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mercredi 24 septembre 2014

Marcelo González y Santa Teresa

Hace algunos días recordábamos el décimo aniversario de la muerte de D. Marcelo González Martín, tan recordado y añorado cardenal arzobispo de Toledo, Primado de España. Fue un Primado del que España recibió mucho, que nos dejó un gran legado y una estela de santidad y sabiduría, de luz orientadora e iluminadora para el tiempo que vivió y para nuestro tiempo, que hemos de destacar y seguir. Dios, en su providencia, quiso que muriese la víspera de la fi esta de la Transverberación de Santa Teresa de Jesús. D. Marcelo era profundamente teresiano, llevaba a Santa Teresa muy en sus entrañas.

Como ella y compenetrado con sus enseñanzas, muy en su escuela, intentaba también llevar a cabo la renovación eclesial y social que la Iglesia necesitaba. No en vano se ha dicho de él que es, seguramente, uno de los pastores de la Iglesia que mejor comprendió y llevó a cabo la reforma o renovación de la Iglesia querida e impulsada por el Concilio Vaticano II. Su legado en escritos, obras y palabras, en su ministerio episcopal son un hontanar, una fuente caudalosa donde sería muy bueno que bebiésemos para la renovación humana, social, cultural y eclesial de la que hoy andamos tan necesitados. Dos grandes figuras de la renovación que no se queda en las ramas: el cardenal Marcelo González y la Santa universal de Ávila, Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia. Cuando, en septiembre de 1970, fue proclamada doctora de la Iglesia, pocos, como D. Marcelo, a la sazón arzobispo de Barcelona, se percataron de lo que significaba tal proclamación como doctora de la Santa de Ávila. «El acontecimiento es demasiado importante y significativo para que lo dejemos pasar en silencio», reconocía nuestro admirado y querido don Marcelo. Por ello se apresto a escribir una inolvidable y enjundiosa carta pastoral, encabezada por estas palabras de la Santa tomadas del libro de Las Moradas, que resumen todo su magisterio: «Y a mí parecer, jamás nos acabamos de conocer si no procuramos conocer a Dios». ¡Qué coincidencia y semejanza con el encabezamiento con el que el Papa Juan Pablo II inició la enseñanza,

que lo resume todo, del Catecismo de la Iglesia Católica publicado en el umbral del tercer milenio del cristianismo, con esta frase evangélica: «Ésta es la vida eterna, que te conozcan a ti Padre y a tu enviado Jesucristo».


D. Marcelo, en efecto, no dejó pasar en silencio aquella proclamación del doctorado o magisterio universal, siempre vivo y actual de la gran Santa de Ávila, patrona de España, sino que se constituyó en uno de los principales comunicadores, por no decir el principal, de la enseñanza teresiana de la Iglesia en España, porque pocos, como él la han escuchado tan discipularmente, la han aprendido mejor, la conocen tan desde dentro y con tan grande familiaridad, y por eso saben de su profundo y amplio alcance, de su importancia para este mundo nuestro. El próximo año se van a cumplir los 500 años del nacimiento de Santa Teresa y dejarnos llevar de la mano de D. Marcelo puede ser un medio espléndido en el magisterio teresiano, tan rico, fecundo,

bello, hondo y renovador, del que andamos hoy tan necesitados. Ávila, a lo largo de 25 años, fue receptora privilegiada y de primera mano de la palabra de D. Marcelo sobre la Santa, en esa presencia ininterrumpida cada año para conmemorar en el monasterio de la Encarnación la Transverberación de Santa Teresa de Jesús –¡qué coincidencia tan indicativa su muerte la víspera de ese día!–. Pero no sólo ha sido Ávila, han sido Barcelona, Toledo, Talavera, tantos lugares como se han beneficiado de la palabra magistral de D. Marcelo, eco de la Santa Doctora. Y, después, sus escritos, sus publicaciones. Ningún obispo en

España, y fuera de ella, han superado a D. Marcelo, en esta difusión de la enseñanza doctoral de la Santa.


