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dimanche 21 septembre 2014

Señor Rajoy: tras escoger el deshonor, perderá Vd. las elecciones

En septiembre de 1938, en la Conferencia de Munich, el primer ministro inglés, Chamberlain, y el francés Daladier, cedieron ante la presión de Hitler y le entregaron la región de los Sudetes, que pertenecía a Checoeslovaquia. Fueron recibidos triunfalmente en sus países, y tan solo Winston Churchill declaró: “Señor Primer Ministro, habéis podido escoger entre el deshonor y la guerra. Habéis escogido el deshonor y tendréis también la guerra".

Estos días se nos está diciendo que, pese a la clarísima promesa electoral de combatir el aborto y ayudar a las madres necesitadas, Vd. ha decidido o está a punto de decidir que la legislación sobre el aborto no se toca y que Vd. no piensa cumplir un compromiso electoral que, entre otros, le llevó a la mayoría absoluta.


En efecto el Programa electoral del Partido Popular, dentro del capítulo “Comprometidos con el bienestar” y dentro del epígrafe “La familia, primera sociedad del bienestar”, en su página 108 afirma: “La maternidad debe estar protegida y apoyada. Promoveremos una ley de protección de la maternidad con medidas de apoyo a las mujeres embarazadas, especialmente a las que se encuentran en situaciones de dificultad. Impulsaremos redes de apoyo a la maternidad. Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores”.


Pero, ¿tan importante es este compromiso? El derecho a la vida, reconocido por la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU de 1948, en su artículo 3: “Todo individuo tiene derecho a la vida”, no es un derecho más, sino la base y el fundamento de los demás derechos. Una mayoría invocada para limitar el derecho a la vida, el de los seres humanos antes de su nacimiento, precisamente cuando son más vulnerables e indefensos, no es una democracia, sino una pesadilla totalitaria. La Declaración de Derechos Humanos surgió para evitar horrores como los realizados por los nazis y a fin de proteger en el futuro la dignidad humana, dignidad que, por supuesto, no se protege con el crimen horrible del aborto (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, nº 51), crimen que degrada la civilización y deshonra a sus autores (cf. GS nº 27).


Ustedes, señores del PP, están convencidos de que seguiremos votándoles, hagan lo que hagan, porque los demás, PSOE, PNV, CIU, Izquierda Unida, Podemos, y alguno que me olvido, son peores. Tienen Vds, razón en esto, pero no puedo por menos de recordar que en la película Vencedores y Vencidos, sobre los jueces nazis, hay un gran diálogo entre el juez alemán y Spencer Tracy, que hace de juez americano. El juez alemán le dice al americanos: “Nunca creí que se pudiese llegar a lo que se llegó”, a lo que Spencer Tracy responde: “El día que Vd.condenó a muerte a un inocente, ese día llegó Vd. a eso”. ¿Cómo voy a poder votar a un individuo como Rajoy, que estando en su mano parar la matanza, o al menos reducirla sensiblemente, no hace nada para evitarlo? En el mejor de los casos es una cooperación pasiva con el crimen.


Por ello, y volviendo al inicio del artículo, señor Rajoy, ha escogido Vd. el deshonor del crimen del aborto para ganar las elecciones. Después de haber preferido el deshonor, es más que posible que también pierda las elecciones, porque desde luego yo no le votaré, y me supongo que muchos católicos, y el voto católico es importante, tampoco. Supongo además que le quedará el recuerdo de tantas vidas inocentes que podrían estar vivas, de haber sido Vd. un poco más coherente con los principios que hicieron que tanta gente le votase con ilusión. Todavía, pero no ya por mucho tiempo, puede detenerse el genocidio que hasta ahora Vd. no ha querido impedir.



«El bien paga infinitamente mejor que el dinero», dijo el Papa ante «la fe hecha caridad concreta»

El Papa coronó su visita apostólica al “país de las águilas” con niños inválidos en el Centro Betania, donde llegaron también representantes de otros centros de caridad.

Después de escuchar testimonios de asistidos, Francisco expresó su agradecimiento por la hospitalidad que dan cada día en este centro a tantos niños y adolescentes necesitados de atención, de ternura, de un ambiente sereno y de personas amigas, que sean también verdaderos educadores, ejemplos de vida, y en las que encuentren apoyo.


El Sucesor de Pedro manifestó que “en lugares como éste, todos confirmamos nuestra fe, se nos hace más fácil creer, porque vemos la fe hecha caridad concreta. La vemos dar luz y esperanza a situaciones de gran dificultad; vemos que se enciende de nuevo en el corazón de personas tocadas por el Espíritu de Jesús, que decía: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí» (Mc 9, 37). Esta fe que actúa en la caridad mueve las montañas de la indiferencia, de la incredulidad y de la indolencia, y abre los corazones y las manos para hacer el bien y difundirlo. La Buena Noticia de que Jesús ha resucitado y está vivo en medio de nosotros pasa a través de gestos humildes y simples de servicio a los pequeños.”


Y el Vicario de Cristo afirmó que “el secreto de una existencia plena es amar y entregarse por amor. Ahí se encuentra la fuerza para “sacrificarse con alegría”, y el compromiso más exigente se convierte en fuente de mayor alegría. Así no asustan las opciones de vida definitivas, que aparecen, a su verdadera luz, como un modo de realizar plenamente la libertad personal”.


Discurso completo del Papa Francisco

Queridos amigos del Centro Betania:

Les agradezco de corazón su gozosa acogida. Y, sobre todo, les agradezco la hospitalidad que cada día dan a tantos niños y adolescentes necesitados de atención, de ternura, de un ambiente sereno y de personas amigas, que sean también verdaderos educadores, ejemplos de vida, y en las que encuentren apoyo.


