Pages

lundi 9 mars 2015

Ancianidad y vida sexual

Las personas mayores tienen básicamente las mismas necesidades relacionales, afectivas y sexuales que las demás personas. Pero, con frecuencia, las tienen peor cubiertas, aunque su vivencia satisfactoria es muy buena para vivir en plenitud de amor. Si la sexualidad está al servicio del amor, si es bonito ver a dos chiquillos que se quieren, si es precioso ver a dos novios o dos recién casados que se aman, ¿qué decir ante dos ancianos cuyo matrimonio ha sido un éxito y llevan 40, 50 o tal vez 60 años queriéndose?

“El amor es un proceso que siempre está en camino, que nunca se da por concluido y completado, sino que se transforma en el curso de la vida, madura, y precisamente por ello permanece fiel a sí mismo. Los antiguos han reconocido como el auténtico contenido del amor, hacerse el uno semejante al otro, lo que lleva a un pensar y desear común” (Benedicto XVI, Encíclica Deus Caritas est, nº 17). El cultivo del rico mundo de los afectos, ternura y expresiones de cariño es indiscutiblemente bueno, estando el declive de la capacidad física de la pulsión sexual sobradamente compensado por la mejora en la calidad de la relación. Sin duda, la edad influye en el modo de expresar la sexualidad, pues la sexualidad debe adaptarse al cuerpo aprendiendo a vivir las características que cada período de la vida nos ofrece, pero en la ancianidad la relación interpersonal con frecuencia llega a su culmen de amor, porque la larga relación da confianza y seguridad en el otro.


Y es que a lo largo de los años la comunidad amorosa sabe hacer del tiempo un aliado y se hace cada vez más lugar de promoción de las personas, siendo lo realmente importante saberse acompañado y querido, así como acompañar y querer, cultivando todo aquello que puede unir, como el cuidado corporal o la comunicación amorosa y evitando lo que puede ser desagradable o causa de rechazo para el otro, pues la tarea de nuestra propia educación y maduración afectiva e intelectual ha de ser una labor constante que sólo puede darse por terminada con la muerte.


Aunque es cierto que, en general, las personas mayores son menos activas que las jóvenes, se puede llevar una vida sexualmente activa durante muchos años, porque el interés sexual y la pasión sexual no desaparecen en absoluto. Si bien todas las personas, pero especialmente las mayores, pueden llevar una vida feliz y dichosa sin actividad sexual, la actuación sexual como relación amorosa da sentido al sexo en cualquier tiempo de la vida.


Diversas investigaciones indican que entre 66 y 71 años un 62% de los hombres continúan sexualmente activos. De los 72 a los 77, aproximadamente un 50% y entre los mayores de 80 todavía un 20% manifiesta mantener una actividad coital. Entre las mujeres las estadísticas son muy semejantes. Pero incluso aquéllos que ya no les apetece el uso del sexo, pueden sentirse plenamente satisfechos compartiendo otros muchos valores con su pareja.


No hay ningún inconveniente en que los ancianos continúen con su vida sexual. La vida sexual no termina, pues es inseparable de nuestro modo de ser y no puede reducirse a la genitalidad reproductora, sino que en todo caso se transforma, pero sigue siendo importante, como fuente de amor, comunicación, entrega mutua y autoestima, aunque se relativicen los contactos meramente físicos. La expresión genital de un matrimonio anciano, aunque con frecuencia no se llegue al orgasmo, sigue siendo por supuesto lícita y manifiesta ternura, afecto, serenidad, intimidad, gratitud y, sobre todo, la experiencia de pertenecerse mutuamente, y estos valores continúan vivos aunque no haya relación genital, porque lo que predomina allí es el amor. La edad ayuda a que la ternura sexual supere la búsqueda egoísta del otro, y se abra a una entrega donde lo que verdaderamente importa no es el atractivo corporal sino el amor que se tienen.


No hay que olvidar que la sexualidad no comprende sólo lo genital, sino otras muchas actitudes, conductas y prácticas, como transmitirse afecto y ternura a través de las caricias. Para los ancianos que han sabido amar llenando así de sentido su vida, la vejez es con frecuencia la época de la cosecha. Las semillas del amor, cuidadosamente plantadas desde hace tantos años, han ido germinando. La persona que ha amado, cuando llegan los momentos finales de su vida, cuentan con la presencia y atención de los demás, porque generalmente se recoge lo que se ha sembrado. Lo que se dio con generosidad y alegría, retorna con creces. En la pareja se realiza un apoyo mutuo, una solidaridad ante los últimos problemas de la vida, una ósmosis, una transfusión de riquezas y cualidades, aunque también de defectos, del uno hacia el otro, por lo que en estos últimos años de vida, las parejas cuya relación ha sido un éxito pueden decirse mutuamente: “Lo que soy, lo que he conseguido ser, si mi vida ha estado llena de sentido, ha sido gracias a ti” y “sé en quién he puesto mi confianza” (2 Tim 1,12).