Cómo amaba, cómo conocía, cómo vivía él esta enseñanza. Qué cercanía la suya, qué cercanía tan grande, a las que son, hoy, el testimonio vivo y las mejores discípulas de la Santa Madre reformadora del Carmelo las carmelitas descalzas. Por esto, pocos para guiamos en el próximo Año Jubilar Teresiano como D. Marcelo, «amigo fuerte de Dios», en expresión teresiana, hombre, ante todo de fe, apasionado, como Santa Teresa por la Iglesia. Siempre he admirado y agradecido el gran amor de D. Marcelo a la Iglesia, un amor, como se ha dicho, «costoso, que no cede a las tentaciones de la moda, ni se escapa en silencios reñidos con la misión de centinelas y profetas». Apasionado por la verdad y fi el a ella, como la Santa Doctora, proclamó fi elmente la Palabra divina, sin vacilaciones ni temores, con vibración firme y serena, en una alertada sensibilidad ante los retos que el mundo plantea, poniendo a su disposición la belleza de una palabra castellana que, pocos como él, la trasmitieron con más belleza, donaire y riqueza. Hasta en esto nos hace recordar a la Santa.


Quiero acabar esta memoria, en el décimo aniversario de su muerte, con las mismas palabras con las que D. Marcelo concluía la mencionada carta pastoral, recogiendo así su mensaje y deseo, que hago míos «La obra de Teresa de Jesús», decía D. Marcelo, tiene todas las condiciones de un mensaje deliciosamente humano y divino. Es una fuerte llamada al descubrimiento de nuestra intimidad, de nuestra riqueza. Esta actitud, por esencia, por naturaleza exige comunicación, la entrega de todos los bienes a los hermanos: «Pide, en palabras de la Santa en conceptos del amor de Dios, hacer grandes obras en servicio de Nuestro Señor y del prójimo y por esto huelga de perder aquel deleite y contento, que aunque es vida más activa que contemplativa cuando el alma está en este estado, siempre están casi juntas Marta y María, porque en lo activo y superior obra lo interior y cuando las obras activas salen de esta raíz salen admirables y olorosísimas fl ores, porque proceden de este árbol de amor de Dios y por sólo Él sin ningún interés propio».


«Paréceme que debe ser uno de los grandísimos consuelos que hay en la tierra, ver uno almas aprovechadas por medio suyo». Y añade, D. Marcelo, «el hombre actual, tan torturado y empequeñecido, a pesar de su grandeza, necesita más que nunca de una mano que le ayude a trabajar en esa búsqueda y a gozar del encuentro. Dios otra vez y siempre».


© La Razón



La Ira de Dios


Siempre he detestado a esa gente que, cuando se cumple algo que predijeron que sucedería, te mira con sorna y te dice: "¡te lo dije!". Pues bien, eso es en parte lo que me pasa hoy.


Siempre tuve en mi conciencia la duda de si votar al PP sería moral o no, a pesar de todos los pesares, de las notas orientativas ante el voto, de la teoría del "mal menor"...


Me preguntaba, ¿puedo yo en conciencia votar a un partido que permite el aborto? Mi respuesta interior era clara: "¡NO!". Y así lo hice, nunca le voté.


Algunos me acusaban de tirar el voto, de regalar votos a "los malos", de irresponsabilidad ciudadana... Pero la voz de mi conciencia era más clara que la voz de los cálculos humanos.


Nada puede justificar la supresión de una vida inocente, nada, nada, NADA.


Y al escribir esto casi me cargo las teclas de mi ordenador por la rabia contenida que siento. Rabia y tristeza.


Esta noche, en Madrid, el cielo lloraba ante la vergonzante retirada de los que se auto-proclamaron una alternativa en favor de la vida, ahora sabemos que con meros fines políticos.


Nos han engañado. Todos, todos. No sólo los de "izquierdas".


¿Qué significan hoy esas palabras, izquierda, dentro, derecha? Ya no son sinónimo de nada. Ninguno respeta la vida, ni de los niños, ni de los no nacidos, ni de los ancianos, ni de los jóvenes; a todos permiten morir, o envenenan con sus políticas del consenso sin interés ninguno por la verdad.


¡Dios mío, qué rabia!


¿Tú sentiste rabia alguna vez?


Sí, recuerdo al menos dos ocasiones. Cuando entraste en el templo y volcaste las mesas (electorales) de los cambistas que había convertido tu templo (el cuerpo humano) en un negocio (¿político?) (Mt 21, 12 - 13).


También echaste una mirada de ira en torno cuando querías curar al que tenía la mano paralizada en sábado y los fariseos te querían acusar porque no era el momento adecuado (Mc 3, 5).


Tampoco ahora era el momento adecuado de cambiar la ley del aborto.


No, no. Espera. No es una ley. La ley es para proteger a los indefensos, para hacer justicia. NO ES UNA MALDITA LEY.


Es una burla, una burda justificación del asesinato, es una ley de exterminio, una masacre silenciosa, consentida.


