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mardi 9 décembre 2014

Religión en Libertad quiere hacerte un regalo esta Navidad: El Evangelio 2015


Querido lector:

Esta Navidad queremos agradecerte sinceramente tu apoyo y fidelidad a ReL con un pequeño libro: el Evangelio 2015. Si quieres recibirlo totalmente gratis en casa, solo tienes que rellenar el cupón de respuesta con tus datos.


El Papa Francisco decía que "la alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús".


Y nosotros estamos seguros de que el Evangelio es el mejor regalo que pueden recibir tus familiares y amigos.


Para obsequiarles también con este libro, sin ningún coste, solo tendrás que facilitarnos sus datos.


Gracias por ser parte de Religión en Libertad ayudándonos con tus oraciones y donativos y haciendo posible que más personas puedan conocer el amor de Dios y la alegría de la Buena Nueva.


Religión en Libertad puede hacerte este regalo gracias a la especial colaboración de José Antonio Martínez-Puche O.P., coordinador editorial del Evangelio 2015, y a la editorial Edibesa.


Puedes hacer tu solicitud ahora mismo: Haz CLICK aquí


o llámanos por teléfono al 91 594 09 22 y pregunta por María Hernández (de 10:00 a 15:30 horas, de lunes a viernes). También puedes contactarla por correo electrónico: donativos@religionenlibertad.com


Te deseo una muy FELIZ NAVIDAD y que tu familia se llene de amor y bendiciones para el nuevo año.


Un saludo,


Álex Rosal

Director de Religión en Libertad


PD; Si ya eres donante de ReL y nos has facilitado tu nombre y dirección, no es necesario que rellenes este formulario, ya hemos pensado en ti. Antes de que acabe el año recibirás el Evangelio 2015.





Fue seminarista clandestino, después fue inspector de la Policía soviética... y cura a los 63 años

No hay muchos curas católicos que puedan decir que han sido inspectores de la Policía soviética.

Este es el peculiar caso del padre Konstantins Bojars, que fue seminarista clandestino en la URSS, llego a ser cura, luego colgó los hábitos, se hizo policía y fiscal soviético, buceó en el mundo del crimen, y volvió a la fe y a la vida sacerdotal después de una larga espera, un periodo de prueba.


Recuerda la conquista soviética

Konstantins Bojars nació en Letonia en 1932. Dice que recuerda cuando los tanques soviéticos tomaron su país en 1936, que recuerda el paso de los tanques hacia Riga teniendo él 4 años. Y después llegaron los nazis. Y después los soviéticos otra vez.


En su familia eran 6 hermanos, aunque dos murieron por enfermedades siendo niños. En las zonas rurales recién conquistadas la persecución religiosa no era tan sistemática como en otros sitios. Podía ir a misa cada domingo con su familia, a una iglesia a 5 kilómetros de su casa. Recibió dos años de catequesis, hizo la primera comunión y siguió acudiendo a la parroquia y ayudando como monaguillo.


En el seminario clandestino

En 1949, con 17 años, marchó a Riga dispuesto a ser sacerdote. Ingresó en el seminario clandestino. Era un seminario que las distintas autoridades civiles habían abierto y cerrado en varias ocasiones. El obispo a veces ordenaba estudiantes de último curso o seminaristas de forma apresurada, por ejemplo al ver volver a los soviéticos.


"Para el gobierno resultaba fácil disolver el seminario: bastaba con llamarnos a filas y enviarnos al lugar más lejano posible de la URSS. Algunos, como yo, acabamos haciendo el servicio militar en un pueblo de Rusia donde estaban construyendo el ferrocarril de Moscú a Borkuta. Hacía un frío terrible que llegaba en ocasiones a los 50 grados bajo cero. Se podía soportar porque era un frío seco pero teníamos que estar moviéndonos constantemente para no congelarnos". En aquel campo llegaron a ser 9 los seminaristas lituanos. Recuerda que, al menos, las autoridades del lugar no se portaban mal.


