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lundi 22 septembre 2014

Scola propone cuatro soluciones para los divorciados vueltos a casar; una de ellas revolucionaria

Ante la proximidad del sínodo, el choque entre los fautores del cambio y los defensores de la doctrina y de la praxis bimilenaria de la Iglesia católica en materia de matrimonio se enciende cada vez más.

El choque se combate también, y de manera especial, en los más altos niveles de la jerarquía, entre los cardenales de primera magnitud. En particular sobre el dilema entre el sí o el no a la comunión sacramental para los católicos divorciados y vueltos a casar por lo civil.


Los innovadores tienen a su aguerrido jefe de filas en el cardenal y teólogo alemán Walter Kasper. Ningún otro cardenal se ha alineado públicamente con él de manera argumentada hasta ahora. El único que le ha prometido apoyo ha sido el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich, el cual ha anunciado que llevará al sínodo un documento firmado por los obispos alemanes favorables al cambio.


Pero no es un misterio que de parte de Kasper está el Papa Francisco, el cual no ha dicho nunca pública y claramente cuál es su pensamiento, pero lo ha hecho intuir con el simple gesto de confiar precisamente a Kasper la relación introductoria al consistorio del pasado febrero, prueba general del próximo sínodo, y de "concordar" con él - como ha revelado el propio Kasper - las propuestas de cambio contenidas en la relación.


Viceversa, los cardenales que se han pronunciado contra las tesis de Kasper y en defensa de la doctrina y de la praxis tradicional son numerosos y de renombre.


Cinco de estos han sido los primeros y lo han hecho en varias ocasiones; la última, juntos en un libro de varios autores que está a punto de salir en Estados Unidos y en Italia. Son los cardenales Gerhard L. Müller, prefecto de la congregación para la doctrina de la fe, Walter Brandmüller, Raymond L. Burke, Velasio De Paolis y Carlo Caffarra.


Como ellos, han intervenido públicamente y de manera argumentada otros cinco cardenales: el español Fernando Sebastián Aguilar; el arzobispo de Toronto Thomas Collins; el australiano George Pell, prefecto en la curia de la recién creada secretaría para la economía; el otro canadiense Marc Ouellet, prefecto de la congregación para los obispos, y el arzobispo de Milán Angelo Scola.


Pell se ha pronunciado escribiendo el prólogo a un libro que también está a punto de salir en los Estados Unidos y en Italia.


Mientras que Ouellet y Scola han intervenido con dos amplios ensayos en el último número de la edición norteamericana de "Communio", la revista internacional de teología fundada a principio de los años setenta por Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y Joseph Ratzinger.


De estos diez cardenales, seis participarán en el próximo sínodo, a saber: los cardenales Müller, Burke, Caffarra, Pell, Ouellet, Scola.


Pero en el sínodo se sentarán también otros cardenales que, es seguro, se manifiestan en defensa de la tradición, como son Péter Erdö, al que se ha confiado la relación general, Timothy M. Dolan, Willem Jacobus Eijk, Christoph Schönborn, Angelo Amato, Mauro Piacenza, Elio Sgreccia, Angelo Bagnasco.


A continuación puede leerse un fragmento del ensayo que el cardenal Scola ha publicado en "Communio" y que volverá a publicar, de forma abreviada, en el próximo número de la revista boloñesa "Il Regno".


De particular interés, en este fragmento, son las propuestas de solución dadas al problema de la comunión a los divorciados vueltos a casar.


Son cuatro propuestas hechas en plena continuidad con la doctrina y la praxis tradicional sobre el matrimonio, pero no privadas de elementos innovadores, y que hacen referencia a:


- la comunión espiritual o "de deseo";


- el recurso al sacramento de la reconciliación aunque sea sin absolución;


- la continencia sexual mientras perdure la unión civil;


- la comprobación de la validez o no del matrimonio no sólo por obra de los tribunales diocesanos o de la Rota, sino también con un procedimiento canónico nuevo, más veloz, no judicial y de competencia del obispo del lugar.


Este último procedimiento está propuesto por el cardenal Scola de manera detallada. Y se puede prever que tendrá mucho eco en el sínodo.


Con la misma intención de "simplificar el procedimiento haciéndolo más veloz", el Papa Francisco ha instituido el pasado 27 de agosto una comisión especial para la reforma de los procesos matrimoniales canónicos, con la advertencia de "salvaguardar el principio de indisolubilidad del matrimonio".

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EUCARISTÍA, RECONCILIACIÓN Y LOS DIVORCIADOS VUELTOS A CASAR

de Angelo Scola


[…] Debe tenerse presente lo que he dicho hasta aquí cuando nos enfrentamos a argumentos delicados que comportan un sufrimiento particular, como la cuestión de los divorciados vueltos a casar. A quienes después de un fracaso de su vida conyugal en común han establecido un nuevo vínculo les está prohibido el acceso a los sacramentos de la reconciliación y de la eucaristía.