Es un crimen, una aberración, una parsimoniosa letra que mata, un insulto al creador, al Redentor, que volcó con Santa Ira las mesas de los cambistas, que con Santa Ira miró a quienes por motivos ideológicos evitaban hacer el bien, a tiempo y a destiempo.


Quizá estoy proyectando mi ira, que no es precisamente santa, en Dios. Quizá no. No lo sé, me da igual.


Esta mi ira suscita compasión. Por los niños asesinados, sí, pero también por los "políticos", por quienes hacen ideologías de la vida humana, por quienes se felicitan ante este retroceso retrógrado. Sí, retrógrado, porque estamos volviendo a la era de las cavernas, donde los homínidos eran tan inconscientes que no se preocupaban más que de sí mismos, sin importarles abandonar o devorar a sus congéneres.


Aún así, me caben tres esperanzas.


La primera, Dios hará justicia.


La segunda, ellos, los abortados, interceden por nosotros y por sus asesinos, como una muchedumbre de Santos Inocentes que, sin cesar, alzan su voz ante el Trono, diciendo como Esteban: "Señor, no les tengas en cuenta este pecado" (Hch 7, 60).


La tercera, "la victoria es de Nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero" (Ap 7, 10). Él enjugará las lágrimas de nuestros ojos cuando venga lo definitivo, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni luto ni dolor.


Aquel día las madres podrán abrazar a los hijos que abortaron, los médicos podrán disculparse ante las vidas que suprimieron, los políticos podrán, de rodillas, besar los benditos pies de los que, con su intercesión, les alcanzaron el perdón de Dios y consiguieron que la Ira de Dios no se encendiera contra ellos.


Así lo pido, así lo deseo. Padre, que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Que se acabe el aborto, las guerras, crímenes, abusos, genocidios.


Como dice la Didaché: "Pase este mundo y venga la gracia. Maranathá. Ven, Señor Jesús".



Ante la persecución, el Papa propone el ejemplo de los mártires y «la fuerza del amor de Cristo»

El papa Francisco, en el primer encuentro con los fieles en audiencia general este miércoles, después de su feliz viaje a Albania, ha compartido con el pueblo cristiano sus impresiones de un país en el que, tras la opresión totalitaria atea, hoy conviven en paz nacionalidades y religiones. A Albania lo ha denominado: pueblo-mártir.

Ofrecemos el texto en síntesis de la intervención del santo padre, traducido del italiano.


Catequesis del miércoles 24 de septiembre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


Hoy quiero hablar del viaje apostólico que he realizado a Albania el domingo pasado. Lo hago sobre todo como acto de acción de gracias a Dios, que me ha concedido realizar esta visita para demostrar, también físicamente y de forma tangible, mi cercanía y la de toda la Iglesia a este pueblo.


Deseo también renovar mi fraterno reconocimiento al episcopado albanés, a los sacerdotes y a las religiosas y religiosos que trabajan con tanto compromiso. Mi pensamiento agradecido va también a las autoridades que me han acogido con tanta cortesía, como también a los que han cooperado para la realización de la visita.


Ésta ha nacido con el deseo de dirigirme a un país que, después de haber sido largamente oprimido por un régimen ateo e inhumano, está viviendo una experiencia de convivencia pacífica entre sus distintos componentes religiosos.


Me parece importante animarlo en este camino, para que continúe con tenacidad y profundice en todos los aspectos hacia el beneficio común.


Por eso, en el centro del viaje ha habido un encuentro interreligioso donde he podido constatar, con viva satisfacción, que la convivencia pacífica y fructífera entre personas y comunidades pertenecientes a religiones distintas no sólo es deseable, sino concretamente posible y practicable. (...)


Es un diálogo auténtico y fructífero que huye del relativismo y tiene en cuenta la identidad de cada uno.


Lo que reúne las distintas expresiones religiosas, de hecho, es el camino de la vida, la buena voluntad de hacer el bien al prójimo, no renegando o disminuyendo las respectivas identidades.


El encuentro con los sacerdotes, las personas consagradas, los seminaristas y los movimientos laicales ha sido la ocasión para hacer grata memoria, con acentos de particular conmoción, de los numerosos mártires de la fe.


Gracias a la presencia de algunos ancianos, que han vivido en primera persona las terribles persecuciones, se hizo eco de la fe de tantos testimonios heroicos del pasado, los cuales han seguido a Cristo hasta las consecuencias extremas.


Precisamente, de la unión íntima con Jesús, de la relación de amor con Él, ha salido de estos mártires -como de cada mártir- la fuerza para afrontar los sucesos dolorosos que les han conducido al martirio.


