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mardi 9 septembre 2014

50 ans après...Les Pieds-noirs se souviennent de l'Algérie | JOL Journalism Online Press

50 ans après...Les Pieds-noirs se souviennent de l'Algérie | JOL Journalism Online Press

Natividad de María


Falta ya poco para que se cumpla el tiempo del Año Jubilar que los Franciscanos de María estamos celebrando con motivo de nuestro XXV aniversario. Está siendo un año de gracias extraordinarias, incluidas dentro de ellas las dificultades que también estamos teniendo y que son, quizá, las gracias mayores.

El próximo lunes celebraremos una etapa más de este Año Jubilar, un nuevo día en el que se podrá ganar la indulgencia plenaria, para nosotros mismos o para algún difunto. Ese día se celebra la fiesta de la Natividad de María y fue, por eso, uno de los escogidos para ganar la indulgencia. Quisiera, a propósito de ello, contestar de nuevo a una pregunta: ¿Por qué es tan importante la Virgen para nosotros?

Lo primero que hay que responder es "porque somos católicos". Efectivamente, no se puede ser católico sin amar a la Virgen y sin amarla apasionadamente. Si ser católico significa ser seguidor de Cristo, ser su imitador, entonces necesariamente tenemos que amar a María, pues el Señor, como buen hijo que era -¿podría haber sido perfecto y no haber sido un buen hijo?- quería a su Madre y la quería con todo su corazón. Por eso, por mucho que amemos a María nunca la amaremos tanto como Ella merece, tanto como la amó Jesús.

Además, para nosotros, que tenemos el carisma y la misión del agradecimiento, María se nos presenta como el modelo perfecto para llevar a cabo esta misión. Ella es la Purísima, es aquella que en su corazón tiene sólo y únicamente amor puro, un amor sin intereses y sin miedo, un amor eucarístico, un amor de agradecimiento. Para ser agradecidos para con Dios, por lo tanto, nada como parecernos a María, como imitar a María.

Celebramos, pues, esta fiesta del nacimiento de la Virgen, de su cumpleaños, dándole gracias al Señor por el regalo que nos hizo de su Madre. El día en que Ella nació empezó ya, de algún modo, la obra de la redención llevada a cabo por Cristo, pues sin ella no hubiera podido nacer Jesús.

Agradezcamos, por lo tanto, a Dios el nacimiento de María y démosle gracias porque nos otorga la posibilidad, una vez más en este Año Jubilar, de ganar la indulgencia plenaria para nosotros o para los nuestros. Y, sobre todo, en el cumpleaños de la Virgen, no dudemos en felicitarla y en hacerle un buen regalo, ese regalo que sabemos que Ella espera y necesita de nosotros.



Natividad de María


Falta ya poco para que se cumpla el tiempo del Año Jubilar que los Franciscanos de María estamos celebrando con motivo de nuestro XXV aniversario. Está siendo un año de gracias extraordinarias, incluidas dentro de ellas las dificultades que también estamos teniendo y que son, quizá, las gracias mayores.

El próximo lunes celebraremos una etapa más de este Año Jubilar, un nuevo día en el que se podrá ganar la indulgencia plenaria, para nosotros mismos o para algún difunto. Ese día se celebra la fiesta de la Natividad de María y fue, por eso, uno de los escogidos para ganar la indulgencia. Quisiera, a propósito de ello, contestar de nuevo a una pregunta: ¿Por qué es tan importante la Virgen para nosotros?

Lo primero que hay que responder es "porque somos católicos". Efectivamente, no se puede ser católico sin amar a la Virgen y sin amarla apasionadamente. Si ser católico significa ser seguidor de Cristo, ser su imitador, entonces necesariamente tenemos que amar a María, pues el Señor, como buen hijo que era -¿podría haber sido perfecto y no haber sido un buen hijo?- quería a su Madre y la quería con todo su corazón. Por eso, por mucho que amemos a María nunca la amaremos tanto como Ella merece, tanto como la amó Jesús.

Además, para nosotros, que tenemos el carisma y la misión del agradecimiento, María se nos presenta como el modelo perfecto para llevar a cabo esta misión. Ella es la Purísima, es aquella que en su corazón tiene sólo y únicamente amor puro, un amor sin intereses y sin miedo, un amor eucarístico, un amor de agradecimiento. Para ser agradecidos para con Dios, por lo tanto, nada como parecernos a María, como imitar a María.