A menudo se acusa a la Iglesia de falta de sensibilidad y comprensión en lo que atañe el fenómeno de los divorciados vueltos a casar, sin reflexionar atentamente sobre las razones de su posición, que ella sabe que están fundados en la revelación divina. Sin embargo, aquí se trata no de una acción arbitraria del magisterio de la Iglesia, sino más bien de la conciencia del vínculo inseparable que une la eucaristía y el matrimonio.


A la luz de esta relación intrínseca, hay que decir que lo que impide el acceso a la reconciliación sacramental y a la eucaristía no es un único pecado, que puede ser siempre perdonado cuando la persona se arrepiente y pide perdón a Dios. Lo que hace que el acceso a estos sacramentos sea imposible es más bien el estado, la condición de vida, en la que se encuentran quienes han establecido un nuevo vínculo: un estado que, en sí mismo, contradice lo que es significado en el vínculo entre eucaristía y matrimonio.


Esta es una condición que debe ser modificada para poder corresponder a lo que es realizado en estos dos sacramentos. La no admisión a la comunión eucarística invita a estas personas, sin negar el dolor y las heridas que sufren, a ponerse en camino hacia una comunión plena que se realizará en los tiempos y en los modos determinados, a la luz de la voluntad de Dios.


Más allá de las distintas interpretaciones de la praxis de la Iglesia primitiva, que aún no parecen dar prueba de comportamientos sustancialmente diferentes a los de hoy, el hecho de que haya desarrollado cada vez más la conciencia del vínculo fundamental entre eucaristía y matrimonio marca el resultado de un recorrido realizado bajo la guía del Espíritu Santo, más o menos como, en el tiempo, han tomado forma todos los sacramentos de la Iglesia y su disciplina.


Así se entiende por qué tanto la "Familiaris consortio" como la "Sacramentum caritatis" han confirmado "la praxis de la Iglesia, fundada en la Sagrada Escritura (cf. Mc 10,2-12), de no admitir a los sacramentos a los divorciados casados de nuevo, porque su estado y su condición de vida contradicen objetivamente esa unión de amor entre Cristo y la Iglesia que se significa y se actualiza en la Eucaristía" (SC, 29).


En esta perspectiva tenemos que resaltar dos elementos que deben ser estudiados más profundamente. Ciertamente, la eucaristía, en determinadas situaciones, contiene un aspecto de perdón; sin embargo, no es un sacramento de curación. La gracia del misterio eucarístico realiza la unidad de la Iglesia como Esposa y Cuerpo de Cristo, y esto requiere en la persona que recibe la comunión sacramental la posibilidad objetiva de dejarse incorporar perfectamente en Cristo.


Al mismo tiempo tenemos que explicar de manera más clara por qué la no admisión a los sacramentos de la reconciliación y de la eucaristía de quienes han establecido una nueva unión no debe ser considerada un "castigo" por su condición, sino más bien un signo que indica el camino para un recorrido posible, con la ayuda de la gracia de Dios y la inmanencia en la comunidad eclesial. Por esta razón, y por el bien de todos los fieles, cada comunidad eclesial es llamada a poner en marcha todos los programas apropiados para la efectiva participación de estas personas en la vida de la Iglesia, respetando sin embargo su situación concreta.


Formas de participación en la economía sacramental

La vida de estos fieles no deja de ser una vida llamada a la santidad. Extremadamente valiosos a este respecto son algunos de los gestos que la espiritualidad tradicional ha recomendado como apoyo para quienes se encuentran en situaciones que no permiten acercarse a los sacramentos.


Me refiero, sobre todo, al valor de la comunión espiritual, es decir, a la práctica de comulgar con el Cristo eucarístico en la oración de ofrecerle a Él el propio deseo de su Cuerpo y de su Sangre, junto al dolor por los impedimentos a la realización de este deseo.


Es equivocado pensar que esta práctica es ajena a la economía sacramental de la Iglesia. En realidad, la denominada "comunión espiritual" no tendría sentido fuera de la economía sacramental. Es una forma de participación en la eucaristía que se ofrece a todos los fieles; y es adecuada para el camino de quien se encuentra en un determinado estado o en una condición particular. Entendida así, dicha práctica refuerza el sentido de la vida sacramental.


Se podría proponer, de manera más sistemática, una práctica análoga también para el sacramento de la reconciliación. Cuando no se pueda recibir la absolución sacramental, será útil promover esas prácticas que se consideran - también por parte de la Sagrada Escritura - particularmente adecuadas para expresar la penitencia y la petición de perdón, favoreciendo la virtud del arrepentimiento (cfr. 1 Pedro 4, 7-9). Pienso sobre todo en las obras de caridad, en la lectura de la Palabra de Dios y en las peregrinaciones.


Estos apropiados gestos podrían ir acompañados de encuentros regulares con un sacerdote para discernir el camino de fe de cada uno; y pueden ser también expresión del deseo de cambiar y de pedir el perdón de Dios, mientras se espera que la situación personal se desarrolle en modo tal que permita acercarse a los sacramentos de la reconciliación y de la eucaristía.


