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jeudi 12 février 2015

El recuerdo de Pablo Domínguez


Es 24 de diciembre y me encuentro subiendo y bajando las escaleras mecánicas del Corte Inglés. Los que me conocen saben que soy muy poco previsor -por no decir que soy un verdadero desastre-, con lo cual me quedan varios regalos por comprar y se ha iniciado ya la cuenta atrás. “¿Perfumes o colonias? No, no sé cuáles les gustan. ¿Calcetines? Ya tienen y es muy poca cosa. ¿Películas? Por supuesto, ¡qué buena idea!”


Me dirijo rápidamente a la cuarta planta y comienzo a buscar en películas religiosas. No la encuentro y paso a la zona de españolas. Tampoco, y voy al de documentales. “Seguro que no la tienen”, pienso enfadado. Total, que me acerco a una dependienta y con voz un poco tímida, para que no se oiga mucho, le pregunto: “¿Tienen una película sobre un sacerdote que murió en la montaña?” Ella, sin dudarlo, dice, con fuerza, claridad y añadiendo una sonrisa: “¿Se refiere a La Última Cima ? Por supuesto, venga por aquí.” Y me muestra un pequeño córner, dedicado exclusivamente a la obra maestra de Juan Manuel Cotelo...



Estoy convencido que, con el tiempo, La Última Cima marcará una época en la era del cine documental. Cuando pensemos en el género ya no evocaremos las focas nadando en invierno hacia aguas más cálidas ni los soldados, grabados en blanco y negro a miles de metros de distancia, desembarcando durante la Segunda Guerra Mundial. Los documentales tendrán como referencia la historia de Pablo Domínguez, no solo por el gran lenguaje cinematográfico expresado en la película, sino por el impacto que la vida de este sacerdote habrá causado en la existencia de muchos. De hecho, cuatro años y medio después de su premier en España, La Última Cima todavía ha sido estrenada en este 2015 en Alemania, décimo octavo país que la ha exhibido.


Mi vida, desde luego, no sería la misma si no hubiera conocido, a través de La Última Cima, a Pablo Domínguez. El martes pasado, 11 de enero, se cumplieron seis años del día en que el sacerdote comenzó los ejercicios espirituales que predicó a las monjas cistercienses de Tulebras. Después de cuatro días, partió al Moncayo y, de allí, al abrazo eterno con el Padre, donde, parafraseando a Santa Teresita, “derrama constantemente una lluvia de rosas”.


Uno de los testimonios más valiosos de Pablo Domínguez son los propios ejercicios de Tulebras, recogidos en Hasta la Cumbre (editorial San Pablo). Aunque soy un perfecto analfabeto en temas teológicos, yo consideraría este libro uno de los mejores tratados de la materia que se han escrito recientemente: fresco, directo, con rabiosos temas de actualidad (las tentaciones, el agradecimiento, la cruz, la muerte, la Eucaristía, el perdón…) expresados de forma sencilla y fácil de entender.


Con la Cuaresma a la vuelta de la esquina y en fechas tan señaladas para meditar como Nuestra Señora de Lourdes (anteayer) o la fiesta (mañana) de San Cirilo y San Metodio, patronos de Europa –¡vaya si el Viejo Continente necesita oraciones!-, os recomiendo fervientemente leer o releer Hasta la Cumbre (no estaría de más ver de nuevo La Última Cima , http://ift.tt/1yUyDbs ) para dejaros tocar por esos pétalos que llueven constantemente desde el Cielo y que lo harán con mucha mayor intensidad en el sexto aniversario de la muerte, puerta de entrada a la eternidad, de Pablo Domínguez.




Hablando del cuerpo en positivo


Restos de maniqueísmo, de dualismo, siguen persistiendo en la Iglesia. Un desmedido afán espiritualista continúa despreciando o rechazando la corporalidad, mirándola con sospecha. Pareciera que todo lo material, lo corporal, es de por sí pecaminoso, fuente de pecado. Más aún, en nuestro lenguaje, apenas se presta atención a la resurrección de la carne, sino que nos limitamos a hablar del "alma" para la vida eterna, mutilando la escatología; bueno, mutilando la escatología, la antropología, la cristología y la redención.