Celebramos, pues, esta fiesta del nacimiento de la Virgen, de su cumpleaños, dándole gracias al Señor por el regalo que nos hizo de su Madre. El día en que Ella nació empezó ya, de algún modo, la obra de la redención llevada a cabo por Cristo, pues sin ella no hubiera podido nacer Jesús.

Agradezcamos, por lo tanto, a Dios el nacimiento de María y démosle gracias porque nos otorga la posibilidad, una vez más en este Año Jubilar, de ganar la indulgencia plenaria para nosotros o para los nuestros. Y, sobre todo, en el cumpleaños de la Virgen, no dudemos en felicitarla y en hacerle un buen regalo, ese regalo que sabemos que Ella espera y necesita de nosotros.



Desde Covadonga, el arzobispo Sanz dice que la unidad de España es un «bien moral» a defender

La solidaridad con los necesitados, el apoyo a los que sufren el azote de la crisis y la unidad de España "frente a quienes dividen e insidian tejiendo secesiones" entrelazaron ayer en la Basílica del real sitio de Covadonga la homilía del arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, que presidio la misa en honor de la Santina, patrona mayor de Asturias, festividad que desde hace treinta años coincide con la celebración del Día de la Comunidad Autónoma.

"Pido desde esta tierra que no se dilapide el valor de la unidad plural de una historia de España que tiene siglos de convivencia", indicó el arzobispo.


Añadió: "La unidad de un pueblo que lleva siglos conviviendo no es dictadura ni uniformidad, sino un bien moral que vale la pena cuidar, defender y seguir construyendo juntos".


Sin mencionar expresamente las declaraciones del obispo de Solsona (Lérida), en apoyo a la consulta soberanista catalana convocada para el 9 de noviembre, Sanz Montes aseguró que "se puede vivir desde lo diverso sin levantar muros, que ya hemos tenido bastantes en la historia más reciente".


En sintonía con el mensaje religioso, el otro gran discurso institucional de la jornada, en boca de presidente del Principado, Javier Fernández -presente en el acto religioso junto al consejero de Presidencia Guillermo Martínez; el presidente de la Junta General del Principado, Pedro Sanjurjo; el delegado del Gobierno en Asturias Gabino de Lorenzo; varios alcaldes y diputados regionales-, dejó sentado que "la comunidad asturiana tiene que ser una muralla consistente para defender el Estado de bienestar".


La misa concelebrada por una veintena de sacerdotes y diáconos, así como el abad del santuario, Juan José Tuñón, que en 1989 recibió a Juan Pablo II en el aeropuerto cuando era párroco de Santiago del Monte, reunió, sobre el altar inaugurado en 1901 por quien sería luego San Antonio María Claret, a los tres obispos de Asturias, que intervinieron en la consagración: Gabino Díaz Merchán, emérito de la Diócesis, -encargado de recibir y guiar a Juan Pablo II hace 25 años, cuando visitó la región-, el obispo auxiliar Juan Antonio Menéndez y el propio Montes.


Si algo resonó ayer entre los muros de la basílica, además de las voces de la Escolanía y la orquesta de cuerda, dirigida por Jorge de la Vega, fue la llamada firme de Sanz a sacudirse la inercia que "puede hacernos cansinos, pesimistas y desesperanzados".


Planearon las alusiones a la visita de Juan Pablo II al santuario en 1989, que con su revolucionaria teoría sobre las relaciones entre empresarios y trabajadores impactó a integrantes del Gobierno del Principado, presidido entonces por el socialista Pedro de Silva, que reconocían en privado la vigencia de unas palabras, coincidentes con sus teorías sobre la igualdad social.


Un cuarto de siglo más tarde, el Arzobispo lamentó el giro de aquellos revolucionarios del 68, deseosos de mejoras sociales.


"Lástima que tantos de ellos luego terminaron cambiando la barricada indómita de sus utopías por la moqueta de sus burguesas conquistas", señaló en la homilía, leída, como en otras ocasiones, desde su tableta electrónica.


El titular de la Diócesis, madrileño que declaró ayer su afecto por Asturias, aplicó la teoría y ofreció entre diez y doce casas rectorales de parroquias, en desuso, en el centro del Principado, a familias sin recursos o desahuciadas.


Durante la recepción celebrada en el hotel Pelayo, Sanz Montes, que aludió con buen humor a su reciente intervención quirúrgica como "mi cornada de torero que voy peleando", precisó que algunas acogerán a familias pequeñas y otras irán mas allá del núcleo de padres e hijos.