En lugares como éste, todos confirmamos nuestra fe, se nos hace más fácil creer, porque vemos la fe hecha caridad concreta. La vemos dar luz y esperanza a situaciones de gran dificultad; vemos que se enciende de nuevo en el corazón de personas tocadas por el Espíritu de Jesús, que decía: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí» (Mc 9, 37). Esta fe que actúa en la caridad mueve las montañas de la indiferencia, de la incredulidad y de la indolencia, y abre los corazones y las manos para hacer el bien y difundirlo. La Buena Noticia de que Jesús ha resucitado y está vivo en medio de nosotros pasa a través de gestos humildes y simples de servicio a los pequeños.


Además, este Centro demuestra que es posible la convivencia pacífica y fraterna entre personas de distintas etnias y diversas confesiones religiosas. Aquí las diferencias no impiden la armonía, la alegría y la paz; es más, se convierten en ocasión para profundizar en el conocimiento y en la comprensión mutua. Las diversas experiencias religiosas se abren al amor respetuoso y operante con el prójimo; cada comunidad religiosa se expresa con el amor y no con la violencia, no se avergüenza de la bondad. Quien cultiva la bondad en su interior recibe a cambio una conciencia tranquila, una alegría profunda aun en medio de las dificultades y de las incomprensiones. Incluso ante las ofensas recibidas, la bondad no es debilidad, sino auténtica fuerza, capaz de renunciar a la venganza.


El bien es premio en sí mismo y nos acerca a Dios, Sumo Bien. Nos hace pensar como Él, nos hace ver la realidad de nuestra vida a la luz de su proyecto de amor para cada uno de nosotros, nos permite disfrutar de las pequeñas alegrías de cada día y nos sostiene en las dificultades y en las pruebas. El bien paga infinitamente mejor que el dinero, que nos defrauda porque hemos sido creados para recibir y comunicar el amor de Dios, y no para medir las cosas por el dinero y el poder.


Queridos hermanos, en su saludo, la Directora ha recordado las etapas que ha recorrido su asociación y las obras que han nacido de la intuición de la fundadora, la Señora Antonietta Vitale –a la que saludo cordialmente y agradezco su acogida–, ha subrayado la ayuda de los bienhechores y el desarrollo de las diversas iniciativas. Ha hablado de la gran cantidad de niños amorosamente acogidos y atendidos. Mirjan, por su parte, ha dado testimonio de su experiencia personal, de su entusiasmo y gratitud por un encuentro que ha transformado su existencia y le ha abierto nuevos horizontes, con nuevos amigos y con un Amigo todavía más grande y mejor que los demás: Jesús. Ha dicho una cosa muy significativa a propósito de los voluntarios que colaboran aquí; ha dicho: «Desde hace 15 años se sacrifican con alegría por amor a Jesús y a nosotros». Es una frase que revela cómo entregarse por amor a Jesús produce alegría y esperanza, y cómo servir a los hermanos se transforma en reinar con Dios. Estas palabras de Mirjan-Paolo pueden resultar paradójicas para buena parte de nuestro mundo, que no acaba de comprenderlas y ansía encontrar la clave de la propia existencia en las riquezas terrenas, en el poder y en la pura diversión, donde sólo encuentra alienación y confusión.


El secreto de una existencia plena es amar y entregarse por amor. Ahí se encuentra la fuerza para “sacrificarse con alegría”, y el compromiso más exigente se convierte en fuente de mayor alegría. Así no asustan las opciones de vida definitivas, que aparecen, a su verdadera luz, como un modo de realizar plenamente la libertad personal.


Que el Señor Jesús y su Madre, la Virgen María, bendigan su Asociación, este Centro Betania y los otros centros que la caridad ha hecho surgir y la Providencia crecer. Que bendigan a todos los voluntarios, a los bienhechores y a todos los niños y adolescentes. Su patrón, san Antonio de Padua, los acompañe en el camino. Continúen con confianza sirviendo al Señor en los pobres y en los abandonados, y pidiéndole que los corazones y las mentes de todos se abran al bien, a la caridad operante, fuente de auténtica alegría. Les pido, por favor, que recen por mí y de corazón los bendigo.



Alemania: impuestos y apostasía



Se habla mucho últimamente de la Iglesia en Alemania, especialmente a raíz de las intervenciones del cardenal Kasper y a las habituales tomas de posición de muchos obispos alemanes, al filo casi siempre de la heterodoxia, por decirlo suavemente. También es conocida la riqueza de la Iglesia en Alemania. No nos referimos a riqueza espiritual, sino esa otra contante y sonante: recibe 5.500 millones de euros provenientes de lo recaudado por el Estado cada año (difícilmente se le puede aplicar aquello de la "iglesia pobre"), lo que le permite financiar numerosas iniciativas tanto dentro como fuera de sus fronteras (y aquí hay de todo, pero en honor a la verdad, las que he conocido directamente eran todas muy buenas).


Pero la noticia que nos llega ahora es la de una fuerte intensificación en el número de personas que abandonan la Iglesia a causa de un cambio introducido en el impuesto sobre ganancias de capital. Parece ser que a muchos, ante la perspectiva de que el Estado alemán les quite más dinero por este concepto, no les ha temblado el pulso a la hora de apostatar, alcanzándose bajas un 50% superiores a las del año pasado, como por ejemplo en la diócesis de Stuttgart. Muchos de ellos jubilados que dan de este modo un testimonio que ayuda a entender la deriva de la Iglesia en Alemania en los últimos decenios. Todo muy ejemplar y muestra de una fe muy viva.


La información ha sido publicada por Reuters y de ella entresacamos y traducimos los siguientes párrafos:


“Un cambio en el impuesto sobre ganancias alemán ha desencadenado un éxodo en las iglesias católica y protestante este año mientras miles de miembros registrados prefieren abandonar sus parroquias antes que pagar el dinero.


Diócesis en ambas Iglesias han reportado en las últimas semanas que el número de miembros que desertan ha dado un salto respecto al año pasado, a menudo en un 50% o más, al saberse que los bancos eliminarán la exención de las iglesias para las ganancias de capital a partir del próximo 1 de enero.