Por último, basándome en mi experiencia como pastor, desearía recordar que no es imposible proponer a estos fieles, según unas condiciones determinadas y con un cuidado adecuado, “el compromiso de vivir en plena continencia", como declaró San Juan Pablo II, “es decir, abstenerse de los actos propios de los cónyuges". Puedo decir, después de tantos años de ministerio episcopal, que este es un recorrido que implica sacrificio, pero también alegría, y que la gracia de Dios hace realmente factible. He tenido la oportunidad de readmitir a la comunión sacramental a católicos divorciados y vueltos a casar que habían llegado a dicha decisión después de una reflexión madura.


La experiencia pastoral también nos enseña que estas formas de participación en la economía sacramental no son puros paliativos. Más bien son, desde el punto de vista de la conversión - que es propia de la vida cristiana -, una fuente constante de paz.


Casos de nulidad matrimonial

En conclusión, debemos considerar la situación de quienes creen en conciencia que su matrimonio no es válido. Lo que hemos dicho hasta ahora sobre la diferencia sexual y sobre la relación intrínseca entre el matrimonio y la eucaristía invita a una atenta reflexión sobre los problemas vinculados a la declaración de nulidad matrimonial. Cuando se presenta la necesidad y los cónyuges piden la anulación, es esencial verificar de manera rigurosa si el matrimonio era válido y, por lo tanto, indisoluble.


Esta no es la ocasión para repetir las razonables recomendaciones que han surgido en las respuestas al cuestionario presentado en el "Instrumentum laboris", que conciernen al enfoque forzosamente pastoral de este conjunto de problemas. Sabemos muy bien lo difícil que es para las personas implicadas reflexionar sobre el propio pasado, marcado por un profundo sufrimiento. También a este nivel se vislumbra la importancia de concebir la doctrina y el derecho canónico como una unidad.


Sacramento del matrimonio y fe

Entre las preguntas que necesitan un ulterior examen debemos recordar la relación entre fe y sacramento del matrimonio, que Benedicto XVI ha abordado varias veces, también al final de su pontificado.


Efectivamente, la relevancia de la fe para la validez del sacramento es una de las cuestiones que la actual situación cultural, sobre todo en Occidente, nos obliga a valorar muy atentamente. Hoy, al menos en determinados contextos, no se puede dar por descontado que los cónyuges que celebran un matrimonio tengan la intención de “hacer lo que la Iglesia tiene el propósito de hacer”. Una falta de fe podría llevar, hoy, a la exclusión del bien mismo del matrimonio. Si bien es imposible expresar un juicio definitivo sobre la fe de una persona, no podemos negar la necesidad de un mínimo de fe sin la cual el sacramento del matrimonio no es válido.


Una sugerencia

En segundo lugar, como aclara también el "Instrumentum laboris", es deseable que se pueda encontrar alguna vía para acelerar los procesos de nulidad - en el pleno respeto de todos los procedimientos necesarios - y para hacer más evidente la naturaleza íntimamente pastoral de estos procesos.


Siguiendo esta línea, la próxima asamblea extraordinaria podría sugerir que el Papa valorice más el ministerio del obispo. En particular, podría sugerir que éste examine la factibilidad de la propuesta, sin duda compleja, de dar vida a un procedimiento canónico no judicial que tendría como su árbitro final no un juez o un colegio de jueces, sino más bien el obispo o un delegado del mismo.


Con ello propongo un procedimiento regulado por una ley de la Iglesia, con métodos establecidos de recogida y valoración de las pruebas. Ejemplos de procedimientos administrativos ya previstos actualmente por la ley canónica son los procedimientos para anulación de un matrimonio que no ha sido consumado (cánones 1697-1706) o por motivos de fe (cánones 1143-50), o también los procedimientos administrativos penales (canon 1720).


Como hipótesis, se podría explorar el recurso a las siguientes opciones: la presencia en cada diócesis, o en un conjunto de pequeñas diócesis, de un servicio de asesoramiento para los católicos que tuvieran dudas sobre la validez del propio matrimonio. A partir de aquí podría ponerse en marcha un procedimiento canónico para valorar la validez del vínculo, realizado por un responsable adecuado (con la ayuda de personal cualificado, como los notarios requeridos por el derecho canónico). Este procedimiento sería riguroso en la recogida de pruebas, que se enviarían al obispo junto a los dictámenes del responsable, del defensor del vínculo y de una persona que asiste a la persona solicitante. El obispo (que podría también confiar esta responsabilidad a otra persona mediante poderes) debería decidir si el matrimonio es nulo o no (y podría consultar a varios expertos antes de dar el propio dictamen). Sería posible en cualquier momento para uno de los cónyuges apelar a la Santa Sede contra dicha decisión.