Sacerdote con formación escasa

De vuelta a Letonia, fue ordenado sacerdote a los 26 años. Su formación sacerdotal, explica, "fue muy precaria y agitada. En aquellas condiciones era prácticamente imposible formarme mejor: no podíamos viajar, ni salir del país ni entrar en contacto con otros católicos".


Ejerció como sacerdote cinco años en una parroquia. Luego, en 1963, "tuve una crisis de vocación y lo dejé".



El P. Konstantin, celebrando su 80º cumpleaños en la parroquia


Fiscal: crímenes pasionales y robos

Estudió derecho, se graduó en 1969 y empezó a trabajar de fiscal, y luego de inspector de policía de investigación criminal.


"Mis funciones eran las de cualquier fiscal: investigar robos, hurtos, violaciones u asesinatos. Entonces no había sicarios ni asesinos a sueldo. Viajé por Letonia buscando culpables de distintos crímenes. Eran investigaciones largas que duraban dos o tres años: borrachos que mataban a sus esposas en un momento de arrebato; mujeres que envenenaban a sus maridos por celos, etc...".


Bojars quiere dejar claro que desde su posición no tenía acceso ni competencias en los temas de persecución religiosa o política, de los que se encargaba el Comité de Seguridad del Estado. "No estaban dentro de mi campo ni yo podía hacer nada por ellos", comenta.


Nostalgia de Dios y del sacerdocio

En los años 70 estuvo varias veces al borde de la muerte y se planteó el sentido de su vida. Algunos de sus amigos habían apostatado; otros, simplemente, se habían alejado de Dios. Pero él siempre había creído en Dios y ahora se iba dando cuenta de que cometió un error al dejar el ministerio sacerdotal. Le dolía ver a la Iglesia acechada y perseguida y con escasez de sacerdotes.


"Aunque yo había sido infiel a mi vocación, sabía que había sido ordenado sacerdote para siempre y deseaba volver a consagrar el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Sentía las mismas ansias que el hijo pródigo cuando vivía en tierra extraña y pensaba sin cesar en la casa de su padre".



El cardenal Pujats de Letonia,

veterano de muchos años bajo el comunismo


"Hablé con el cardenal Pujats. Como es lógico me hizo esperar muchos años. Lo entendí. En otros países esa espera hubiera sido imposible pero la jerarquía conocía bien las circunstancias en las que me había formado y en las que había vivido durante los primeros años de mi sacerdocio".


"Aguardé décadas viviendo en celibato hasta que comprobaron el estilo de vida que llevaba, la solidez de mis disposiciones, mi rectitud de intención. Veían que no buscaba nada material, que tenía la vida resuelta en ese aspecto. Se cercioraron que no había hecho nada contrario a una conciencia cristiana: ni denuncias falsas, ni torturas ni cooperación con la injusticia, y que no había tenido que ver con la represión política y religiosa de ese régimen materialista."



El padre Konstantin sentado en la celebración de su 80º cumpleaños


La Caída del Muro... y la vuelta al sacerdocio

En 1989 cayó el Muro de Berlín y el régimen comunista. De 1990 a su jubilación se dedicó a la rehabilitación legal de los ciudadanos reprimidos por el sistema soviético. En 1994 se integró ya plenamente en las tareas eclesiales y un año después le concedieron las licencias sacerdotales de nuevo. Habían pasado 32 años desde que celebró su última misa.


Desde entonces ha atendido zonas del país que durante décadas no tuvieron sacerdote y ha levantado varias iglesias de nueva planta. Descubrió, por ejemplo, que una vez la Iglesia pone los cimientos y el terreno y empiza a construir, el resto de la edificación tienden a terminarla y financiarla los feligreses. En cambio, pedir que ellos inicien la construcción no funciona. Construir en Letonia es una lucha contra el papeleo: su experiencia como fiscal le ha sido muy útil.



Dios escribe recto con renglones torcidos

Uno de sus grandes orgullos es haber reconstruido la primera iglesia de piedra que San Menardo, el primer obispo del país, hizo levantar. El lugar estaba arrasado y lleno de arbustos, abandonado durante décadas, y hoy vuelve a ser un lugar de oración y peregrinación (http://ift.tt/1D5uB5o).