Caritas, el brazo social de la Iglesia, gestionará el proyecto que, según Sanz, supone dar un paso más "en favor de los que más sufren la crisis económica y moral, en riesgo de caer en la exclusión social".


Gabino Díaz Merchán y Gabino de Lorenzo alabaron la consistencia social de las palabras del Arzobispo. Mientras que el emérito destacó la aportación de inmuebles a los más pobres, el delegado del Gobierno tildó la homilía de "una de las más grandes" escuchadas en decenas de años, "por su aspecto humano, el amor a esta tierra y ese modo de plasmar nuestro carácter abierto que no entiende de fronteras. Demuestra que es un intelectual", afirmó.


La visita a la Virgen, en la cueva, escenificó el saludo distendido entre las autoridades civiles, religiosas y militares, entre ellas, el coronel jefe de la zona de Asturias, Juan Bautista Martínez-Raposo.


Aunque la comitiva no se animó con demasiado ímpetu a entonar el himno de la Santina, sí lo hizo la Escolanía, con niños de diferentes lugares del mundo, símbolo de esa Covadonga universal, que, como dijo Juan Pablo II y reiteró Sanz "es una de las primeras piedras de la Europa, cuyas raíces cristianas ahondan en su historia y su cultura".


Casualidad o no, hasta el repertorio de la misa, con piezas como "The lord bless you and keep you" ("El señor te bendiga y te guarde", del anglicano inglés John Rutter), retumbó como un canto a la amplitud de miras.


La interesante homilía integra se puede leer aquí en la web del arzobispado


Bonitas fotos del acto, con gaiteros y trajes regionales, se pueden ver aquí



Getting Rid of Witchcraft After Finding It - islamqa.info

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Jinn Possession - islamqa.info

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[Vidéo] Quand une chinoise de 3 ans récite le Coran

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Era agnóstica de origen protestante, pero algo en la Iglesia le llamaba: redescubrió su fertilidad

La historia de Whitney Belprez es la de una agnóstica que se sintió atraída por la Iglesia, que ignoró muchas de sus reglas porque nadie se las explicó bien y que al madurar su vocación familiar llegó a una conclusión: que Dios le animaba a “confiar y obedecer” siguiendo sus caminos.

Una familia sin fe, juventud agnóstica

Whitney nació en una familia vagamente protestante, en Estados Unidos, que la bautizó y llevó a la iglesia solo de niña. Cuando llegó al instituto y la universidad era agnóstica y se describía como tal, aunque intuía vagamente que "algo debe haber". La mayoría de sus amigos vivían en familias poco o nada religiosas.


Whitney comenta con humor que, por alguna razón, los chicos con los que salía, buscando novio, siempre resultaban ser católicos de ancestros quebequeses.


"Qué bien, reposapiés!"

Una vez acompañó a uno de ellos y su familia a misa. Veía por primera vez una parroquia católica. Aquella familia desplegó los reclinatorios del banco y ella, que no sabía lo que eran, dijo: “¡qué bien, tienen reposapiés! “


Se dio cuenta que en las iglesias católicas sentía algo que no notaba en otros sitios, ni en templos protestantes.


“Recuerdo sentir calor, confort, paz, una calma que me cubría, sentada en silencio. Adoraba el temblor de las velas y las imágenes de María suavemente iluminadas”.


Una familia de convicción admirable

Finalmente encontró un novio firme, también católico, y admiró la fe fuerte de su familia y sus principios morales, que iban a menudo contracorriente. Ella no compartía esos principios, pero si su forma coherente de vivirlos.


En el instituto, y luego en la universidad, eligió algunas asignaturas optativas sobre religión comparada y estudios religiosos, y el tema le cautivó.


Incluso como agnóstica, siempre había sabido que debía haber “algo más”. Descubrió un mundo de espiritualidad que había ignorado toda su vida. Y empezó a cambiar su vida.


Empezó a rezar, a leer la Biblia, descubrió y leyó el Catecismo de la Iglesia. No todo le convencía, muchas cosas no las entendía, pero sentía que Dios le llamaba.


Tomó la decisión de acompañar a su novio a misa, orar y leer la Biblia, pero sin entrar “oficialmente en la Iglesia”.


Pero, sin que nadie la presionara –“estaba muy agradecida, y sigo estándolo, porque nadie en mi entorno católico me agobiara con presiones”- un día se levantó convencida de que Dios le invitaba a ser católica. “Lo sabía como hoy sé que amo a mi hija”, detalla.