Esta propuesta no quiere ser un escamoteo para resolver la delicada situación de los divorciados vueltos a casar; más bien, quiere hacer más evidente el vínculo entre doctrina, cuidado pastoral y disciplina canónica. […]


El texto íntegro del artículo del cardenal Scola en "Communio":


> Marriage and the Family Between Anthropology and the Eucharist


El del cardenal Ouellet:


> Marriage and the Family Within the Sacramentality of the Church


Y este es el índice completo del número de "Communio":


> Marriage: Theological and Pastoral Considerations


Con la síntesis de todos los artículos recogida en un folleto:


> "In view of the upcoming Synod of Bishops…"


Planificado desde hace meses para ofrecer una contribución al próximo sínodo sobre la familia, este número especial de "Communio" ha sido escrito por docentes presentes y pasados del Pontificio Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia, creado por el Papa Karol Wojtyla como instituto internacional de estudio y de propuesta al servicio de la Iglesia sobre estos temas, con sede central en Roma, en la Pontificia Universidad Lateranense.


También el cardenal Ouellet ha impartido clases en él, mientras que el cardenal Scola ha sido su Director, como el cardenal Carlo Caffarra antes de él.


Ouellet, Scola y Caffarra participarán en el próximo sínodo sobre la familia. Sin embargo, sorprendentemente, ninguno de los estudiosos que hoy imparten lecciones en el Pontificio Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia ha sido llamado a formar parte de los expertos que coadyuvarán a los padres sinodales.


Traducción en español de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares, España.



Benigno Blanco: «Si el PP defrauda con el tema del aborto, puede darse un serio batacazo electoral»

Ayer domingo hubo una manifestación provida en 64 ciudades españolas. Los manifestantes exigieron al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que "cumpla su promesa electoral" y que derogue la ley del aborto aprobada por el Ejecutivo socialista.

La manifestación más numerosa tuvo lugar en Madrid, donde los colectivos en defensa de la vida se concentraron en torno al Ministerio de Justicia bajo el lema "No más plazos por cumplir, derogación del aborto ya". En una marcha de marcado carácter festivo, los manifestantes corearon numerosas consignas contra el Gobierno como: "Rajoy nos toma el pelo mejor que Zapatero", "Vaya, vaya, vaya, Soraya nos engaña", "Rajoy, embustero, queremos aborto cero", "Rajoy cumple hoy" o "PP toma nota, aquí nadie te vota".


Hoy lunes, en Antena 3, el presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco ha dado un ultimátum al Gobierno sobre la reforma de la Ley del Aborto: "El 30 de septiembre es la fecha límite para que se pronuncie sobre la reforma del aborto”. En caso contrario, “haremos campaña para que no se vote al PP”. "Si el PP defrauda, puede darse un serio batacazo electoral, porque una parte de su electorado -no sé cuantificarla- a este tema le da mucha importancia”. “Sé que una parte importante del electorado y los militantes del PP sí piensan como yo”.


Blanco ha recordado que “muchos de los ministros actuales nos acompañaron en la mayor manifestación contra el aborto”. Ha destacado la “profunda indignación” de “todas las personas preocupadas por la defensa de la vida y de la mujer embarazada y de todos los votantes del PP que tuvieron en cuenta este compromiso para votar sienten en este momento. No se puede engañar así a la gente”.


Y ha recordado que la reforma aparcada “ha sido aprobada en Consejo de Ministros” por todos los ministros. Y ha dicho que le “gustaría oír al ministro del Interior” pronunciarse sobe la reforma del aborto, porque no le ha oído estas últimas semanas hacerlo.


Blanco ha añadido: "En esta vida hay que ser valiente y si el Gobierno ha decidido aparcar la reforma de la ley del Aborto, que salga y lo explique". “Desde que se aprueba el 20 de diciembre del año pasado el anteproyecto de ley del Aborto, en las encuestas el PP no cae nunca”. "El PP no es un partido Provida. Nunca lo ha sido. Pero una parte importante del electorado del PP piensa como yo". Pero ha aclarado: “Yo no voy a decir a quién tiene que votar la gente”. “El Foro de la Familia es una institución, por estatutos, no partidista y no confesional”. “Defiendo mi ideal y me gustaría con mil razones convencer a cuantos más pueda”.


Yendo al debate de fondo, Blanco ha explicado que “el debate del aborto nunca se ha cerrado ni en España ni en ningún país de Europa ni del mundo”. “Yo soy partidario de una ley que proteja siempre y sin excepción de ningún tipo a todo niño no nacido porque creo que a los seres humanos nunca se les puede quitar la vida para resolver ningún problema. Y de una ley que a la vez proteja a toda mujer embarazada”. “Por tanto, ni me gusta la ley del 85, ni la ley ZP, ni es mi modelo de ley la que defiende Gallardón. Si estoy apoyando que se aprueba la ley que defiende Gallardón no es porque sea mi modelo sino porque creo que es un paso adelante en la dirección que a mí me gusta. Cuando se apruebe la ley de Gallardón -hipotéticamente si se aprueba- yo al día siguiente empezaré a pedir que se vaya a otra que proteja todavía más a la vida y a la mujer”.