"Cuando viene a verme alguna persona desesperada, siempre le digo que confíe en Dios, que escribe recto sobre renglones torcidos y saca cosas buenas hasta de nuestros errores y equivocaciones", asegura.


(Este testimonio, redactado por ReL, lo tomamos del recomendable libro de José Miguel Cejas "El baile tras la tormenta; relatos de disidentes de los países bálticos y Rusia", complementado con datos de Katolis.lv).



Dr Zakir Naik Answer Challenge to atheist Women in Latest Speech 2014

Do women have a right to divorce in Islam? - Dr Zakir Naik

El valor de la Verdad: Dios existe

Entre los valores que en el Prefacio de la Misa de Cristo Rey se nos describe como constituyente del Reino está la Verdad. ¿Pero cómo hemos de entenderla?

Actualmente, el gran problema en torno a la Verdad es: ¿Existe una Verdad Objetiva, sí o no? Ante esta pregunta hay una doble respuesta. Mientras unos pensamos que por supuesto hay una Verdad Objetiva, que el Bien y el Mal son claramente diferentes, que existen una serie de valores eternos e inmutables, los otros por el contrario defienden que no hay verdades objetivas, que todo es opinable y depende del punto de vista desde el que se mire, y que ni siquiera los valores esenciales, como la libertad, la vida, la justicia, el amor, la paz, son objetivos e inamovibles.


Cuando se escribió en 1948 la Declaración Universal de Derechos Humanos, uno de sus redactores, Jacques Maritain, explicó que había sido posible el acuerdo sobre cuáles eran los derechos humanos fundamentales, pero no en cuál era el fundamento de esos derechos, que para nosotros, los que creemos en la Verdad Objetiva, sólo puede ser Dios, mientras que para los no creyentes, al no existir Dios, es la conciencia personal o la voluntad popular, pero al carecer de un centro de referencia, esos derechos pueden cambiar, como ya está sucediendo con los llamados nuevos derechos humanos, muchas veces en abierta contraposición con los Derechos de 1948. En la concepción relativista el orden social no se ve como reposando en las leyes de Dios o de la naturaleza, sino como resultado de las elecciones libres del individuo y del pueblo soberano. Nos encontramos por tanto con la no existencia de reglas generales universalmente válidas


En cambio, el que de verdad cree en la existencia de Dios vive de manera diferente de quien no cree en Él. No hace mucho un amigo me decía: “Si Dios no existe, he hecho el idiota toda mi vida”. Le contesté: “Esa misma es la opinión de San Pablo”. En efecto, leemos en 1ª Corintios 15: “Pues bien, si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo ha resucitado. Pero si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana también vuestra fe” (vv. 13-14); “si Cristo no ha resucitado, comamos y bebamos, que mañana moriremos” (v.32). Por supuesto creer en Dios no es algo irracional y el Concilio Vaticano I nos dice: “La misma Santa Madre Iglesia sostiene y enseña que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana partiendo de las cosas creadas” (Denzinger nº 1785). Pienso que los argumentos a favor de la creencia en Dios, especialmente que el universo tenga comienzo y hasta más o menos se sabe su edad, supone que hay un ser inteligente detrás, y, sobre todo, el ansia de felicidad eterna que todos tenemos y que nos haría víctimas de una gigantesca estafa si Dios no existiera, me parecen mucho más fuertes que los argumentos de los no creyentes contra la existencia de Dios. Además, si Dios no existe, está claro que todo termina con la muerte, pero resulta que uno de los grandes argumentos en contra de la existencia de Dios, la existencia de injusticias y de mal en el mundo, entonces sí que se hace un problema realmente insoluble, porque en ese caso los malvados gozarían de impunidad en sus crímenes.