Poca formación en la parroquia

Se apuntó al curso de iniciación cristiana para adultos común en las parroquias de EEUU. En su parroquia en este curso se oraba mucho, pero no le daban buenas respuestas a sus preguntas morales (contracepción, aborto, homosexualidad, ordenación de mujeres), y tampoco a las teológicas (cielo, infierno, gracia, salvación, sacramentos… ¿de verdad había que confesarse con un cura?). Ella se aferraba al Catecismo: incluso sin aceptar todo lo que en él leía, agradecía su guía clara.


Espiritualmente, sabía que Cristo le llamaba en la Eucaristía. Necesitaba comulgar, lo sentía con fuerza.


En la Vigilia Pascual de 2008 fue recibida como católica en la diócesis de Gran Rapid, Michigan. Estaba encantada… pero no muy formada en temas de vida y moral cristiana.


Católica, pero desobediente

Sabía qué no debe hacer un católico, pero no por qué. Y su novio católico tampoco lo sabía.


Así que pocos meses después de entrar en la Iglesia se fueron a vivir juntos, sin casarse, para tristeza de la familia católica de él.


“Aunque mi amor y fascinación por la Iglesia habían crecido, no me importaba ni acataba su enseñanza sobre el sexo premarital o la anticoncepción”, recuerda.


El tiempo de cohabitación y sexo premarital duró menos de un año. Luego se casaron. En el curso matrimonial (un solo día de retiro diocesano) nadie les habló de sexo ni regulación natural de la fertilidad, y constataron que la mayoría de parejas ya cohabitaban pero nunca habían hablado del número de hijos que tendrían, cómo los educarían, cómo se organizarían… El sexo parecía distraer mucho de la comunicación.


Económicamente iban “justos”, no querían un niño, y ella, de hecho, llevaba desde los 15 años tomando la píldora para regular sus ciclos. No tenían nada en contra de la anticoncepción… hasta que el médico constató que la anticoncepción hormonal tantos años estaba detrás de los sangrados y problemas uterinos y de ovarios de Whitney.


Dejaron la píldora por ese motivo de salud, pero a su cuerpo le costó muchos meses adoptar un ciclo estable y regular. Y de hecho ellos no sabían nada de regulación natural de la fertilidad. Lo hicieron cuando el ciclo se estabilizó…


“Me enamoré del cuerpo que Dios había creado para mí”, dice. Se enamoró de su cuerpo, con su fertilidad, con su llamado a la maternidad.


Mi autoestima crecía, porque Dios silenciosa y pacientemente me conducía”. Y sintió el llamado a dejarse ir, a tener un hijo, incluso con una economía ajustada, a “ser necedad para el mundo para crecer en santidad a ojos del Señor”.



Un parto en casa

En esta nueva relación con su cuerpo, quiso dar a luz con una partera en el comedor de su casa (“con mis dos mejores amigas rezando el Rosario por nuestra familia”). La niña, la pequeña Cecilia, era “el don más hermoso”.


Entendió que Dios había conducido sus pasos hasta allí.

“En mi viaje personal, hay dos lecciones que Él continuamente me enseña a través de su Iglesia: confía y obedece, porque Él es Dios, no tú. Ahora soy muy feliz porque Él ofrece la auténtica felicidad si escuchamos su sabiduría y la de su Iglesia. Seguir el camino de la Cruz no es fácil ni cómodo, pero el Creador Eterno siempre sabe lo que es mejor para nosotros: amor radical, confianza, obediencia la Dios Viviente que es Uno”, concluye su testimonio en http://ift.tt/1Bpcser



Tres ancianas misioneras italianas son asesinadas «salvajemente» en su convento de Burundi

Tres misioneras italianas fueron asesinadas en el interior de su convento en la localidad de Kamenge, en Burundi, informó este lunes el Ministerio de Exteriores italiano.

La diócesis de Parma, a la que pertenecían las tres religiosas, informó en su página web de la muerte de las religiosas e indicó que todo "parece fue un trágico intento de robo por parte de una persona con problemas mentales". El alcalde de Kamenge, Damien Baseka, dijo: «Las asesinaron salvajemente». Datos posteriores publicados por el diario "Avvenire" afirman que se han producido ya tres detenciones en relación al caso.


Las tres monjas, Lucia Pulici de 75 años, Olga Raschietti de 83, y Bernadetta Boggian, de 79, vivían en Burundi práticamente desde siempre. Eran misioneras de la Orden de María, popularmente llamadas misioneras saverianas, orden fundada por San Guido Conforti en el s.XIX.