El cuerpo forma parte de uno mismo, ya que la persona tiene dos co-principios para ser tal persona: el cuerpo y su alma. La visión cristiana sobre el cuerpo es muy rica, serena y equilibrada. Hay que dominarlo para que la concupiscencia de la carne no nos arrastre, pero no porque el cuerpo mismo sea fuente de pecado, sino porque nuestra alma herida por la concupiscencia se desorienta. Recordemos la belleza y la inocencia original de Adán y Eva y cómo, por el pecado, el cuerpo del otro era ya mirado con pasión y deseo, a la vez con vergüenza, y debe ser cubierto, vestido.


Veamos una perspectiva teológica del cuerpo y de la corporalidad, ofrecida por Benedicto XVI con sublime maestría:


"Conjugar la teología del cuerpo con la del amor para encontrar la unidad del camino del hombre: este es el tema que quisiera indicaros para vuestro trabajo.


Poco después de la muerte de Miguel Ángel, Paolo Veronese fue llamado ante la Inquisición, con la acusación de haber pintado figuras inapropiadas alrededor de la Última Cena. El pintor respondió que también en la Capilla Sixtina los cuerpos estaban representados desnudos, con poca reverencia. Fue el mismo inquisidor el que defendió a Miguel Ángel con una respuesta que se hizo famosa: “¿No sabes que en estas figuras no hay nada que no sea espíritu?”. En la actualidad nos cuesta entender estas palabras, porque el cuerpo aparece como materia inerte, pesada, opuesta al conocimiento y a la libertad propias del espíritu. Pero los cuerpos pintados por Miguel Ángel están llenos de luz, vida, esplendor.




Quería mostrar, de esta manera, que nuestros cuerpos esconden un misterio. En ellos el espíritu se manifiesta y actúa. Están llamados a ser cuerpos espirituales, como dice San Pablo (cfr 1Cor 15,44). Podemos ahora preguntarnos: ¿Puede este destino del cuerpo, iluminar las etapas de su camino? Si nuestro cuerpo está llamado a ser espiritual, ¿no deberá ser su historia la de la alianza entre el cuerpo y el espíritu? De hecho, lejos de oponerse al espíritu, el cuerpo es el lugar donde el espíritu habita. A la luz de esto, es posible entender que nuestros cuerpos no son materia inerte, pesada, sino que hablan, si sabemos escuchar, con el lenguaje del amor verdadero.


La primera palabra de este lenguaje se encuentra en la creación del hombre. El cuerpo nos habla de un origen que nosotros no nos hemos conferido a nosotros mismos. “Me plasmaste en el seno de mi madre”, dice el salmista al Señor (Sal 139,13). Podemos afirmar que el cuerpo, al revelarnos el Origen, lleva consigo un significado filial, porque nos recuerda nuestra generación, que muestra, a través de nuestros padres que nos han dado la vida, a Dios Creador. Sólo cuando reconoce el amor original que le ha dado la vida, el hombre puede aceptarse a sí mismo, puede reconciliarse con la naturaleza y con el mundo. A la creación de Adán le sigue la de Eva. La carne, recibida de Dios, está llamada a hacer posible la unión de amor entre el hombre y la mujer, y transmitir la vida. Los cuerpos de Adán y Eva aparecen, antes de la Caída, en perfecta armonía. Hay en ellos un lenguaje que no han creado, un eros radicado en su naturaleza, que les invita a recibirse mutuamente del Creador, para poder, de esta manera, donarse. Comprendemos entonces que, en el amor, el hombre es “creado nuevamente”. Incipit vita nova, decía Dante (Vita Nuova I,1), la vida de la nueva unidad, de los dos en una carne. La verdadera fascinación de la sexualidad nace de la grandeza de este horizonte que se abre: la belleza integral, el universo de la otra persona y del “nosotros” que nace de la unión, la promesa de comunión que allí se esconde, la fecundidad nueva, el camino que el amor abre hacia Dios, fuente de amor. La unión en una sola carne se hace, entonces, unión de toda la vida, hasta que el hombre y la mujer se convierten también en un solo espíritu. Se abre, así, un camino en el que el cuerpo nos enseña el valor del tiempo, de la lenta maduración en el amor. Desde esta perspectiva, la virtud de la castidad recibe un nuevo sentido. No es un “no” a los placeres y a la alegría de la vida, sino el gran “sí” al amor como comunicación profunda entre las personas, que exige tiempo y respeto, como camino hacia la plenitud y como amor que se convierte en capaz de generar la vida y de acoger generosamente la vida nueva que nace.