Estamos indudablemente ante una de las más grandes cimas que puede alcanzar el amor humano y la sexualidad al servicio del amor. No es casualidad que el amor más intenso por el otro aparezca en personas ancianas. En el arte de vivir está el saber envejecer juntos. Las personas ancianas sanas tienden a fundir amor y sexualidad y pueden disfrutar intensamente de los placeres sexuales, pero también les son menos indispensables que en otras épocas de la vida y saben prescindir de los mismos sin daño para la propia individualidad y felicidad.



Lourdes Méndez (PP): «Perderemos muchos votos por ir contra nuestro ideario; yo no votaré el aborto»

Lourdes Méndez es diputada por Murcia del Partido Popular en el Congreso. Preside la Comisión de Políticas Integrales de la Discapacidad. Lleva tres legislaturas a sus espaldas, doce años en el ´hemiciclo´ después de haber sido consejera de Trabajo, Consumo y Política Social del Gobierno de Murcia, diputada regional, portavoz adjunta en la Asamblea, y teniente de alcalde y portavoz del Ayuntamiento de San Javier.

Y amenaza a su bancada sin que le tiemble la voz: "No voy a votar la reforma de la ley del aborto porque significaría validar la ´ley Aído´ e ir en contra de nuestro ideario y del programa electoral del PP al que han votado 11 millones de personas".


Rotunda. Tanto como cuando firmó junto a otros once parlamentarios del PP una carta dirigida a Mariano Rajoy para que evitara que un cambio legislativo que sólo contempla la imposibilidad de que las menores aborten sin el consentimiento de sus padres supusiera dar por bueno el derecho al aborto libre y gratuito que significa la vigente legislación de plazos.


Pero la ´mini reforma´ sigue su curso, es previsible que se vote el próximo día 24, y ni el mantenimiento del recurso de incostitucionalidad el PP -firmado por Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, tres ministros y varios secretarios de Estado hasta sumar 70 diputados del PP- contra la ley del aborto de 2010 impide que Lourdes Méndez confirme su decisión de no votar la modificación parcial, fiel a la posición tradicional del PP en defensa de la vida de la que ella no se ha movido ni un milímetro.


-¿Por qué no va a votar la reforma de la ley del aborto que presentá el Grupo Parlamentario del PP al que pertenece?

-No voy a votarla porque considero que se está ratificando implícitamente el derecho al aborto libre y gratuito. El que se esté diciendo que con esta modificación se cumple nuestro programa es una interpretación torticera del mismo. Si vamos a la letra de nuestro programa, este dice que tenemos que proteger la vida y, de forma subordinada, a las menores. Si todavía quedara alguna duda, habría que ir a los antecedentes y al ideario central de nuestro partido desde su fundación. El artículo 3 de nuestros estatutos se refiere a un ‘compromiso renovado con la vida’. En la legislatura anterior nos opusimos a ´ley Aído´, registramos un voto particular en la subcomisión y presentamos un recurso ante el Tribunal Constitucional. Además, en esta legislatura hay que recordar el voto en contra de la retirada de la Ley de Gallardón. A la luz de todos nuestros antecedentes, habría que ir a una modificación total de la ley del aborto.


-De los doce parlamentarios que se han manifestado en contra de esta ´mini reforma´, ¿le consta si algún otro va a actuar como usted?

-Se trata de una cuestión -el voto- muy personal. Doce personas nos hemos manifestado para que se cumpla el programa del PP y en contra de esta ‘mini reforma’, pero no sé si luego seremos más o menos. Lo cierto es que, por coherencia política, las setenta personas que firmaron el recurso ante el Tribunal Constitucional contra la ´ley Aído´ -entre ellos el presidente y la vicepresidenta del Gobierno, tres ministros y varios secretarios de estado- deberían hacer lo mismo que nosotros. Por eso sostengo que esto no es un tema de doce personas y que si hubiera coherencia, esos setenta diputados tampoco votarían esta modificación. Y más tratándose de un asunto que pone en juego cien mil vidas cada año.


-A pesar de que el PP mantiene el recurso de inconstitucionalidad contra la ley del aborto, ¿considera que esta modificación parcial sobre el consentimiento paterno en el caso de las menores da por buena toda la ´ley Aído´?

-Esa es la incoherencia. En una votación de estas características en el Congreso, se está dando por buena la ley del aborto porque lo único que se modifica es que se pueda abortar sin el consentimiento de los padres. Así, el grupo parlamentario popular lanzaría a las menores el mensaje de que tienen derecho a abortar y solamente precisan el consentimiento de sus padres, exactamente igual que si se fueran de excursión.


-El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, se muestra convencido de que ninguno de los diputados ´populares´ va a romper la disciplina de voto en este asunto...

-Yo no voy a votar esta reforma. No sé si votaré en contra o me ausentaré, pero desde luego no lo voy a votar. Sólo lo votaría en el caso de que se tratara de una modificación del calado a la altura de la que nos obliga nuestro compromiso electoral, es decir, una ley de supuestos en vez de un derecho al aborto en una ley de plazos. Sólo en ese supuesto estaríamos cumpliendo nuestro programa y sólo en ese caso votaría a favor.


-Podría ser sancionada.

-Si se impone una sanción por mantener la postura en un tema capital de nuestro partido y de nuestro programa como es el del aborto, que me la pongan, no me importa. La enmarcaría en mi despacho como premio a la coherencia y a la lealtad.


-Y, ¿cómo puede ´vivir´ en el PP? Sobre todo tras la ´expulsión´ verbal que Celia Villalobos hizo de quienes, como usted, están en contra del aborto.

-Lo grave de las declaraciones de Celia Villalobos no son las declaraciones en sí, ni siquiera la ausencia de rectificación, sino que lo grave es el silencio por parte de los dirigentes del PP. Yo no me he movido ni un milímetro de donde he estado y ha estado el PP siempre, he concurrido a unas elecciones al Congreso con un programa y con una ideología avalada a lo largo de muchísimos años. Los que se han presentado con el mismo programa deberían asumirlo incluso aunque no lo piensen.


-¿Qué pasa en el PP que nadie rectifica a Villalobos?

-No quiero pensar que Celia Villalobos tuviera razón en todo lo que dijo en aquella entrevista porque lo que dijo fue que no llevar a cabo una modificación medular de la ley del aborto en el Congreso no era un tema de rentabilidad electoral sino que respondía a una intención de que la reforma no se llevara a efecto. Por lo tanto, no quiero pensar que lo que se pretenda es hacer una modificación ideológica del partido por la vía de los hechos e imponer una cultura de desprecio absoluto por la vida en contra de nuestro electorado. Y encima sin haberse realizado ningún congreso en el que se haya debatido ese asunto. Parece que nos queremos desprender de la defensa de los valores. Y eso habría que decirlo porque no se puede defender el derecho al aborto y el derecho a la vida al mismo tiempo. Entonces, si existe evidentemente esa intencionalidad se estaría imponiendo una modificación ideológica de nuestro partido por la vía de los hechos, sin pasar por los foros necesarios para que esto ocurriera. Cuando acabe esta legislatura, habremos perdido la oportunidad histórica de modificar el derecho al aborto libre y gratuito. Con once millones de votos, esto no debiera de ocurrir. Cuando se habla de una cuestión medular, es un tema inamovible, con el que no se puede pactar. Si lo hiciéramos, nos convertiríamos en un partido diferente y defraudaríamos a mucha gente.


-¿La reforma del aborto que planteaba Gallardón no hubiera restado votos al PP?

-La pérdida de votos por defender la vida es la excusa para hacer una modificación ideológica del partido por parte de las personas que dentro del PP no están a favor de la vida. Esto es lo grave. Y yo creo que vamos a perder muchos votos, pero por ir en contra de nuestro ideario y de lo que siempre hemos defendido, no por ´progres´ ni por conservadores sino por una cuestión de humanidad. Se nos quiere imponer una modificación cultural que consagra el derecho al aborto y que luego es muy difícil de revertir; se lanza a nuestra sociedad y a nuestras jóvenes un mensaje de normalización total del aborto y de desprecio absoluto por la vida. Por eso los diputados que estamos ahora mismo en el Congreso tenemos una responsabilidad política e histórica.



Cañizares propone una cuenta en Cáritas para apoyar a los cristianos acosados, con oración y ayuno

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha lamentado este domingo 8 de marzo, durante la misa que ha presidido en la Catedral, el drama de “los mártires cruelmente asesinados”, al que se suma “el silencio vergonzoso e injusto de la comunidad internacional y las autoridades, que sólo rompe el Papa”.

Refiriéndose al evangelio de hoy, sobre la expulsión de los mercaderes del templo, el purpurado ha afirmado que “no podemos usar el nombre de Dios como pretexto para otras cosas, más aún cuando pueden llegar a ser blasfemas y contrarias al querer de Dios” y ha aludido “al drama que estamos viviendo por la persecución religiosa de los cristianos en Iraq, Siria y Pakistán, entre otros países”.


A este respecto, ha propuesto “para no olvidarnos de los cristianos perseguidos, algunos de los cuales están acogidos en nuestra archidiócesis”, convocar una jornada de ayuno y oración en favor de ellos, en un día que se anunciará próximamente, y abrir una cuenta en Cáritas “para ayudar económicamente a estos hermanos nuestros”, porque “no podemos ser cómplices de este silencio”.



Por otra parte, y con ocasión de la jornada del Día del Seminario, que se celebra hoy, domingo, en la archidiócesis de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares ha recordado la importancia de “rezar por las vocaciones sacerdotales y la perseverancia de los seminaristas”. En este sentido, ha pedido en su homilía que “en todas las parroquias y lugares de culto de nuestra archidiócesis de Valencia se incluya en las misas dominicales una petición vocacional, pidiendo al Señor que suscite en su Iglesia abundantes y santas vocaciones”.