al igual que la desorientación.


«Porque el ser humano no es un vagabundo que no sabe a dónde va, sino un peregrino que sabe que tiene una meta», afirmó, para añadir que la Iglesia en España está empeñada en trabajar contra esta enfermedad que también calificó como «herejía emocional».


En este sentido, hizo un alegato en favor del diálogo entre creyentes y no creyentes para promover un cambio de rumbo basado en el encuentro y en el amor. «Para nosotros no existe la palabra descarte y por ello tenemos que ir al encuentro de todos los hombres. No se puede navegar en aguas oscuras cuando hay claridad», apuntó.


La justicia y la dignidad del hombre

Es costumbre del arzobispo de Madrid citar las Sagradas Escrituras en todas sus intervenciones y así lo hizo también en LA RAZÓN, que puso sobre la mesa la historia del rey Salomón narrada en el libro de los Reyes, en el Antiguo Testamento. Y lo hizo para recalcar la importancia de tomar decisiones justas, como había pedido a Dios Salomón: «Concede a tu siervo un corazón dócil para que sepa guiar a tu pueblo y distinguir el bien del mal».


«Debe ser importante para todos los seres humanos y para aquellos que quieren hacer algo por los demás. El criterio último, la motivación no debe ser el éxito y mucho menos el beneficio material, debe ser un compromiso por la justicia y por querer así las condiciones básicas para la paz y la convivencia. Naturalmente, si buscamos el éxito nunca tendríamos la posibilidad de una acción efectivamente humana. El éxito debe estar subordinado a la justicia, al deseo de aplicar el derecho. El éxito puede ser una seducción y abre la puerta a la desvirtuación del derecho y desvirtuación de la justicia. Servir al derecho, combatir la injusticia sigue siendo el deber fundamental y para esto hay que tener una visión certera de lo que es el hombre».


La petición salomónica sigue siendo la cuestión decisiva, según explicó el también vicepresidente del Episcopado. Las cuestiones fundamentales en las que está en juego la dignidad del hombre no basta el principio de la mayoría y en el proceso de formación del derecho, una personas responable... un modo de defender al hombre es lo que sigue defendiendo la Iglesia al mundo y lo que nosotros ofrecemos a España.


Religión, libertad y convivencia

Por otra parte, Osoro se refirió a la creciente indiferencia religiosa en nuestra sociedad, en la que las creencias se ven incluso como un obstáculo. «La cuestión de la verdad tiene que ser una prioridad fundamental en nuestra vida, porque necesitamos una base vinculante para nuestra convicencia. Por eso, la religión es fundamental para la convivencia lograda, no es un adyacente, no es un añadido. Además, la religión requiere libertad, mientras que la libertad tiene necesidad de la religión, necesita una referencia originaria, que haya valores que nadie pueda manipular», añadió.


En este sentido, el prelado defendió que la libertad se desarrolla sólo ante la responsabilidad de un bien mayor y por ello es importante el papel de la religión.


Así, apuntó que hay tres tipos de sociedades, cada ella con un visión de la vida y del hombre: las sociedades dogmáticas, que se rigen por la imposición; las tecnocráticas, que se basan en el utilitarismo y las éticas, sobre las que puso especial énfasis. «En las sociedades éticas –apuntó– hay valores, cuestiones privilegiadas para todo ser humano y otras secundarias. En este sentido, la religión y la la Iglesia quieren hacer o ayudar a hacer sociedades donde aquellos que los están pasando peor mejoren».


El hombre, centro de la naturaleza

En su opinión, tanto la Iglesia como la sociedad, realidades de convivencia, tienen en común su preocupación por el ser humano, que es «centro de la naturaleza». «Nada tiene sentido si no es a la luz de una vida humana. Y por ello ninguna vida puede ser reducida o instrumentalizada en función de otro fin que no sea la existencia personal y comunitaria. Por eso hay puntos de contacto entre la Iglesia y la sociedad, porque el punto de contacto es el hombre».