Las misioneras vivían en uno de los barrios más pobers de Bujumbura. Trabajaban en apoyar la formación laboral de jóvenes y mujeres y en la reconciliación entre hutus y tutsis en un país marcado por las heridas de una cruelísima guerra civil.




La hermana Bernadetta


Según los medios italianos en un primer momento, que citaban fuentes de la policía de Burundi, el agresor habría sido un joven que huyó del convento sin haber robado nada y tras haber apuñalado a dos de las monjas, mientras que la otra fue golpeada con una piedra.


En un principio se dio noticia de la muerte de dos misioneras, después el ministerio italiano de Exteriores comunicó que existe una tercera víctima.


La ministra de Exteriores italiana, Federica Mogherini, expresó su dolor por la muerte de las misioneras tras confirmar la noticia. También el obispo de Parma, Enrico Solmi, también presentó su pésame a la familia y la orden de las misioneras.


El secretario de estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolín envió un telegrama al arzobispo de Bujumbura, Ngoyagoye, comunicando el dolor del santo padre Francisco, al conocer el asesinato de tres religiosas italianas que trabajaban en Burundi, indicó hoy la Sala de Prensa de la Santa Sede.




La hermana Lucía


“Su Santidad, el papa Francisco -indica el texto- ha recibido con tristeza la noticia del asesinato de las tres religiosas, sor Bernardetta Bogianni, sor Lucia Pulici y sor Olga Raschietti, que desempeñaban su servicio pastoral en la parroquia de San Guido María Conforti, en Bujumbura. El Santo Padre pide al Señor que acoja en su morada de paz y de luz a estas tres religiosas fieles y entregadas. En esta trágica circunstancia expresa su cercanía a la comunidad religiosa a la que pertenecían, a las familias de las víctimas y a la entera comunidad diocesana. Como prenda de consuelo les envía de todo corazón, al igual que a todas las personas afectadas por esta brutal desaparición, una afectuosa bendición apostólica” indica el texto.




La hermana Olga


Las noticias del lugar indican que las misioneras saverianas están bajo shock, y hay mucho dolor en la diócesis de Parma de donde eran.


El hermano de sor Olga dijo a la agencia ANSA: “Es doloroso, pero como cristiano estoy orgulloso. Está ya en el cielo, estoy seguro”.



El gran muftí de Egipto condena los crímenes del Estado Islámico: «Viola los valores islámicos»

El Gran Muftí de Egipto, Shawki Ibrahim Abdel-Karim Allam, el máximo responsable religioso del país [donde viven 74 millones de musulmanes, un país que tiene más jóvenes que toda Europa Occidental], condenó las atrocidades del las milicias del Estado Islámico de Irak y del Levante (EI) en Siria e Irak.

Lo hizo al participar en Bélgica, en el encuentro organizado por la Comunidad de San Egidio, en el congreso titulado ´La paz es el futuro, religión y diálogo 100 años después de la Primera Guerra Mundial", que se inició el lunes y concluye este miércoles 10 de septiembre en Amberes.


El líder religioso calificó al Estado Islámico como organización “corrupta y extremista”, cuya eliminación requiere de la cooperación internacional y multilateral. Declaró además que "el Estado Islámico es un peligro para el Islam", y se mostró favorable a que los milicianos sean imputados por los crímenes que cometen y sean entregados a la justicia.


El gran muftí de Egipto, cubre este cargo desde febrero de 2013, y ha enseñado muchos años en la Universidad de Al-Azhar.


Desde el 2012 el cargo de Gran Muftí de Egipto no es más competencia del Gobierno, sino electivo. Allam ha sido elegido por le Consejo de los Ulema y es el segundo cargo religioso de país.


“Es un error tremendo --dijo el muftí-- considerar al grupo terrorista EI como un estado islámico, porque viola todos los valores islámicos, los objetivos más elevados de la ley islámica, y los valores universales compartidos por toda la humanidad”.


Hace un poco más de un mes, el Estado Islámico anunció el establecimiento de un califato y nombró a su líder Abu Bakr al-Bagdadi, como califa y “jefe de los musulmanes en todas las partes” del mundo.


El Ejercito Islámico después de marzo de 2011 cuando inició el conflicto en Siria armado, congregó a bandas armadas que luchan contra el Gobierno de Damasco. Las organizaciones regionales e internacionales han condenado las atrocidades cometidas por el EIIL en Irak y han exigido una cooperación internacional para combatir a dicho grupo terrorista.