También hoy, como ayer, la fuerza de la Iglesia no viene tanto de las capacidades organizativas y de las estructuras, que también son necesarias (...) ¡Nuestra fuerza es el amor de Cristo! Una fuerza que nos sostiene en los momentos de dificultad y que inspira la actual acción apostólica para ofrecer a todos bondad y perdón, testimoniando así la misericordia de Dios


Recorriendo la calle principal de Tirana, que desde el aeropuerto lleva a la gran plaza central, pude ver los retratos de cuarenta sacerdotes asesinados durante la dictadura comunista y de los cuales se ha iniciado la causa de beatificación.


Estos se suman a los cientos de religiosos cristianos y musulmanes asesinados, torturados, encarcelados y deportados sólo porque creían en Dios.


Han sido años oscuros, durante los cuales se quemaron hasta los cimientos de la libertad religiosa y estaba prohibido creer en Dios; miles de iglesias y mezquitas fueron destruidas, transformadas en tiendas y cines que propagaban la ideología marxista, los libros religiosos fueron quemados y a los padres se les prohibió poner a los hijos nombres religiosos de los antepasados.


El recuerdo de estos eventos dramáticos es esencial para el futuro de un pueblo. La memoria de los mártires que han resistido en la fe es una garantía para el destino de Albania; porque su sangre no se derramado en vano, sino que es una semilla que producirá frutos de paz y de colaboración fraterna.


Hoy, en efecto, Albania es un ejemplo no sólo de renacimiento de la Iglesia, sino también de pacífica convivencia entre las religiones.


Por tanto, los mártires no son los vencidos, sino los vencedores: en su heroico testimonio resplandece la omnipotencia de Dios que siempre consuela a su pueblo, abriendo caminos nuevos y horizontes de esperanza.


Este mensaje de esperanza, fundado en la fe en Cristo y en la memoria del pasado, lo he confiado a toda la población albanesa, que he visto entusiasta y alegre, en los lugares de los encuentros y de las celebraciones, como también en las calles de Tirana.


He animado a todos a sacar energías siempre nuevas del Señor resucitado, para poder ser levadura evangélica en la sociedad y empeñarse, como ya se está haciendo, en actividades caritativas y educativas.


Agradezco una vez más al Señor porque, en este viaje, me ha dado encontrarme con un pueblo valiente y fuerte, que no se ha dejado plegar por el dolor.


A los hermanos y hermanas de Albania, renuevo la invitación al coraje del bien, para construir el presente y el mañana de su país y de Europa.


Confío los frutos de mi visita a Nuestra Señora del Buen Consejo, venerada en el homónimo Santuario de Scutari, para que Ella siga guiando el camino de este pueblo-mártir. Que la dura experiencia del pasado lo arraigue cada vez más en la apertura hacia los hermanos, especialmente los más débiles, y lo haga protagonista de aquél dinamismo de la caridad tan necesario en el actual contexto sociocultural.



(Traducción del italiano de Zenit)



22 de noviembre en Madrid: manifestación unitaria «contra la que ya se puede llamar ley Aído-Rajoy»

El Foro Español de la Familia (www.forofamilia.org) ha anunciado este 24 de septiembre que se convocará una manifestación unitaria de todas las asociaciones comprometidas con la defensa de la vida que se celebrará en Madrid el próximo 22 de noviembre.

Benigno Blanco, presidente del Foro Español de la Familia, ha señalado que “no se puede entender, en términos de lealtad democrática y al electorado, que se aborte el anteproyecto de ley de Gallardón a estas alturas. Ya no se trata de un tema de decepción personal, sino de la profunda indignación de muchas personas en la sociedad española que han votado al PP y han creído en su palabra. Esta decepción muchos no la olvidarán a la hora de votar”.


El presidente del Foro de la Familia ha anunciado que “el compromiso con la vida y la embarazada, que el Gobierno abandona, lo seguirá liderando la sociedad civil. La causa de la vida puede tener un pequeño retroceso con este abandono por parte del Partido Popular pero continuará adelante; pues trabajaremos por construir una nueva mayoría social comprometida con la vida y la mujer”.


La manifestación del 22 de noviembre quiere expresar "el compromiso ciudadano con los derechos del no nacido y reivindicar la solidaridad activa con la mujer embarazada".


Esa manifestación será el comienzo de una campaña continuada en el tiempo para que no pierda protagonismo en la sociedad española la lucha por la derogación de las leyes injustas existentes en materia de aborto.