Así, volviendo a la centralidad de cada persona muy al estilo del Papa Francisco concluyó su intervención Carlos Osoro. Sin estridencias, pero con un mensaje claro para la sociedad y para la propia Iglesia. Los aplausos confirmaron la sintonía del auditorio con el arzobispo y el preludio de un diálogo tan interesante como la intervención.



De cómo una defensora de la ordenación de las mujeres dejó el anglicanismo para hacerse católica

Siempre es interesante leer cómo los conversos llegan, avanzando a trompicones, a Roma. Seguramente, uno de estos extraños relatos actuales es el de Una Kroll, cuya autobiografia Bread not Stones (Pan, no piedras, ndt) ha sido publicada recientemente por Christian Alternative.

La autora recibió bastante publicidad en el pasado como feminista cristiana franca y activa. Fue ordenada al sacerdocio en la Iglesia Anglicana y fue una de las primeras sacerdotisas de la Iglesia [anglicana] de Gales.


El título de su libro está tomado de un incidente que tuvo lugar durante el Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra de 1978. Cuando sus miembros, en esa ocasión, rechazaron la propuesta de preparar a las mujeres para la ordenación, Una Kroll gritó desde la galería: “¡Os pedimos pan y vosotros nos dais una piedra!”


Esto puede sonar como un inicio poco prometedor para una conversión a la Iglesia Católica, que permite sólo el sacerdocio a los hombres.


Pero toda la vida de Kroll ha estado marcada por cambios dramáticos, pérdidas, trastornos y crisis espirituales, en medio de una larga y dolorosa búsqueda de la verdad espiritual.


Nacida en 1924, su padre abandonó a la familia cuando ella era muy joven. Educada por su madre sola, sufrió mucha pobreza hasta que ganó una beca para estudiar Medicina en Cambridge en 1944. Pasó el examen para la especialidad en 1951 y pensaba especializarse en neurocirugía cuando, de manera impulsiva, en 1953 se convirtió en una monja misionera y enfermera en la Iglesia Anglicana.


Fue enviada a trabajar en Liberia, donde fue muy difícil para ella combinar la medicina y la vida religiosa, y cayó enferma. Escoltada de vuelta al Reino Unido por Leopold Kroll, el monje que estaba a la cabeza de su orden religiosa, se enamoraron y tuvieron que abandonar sus respectivas comunidades. Se casaron en 1957.


Compaginó treinta años de feliz matrimonio y cuatro hijos con su trabajo como médico de familia y su formación como diaconisa anglicana. Tras la muerte de su marido, acaecida en 1987, Una Kroll volvió a ser monja y eligió vivir una vida "solitaria" con votos.


En 1997, con 71 años, fue ordenada [al sacerdocio anglicano] en la Iglesia de Gales, volviendo a Inglaterra en 2003. Durante cinco años vivió en Bury, cerca de su hijo, donde continuó su vida de eremita anglicana, pero empezó a sentir dificultades con las prácticas discriminatorias de la Iglesia de Inglaterra de la época en relación al ministerio de las mujeres.


Un retiro en un monasterio cisterciense

Entonces llegó el inexplicable giro en la historia. En 2008, profundamente infeliz en la Iglesia de Inglaterra y luchando con las dudas sobre su fe, hizo un breve retiro en un monasterio cisterciense.


Dedicó su tiempo a estar sola en “la amplia y austera iglesia”, donde escribe que “un día sintió allí una Energía vibrante que la inundó".


La describió como “Amor Creador Incondicional”. Impulsada por este amor que “no tenía lógica”, Una Kroll se descubrió a sí misma buscándolo “dentro de la institución más autocrática: la Iglesia Católica”.


Sus amigas feministas anglicanas dijeron que era una “decisión perversa” y la propia Una Kroll admitió que siempre había declarado: “Nunca me uniré a la Iglesia Católica por su estructura jerárquica, su sistema de gobierno que excluye a la mayoría de los laicos de la toma de decisiones y por su actitud hacia las mujeres y los homosexuales”.