Es cierto que el cuerpo contiene también un lenguaje negativo: nos habla de la opresión del otro, del deseo de poseer y disfrutar. Sin embargo, sabemos que este lenguaje no pertenece al diseño original de Dios, sino que es fruto del pecado. Cuando se lo separa de su sentido filial, de su conexión con el Creador, el cuerpo se rebela contra el hombre, pierde su capacidad de hacer brillar la comunión y se convierte en terreno del que se apropia el otro. ¿No es quizás, este el drama de la sexualidad, que hoy permanece encerrada en el círculo estrecho del propio cuerpo y en la emotividad, pero que en realidad puede realizarse sólo en la llamada a algo más grande? Respecto a esto, Juan Pablo II hablaba de la humildad del cuerpo. Un personaje de Claudel dice a su amado: “la promesa que mi cuerpo te hizo, yo soy incapaz de llevarla a cabo”; a la que sigue la respuesta: “el cuerpo se rompe, pero no la promesa..." (Le soulier de satin, Día III, Escena XIII). La fuerza de esta promesa explica como la Caída no fue la última palabra sobre el cuerpo en la historia de la salvación. Dios ofrece al hombre también, un camino de redención del cuerpo, cuyo lenguaje viene preservado en la familia. Después de la Caída, Eva recibe el nombre de Madre de los Vivientes, es decir testifica que la fuerza del pecado no consigue cancelar el lenguaje original del cuerpo, la bendición de vida que Dios continúa ofreciendo cuando el hombre y la mujer se unen en una sola carne. La familia, es decir el lugar donde la teología del cuerpo y la teología del amor se unen. Aquí se aprende la bondad del cuerpo, el testimonio bueno de su origen, en la experiencia del amor que recibimos de los padres. Aquí se vive el don de sí en una sola carne, en la caridad conyugal que une a los esposos. Aquí se experimenta la fecundidad del amor, y la vida se entrelaza a la de las otras generaciones. Y en la familia donde el hombre descubre su relación, no como individuo autónomo que se autorrealiza, sino como hijo, esposo, padre, cuya identidad se funda la llamada al amor, a recibir y a darse a los demás.



Este camino de la creación encuentra su plenitud con la Encarnación, con la venida de Cristo. Dios asumió el cuerpo, se reveló en él. El movimiento del cuerpo hacia lo alto está integrado aquí en otro movimiento más original, el movimiento humilde de Dios que se abaja hacia el cuerpo, para después elevarlo hacia sí. Como Hijo, recibió el cuerpo filial en la gratitud y en la escucha del Padre y ha dado este cuerpo por nosotros, para generar así el cuerpo nuevo de la Iglesia. La liturgia de la Ascensión canta esta historia de la carne, pecadora en Adán, asunta ya redimida por Cristo. Es una carne que está cada vez más llena de luz y de Espíritu, llena de Dios. Aparece así la profundidad de la teología del cuerpo. Esta, cuando es leída junto a la tradición, evita el riesgo de la superficialidad y consiente acoger la grandeza de la vocación al amor, que es una llamada a la comunión de las personas en la doble forma de vida, de la virginidad y del matrimonio" (Benedicto XVI, Discurso al Instituto Pontificio Juan Pablo II, 13-mayo-2011).




Éstas son las perspectivas con las que hemos de mirar el cuerpo y valorarlo. ¿Verdad que hay una belleza original puesta por el Creador?

Se inicia el Consistorio: el Papa habla de reformas que den más eficacia y transparencia a la Curia

El colegio cardenalicio, reunido en el Aula nueva del Sínodo, ha dado inicio en la mañana del jueves 12 de febrero al Consistorio en el que serán informados sobre los avances de la reforma de la Curia, a cargo del Consejo de cardenales constituido por el Papa para ayudarle en esta labor.

Tras la oración y unas palabras del cardenal Sodano, decano del Colegio cardenalicio, el Santo Padre ha dirigido también un breve discurso a los presentes. “La reforma no es un fin en sí mismo”, ha asegurado el Papa. Es un medio -ha precisado- para dar fuerza al testimonio cristiano para favorecer una evangelización más eficaz, para promover un más profundo espíritu ecuménico y animar un diálogo más constructivo con todos.