Cristo en su comparecencia ante Pilato, nos dice: “Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz” (Jn 18,37), y también nos dice: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí” (Jn 14,6), con lo cual nos indica no sólo que hay una Verdad Objetiva, que es Dios mismo y que la verdad y la vida determinan la calidad del camino, es decir la divinidad de Cristo (la verdad) y la meta divina a la que conduce (la vida). Es decir la Verdad (Cristo) nos lleva hacia Dios Padre. Ahora bien para recorrer el camino que nos lleva hacia Cristo, y por Él a Dios Padre, contamos con el apoyo de la Revelación, o sea la Sagrada Escritura en el Antiguo y sobre todo en el Nuevo Testamento, así como la Tradición, sin olvidar el Magisterio de la Iglesia, ni la doctrina de Padres, Doctores y Teólogos, jugando también su papel las ciencias humanas. En cuanto a nosotros, los seres humanos, buscamos naturalmente la verdad, y estamos obligados a hacerlo, sobre todo con respecto a la verdad religiosa, que, una vez conocida, estamos obligados a adherirnos a ella y a vivir según sus exigencias (cf. Declaración del Concilio Vaticano II sobre la Libertad Religiosa nº 2). Somos nosotros y nuestra conciencia quienes debemos buscar la verdad y, una vez conocida, seguirla, sin tratar de manipularla a nuestra conveniencia. Pero si no creemos ni en la existencia de Dios, ni en la Verdad objetiva, ni en el Bien, ¿cómo vamos a buscarlos? Termino con una simple pregunta para los ateos: si Dios no existe:¿cuál es el sentido de la vida? Gracias.



¿Por qué los católicos dejan la Iglesia? «Por falta de cercanía y el clericalismo», dice Francisco

En la entrevista concedida al diario argentino La Nación, difundida el 7 de diciembre, el Papa Francisco reveló la “receta” con la que busca recuperar a los católicos que han dejado la Iglesia.

El Santo Padre señaló que “no me gusta la palabra ‘estrategia’, sino que hablaría del llamado pastoral del Señor, porque si no, parece todo una ONG. Es el llamado del Señor, lo que hoy le pide a la Iglesia, no como estrategia, porque la Iglesia no hace proselitismo”.


“La Iglesia no quiere hacer proselitismo porque la Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción, como dijo Benedicto. La Iglesia tiene que ser un hospital de campaña y salir a curar heridas, como el buen samaritano. Hay gente herida por desatención, por abandono de la Iglesia misma, gente que está sufriendo horrores”, dijo.


Sobre los católicos que abandonan la Iglesia, indicó, “conozco la estadística que dieron en Aparecida (la V Conferencia General del Celam), es el único dato que tengo”.


[Nota de ReL: el padre James Mallon, en el ENE2014, hablando de Nueva Evangelización con un nutrido grupo de sacerdotes de toda España, señaló: “En Aparecida por primera vez en la Iglesia se desarrolla un plan pastoral usando investigaciones y estudios que analizan por qué los católicos dejan la Iglesia y se van a los evangélicos y otros grupos religiosos. Lo explica en los párrafos 225-226”. Lea las razones aquí].


El Santo Padre en su entrevista señaló que “evidentemente, hay varios factores que intervienen en eso, externos a la Iglesia. Por ejemplo, la teología de la prosperidad inspira muchas propuestas religiosas que atraen gente”.


“Pero luego la gente queda a mitad de camino”.


Sin embargo, destacó, “dejando afuera lo externo a la Iglesia, me pregunto: ¿cuáles son las cosas nuestras, dentro de la Iglesia, que hacen que los fieles no se sientan satisfechos? Y es la falta de cercanía y el clericalismo”.


“La proximidad es el llamado hoy al católico, a salir y hacernos próximos de la gente, de sus problemas, de sus realidades. El clericalismo, se lo dije a los obispos del Celam en Río de Janeiro, frenó la madurez laical en América Latina”.


Francisco indicó que “donde los laicos son más maduros en América Latina es precisamente en la expresión de la piedad popular. Pero las organizaciones laicales siempre estuvieron con el problema del clericalismo”.


“Yo hablé de esto en la (exhortación apostólica) ‘Evangelii Gaudium’”, recordó.


El diario La Nación publicó en su edición on line amplios fragmentos de la entrevista, que puede leer en: http://ift.tt/12QzYFm


Lea también: Reza regularmente con tus amigos: serás feliz y crecerá la Iglesia, dicen los sociólogos