El anclarse es lo que da libertad

Seis años más tarde reconoce “lo esencial que ha sido para mí [la conversión]”. Lo explica así: “No ha sido hasta que he estado encerrada” en la Iglesia Católica – haciendo imposible para mi llevar adelante mi ministerio público de sacerdotisa en la Iglesia de Inglaterra – "que he entendido que la reclusión dentro de este anclaje no hecho por mi podía llevarme, en última instancia, a la libertad”.


Y descubrió que podía aspirar al misterio del amor incondicional “sin insistir que mis opiniones eran las correctas y las de los demás equivocadas”.


Hoy Kroll se describe a sí misma como “una prisionera de la esperanza…que confía en lo que ellos no saben que está allí, pero que también actúa en esta creencia”.


Y la presencia real de Cristo en la Eucaristía “me ayuda a reconocer esa misma Presencia en la creación”.


Su autobiografia es una historia valiente y humilde; es también testimonio del misterioso trabajo de la Gracia en el alma individual. Sin embargo, el libro carece de cualquier mención a los trabajos de los santos que tal vez la han ayudado a superar sus perjuicios contra la Iglesia, como los escritos de Newman (y su apoyo a la vocación de los laicos) o los escritos místicos de Santa Teresa de Ávila. Y quizás, si hubiera conocido a Nuestra Señora en una etapa más temprana de su búsqueda espiritual, su visión sobre la ordenación de las mujeres hubiera sido diferente.


(Traducción de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares)



Los obispos españoles se reúnen y preparan su aportación conjunta al Sínodo de la Familia de octubre

Los obispos españoles reflexionarán este martes y miércoles, durante la 234ª reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, sobre las respuestas recibidas a las preguntas enviadas por el Papa Francisco para la preparación del Sínodo de la Familia que se celebrará del 4 al 25 de octubre de 2015 en el Vaticano bajo el título ´La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y el mundo contemporáneo´.


El Vaticano envió en diciembre a las conferencias episcopales y a cristianos de todo el mundo un segundo cuestionario para preparar el próximo Sínodo de la Familia de 2015. La Conferencia Episcopal Española envió las preguntas a las diócesis, que han debatido sobre las mismas y ahora, la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida ha elaborado una síntesis que será la que estudien los obispos esta semana.

Tras su reflexión, esta síntesis será remitida a la Secretaría General del Sínodo de los Obispos antes del 15 de abril que es el plazo que estableció la Santa Sede. Una vez que el Vaticano reciba todas las respuestas de las diferentes Conferencias Episcopales del mundo, las evaluará y estudiará para preparar el ´Instrumentum laboris´, el boceto que servirá de base para la Asamblea Sinodal.


Entre las preguntas que planteó el Papa Francisco y a las que han debido contestar las diócesis españolas, se aborda la cuestión de los divorciados que se han vuelto a casar, concretamente, los "pasos" que se pueden dar; el tema de la atención pastoral a personas homosexuales; o la forma en que combate la Iglesia "la plaga del aborto".


Por otro lado, durante la reunión de estos días, los prelados estudiarán otros dos documentos de trabajo: El borrador del Documento ´Iglesia, servidora de los pobres ´, de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, y el informe sobre Distribución del Clero en España, presentado por la Comisión Episcopal de Clero.


Asimismo, el obispo de Almería, monseñor Adolfo González Montes, presentará el borrador del Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal para el período 2016-2020.


Además, se someterá a la aprobación de la Permanente el Leccionario en Euskera, que presenta la Comisión Episcopal de Liturgia, y las Ayudas para la iluminación de Catedrales y Templos, a cargo del convenio con la Fundación Endesa.


También se comunicarán diversas informaciones de las Comisiones y nombramientos y se informará sobre diversos asuntos de actualidad y de seguimiento. Finalmente se aprobará el Temario para la próxima reunión de la Asamblea Plenaria, que tendrá lugar del 20 al 24 de abril de 2015.