El presidente del Foro de la Familia destacó que “corresponde ahora a la sociedad civil acabar con la ley que ya se puede denominar ley Aído-Rajoy. Lo que no ha querido hacer Rajoy lo vamos hacer nosotros: movilizar a la sociedad española para acabar con una ley profundamente injusta. Nosotros no vamos a abandonar a las mujeres embarazadas ni a desentendernos del derecho a la vida de los no nacidos”.


El presidente del Foro de la Familia ha pedido a todos los militantes y cargos del PP, que no estén de acuerdo con el incumplimiento electoral anunciado por el presidente del Gobierno Mariano Rajoy, que hagan presente su discrepancia y aporten su granito de arena para defender la vida incluso con iniciativas parlamentarias.


“Está en manos –prosigue Benigno Blanco- de los parlamentarios, al igual que los está en manos del Gobierno, presentar iniciativas legislativas en el Congreso y en el Senado. ¿Veremos a parlamentarios comprometidos hasta ahora con la vida presentar en el Congreso el proyecto Gallardón para que al menos sea debatido y veamos así lo que vota cada cual y podamos oír las razones de las posturas de unos y otros?”.


Asimismo, Benigno Blanco se ha referido a la dimisión del ministro Gallardón: “le estoy muy agradecido al ministro Gallardón por su valiente y siempre razonada defensa del derecho a la vida y del apoyo de la mujer embarazada. El diálogo razonado sobre esta materia que ha liderado en el parlamento durante estos años ha llevado a algunas mujeres a reflexionar y a decidir no abortar. Su dimisión le honra pues demuestra que para él los ideales son más importantes que el poder personal. Este sí es un ejemplo de honestidad política”.


Finalmente, Benigno Blanco ha ratificado el compromiso del Foro de la Familia con promover que no se vote al Partido Popular por su abandono de la causa de la vida e incumplimiento de las promesas electorales.



Randy Houser - Like a Cowboy (Full Length Version)

«No podemos volver a votar al PP», dice 8 veces Santiago Martín; «recemos, que surja otra fuerza»

"Decididamente no podemos votar al Partido Popular después de que haya retirado el proyecto de [reforma] de ley del aborto, que aunque proyectaba una ley mala, era menos mala que la ley que nos dejó el Partido Socialista".

Con esta claridad empieza un vídeo de análisis y denuncia del padre Santiago Martín, miembro del Pontificio Consejo para la Familia y fundador de los Franciscanos de María (www.frmaria.org, con presencia en varios países europeos e hispanoamericanos), en el que repite hasta 8 veces que los católicos en España ya no pueden votar al Partido Popular.


Con un Cristo sufriente y crucificado de fondo, el popular sacerdote periodista y escritor recuerda que aunque el proyecto de reforma de Gallardón aún "tenía muchísimas cosas mal" es cierto que "al menos representaba un paso en la buena dirección".


"Retirar esa ley del aborto que había prometido el Partido Popular y estaba en su programa electoral es decirle a cualquier católico consciente y coherente que no le vote. No podemos votar al Partido Popular. No podemos votarle porque si lo hacemos quedamos simplemente reducidos a la nada. Si en este momento el Partido Popular recibiera el voto de los católicos -repito, conscientes y coherentes- nos habríamos convertido en un grupo de votantes totalmente cautivos y por lo tanto irrelevantes. Podrían hacer con nosotros lo que fuera. Porque pasando por esto estaríamos diciendo [los católicos] que vamos a pasar por todo".


Santiago Martín admite que hay temas muy importantes en el debate político español (la recuperación económica, el independentismo catalán...) pero "lo que han hecho con la ley del aborto nos fuerza a los católicos a decir: no podemos votar a ese partido. No podemos votar al Partido Popular."


Y el padre Santiago, insiste: "aunque hay otros temas, este tema es tan importante que si cedemos en esto nos convertimos en una fuerza cautiva e insignificante en el futuro político".


Y plantea: ¿a quién votamos entonces? Santiago Martín descarta las formaciones de la izquierda, como el PSOE, que también son abortistas (el PSOE implantó las leyes abortistas de 1985 y de 2010, que acumulan más de 1,5 millones de niños abortados en España).