“El proyecto que presentó Gallardón está orientado a una mayor protección de la vida que la que hay en la de 2010, y a una mayor protección de las embarazadas”.


“Sé que no toda la sociedad española lo comparte. Pero el PP lo tenía que haber pensado antes, lo que no se puede es engañar a la gente”. “No solo es un compromiso electoral que no se cumple, es un compromiso, un anteproyecto, tres años diciendo que lo vamos a hacer”.


Y ha concluido: “Hay mucha gente en España -no sé cuantificarlos- para los que la vida es muy importante. No somos una secta. Pero tenemos una sensibilidad”. “Yo defiendo que hay que proteger la vida porque veo la evidencia de que hay un ser humano; tengo la información biológica, filosófica, de que estamos ante un ser humano. Y en mis convicciones humanistas ningún problema -por grave que sea, y hablo de los problemas de las embarazadas- se resuelve eliminando una vida”.


“¿Desconozco los problemas de las embarazadas? Al revés. Yo he promovido una ONG, se llama Red Madre, que atendemos a las mujeres embarazadas para ayudarles a que no aborten. No siempre con éxito. Pero hago lo que no hace el Gobierno. No me limito a decir no al aborto, sino que digo vamos a ayudar a las mujeres embarazadas. Porque como estoy convencido de que es un inmenso drama, creo que muchas mujeres, si tuviesen un mínimo de ayuda y comprensión optarían por la vida”.

“Hemos atendido ya a más de 20.000 mujeres, no tenemos medios especiales. De esas 20.000 mujeres un 80% no han abortado. Y no abortan no porque las compremos con ayudas, sino porque las queremos”.


Ha añadido: “Hay situaciones muy problemáticas, muy injustas en nuestra sociedad, y se le cae e mundo encima a esa mujer. Y empieza a pensar que todos sus planes vitales devienen imposibles: laborales, económicos, de pareja. Y en ese momento se ve tan solo y agobiada que el aborto aparece como la única solución posible. En la actual ley se ve como la única solución posible, porque dice: si abortas, te lo financio; si quieres tener al niño, allá tú, no hay ninguna ayuda”.


“Es muy duro. Nosotros les damos cariño, les decimos tus problemas son mis problemas, vamos a intentar resolverlos. Y un 80% deciden no abortar. ¿No podríamos ponernos de acuerdo en la sociedad española de que merece la pena hacer ese esfuerzo?”.


“Y yo además creo que la ley debe comprometerse con la defensa de la vida. Por eso yo defiendo una ley que proteja siempre la vida y proteja siempre a la mujer”.


“¿Que no comparte este ideal toda la sociedad española? Yo no voy a renunciar a él porque estoy convencido de que es lo justo”.


“Yo propongo dos cosas: darles cauces (a las mujeres) y prohibirles la decisión (de abortar) porque creo que siempre es injusta”. “Y como estoy convencido y conmigo millones de españoles, no entendemos que el PP nos traicione”.


“Si el Estado hiciese lo que hacemos en Red Madre, se evitarían el 80% de los abortos”.



El Papa: En Albania, católicos, ortodoxos e islámicos dieron testimonio de Dios y hoy de fraternidad

Al regresar de su visita a Albania, el Santo Padre Francisco mantuvo un encuentro de aproximadamente diez minutos con los periodistas que lo acompañaron en este intensísimo cuarto viaje internacional.

En el vuelo de retorno al Vaticano, el Papa respondió a las preguntas de tres periodistas albaneses, aclarando algunos puntos esenciales sobre su visita apostólica al "país de las águilas".


Como de costumbre, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de Radio Vaticano, el padre Federico Lombardi, introdujo a los periodistas y agradeció al Obispo de Roma por su disponibilidad, no obstante la intensa jornada que acababa de afrontar.


Conferencia de prensa del Papa Francisco en el vuelo de regreso de Albania


-[P. Lombardi]: Bien, entonces: nosotros estamos muy agradecidos al Santo Padre por estar con nosotros, incluso al final de una jornada tan ardua. Él ha querido estar a disposición para algunas preguntas, pero pocas, sobre su viaje. Y entonces hemos adoptado como criterio el de que hagan las preguntas nuestros tres colegas albaneses, que han hecho todo el viaje con nosotros: han venido a Roma precisamente para viajar con Usted y ahora están regresando de nuevo a Roma para concluir la experiencia con Usted. Ellos son de tres televisiones albanesas. Comenzamos con la señora Mira Tuci, que es de la Televisión Nacional albana.


[Mira Tuci]: Su Santidad partió con una idea en la mente de los albanos, de Albania. Cómo un albanés ha sufrido, pero es también tolerante. ¿Ha encontrado alguna otra cualidad que ha podido tocar en los albanos? ¿Estas cualidades son justas para hacer volver el águila al nido?