Las autoridades alemanas recaudan un 8 o 9 % de los impuestos de los fieles y los canalizan para pagar el salario de los clérigos, servicios de caridad y otros gastos. Hay que abandonar oficialmente la Iglesia para dejar de pagar este impuesto”.




Tras el estremecedor testimonio de dos ancianos religiosos, Francisco no leyó sino que improvisó

Después del estremecedor testimonio de dos religiosos de 83 y 85 años, en la oración de Vísperas que el Papa rezó con sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas y movimientos laicales, en la Catedral de Tirana, Francisco no leyó la homilía que llevaba preparada -que entregó al Arzobispo de Tirana- sino que improvisó una alocución inspirada en el texto de la oración.

Hemos escuchado, dijo: “Sea bendito Dios padre misericordioso que nos consuela en todos nuestras luchas para que nosotros podamos consolar a los que se encuentran en la tribulación”. “En estos dos meses –manifestó- me he preparado para esta visita leyendo la historia de la Iglesia en Albania y para mi fue una sorpresa, yo no sabía que este pueblo había sufrido tanto. Después hoy en el camino del aeropuerto con todas las fotografías de los mártires, pensé: Se ve que este pueblo todavía tiene memoria de sus mártires. Es un pueblo de mártires y hoy al inicio de esta celebración hablé con dos. Lo que yo les puedo decir es lo que ellos mismos dijeron con sus palabras sencillas, pero de cosas tan dolorosas. Y podemos preguntarles a ellos cómo hicieron para sobrevivir a tanta tribulación. Sin duda ellos nos dirán esto que hemos oído en la segunda lectura: ‘Dios es Padre misericordioso y Dios de todo consuelo’. Con esta sencillez han sufrido mucho físicamente, síquicamente, con la angustia de no saber si los fusilarían o no”.


“Pienso en Pedro encadenado. Toda la Iglesia rezaba por él –explicó el Papa-. Y el Señor consoló a Pedro y a los mártires y a estos dos que hoy escuchamos. El pueblo de Dios, las viejitas santas y las monjas de clausura que rezaban por ellos. Este es el misterio de la Iglesia: Dios consuela a su pueblo de manera escondida, en la intimidad del corazón da fortaleza”. “Ellos no se vanaglorian de lo que han vivido –explicó el Sucesor de Pedro hablando de los testimonios escuchados- porque ha sido el Señor que los ha llevado adelante. Pero ellos nos dicen algo a nosotros, que hemos sido llamados por el Señor para seguirlo de cerca: ‘Hay de nosotros si buscamos otro consuelo. Hay de aquellos religiosos, que buscan consolación lejos del Señor’.” “Yo no quiero bastonearlos hoy. No quiero ser verdugo. Pero si buscas el consuelo en otra parte no serás feliz y no podrás consolar a ninguno. Porque tu corazón no ha sido abierto a la consolación del Señor terminaras como dice el gran Elías al pueblo de Israél: “rengueando”.


“Sea bendito Dios padre de toda consolación que nos consuela en todas nuestra tribulaciones”, insistió en el Vicario de Cristo, que podamos consolar con el consuelo con el que Dios nos ha consolado, como hicieron estos dos, que nos hicieron un servicio. Aunque seamos pecadores, como ellos dicen: somos pecadores pero el Señor he estado con nosotros.” Y Francisco concluyó: “Perdonen si los uso como ejemplo. Pero todos debemos darnos ejemplo unos a otros. Hoy hemos tocado a los mártires.”


Texto íntegro del discurso del Papa en la celebración de las Vísperas

Queridos hermanos y hermanas:


Me alegro de poder tener este encuentro con ustedes en su querida tierra; doy gracias al Señor y les agradezco a todos su acogida. Así les puedo expresar mejor mi apoyo a su tarea evangelizadora.


Cuando su país salió de la dictadura, las comunidades eclesiales se pusieron en marcha de nuevo y reorganizaron la acción pastoral, afrontando con esperanza el futuro. Quiero expresar especialmente mi reconocimiento a aquellos pastores que pagaron un alto precio por su fidelidad a Cristo y por su decisión de permanecer unidos al Sucesor de Pedro. Fueron valientes ante las dificultades y las pruebas. Todavía se encuentran entre nosotros sacerdotes y religiosos que sufrieron cárcel y persecución, como la hermana y el hermano que han compartido su propia experiencia. Los abrazo conmovido y alabo a Dios por su fiel testimonio, que estimula a toda la Iglesia a seguir anunciando el Evangelio con alegría.


A partir de esta experiencia, la Iglesia en Albania puede crecer en espíritu misionero y en entrega apostólica. Conozco y valoro cómo se oponen decididamente a las nuevas formas de “dictadura” que amenazan con esclavizar a los individuos y a las comunidades. Si el régimen ateo intentaba acabar con la fe, estas dictaduras, de forma más encubierta, pueden hacer desaparecer la caridad. Me refiero al individualismo, a la rivalidad y a los enfrentamientos exacerbados: es una mentalidad mundana que puede contagiar también a la comunidad cristiana. No se desanimen ante estas dificultades, no tengan miedo de mantenerse en el camino del Señor. Él está siempre a su lado y los asiste con su gracia para que se apoyen unos a otros, para que sean comprensivos y misericordiosos y acepten a cada uno como es, para que cultiven la comunión fraterna.


La evangelización es más eficaz cuando cuenta con iniciativas compartidas y con una sincera colaboración entre las diversas realidades eclesiales y entre los misioneros y el clero local: esto requiere determinación para no cejar en la búsqueda de formas de trabajo común y de ayuda recíproca en los campos de la catequesis, de la educación católica, así como en la promoción humana y en la caridad. En estos ámbitos, es valiosa también la aportación de los movimientos eclesiales, dispuestos a planificar y trabajar en comunión con sus Pastores y entre ellos. Es lo que veo aquí: obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, una Iglesia que quiere caminar en fraternidad y en unidad.