"Hay otros partidos que hasta ahora no tenían representación parlamentaria, y hasta ahora teníamos siempre la duda de si votarles era tirar el voto. No sé si a raíz de esto habrá -y animo a que ocurra- algunos políticos católicos del ámbito del Gobierno y el Parlamento, ayuntamientos o autonomías que entrarán en crisis con el partido en el que militan, se saldrán fuera y quizá ellos, uniéndose con otros partidos, puedan formar una institución que capte al desengañado, maltratado, voto católico, porque de hecho el Partido Popular acaba de tirar un montón, millones, de votos, a la basura, y nos ha dejado a los católicos en una situación muy difícil", añade el padre Martín.


"Quizá nunca hemos visto al PP como el partido ideal, pero en vista de la situación y de todos estos ingredientes, y el aborto era uno de ellos, lo considerábamos como un mal menor, como un mal que nos permitía tener una cierta presencia, y por lo tanto una cierta incidencia en la gestión de las cuestiones decisivas, incluida la cuestión de la vida", continua el popular sacerdote.


"Votar a los otros no sabemos si va a ser tirar el voto, pero lo que yo sí sé es que no voy a volver a votar al Partido Popular, aunque esto pueda beneficiar a la izquierda. Naturalmente no voy a votar a la izquierda", puntualiza, y añade que si el Partido Popular entra en una gravísima crisis "bien merecido se lo tiene".


"Creo que estamos empezando una travesía por el desierto, una travesía como la del pueblo de Israel por el Sinaí, que no sabemos cuando acabará pero que me parece necesario hacerla. Es necesario asumir el riesgo de quedarnos en la nada en este momento -o no votar o votar a partidos que nos representan en lo esencial aunque no vayan a tener esa presencia en la vida pública en parlamentos, ayuntamientos y autonomías- es preferible eso a aceptar que nos manipulen, nos utilicen, nos desprecien", denuncia el padre Santiago.


"Nadie es despreciable, pero cuando uno no se valora a sí mismo no debe extrañarle que los demás no le tengan en cuenta, que incluso le desprecien. Hacer de los católicos un voto cautivo es despreciarles. Y despreciar es una cosa muy fea que normalmente pasa factura. Vamos a rezar -esa es nuestra mayor fuerza ahora- para que surja un partido convincente, que en lo esencial -nunca habrá un partido perfecto- pueda atraer el voto de millones de católicos que en este momento digan al Partido Popular ´no puedo votarte´, no puedo volverte a votar".



Conduce 2 años su Renault Cuatro Latas visitando a los cristianos orientales de África y Asia

«»Desde el Líbano a Uzbekistán, pasando por Eritrea, este joven de 26 años, de Nantes, ha visitado las comunidades cristianas al volante de su Renault 4L.

Ha publicado un libro de testimonios que demuestra la increíble diversidad de las Iglesias de Oriente.


En el rostro de Vincent Gelot se pueden leer dos años de viaje. Dos veranos y un invierno pasados surcando Oriente Medio, Asia Central y el Cuerno de África.


En total, sesenta mil kilómetros de carreteras han curtido su piel, dado cuerpo a su pelambrera negra y reforzado su mirada azul petróleo.


Ha vuelto de este periplo con un imponente libro de cuero con la encuadernación un poco desgastada: es su tesoro.


Cada persona que se ha cruzado en su camino ha ennegrecido sus páginas en árabe, farsi, ruso, amárico… Lenguas que traducen la increíble diversidad de las Iglesias de Oriente.


Vincent Gelot partió para conocer a los cristianos de Oriente. «Un proyecto que nació de manera bastante espontánea», explica, sentado en una mesa frente a la estación del Norte.


En febrero de 2012 terminó un Master en Derecho Humanitario con unas prácticas en una ONG en Beirut. «No conocía para nada a los cristianos de Oriente», reconoce con sinceridad.



En Egipto, con su Cuatro Latas decorado con animales de simbología cristiana


Se define como católico «a secas». Pero el viaje de Benedicto XVI al Líbano despierta su interés. El Papa pronuncia su exhortación apostólica a las Iglesias de Oriente, lo que hace que a Vincent le pique la curiosidad, - que luego se convertiría en pasión -, por estas comunidades.


Decide ir a conocerlas y construye su proyecto que bautiza con el nombre «Mil y una fe». «Sentía también una llamada a hacer este viaje, el sueño de una aventura à la Kessel (de Joseph Kessel, aventurero, periodista y novelista francés, nacido en 1898 y fallecido en 1979, ndt)».


Como único compañero de viaje, un Renault 4L redecorado por su amigo artista Agustin Frison-Roche.


«Antes de mi partida no me tomaban muy en serio», recuerda. «Sólo la Obra de Oriente me ayudó con una pequeña financiación».