Santo Padre:- Diría que he afinado un poco aquellas cosas que usted dice, pero el sufrimiento que ustedes albanos han tenido lo he visto más de cerca. Aquello de tolerante…cambio la palabra. No es tolerante el albanés, es hermano. Tiene la capacidad de la hermandad y más. Y esto se ve en el convivir, en el colaborar entre los islámicos, los ortodoxos y los católicos. Y colaboran, como hermanos ¿no? Y luego, otra cosa que me ha impresionado desde el comienzo es la juventud del país: me han dicho que es el país más joven de Europa. Pero Albania tiene, se ve verdaderamente, un desarrollo superior en la cultura y también en la governance, gracias a esta fraternidad.


[Periodista]:- Su Santidad, recorriendo el boulevard central de Tirana, bajo los retratos de los clérigos martirizados durante el régimen comunista, en un país al cual ha sido impuesto el ateísmo de Estado hasta hace 25 años, ¿qué emoción personal ha tenido?


[Santo Padre]:- Yo desde hace dos meses estoy estudiando un poco aquel periodo difícil de Albania, para entenderlo. He estudiado también un poco el inicio. Pero ustedes tienen raíces culturales bellísimas y fuertes, de gran cultura, desde el comienzo. He estudiado este periodo y ha sido un periodo cruel: el nivel de crueldad ha sido terrible. Cuando vi estas fotografías, pero no sólo de los católicos, también de los ortodoxos, también de los islámicos y cuando pensé en las palabras que les dirigieron: “pero tú no debes creer en Dios”…”¡Yo creo!” Y los mataban… Por esto digo que también las tres componentes religiosas han dado testimonio de Dios y ahora dan testimonio de fraternidad.


[Periodista]:- Su Santidad, usted ha visitado Albania que es un país de mayoría musulmana. Pero la visita tiene lugar en un momento precario de la situación global. Usted mismo ha declarado que la tercera guerra mundial ya ha comenzado. ¿El mensaje de su visita es sólo para los albaneses o va más allá?


[Santo Padre]:- No: va más allá. Albania ha recorrido un camino de paz, de convivencia y de colaboración que va más allá, va a otros países que tienen igualmente raíces étnicas diversas. Usted ha dicho: “es un país de mayoría musulmana”: sí, pero no es un país musulmán. Es un país europeo. Para mí esto ha sido una sorpresa. Albania es un país europeo, precisamente por la cultura, la cultura de convivencia, también por la cultura histórica que ha tenido.


[Periodista]:- Usted ahora ha realizado este viaje a Albania, que es un país europeo ¿cuáles son los próximos?


[Santo Padre]:- Sí, la geografía no puedo cambiarla. Los próximos viajes serán el 25 de noviembre a Estrasburgo, Consejo de Europa y Parlamento Europeo, los dos. Y luego el 28 – quizás – Turquía, para estar allí en la fiesta del 30, de San Andrea, con el Patriarca Bartolomé.


[Periodista]:- Santidad, hemos entendido que usted tiene una visión de Albania un poco distinta de aquella de los europeos, es decir, nosotros miramos a Europa casi como a la Unión Europea. Usted ha elegido como primer país para visitar, un país de la periferia que no pertenece a la Unión Europea. ¿Qué puede decir a aquellos que miran solamente a la Europa de los “potentes”?


[Santo Padre]:- Que este viaje mío es un mensaje, es un signo: es una señal que quiero dar.


[Periodista]:- Lo hemos visto todos, creo, llorar por primera vez, se conmovió mucho en aquel encuentro. Ha sido el momento más conmovedor del viaje.


[Santo Padre]:- Escuchar hablar a un mártir del propio martirio ¡es fuerte! Creo que todos los que estábamos allí estábamos conmovidos: todos. Y aquellos testigos hablaban como si hablaran de otro, con una naturalidad, una humildad. ¡Me ha hecho muy bien esto! Muchas gracias y buena cena.


(Traducción del italiano: María Cecilia Mutual - RV)



El aborto mata personas... con permiso del PP

Estimadísima doctora Gádor Joya: muchísimas gracias, en nombre propio y en el de mi difunta esposa, en vida abanderada antiabortista, por su tenaz y heroica lucha a favor de la vida de los santos inocentes que vienen en camino. Agradecimiento que quiero hacer extensivo a sus colaboradores y demás asociaciones que comparten idéntico ideal.

Las decenas de miles de personas que una vez más se manifestaron este último domingo en numerosos puntos de la geografía española y en defensa de la vida y la dignidad de la mujer, son la expresión clamorosa de que en el mundo todavía quedan rescoldos de humanitarismo frente a tanta barbarie criminal, aunque bien poco lo hayan destacado en directo ciertas televisiones que se consideran “católicas”.


El aborto, se pongan como se pongan sus promotores, es un crimen. Cada vez que se provoca un aborto, se asesina a un ser humano. Además al ser humano más indefenso e inocente de nuestra especie. Y cuando este tipo de asesinatos se generalizan, adquieren la terrible condición de genocidio, como los hitlerianos hicieron con las judíos y Stalin con los kulaks ucranianos.