Cuando el amor a Cristo está por encima de todo, incluso de las legítimas exigencias particulares, entonces es posible salir de uno mismo, de nuestras “minucias” personales y grupales, y salir al encuentro de Jesús en los hermanos; sus llagas son todavía visibles hoy en el cuerpo de tantos hombres y mujeres que tienen hambre y sed, que son humillados, que están en la cárcel o en los hospitales. Y precisamente tocando y sanando con ternura esas llegas, es posible vivir en profundidad el Evangelio y adorar a Dios vivo en medio de nosotros.


¡Son muchos los problemas que se presentan cada día! Todos ellos los estimulan a lanzarse con pasión a una generosa actividad apostólica. Sin embargo, sabemos que nosotros solos no podemos hacer nada: «Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles” (Sal 127,1). Esta certeza nos invita a dar cada día el espacio debido al Señor, a dedicarle tiempo, a abrirle el corazón, para que actúe en nuestra vida y en nuestra misión. Lo que el Señor promete a la oración confiada y perseverante supera cuanto podamos imaginar (cf. Lc 11,11-12): además de lo que pedimos, nos da también el Espíritu Santo. La dimensión contemplativa es así indispensable en medio de los compromisos más urgentes e importantes. Cuanto más nos llama la misión a ir a las periferias existenciales, más siente nuestro corazón la íntima necesidad de estar unido al de Cristo, lleno de misericordia y de amor.


Y teniendo en cuenta que aún se necesitan más sacerdotes y consagrados, el Señor les repite también hoy a ustedes: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies» (Mt 9,37-38). No podemos olvidar que esta oración está precedida por una mirada: la mirada de Jesús que ve la abundancia de la cosecha. ¿Tenemos también nosotros esta mirada? ¿Sabemos reconocer la abundancia de los frutos que la gracia de Dios ha hecho crecer y la labor que hay que hacer en el campo del Señor? De esta mirada de fe sobre el campo de Dios, nace la oración, la petición cotidiana e insistente al Señor por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Ustedes, queridos seminaristas, y ustedes, queridos postulantes y novicios, son fruto de esta oración del pueblo de Dios, que siempre precede y acompaña su respuesta personal. La Iglesia de Albania tiene necesidad de su entusiasmo y de su generosidad. El tiempo que hoy dedican a una sólida formación espiritual, teológica, comunitaria y pastoral, dará fruto oportuno en su futuro servicio al pueblo de Dios. La gente, más que maestros, busca testigos: testigos humildes de la misericordia y de la ternura de Dios; sacerdotes y religiosos configurados con Cristo Buen Pastor, capaces de comunicar a todos la caridad de Cristo.


En este sentido, junto a ustedes y a todo el pueblo de Albania, quiero dar gracias a Dios por tantos misioneros y misioneras, cuya acción ha sido determinante para que la Iglesia resurja en Albania y todavía hoy sigue teniendo gran relevancia. Ellos han contribuido notablemente a consolidar el patrimonio espiritual que obispos, sacerdotes, personas consagradas y laicos albaneses conservaron en medio de durísimas pruebas y tribulaciones. Pensemos en el gran trabajo hecho por los institutos religiosos para el relanzamiento de la educación católica: este trabajo merece reconocimiento y apoyo.


Queridos hermanos y hermanas, no se desanimen ante las dificultades; siguiendo las huellas de sus antepasados, den testimonio de Cristo con perseverancia, caminando “juntos con Dios, hacia la esperanza que no defrauda”. En este camino, siéntanse siempre acompañados y sostenidos por el afecto de toda la Iglesia. Les agradezco de corazón este encuentro y encomiendo a cada uno de ustedes y a sus comunidades, sus proyectos y esperanzas a la Santa Madre de Dios. Los bendigo afectuosamente y les pido, por favor, que recen por mí.



Miles de personas recuerdan al Gobierno su promesa incumplida de proteger a los no nacidos

La celebración de la V Marcha por la Vida este domingo organizada por Derecho a Vivir con un total de 64 actos distribuidos por España y el extranjero (17 en total) bajo el lema S.O.S. España. No más plazos sin cumplir. Derogación del aborto ya y el apoyo de más de 300 organizaciones ciudadanas ha reclamado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que cumpla con la promesa electoral de mejorar la protección legal de la vida del concebido y de la mujer embarazada, tras meses de retrasos.

En el acto central que ha tenido lugar esta mañana en Madrid, y que ha recorrido la calle San Bernardo desde Gran vía, pasando por el Ministerio de Justicia hasta la glorieta de Ruiz Giménez, la portavoz de Derecho a Vivir, Gádor Joya ha exigido a Mariano Rajoy que “dé la cara” para convertirse en “el presidente que pasó a la historia por poner a España a la cabeza del progresismo en Europa y en el mundo, por defender el derecho a la vida y no por ser el hombre que mintió a todo un país”.




Ignacio Arsuaga y Gádor Joya atendieron

las preguntas de numerosos medios de comunicación.


La doctora en Medicina y pediatra ha recordado que si hubo motivos para la movilización social durante la tramitación de la ‘Ley Aído’, hoy hay muchos más porque rige la misma ley, pero bajo un Gobierno que prometió que la derogaría, “por lo que además de la ley pro muerte de Zapatero, tenemos la mentira del señor Rajoy que dijo que la derogaría”. En este sentido, Joya ha subrayado que “la ley de Zapatero es ahora la ley de Rajoy”.




La ley Zapatero-Aido es ya "la ley Rajoy",

dijo Gádor Joya.


Del mismo modo, desde Derecho a vivir se ha criticado que “por cálculo electoral” el Gobierno haya abandonado la promesa de mejorar el marco legal de protección de la vida humana, actitud calificada “de acto de incoherencia, de cobardía, de debilidad, y de falta de dignidad política y personal”.