A pesar de todo, emprende el viaje con quince mil euros ahorrados, completados en el camino por una recaudación de fondos por internet.


Con una A roja pegada a la luneta de atrás de su «Habibi mobile» (Habibi en árabe significa "mi amor", ndt), el aprendiz de conductor empieza un periplo por las rutas de Armenia, Irán, Turkmenistán, Omán, Etiopia, Sudán


Y el viaje, que en principio tenía que durar diez meses, concluye dos años más tarde.



En Francia, al salir, aún con pelo corto


Visita comunidades cristianas multiseculares. En Iraq, recorre la llanura de Nínive, cuna de los asiro-caldeos. «Es un dolor espiritual ver lo que pasa allí», nos confía. «La presencia cristiana en esas tierras, que se remonta al siglo IV, está a punto de desaparecer».


En Alquosh es acogido por el superior del monasterio, abuna Waheed Gabriel. «¿Quién nos protegerá y defenderá nuestra existencia en este país?», escribe este sacerdote caldeo en el libro de Vincent.


En otra página, un siríaco realiza un gran retrato de Jesús: en sus cabellos, pintados con tinta negra, está escrito «Cristo es mi Dios» en arameo.


Vincent conoce también a los monjes ortodoxos de Mar Mattai, un monasterio fundado en el año 363 por un eremita que huía de las persecuciones romanas.


En Azerbaiyán descubre a los molokanes, una pequeñísima comunidad que actualmente cuenta unas cuarenta personas.


En Uzbekistán es acogido por comunidades subterráneas obligadas a esconderse en un país donde la práctica religiosa está muy restringida.


En Afganistán, uno de los pocos sacerdotes del país, el jesuita Alexis Koumar, escribe en el libro una larga oración en pashtún. Fue secuestrado en junio de 2014.


«A lo largo de los meses, este libro me sobrepasó totalmente» explica. «Esperaba recibir, pero me ha permitido también dar mucho. Todas estas personas se descubrieron eslabones de una cadena cuando leían los testimonios de los hombres y mujeres que les habían precedido».


Mordido en Irán, un accidente de carretera en Etiopía...


La aventura estaba llena de zancadillas.



En el muro que tiene encerrados a los cristianos de Belén, que requieren mil permisos de las autoridades israelíes para visitar a sus parientes del otro lado


«Pensaba que la viviría como una progresión hacia la cumbre», relata. «No ha sido exactamente así. He pasado por muchos altibajos». El combate más duro lo tuvo con él mismo. «Me tuve que enfrentar a la soledad, al desaliento».


Sufrió con la lejanía de los suyos, sobre todo por el fallecimiento de su abuela y el anuncio del matrimonio de su hermano.


En Irán le atacaron dos perros pastores alemanes y fue hospitalizado con heridas en la pierna izquierda.


«Los médicos me dijeron sonriendo que no tenían vacuna contra la rabia a causa del embargo occidental, en el que Francia participa».


Otro golpe duro: mientras su vehículo transitaba de Omán a Djibouti, Vincent decidió ir a Yemen. En vano. Pasó dos días en cuarentena en una zona de tránsito aeroportuario. «Estaba en la lista negra porque sabían que iba a ver a los cristianos».


Al poco tiempo, un camión chocó contra él en Etiopía.


El clima tampoco le ahorraba nada. En pleno invierno de 2012 atravesó Armenia, Georgia y Azerbaiyán. Por la noche, el termómetro se desplomaba hasta los -25 °C. «Por la mañana, no sentía mis pies».


En cambio, el verano siguiente se encontraba atrapado con regularidad en los atascos monstruosos de las grandes metrópolis del Golfo Pérsico.


«Con una temperatura de 60 °C y sin aire acondicionado, creía que me volvía loco».


Poco a poco, su aventura se transformó en una peregrinación. «Progresivamente fuí redescubriendo las raíces de mi fe, de mi identidad. Aprendí a rezar. Esta experiencia aclaró mi relación con Dios».


Vincent decidió, naturalmente, acabar su periplo en Jerusalén. «Cuando supe que el Papa Francisco iba a visitar Israel, lo vi como un signo. ¡Empecé mi viaje con Benedicto XVI en Líbano y lo terminé con Francisco en Tierra Santa!».



Vincent con representantes de distintas iglesias ortodoxas y católicos de ritos orientales (armenios, maronitas, melquitas, siríacos, coptos...)


Triunfo para su libro: el Papa argentino escribirá unas palabras en italiano en las últimas páginas.


«El próximo año lo confiaré a los custodios del Santo Sepulcro en Jerusalén. De este modo, todos los que han contribuido al libro estarán reunidos a los pies de la tumba de Cristo».


Mientras tanto, él lo conserva para testimoniar la historia que ha vivido y quiere realizar una buena selección de fotografías.


Sueña también con digitalizar el libro de testimonios, rebautizado «Libro de Oriente».


«A lo mejor este viaje me abre las puertas» comenta.


¿Dónde? Tiene ya una cierta idea: a Vincent le gustaría ser periodista.



La gendarmería vaticana arresta al ex nuncio Wesolowski, acusado de abusos a menores

El ex nuncio apostólico en República Dominicana, Jozef Wesolowski, que ya no era clérigo sino laico tras su primer condena en el tribunal de la Doctrina de la Fe, ha sido arrestado este martes por la tarde.

El ex diplomático que ha presentado una apelación, ha perdido la inmunidad diplomática.


La Gendarmería del Vaticano lo llevó a una celda, después de ser notificado de las acusaciones. Las mismas se refieren a casos de abusos sexuales, cuando ejercía sus funciones diplomáticas en América Central.


Debido a su situación de salud, documentada, pasará ahora al arresto domiciliario.


El Vaticano en un comunicado de prensa añadió que todo esto se realiza en conformidad con las indicaciones dadas por el papa Francisco, que no quiere tardanzas en estos casos.


El director de la Oficina de prensa de la Santa Sede esta noche en un comunicado enviado a los medios de comunicación acreditados ha indicado: “El promotor de Justicia del Tribunal de primera instancia de la Ciudad-Estado del Vaticano, ha convocado al ex nuncio Mons. Wesolowski, por la acusación sobre cual ya se había iniciado una investigación penal”.


Y precisa que “el prelado, ya condenado en primer grado por la Congregación de la Doctrina de la Fe, había sido reducido al estado laical, tras un proceso administrativo penal canónico”.


Añade que “ahora fue notificado sobre las acusaciones del procedimiento penal a su cargo, por graves casos de abusos contra menores, sucedidos en la República Dominicana”.


“La gravedad de los cargos -prosigue el comunicado- indujo al Departamento de los investigadores, a tomar una medida restrictiva”. Precisa entretanto que, “de acuerdo a la situación sanitaria del imputado, comprobada por la documentación médica, la medida consiste en los arrestos domiciliares con las debidas limitaciones, en locales en el interior de la Ciudad-Estado del Vaticano”.


Y concluye: “La iniciativa tomada hoy por los órganos judiciales de Vaticano, sigue la voluntad expresa del papa Francisco, de manera que un caso tan grave y delicado sea enfrentado sin tardanzas, con el justo y necesario rigor, en las que las instituciones de la Santa Sede son conscientes de su responsabilidad”.



Reunión del cardenal Müller y el obispo Fellay: los contactos con la Hermandad de San Pío X seguirán







































Reunión del cardenal Müller y el obispo Fellay: los contactos con la Hermandad de San Pío X seguirán

El obispo Bernard Fellay y el cardenal Gerhard Ludwig Mueller.




Según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, este martes 23 por la mañana, y "en un clima de cordialidad", tuvo lugar en la Congregación para la Doctrina de la Fe el encuentro entre el cardenal Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y el obispo Bernard Fellay, superior general de la Hermandad Sacerdotal San Pío X (FSSPX).

En el encuentro estuvieron presentes los arzobispos Luis Francisco Ladaria S.I., secretario de la congregación, Joseph Augustine Di Noia O.P. secretario adjunto, y Guido Pozzo, secretario de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, además de los asistentes de la FSSPX, los padres Niklaus Pfluger y Alain-Marc Nély.


"Durante el encuentro se han examinado algunos problemas de orden doctrinal y canónico y se ha acordado proceder gradualmente y dentro de un tiempo razonable para superar las dificultades y alcanzar la deseada reconciliación plena", señala el Vaticano.


Por su parte, el comunicado de la Hermandad de San Pío X explica que la reunión "tuvo por objeto permitir al cardenal Müller y a monseñor Fellay reunirse por primera vez y hacer juntos el balance de las relaciones entre la Santa Sede y la Hermandad de San Pío X desde la renuncia del Papa Benedicto XVI y la partida del cardenal William Joseph Levada, anterior Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe". "En una entrevista cordial", añade la FSSPX, "se expusieron las dificultades doctrinales y canónicas, y se evocó la situación actual de la Iglesia. Se decidió continuar con los intercambios para aclarar los puntos de divergencia que subsisten".