Que esta clase de aberración humana la elevaran a la categoría de ley aquel tándem nefasto formado por ZP y la flamencóloga Aido, podría tener una explicación –en ningún caso justificación- dado su espíritu sectario, pero que la mantenga sine die el gobierno de Mariano Rajoy, apoyada su dilación por las damas de hierro peperas, sólo puede explicarse por la falta de principios y escrúpulos de esta tropa.


Es inútil recordarles que la abolición de aquella sanguinaria ley del aborto iba en el programa electoral del PP. También iban otras promesas asimismo incumplidas. Los dirigentes peperos deben pensar de los compromisos o promesas electorales lo mismo que aquel cínico acalde socialista de Madrid, el “viejo profesor”, que decía que las promesas electorales se hacían para no cumplirlas.


Estos últimos días, doña 3S, vice de Rajoy, explicaba, después de boicotear según se ha publicado el proyecto Gallardón, que se quiere lograr el mayor consenso posible en torno a este tema. ¡Válgame el cielo! Consenso ¿con quién? ¿Con los mismos o sus herederos directos que impusieron la genocida ley Aido? Pero doña Soraya, ¿a quién quiere tomar el pelo? Ahora va a resultar que las damas de hierro del PP son más feministas que las feministas de cuota del otro bando.


Pero si los sociatas no se han movido un milímetro de su posición de siempre, o sea, que las mujeres tengan pleno derecho a disponer libremente de su cuerpo. Naturalmente, faltaría más, como si quieren convertir los michelines propios en hamburguesas para antropófagos, pero cuando conciben un nuevo ser, ese ya no es cuerpo suyo, sino el de otra personita. Dependiente, pero distinta. Igual que todos dependemos de otros muchos. Todos somos de algún modo dependientes de voluntades o intereses ajenos. Y no por eso tenemos que dejarnos de matar como mansos corderos.


Los dirigentes del PP parece que tienen ahora otras “prioridades”. Están concentrados en “abortar” la deriva separatista de Artur Más y su tropa. Eso es fenomenal, porque la unidad de España es un bien a preservar (ya lo expresó la Conferencia Episcopal en su día), pero salvar vidas humanas, decenas de miles de vidas humanas al año no es menos importante.


¿A qué temen los altos mandos del PP, a que el debate público del sangrante tema del aborto ahuyente a ciertas gente del frente común que pretenden articular contra la ofensiva soberanista? Tal vez sea eso. Pero podrían haberlo pensado antes para no interferir en lo que se veía venir desde muy atrás. O ya con un retraso doloso, garantizar que en cuanto se frene la locura catalanista, se acometerá sin más dilación el “aborto” de la ley abortista, por cruel y criminal. ¡Señor Rajoy, lo prometido es deuda!, a menos que quiera pasar a la Historia como un trilero político. Usted y su guardia de corps con faldas.



¿A la cárcel pagando lo robado, o a la cárcel sin pagar?

Quiero exponer varias cuestiones sobre la realidad que estamos viviendo y que no se pueden aislar unas de otras. Con ello quiero llamar la atención de la sociedad, aportando algunas cuestiones e invitando a reflexionar sobre ellas.

Se dice con frecuencia…

que quien es condenado por corrupción debe ir a la cárcel y devolver lo robado. Pero algunos ni van a la cárcel, ni devuelven lo robado.


La razón se fundamenta en nuestro ordenamiento jurídico y trae su desarrollo en la L.O. Penitenciaria del 79, que tiene como fin primordial la reeducación y la reinserción social.


Se dice…

que no van a la cárcel todos los delincuentes que merecen ir. Unos por ser socialmente muy considerados, otros, porque tienen amigos muy influyentes, otros porque tienen mucho dinero y saben comprar.


Se dice también…

que los imputados en causas graves deben ser detenidos cuanto antes, para que no puedan fugarse ni destruir pruebas. ¿Se hace? Claro que al decir “cuanto antes” convendría no olvidar que esto siempre debe llevarse a cabo con las garantías legales, en el marco de nuestra C.E. y el principio de la presunción de inocencia que debe presidir el régimen de los preventivos.


Se dice…

que los juicios duran demasiado; meses y meses, y años y años; mientras que en otros países se resuelven con celeridad. Y es que la justicia lenta no es justicia. Y me pregunto: ¿No hay modo alguno de que haya una mayor rapidez y celeridad en la resolución de los asuntos? Indudablemente, es lógico que debería haber una mayor dotación de medios personales y materiales.


Se dice…

que se van “de rositas” los evasores de grandes fortunas, porque nunca restituyen todo, aunque cumplan condena de privación de libertad y, así, se quiebra nuestra Constitución que consagra que la justicia es igual para todos.


Y digo yo

Que estoy escribiendo este artículo para pedir públicamente que vayan a prisión todos los delincuentes condenados por sentencia firme y que se les

condene civilmente a la restitución, reparación de lo defraudado, devolviendo el dinero y los bienes trampeados, hasta el último céntimo, y que se dejen de privilegios y aforamientos, que ya parecen “aforramientos” como dijo un periodista.