A pesar de todas estas críticas al Ejecutivo, que decantan en una pérdida de confianza de quienes creyeron en la promesa electoral del Partido Popular, Gádor Joya ha asegurado que “si Rajoy deroga ley de Zapatero, puede que muchos estén dispuestos a creerle otra vez, pero si no lo hace, tenga por seguro que le darán la espaldas en las urnas”, porque, ha añadido en otro momento de su alocución, “estamos hoy aquí para decirle que con nuestro voto no se juega, y sobre todo, que la vida de los seres humanos no puede ser nunca objeto de mercadeo electoral”.



De cara a las próximas citas electorales, desde Derecho a Vivir se ha querido dejar un claro mensaje al Partido Popular: “No vamos a dejar que el debate del aborto se cierre en falso por segunda vez”.


Arsuaga: “Nos va a tener enfrente”

Por su parte, el presidente de HazteOir.org, Ignacio Arsuaga, ha agradecido a todas las personas e instituciones que se han movilizado por el derecho a la vida en los últimos años su compromiso, para destacar que “de no haber sido por vuestra tenacidad y vuestra convicción de estar haciendo lo correcto, el aborto y su próspera industria habrían ganado la partida definitivamente”.


Arsuaga también sumó su voz para reclamar a Mariano Rajoy que “si decide no cumplir, con alevosía, el compromiso formal que asumió con sus votantes, nos va a tener en frente, haciendo campaña para que no se le vote”.


Por su parte, el portavoz de la plataforma Ginecólogos por el Derecho a Vivir, Luis Chiva, ha calificado de “holocausto silencioso” las consecuencias de las leyes, permisivas con el aborto, aprobadas en los últimos 30 años en España “por una clase política que busca por encima de todo perpetuarse en el poder”. En alusión al Gobierno actual, ha reprochado su actitud para asegurar que “no queremos ser sus cómplices, que no le vamos a votar ya más”.


La vida se impone al aborto

Como es costumbre en este tipo de actos, los asistentes han compartido la experiencia de dos madres que pese a las dificultades apostaron por la vida de sus hijos pese a las dificultades.


El primero ha sido el de Carlos y Amparo, quienes tras varios abortos espontáneos (uno a los seis meses) conciben a una niña. La ginecóloga de un hospital privado les informa de que tiene una afección pulmonar a las 20 semanas y, dados los plazos legales, les apremia a abortar. Deciden no hacerlo y consultan con otra ginecóloga que les confirma el diagnóstico, que puede desembocar en una muerte prematura pos parto, pero también salir adelante. Finalmente, Carmen Lourdes nació. Hoy tiene un año y ocho meses y, tras una operación a los ocho meses de edad, que tan sólo le ha dejado una cicatriz, es una niña normal.




Camila explicó cómo en el abortorio la intentaron

engañar ocultádole la ecografía.


El segundo de los testimonios presentados ha sido el de Camila, una chica que quedó embarazada antes de cumplir los 15. Llegó a acudir a un abortorio, pero pese a la oposición inicial de su madre, que acabó acompañándola en el parto, apostó por la vida de su hija con ayuda de la Fundación Madrina. La niña se llama Ágatha, tiene 3 años y es el motor que ha llevado a Camila a reanudar sus estudios para cumplir sus sueños.



La lección de Ratisbona, reivindicada

La noche del 12 de septiembre de 2006, mi esposa y yo estábamos cenando en Cracovia con unos amigos polacos cuando un nervioso vaticanista italiano (perdonad la redundancia de adjetivos) me llamó para preguntarme qué pensaba sobre el “loco discurso del Papa sobre los musulmanes”. Ese fue el primer síntoma de cómo la horda de "mentes independientes" de la prensa internacional se enfurecería sobre el tema de la Lección de Ratisbona de Benedicto XVI, una “metedura de pata” sobre la que los medios de comunicación seguirían ensañándose hasta el final de su pontificado.

Ocho años más tarde, la Lección de Ratisbona se ve de un modo muy distinto. Efectivamente, quienes de verdad la leyeron en 2006 entendieron que, en lugar de haber metido la pata, Benedicto XVI había explorado, con la precisión del erudito, dos preguntas clave, cuyas respuestas influirían profundamente en la guerra civil que estaba arrasando el islam —una guerra cuyo resultado determinaría si el islam del siglo XXI es seguro para sus propios seguidores y para el mundo.


La primera pregunta concernía la libertad religiosa: ¿podían encontrar los musulmanes, dentro de sus propios recursos espirituales e intelectuales, argumentos islámicos para la tolerancia religiosa (incluyendo la tolerancia hacia los que se convierten a otros credos)? Este deseable desarrollo, sugirió el Papa, podría necesitar mucho tiempo (incluso siglos) para la elaboración de una teoría islámica más completa de la libertad religiosa.


La segunda pregunta concernía la estructura de las sociedades islámicas: ¿podían encontrar los musulmanes, de nuevo dentro de sus propios recursos espirituales e intelectuales, argumentos islámicos para distinguir entre autoridad religiosa y autoridad política en un estado justo? Este desarrollo, igualmente deseable, tal vez haría más humanas en sí mismas a las sociedades musulmanas, y menos peligrosas para sus vecinos, sobre todo si se vincula a una exigencia emergente en el islam de tolerancia religiosa.


El Papa Benedicto continuó sugiriendo que el diálogo interreligioso entre católicos y musulmanes se centrara en estas dos preguntas, vinculadas entre sí. La Iglesia católica, como abiertamente admitió el Papa, había tenido su lucha interna mientras desarrollaba su propia exigencia de libertad religiosa en un contexto político de gobierno constitucional, en el que la Iglesia jugaba un papel clave en la sociedad civil, pero sin gobernarla directamente. Pero el catolicismo había finalmente hecho lo siguiente: no rendirse a la filosofía política secular y utilizar lo que había aprendido de la modernidad política para volver a su propia tradición, redescubriendo elementos de su pensamiento sobre fe, religión y sociedad que había perdido a lo largo tiempo, y desarrollando su enseñanza sobre una sociedad justa para el futuro.


¿Era posible este proceso de redescubrimiento y desarrollo en el Islam? Esta fue la Gran Pregunta planteada por Benedicto XVI en la Lección de Ratisbona. Es una tragedia de proporciones históricas que la pregunta fuera, primero, malinterpretada y después ignorada. El resultado de esta mala interpretación e ignorancia -y de otras muchas malas interpretaciones e ignorancias- es ahora muy evidente en Oriente Medio: en los asesinatos en masa de las antiguas comunidades cristianas; en las atrocidades que han conmocionado a un Occidente aparentemente indiferente ante cualquier hecho, como las crucifixiones o la decapitación de cristianos; en unos estados inestables; en la esperanza rota de que el Oriente Medio del siglo XXI pueda sanar de sus varias enfermedades culturales y políticas, encontrando un camino a un futuro más humano.


Estoy convencido de que Benedicto XVI no siente ninguna alegría ante la reivindicación por parte de la historia de su Lección de Ratisbona. Pero los que en 2006 le criticaron deberían examinar a fondo sus conciencias sobre la ignominia a la que le sometieron hace ocho años. Admitir que se equivocaron en 2006 sería un primer paso muy útil para salir de su ignorancia sobre el conflicto intra-islámico que amenaza gravemente la paz en el mundo del siglo XXI.


En lo que respecta a la conversación sobre el futuro del Islam propuesta por Benedicto XVI, hoy parece bastante improbable. Pero si tuviera que tener lugar, los líderes cristianos deberán preparar el camino hablando, directa y francamente, sobre las patologías del islamismo y del yihadismo; dejando de pedir disculpas anti-históricas por el colonialismo del siglo XX (imitando débilmente lo peor de la cháchara académica occidental sobre el mundo árabe-islámico); y declarando públicamente que el uso de la fuerza, utilizada prudentemente y con el propósito de defender a los inocentes, está moralmente justificada cuando hay que enfrentarse a fanáticos sangrientos como los responsables del reino de terror que ha asolado Siria e Iraq este verano.


Artículo publicado en First Things.

Traducción de Helena Faccia Serrano.



«Los que tenían miedo a la verdad y a la libertad hacían todo lo posible para desterrar a Dios»

El Pueblo de Dios que peregrina en Albania abrazó con gran cordialidad al Sucesor de Pedro, con aún vivo el recuerdo de la visita de otro Romano Pontífice: San Juan Pablo II en 1993. La algarabía y la emoción que despertó el Papa argentino fue la misma de aquel entonces, la mañana de este domingo, durante el trayecto que llevó a Francisco en papamóvil desde el Palacio Presidencial hasta la plaza Madre Teresa de Tirana, donde se celebró la Santa Misa.

"También yo hoy vengo entre ustedes, a esta plaza, dedicada a una humilde y gran hija de esta tierra, la beata Madre Teresa de Calcuta, trayéndoles un saludo de paz en sus casas, paz en sus corazones, paz en su Nación", fue el saludo del Pontífice al iniciar su homilía.


Texto completo de la homilía del Santo Padre

El Evangelio de hoy nos dice que Jesús, además de llamar a los Doce Apóstoles, llamó a otros setenta y dos discípulos y los envió a anunciar el Reino de Dios en los pueblos y ciudades (cf. Lc 10, 1-9. 17-20). Él vino a traer al mundo el amor de Dios y quiere que se difunda por medio de la comunión y de la fraternidad. Por eso constituyó enseguida una comunidad de discípulos, una comunidad misionera, y los preparó para la misión, para “ir”. El método misionero es claro y sencillo: los discípulos van a las casas y su anuncio comienza con un saludo lleno de significado: «Paz a esta casa» (v. 5). No es sólo un saludo, es también un don: la paz. Queridos hermanos y hermanas de Albania, también yo vengo hoy entre ustedes a esta plaza dedicada a una humilde y gran hija de esta tierra, la beata Madre Teresa de Calcuta, para repetirles ese saludo: paz en sus casas, paz en sus corazones, paz en su Nación.



En la misión de los setenta y dos discípulos se refleja la experiencia misionera de la comunidad cristiana de todos los tiempos: El Señor resucitado y vivo envía no sólo a los Doce, sino también a toda la Iglesia, envía a todo bautizado a anunciar el Evangelio a todos los pueblos. A través de los siglos, no siempre ha sido bien acogido el anuncio de paz de los mensajeros de Jesús; a veces les han cerrado las puertas. Hasta hace poco, también las puertas de su País estaban cerradas, cerradas con los cerrojos de la prohibición y las exigencias de un sistema que negaba a Dios e impedía la libertad religiosa. Los que tenían miedo a la verdad y a la libertad hacían todo lo posible para desterrar a Dios del corazón del hombre y excluir a Cristo y a la Iglesia de la historia de su País, si bien había sido uno de los primeros en recibir la luz del Evangelio. En la segunda lectura que hemos escuchado se mencionaba a Iliria que, en tiempos del apóstol Pablo, incluía el territorio de la actual Albania.


Pensando en aquellos decenios de atroces sufrimientos y de durísimas persecuciones contra católicos, ortodoxos y musulmanes, podemos decir que Albania ha sido una tierra de mártires: muchos obispos, sacerdotes, religiosos y fieles laicos pagaron con la vida su fidelidad. No faltaron pruebas de gran valor y coherencia en la confesión de la fe. ¡Fueron muchos los cristianos que no se doblegaron ante la amenaza, sino que se mantuvieron sin vacilación en el camino emprendido! Me acerco espiritualmente a aquel muro del cementerio de Escútari, lugar-símbolo del martirio de los católicos, donde fueron fusilados, y con emoción ofrezco las flores de la oración y del recuerdo agradecido e imperecedero. El Señor ha estado a su lado, queridos hermanos y hermanas, para sostenerlos; Él los ha guiado y consolado, y los ha llevado sobre alas de águila, como hizo con el antiguo pueblo de Israel (cf. Primera lectura). El águila, representada en la bandera de su País, los invita a tener esperanza, a poner siempre su confianza en Dios, que nunca defrauda, sino que está siempre a nuestro lado, especialmente en los momentos difíciles.


Hoy las puertas de Albania se han abierto y está madurando un tiempo de nuevo protagonismo misionero para todos los miembros del pueblo de Dios: todo bautizado tiene un lugar y una tarea que desarrollar en la Iglesia y en la sociedad. Que todos se sientan llamados a comprometerse generosamente en el anuncio del Evangelio y en el testimonio de la caridad; a reforzar los vínculos de solidaridad para promover condiciones de vida más justas y fraternas para todos. Hoy he venido para animarlos a hacer crecer la esperanza dentro de ustedes y a su alrededor; a involucrar a las nuevas generaciones; a nutrirse asiduamente de la Palabra de Dios abriendo sus corazones a Cristo: su Evangelio les indica el camino. Que su fe sea alegre y radiante; muestre que el encuentro con Cristo da sentido a la vida de los hombres, de todos los hombres.


En espíritu de comunión con los obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos, los animo a impulsar la acción pastoral y a seguir buscando nuevas formas de presencia de la Iglesia en la sociedad. En particular, me dirijo a los jóvenes: no tengan miedo de responder con generosidad a Cristo, que los invita a seguirlo. En la vocación sacerdotal o religiosa encontrarán la riqueza y el gozo de darse a sí mismos para servir a Dios y a sus hermanos. Muchos hombres y mujeres esperan la luz del Evangelio y la gracia de los Sacramentos.


Iglesia que vives en esta tierra de Albania, gracias por todo el ejemplo de tu fidelidad al Evangelio. Muchos de tus hijos e hijas han sufrido por Cristo, incluso hasta el sacrificio de la vida. Que su testimonio sostenga tus pasos de hoy y de mañana en el camino del amor, la libertad, la justicia y la paz. Amén.



Francisco elogia ante el presidente albano la convivencia entre personas de distinta religión


En el palacio presidencial de Tirana, Francisco fue recibido por las autoridades albanesas.

En su discurso ante el presidente Bujar Bushani, el Papa peregrino manifestó su alegría al visitar "la noble tierra de Albania", tierra de héroes y de mártires, que dieron testimonio de fe en los tiempos difíciles de persecución. El Santo Padre se refirió al camino de reconstrucción material y espiritual que la sociedad albanesa ha podido emprender a casi un cuarto de siglo desde que Albania retomó "el camino arduo pero apasionante de la libertad". Ésta ha permitido a los albaneses mirar al futuro "con confianza y esperanza".


El sucesor de Pedro también resaltó el respeto de los derechos humanos, entre los cuales destacó la libertad religiosa y de pensamiento, "que es condición previa para el mismo desarrollo social y económico de un país".


Otro tema tocado por Francisco fue "la feliz característica de Albania": la convivencia pacífica y la colaboración entre los que pertenecen a diversas religiones. "Lo que sucede en Albania demuestra que la convivencia pacífica y fructífera entre personas y comunidades que pertenecen a religiones distintas, no sólo es deseable, sino también posible".


"Tras el invierno del aislamiento y las persecuciones, ha llegado por fin la primavera de la libertad", observó el Pontífice, quien resaltó asimismo que la Iglesia católica ha podido retomar "una existencia normal", restableciendo su jerarquía y reanudando los hilos de una larga tradición. La presencia de la Iglesia y su acción es percibida, puntualizó Francisco, como un servicio "no sólo para la comunidad católica sino para toda la Nación".


Refiréndose también a los acuciantes problemas mundiales resultado de la globalización económica y cultural, el Papa insistió una vez más en que el desarrollo no será auténtico si no es también sostenible y equilibrado: "A la globalización de los mercados en necesario que corresponda la globalización de la solidaridad".




Un pequeño gran libro para el nuevo curso

En su novela Los hermanos Karamazov, Dostoievski pone en labios del monje Zósimo estas palabras: “Lee la Sagrada Escritura, léesela a la gente, no expongas grandes teorías, grandes palabras acerca de ella. Deja siempre que sea la palabra misma, con pocas aclaraciones, la que penetre en sus corazones y no temas que la gente no pueda entenderla. El corazón creyente lo entiende todo”.

Aunque estas palabras fueron escritas hace mucho tiempo, su fuerza y verdad tienen gran actualidad. Cada día me convenzo más de que la Palabra de Dios es clave para la nueva evangelización, en la que estamos inmersos, y para la renovación espiritual y pastoral de todas las comunidades cristianas. La Biblia y, más en concreto, los Evangelios, son el libro de referencia de todo bautizado. Ciertamente, el Catecismo es muy importante, pero es el “segundo libro”. El “primero” es la Palabra de Dios.


De todos es conocido que personas no cristianas, incluso abiertamente hostiles al cristianismo, han sentido fascinación por el Evangelio. Es el caso, por ejemplo, del director de cine italiano, Pasolini. Un día estaba en una sala de espera, aguardando ser recibido por una persona. Entre las lecturas que se ofrecían al visitante se encontraban los cuatro Evangelios. Pasolini no los había leído nunca, pero decidió coger “ese libro” para curiosear y matar el tiempo. Al abrirlo se topó con el evangelio de san Mateo. Y fue tal el impacto que le produjo que, después de la visita a su anfitrión, no sólo terminó de leerlo sino que decidió llevarlo a las pantallas del cine. Así nació su película Il vangelo di san Mateo.


Ghandi no era cristiano pero sentía respeto y aprecio hacia el cristianismo. Un día alguien puso en sus manos los Evangelios. Comenzó a leerlos y ya no dejó de hacerlo en los siguientes veinticinco años de vida hasta su muerte. Estos testimonios son sólo una pequeña muestra. Quien lee el Evangelio da un paso de gigante hacia su encuentro con Jesucristo.


Porque de esto se trata. La lectura del Evangelio no tiene, ante todo, carácter informativo o doctrinal. Su centro es la Persona de Jesucristo: su vida, su doctrina, su pasión, muerte y resurrección, su amor incondicional por todos los hombres y por cada uno en particular. Por eso, no hace falta ser un erudito ni un gran profesor de Sagrada Escritura o tener muchos estudios para comprender el Evangelio. Jesucristo no habló ni obró para los intelectuales, sino para la gente sencilla.


Además, el Evangelio es ante todo un testimonio de fe. Lo más importante es dejar hablar a los Evangelios, tal y como se encuentra ahí, tal y como la Iglesia nos los ha regalado con la ayuda y el sostén del Espíritu Santo. La “fe de los sencillos” les hace acertar con el sentido exacto de un texto bíblico, aunque no posean un conocimiento muy amplio de la historia, geografía y ambiente en que fueron escritos. No se trata de minusvalorar y, menos aún, despreciar los estudios científicos. Pero lo más importante es no perder de vista que los Evangelios son testimonios de fe y para la fe, y que quienes más han penetrado en ellos han sido los santos.


Durante los últimos meses, el papa Francisco ha recomendado a los fieles que estaban presentes en las audiencias de los miércoles que compraran, si no los tenían, unos Evangelios, que los llevaran en el bolso y que los leyeran cada día unos minutos. Incluso aprovechando los desplazamientos en el metro o el autobús.


Por mi parte, me adhiero a esta iniciativa y la propongo para todos los cristianos y para cuantas personas quieran conocer la figura entrañable de Jesucristo. Caminar con los Evangelios a lo largo de los meses del año académico y pastoral que ahora estamos comenzando, me parece una propuesta que está al alcance de todos y que a todos nos vendrá bien ponerla en práctica.



Natalidad ecologica



Hace unos meses vi una película de Will Smith, creo recordar que se llamaba Soy Leyenda, que me llamó especialmente la atención por incluir una idea de fondo que me parece muy relevante. El protagonista era uno de los pocos supervivientes de una enfermedad que se había propagado por el género humano como consecuencia secundaria de una supuesta vacuna contra el cáncer. Los posibles efectos colaterales de la investigación científica han sido tratados en otras películas y, sobre todo, han sido tratados por profesionales de la ética y la filosofía moral, para los que la innovación debería sujetarse a unos límites éticos. Tal vez el punto de inflexión en la concepción contemporánea de que la ciencia lleva consigo un progreso indefinido vino como consecuencia del lanzamiento de la bomba atómica de Hirosima, cuando se comprobó fehacientemente el enorme poder destructor del ingenio humano. Hoy somos muchos los científicos que admitimos una subordinación de la ciencia a la ética o, dicho de otra forma, que no debería hacerse todo lo que puede hacerse. Esta opinión está compartida por buena parte de la sociedad en lo que afecta a algunos aspectos de la innovación científica y tecnológica, como puede ser la manipulación genética de animales y plantas, la investigación nuclear o el control de las personas a través de las tecnologías de la información. Sin embargo, en el frente biomédico, donde se juega de manera especialmente clara el destino de la dignidad humana, parece que todavía buena parte de la población piensa que cualquier restricción a la ciencia lleva consigo una especie de intolerancia inadmisible, sobre todo si tiene alguna implicación religiosa.

Sirvan estas ideas para introducir el último libro que hemos publicado en la editorial Digital Reasons, que hemos denominado Regulación Natural de la Natalidad, con el significativo subtítulo de "Una alternativa moral y saludable". Curiosamente, convive una creciente vigilancia y regulación sobre las intervenciones biomédicas en animales, mientras en el terreno de la fecundidad humana y los primeros estadios de la vida parecen admitirse otras cada vez más explícitas y agresivas. La contracepción, como bien indica la Dra. Wilson, autora de este libro, es la única intervención médica que se hace para que deje de funcionar algo que funciona naturalmente bien. Todas las demás se orientan a reparar algo que nuestro organismo no realiza adecuadamente, desde una simple operación de cataratas (los ojos no ven como debieran) hasta otra que intenta atajar un tumor maligno. Los métodos anticonceptivos -en sus diversas variantes, que la autora analizar muy bien- pretenden hacer estéril a una persona que es fértil, siendolo como condición natural a esa persona. Hay otros medios naturales para evitar embarazos, por razones suficientemente relevantes, que se apoyan en cómo funciona la fertilidad humana, en entenderla bien. Por esta razón, porque son naturales, son admitidos por la práctica totalidad de las éticas y credos religiosos. Además, porque son naturales, no tienen ningún efecto secundario, y -por si fuera poco- son prácticamente gratuitas, ya que se apoyan en lo que ya tiene nuestra naturaleza.

Como en el caso de la película de Will Smith, cualquier intervención que atenta contra la naturaleza acaba volviéndose contra ella, tiene efectos secundarios que, en algunas ocasiones, pueden ser catastróficos. En el ámbito de la reproducción humana, hay muchos efectos biológicos -poco comentados por las multinacionales de este gran negocio-, que describe bien la autora, pero además hay otros sociales que son difíciles de negar, pues detrás del dominio a voluntad de la fertilidad también está el desastre demográfico de Occidente y su rampante cifra de divorcios, como también comenta con detalle la Dra. Wilson. Un libro, de fácil lectura y magníficamente ilustrado, que a todos recomiendo.