Asimismo ha recordado que la reforma fue deseada vivamente por la mayoría de los cardenales en el ámbito de las Congregaciones antes del cónclave con el fin de “perfeccionar aún más la identidad de la Curia romana” en su labor de “ayudar al sucesor de Pedro en la tarea que desarrolla para el bien en el servicio a la Iglesia universal y a las Iglesias particulares, reforzar la unidad de fe, la comunión del pueblo de Dios y promover la acción de la Iglesia en el mundo”.


El fin de la reforma es “favorecer una mayor armonía en el trabajo de los varios dicasterios, para una colaboración más eficaz en esa absoluta transparencia que en la Iglesia debe caracterizar la sinodalidad y colegialidad”.


Además, el Pontífice ha reconocido que alcanzar esta meta “no es fácil, requiere tiempo, determinación y sobre todo la colaboración de todos” pero “sobre todo confiarse al Espíritu Santo, que es la verdadera guía de la Iglesia” y que ayuda a sus miembros en el discernimiento.


Para ello es necesario, ha asegurado el Papa, “parresía, fidelidad al magisterio y conciencia de que todo contribuye a la ley suprema, o sea, a la ley de la ‘salus animarum’”.


El Santo Padre también ha aprovechado la ocasión para dar la bienvenida a los 20 nuevos cardenales. “Hermanos, qué bonito y dulce es que los hermanos vivan juntos”. Por eso “alabamos al Señor que nos ha convocado. Acojamos en esta asamblea a los 20 nuevos cardenales”.


Aquí, en PDF, el libreto del Consistorio y la lista de nuevos cardenales




El exorcista de Sídney dice que su caso más claro en cinco años fue con una chica que hacía reiki

La Iglesia Católica en Sídney, Australia, está acostumbrada a hablar de exorcismos, porque su anterior exorcista oficial era ni más ni menos que su obispo auxiliar, Julian Porteous, que comentaba el tema en la prensa, se dejaba fotografiar revestido para este ministerio, advertía contra las prácticas esotéricas y de nueva era y en 2012 publicó un manual sobre exorcismos menores (como los de los bautismos, y otros sacramentales) para que fuesen más frecuentes en el servicio de los sacerdotes y un folleto de 40 páginas para laicos sobre los peligros de lo sobrenatural. Y todo eso en un entorno de imagen moderna y rejuvenecida por la Jornada Mundial de la Juventud de 2008 en esa diócesis.

Toda esta difusión no pareció perjudicar una carrera eclesial normal para Porteous, colaborador del cardenal George Pell, y desde julio de 2013 es el arzobispo de la isla de Tasmania (aunque es cierto que para ser un arzobispado es pequeño: 25 parroquias y 90.000 católicos).


Nuevo exorcista, no revela su nombre

Ahora Sídney tiene nuevo exorcista, y también hace declaraciones, pero pide no difundir su nombre para evitar llamadas de gente que necesitará acompañamiento, escucha y terapia, pero no realmente un exorcista.


El periodista Peter Munro, del The Sydney Morning Herald se asombra al ver que el mecanismo de atención a feligreses por acción demoníaca en Sídney está bien engrasado. “Los sacerdotes informan de posibles casos de opresión espiritual o posesión al jefe de la oficina archidiocesana, que envía por email los detalles al exorcista. Él remite cada caso a un psicólogo para una evluación preliminar. Los casos que quedan sin explicar pueden requerir un exorcismo, para el cual hay un proceso establecido”, escribe el periodista.


Por eso, los casos serios llegan al exorcista, y él prefiere evitar los casos de enfermedad mental y ser “asediado por llamadas todo el día y toda la noche”. En una diócesis con 630.000 católicos y 2,3 millones de habitantes hay mucha gente que necesita ayuda de un tipo u otro.


El nuevo exorcista, de hecho, empezó su tarea ya acompañando al anterior, al ser designado por el cardenal Pell en 2010 después de participar en un seminario de 4 días sobre la materia. Es un sacerdote de edad avanzada.


El caso más claro: reiki

Explica que el caso en el que sintió que ha estado más cerca del demonio fue el exorcismo de una mujer joven que estaba “más bien comatosa” después de implicarse en el reiki, una práctica espiritual que dice canalizar una energía misteriosa e indetectable y que en ciertos niveles invoca entidades espirituales o guías o nombres secretos en japonés que en realidad pueden ser invocaciones a demonios. “El demonio estaba allí, de alguna manera, probablemente no el mismo Lucifer sino alguno de sus ángeles caídos”, asegura el exorcista de Sídney.


Otro obispo australiano que habla del tema sin tapujos es Peter Elliot, obispo auxiliar de la gran diócesis de Melbourne, con más de un millón de católicos. Dice que es un consultor en asuntos exorcísticos, que discierne algunos casos y los remite al exorcista. Y cuenta ejemplos de lo que se trata.


La luz del pueblo se fue

“Un amigo mío estaba haciendo un exorcismo y fue arrojado al otro lado del santuario y casi se rompe la espalda con la barandilla de mármol del altar. En otro caso, en un pueblo donde realizaban un exorcismo, cuando la entidad fue devuelta al lugar donde pertenece –al abismo- se colgó el sistema eléctrico del pueblo. Pero estos casos son raros. Cuando era un cura joven, me enviaron algunos casos. Uno era un chico esquizofrénico, y me enseñó a ser muy cuidadoso”.


Sobre el tema de espíritus-guía y los “ángeles” de la Nueva Era el obispo Elliot cuenta un caso: “Una mujer aseguraba que tenía un ángel que la guiaba y que solía hablar a ese ángel. Al final la entidad demostró su verdadero rostro y que era un ser mentiroso. Quería poder y control sobre ella. Iba de cabeza hacia la posesión, diría que ya estaba a mitad de camino… pero recibió ayuda espiritual y hoy es feliz”.


El obispo Elliot recuerda que aunque la guerra contra el demonio ya está ganada por Cristo, aún hay conflictos en la vida de los seres humanos “porque somos imperfectos y vivimos en un mundo imperfecto”.


El periodista Peter Munro, después de consultar a personalidades de ámbitos protestantes que también trabajan el campo de lo demoníaco, habla también con el padre Ken Barker, fundador en Canberra de los Misioneros Católicos del Amor de Dios (http://ift.tt/1F1ishF). Por un lado, el padre Ken pide que no se vea al demonio detrás de cada mal, pero por otra parte reconoce la fascinanción que ejerce. Cuenta que estando en el extranjero un joven de 18 años le contó que había entregado su alma a Satán a cambio de que le hiciera famoso.



Un «manitas» en paro restaura una ermita para vivir en ella como ermitaño y al terminarla se muere

Joaquín Panivino, el ermitaño de la ermita de Santa Bárbara de Alcañiz (Teruel) falleció el martes 10 de febrero, al parecer, como consecuencia de un infarto.

Panivino, que se había hecho cargo del puesto de ermitaño desde el año pasado, había llevado a cabo una puesta a punto de la vivienda de la ermita, que apenas pudo disfrutar.


La parroquia de Alcañiz se ha hecho de momento cargo del cadáver, que se encuentra depositado en el tanatorio de Alcañiz, dado que, según explicó el párroco, Pablo Roda, nadie había reclamado el cuerpo. Al parecer, al fallecido tan sólo le quedaban familiares lejanos en Barcelona, así como algunos amigos.


Según el párroco, Joaquín Panivino había acudido a Alcañiz este martes para realizar varias gestiones. "Se tomó un café en un bar y dijo que sentía un dolor en el pecho. De allí se acercó a una tienda de electrónica, pero antes de llegar se desplomó y se dio un golpe fuerte en la cabeza y en la nariz". El dueño de la tienda y una persona que presenció esta situación atendieron al ermitaño y avisaron a una ambulancia. Allí mismo, un médico intentó su reanimación, pero "no pudieron recuperarlo", explicó Roda.


El entierro tiene lugar el jueves 12 de febrero, después de la misa funeral, que se oficia a las 12 del mediodía en la iglesia de San Francisco. El párroco se puso en contacto con el Ayuntamiento con el fin de conseguir un nicho donde darle sepultura.


En una entrevista realizada para la contraportada de DiarioDeTeruel.es el pasado mes de octubre, Joaquín Panivino mostraba una gran ilusión por la tarea encomendada meses atrás por la parroquia y la Junta de Santa Bárbara, una ermita situada al norte de Alcañiz y muy cerca del Santuario de Nuestra Señora de Pueyos.


Sus vistas, su silencio y la panorámica que se divisa desde allí cautivaron a este hombre que llevaba varios años en paro y residiendo en el camping de Alcañiz, pero que fue aceptado como ermitaño por sus conocimientos de albañilería y su disposición a vivir en soledad, a recibir a cuantos visitantes se aproximaran por el lugar y que se comprometió al mantenimiento del edificio y de todo su entorno.


Esos eran los requisitos que se demandaban desde el fallecimiento del anterior ermitaño y que no todos los aspirantes a ocupar el puesto cumplían, tal y como explicó el párroco de Alcañiz, quien comentó que Panivino fue el aspirante que mejores condiciones presentaba para el puesto de todos los que se presentaron.


En este sentido, Roda comentó que "hay gente que busca un trabajo a cambio de remuneración, y ser ermitaño de Santa Bárbara no supone el cobro de ningún tipo de sueldo, sino que es un contrato en precario, como un alquiler sin coste a cambio del mantenimiento del lugar".


Restauración del entorno

En octubre pasado, Joaquín Panivino estaba inmerso en las obras de mejora de la ermita y de la casa del ermitaño, que estaba en un importante estado de abandono, ya que su anterior inquilino era una persona muy mayor.


Panivino explicaba que su objetivo prioritario era poner a punto todo el edificio, pintarlo, barnizar las puertas, colocar un sistema de iluminación con leds para que las placas solares no agotaran la batería tan rápidamente, etc. Lo consiguió. "Ha hecho una buena labor, ha arreglado la casa, las puertas, los armarios, se había puesto una emisora de radio, televisión y también acceso a internet. Era un manitas y estaba muy contento por el trabajo realizado y porque la gente subía a verlo. El problema es que no ha podido disfrutarlo", se lamentó el párroco.


En los últimos días había enviado fotografías a algunos de sus amigos de la nevada de la semana pasada en la zona, con panorámicas tomadas desde la ermita.



Identificado en el Sudario de Oviedo un polen que también se encuentra en la Sábana Santa de Turín

El grupo de investigación de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), que está estudiando muestras del Sudario de Oviedo, ha descubierto un grano de polen de una planta que, según indica la palinóloga Marzia Boi, es compatible con la especie botánica Helicrysum Sp., también identificado en la Sábana Santa de Turín. Y descarta que se trate de una contaminación posterior, ya que se encuentra adherido a la sangre; es decir, que llegó a la reliquia a la misma vez que la sangre, no de forma aleatoria en algún momento a lo largo de su historia. Este dato es muy importante, pues permite demostrar la autenticidad del Sudario de Oviedo, y desmentir que se trate de una falsificación, asegura la UCAM en un comunicado.

Esta investigación ha sido posible gracias al novedoso microscopio de barrido electrónico de última generación con el que cuenta la UCAM, y que fue adquirido «para investigar en profundidad» la citada reliquia, que se custodia en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, señala el presidente de la UCAM, José Luis Mendoza. Se trata de un nuevo hallazgo que no forma parte de la línea investigadora en la que está centrado el estudio, ya que lo que se busca en la muestra que se está procesando es material biológico humano.


Según señala el jefe de Sección de Histopatología Forense del Instituto de Medicina Legal Murcia, y director del Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología (EDICES), Alfonso Sánchez Hermosilla, se trata de otra concordancia más, "de primer orden, a unir junto con la creciente lista puesta de manifiesto por el estudio científico de estas reliquias de la Pasión atribuidas a Jesús de Nazaret".




Muestra del Sudario de Oviedo.


Como señalan investigaciones anteriores, existen varios aspectos que relacionan ambas reliquias. El Sudario de Oviedo tiene manchas de sangre humana y del grupo AB, que es el mismo grupo sanguíneo de la sangre de la Sábana Santa. Además, las manchas de sangre de éste encajan matemáticamente con las manchas de sangre de la cara de la Sábana Santa, lo que solo se explica si los dos lienzos cubrieron el mismo rostro.


Una planta funeraria

La planta conocida como Helicrysum se ha utilizado desde hace miles de años con fines cosméticos en Oriente Medio; además, era usado en los enterramientos judíos durante el siglo I de la era cristiana, por lo que no es de extrañar su presencia sobre restos hemáticos de un lienzo usado para amortajar un cadáver.