Pero esto sólo es posible si los jueces mantienen su independencia también a la hora de juzgar a terroristas, evasores de grandes fortunas o a políticos corruptos. A un juez que le tiembla la mano al firmar una sentencia o que se le doblega por dinero, miedo o presión, no se le debe considerar capacitado para administrar justicia.


Ciertamente, llegar a todo esto supone al mismo tiempo corregir de lleno la podredumbre que hay en la corrupción con que nos encontramos en cada momento y que en vez de ir buscando lo que es ventajoso para mí o para mi partido, creo que hay que buscar de verdad lo que es mejor para el bien de la sociedad, es decir, para el bien común. Es cierto también que mientras no se equilibren los sueldos y mientras haya las grandes diferencias que hay entre unos y otros, no se va a poder llegar a una actitud de paz social.


¿Es frecuente oír de los poderosos y ricos, políticos y no políticos, desprenderse de cantidad notable de dinero y dedicarlo a aliviar el hambre y la miseria de tanta gente necesitada de ayuda? Pero, al decir cantidad notable, no me refiero sólo al dinero público sino al personal, aunque éste provenga de grandes sueldos públicos.


Y aprovecho la ocasión para decir que tanto como se habla de la Iglesia y se la critica, cuando los pobres tienen necesidad de ayuda, ¿acuden pidiendo ayuda a los centros sindicales y políticos o hacen cola en las instituciones de la Iglesia?


Recuerden las palabras de San Juan Crisóstomo en el oficio de lecturas que leemos todos los días sacerdotes y fueron tema recientemente de otro artículo y seguro que las leerán o releerán a gusto.


José Gea



«Faking It»: serie juvenil en MTV de propaganda lésbica para influir en «el espectador homófobo»

El 24 de septiembre a las 22 horas se emitirá en MTV (el canal de los "jóvenes") el primer episodio de una nueva serie. Se titula Faking it , que se puede traducir como "Falsificarlo” ; quien sabe inglés se da cuenta enseguida que entre wording y asonancias el título podría estar haciendo un guiño a otro verbo y otra acción y en este caso el género neutro del pronombre de tercera persona it que en “Falsificarlo” es impecable (en lo general de la expresión considerada en sí misma, es decir, antes de saber cuál es el objeto que hay que falsificar, si éste gramaticalmente es de género masculino o de género femenino) se convierte sútilmente en una referencia asexuada que contiene indiferentemente ambos gender (¿sólo?) gramaticales.

¿Cosa de locos? No, porqué Faking it , que en la versión italiana llevará el subtítulo «Más que amigas», es la historia de Amy y Karma (¡qué nombre!…) dos amigas del alma (en el mundo de las siglas y de Twitter serían BFF, «Best friends forever») que frecuentan la Hester High School, que al principio son como muebles (nadie se fija en ellas), pero que después se convierten en las más populares entre los estudiantes cuando todos piensan que es una pareja de lesbianas.


En resumen, su presunta diversidad hace que tengan un éxito increíble: en lugar de marginarlas, las transforma en estrellas.


¿Y qué hacen ellas? Un poco porque ya están acostumbradas a la celebridad, un poco para no decepcionar al amable público, se sumergen en sus papeles, fingen ser verdaderamente una pareja homosexual.


Paradójicamente, actuando como tales una encuentra incluso un novio, Liam, varón, el más guapo del instituto… Leemos en algún sitio un comentario que dice que son situaciones que, probablemente, podrían suceder en cualquier instituto de Italia. Desgraciadamente es así. Pero esto, ¿nos tranquiliza?


Pero la historia de Amy y Karma continúa.


Ante la insistencia de jugar a ser lesbianas para un público encantado, las dos acaban siéndolo en serio.


Entonces hay la escena del beso entre las dos jóvenes en una serie pensada a propósito para chicos y chicas (¿menores? ¿por debajo de la "edad del consenso"?…).


Y llega también la cuadratura del círculo, a saber: la falsa lesbiana Karma tiene una "historia" con la verdadera lesbiana Amy que, a su vez, tiene una "historia" con el heterosexual Liam.


En "Libero" (9 de septiembre) Francesca D’Angelo hace la recensión de la serie centrando un punto fundamental: «La historia […] está planteada de tal modo que incluso un espectador homófobo acaba apostando por Amy y su sueño gay».


Así será cada miércoles, a la misma hora, mismo canal; así es hoy la "tele de los chicos”.


Mientras esperan su estreno, el cast de la serie se exhibe en una foto de grupo a favor de la organización sin ánimo de lucro estadounidense NOH8 «¡que desde hace años lucha contra la homofobia y en nombre de la igualdad de derechos para todos, independientemente de la orientación sexual!».


Quien lo escribe y pone los puntos exclamativos es la producción de Faking It.


Ya, porque el verdadero problema que estropea a nuestros jóvenes que por casualidad, o a propósito, sintonizan este programa estupidito, pero astutamente malicioso, es obviamente la homofobia…


(Traducción del italiano de "Il Timone" por Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares)