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jeudi 13 novembre 2014

El buen latinista

En el presente año murió un sacerdote experto en la Lengua Latina, la lengua universal de la Iglesia Católica, donde cada vez está siendo arrinconada, por desgracia para nosotros mismos y la cultura cristiana.

Don Juan Cózar Castañar nació en el pueblo giennense de Cabra del Santo Cristo. Ingresó en el Seminario Diocesano, siendo ordenado en el año 1958. Quedó como superior del centro doncente, donde impartió Lengua Latina durante largos años.


Estuvo destinado como párroco en Ibros, Martos y en el propio Jaén, donde levantó una parroquia nueva.


Hombre sencillo y afable, ganó por oposición una cátedra en un instituto de secundaria donde estuvo hasta los setenta años impartiendo clases a alumnos, que lo recuerdan con sumo gusto.


Su afán por el latín y la literatura le llevó, cuando ya estaba jubilado, a publicar la traducción de un primitivo en la lengua de Cicerón, que fue publicado por la Universidad de Jaén.


También, escribió otro libro analizando la filosofía y el pensamiento de varios autores modernos. Lo editó la Biblioteca de Autores Cristianos.


Este gran latinista y sacerdote entregado estuvo largos años de capellán en la casa de las Nazarenas, fundadas por el Beato Manuel González.


Estoy muy agradecido a don Juan Cózar Castañar, porque le pedí que presidiera el entierro de mi padre. Los demás sacerdotes presentes concelebramos la Eucaristía de cuerpo presente. Yo no me tenía de pie. La homilía fue bella y hermosa, porque él era el párroco de la feligresía donde mi familia vivía.

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Sugiero a los muchos amigos lectores de Semblanzas Sacerdotales, que ha crecido mucho en dos semanas, que estamos en Religión en Libertad, que nos envíen semblanzas de sacerdotes a quienes tengan amistad, agradecimiento y deseen que su reseña biográfica quede plasmada aquí para siempre. Gracias.


La dirección de envío es:


tomasdelat@gmail.com


Tomás de la Torre Lendínez



«El Cielo será una fiesta, pero no un espectáculo; el Reino de Dios crece oculto como una semilla»

Sin hacer ruido, rezando y cumpliendo con los compromisos diarios. Es así como crece cada día el Reino de Dios. Así lo ha explicado el santo padre Francisco en la misa de Santa Marta celebrada esta mañana.

En el silencio, quizá de una casa donde "se llega a fin de mes con medio euro solamente" y aún así no deja de rezar y de cuidar a los propios hijos y los propios abuelos. Allí es donde se encuentra el Reino de Dios, lejos del clamor, porque el Reino de Dios "no atrae la atención" exactamente como no la atrae la semilla que crece bajo tierra.


El Papa ha tomado el fragmento del Evangelio de Lucas para reflexionar en su homilía sobre la respuesta de Jesús a la pregunta de los discípulos: ´¿cuándo vendrá el Reino de Dios?´ Jesús responde; "vendrá un día en el que os dirán: ´aquí esta´, o ´allí está´; no os vayáis, no lo sigáis". Francisco ha afirmado que "el Reino de Dios no es un espectáculo. El espectáculo muchas veces es la caricatura del Reino de Dios".


Al respecto, el Pontífice ha exclamado "¡El espectáculo! El Señor nunca dice que el Reino de Dios es un espectáculo. ¡Es una fiesta! Pero es diferente. Es fiesta, cierto, es bellísima. Una gran fiesta. Y el Cielo será una fiesta, pero no un espectáculo. Y nuestra debilidad humana prefiere el espectáculo".


Asimismo, el Papa ha recordado que muchas veces el espectáculo es una celebración -por ejemplo, la boda- en la que se presenta la gente más que para recibir un sacramento, vienen a "hacer un espectáculo de moda, a hacerse ver, la vanidad".


Por eso, el Papa ha precisado que "el Reino de Dios es silencioso, crece dentro. Lo hace crecer el Espíritu Santo con nuestra disponibilidad, en nuestra tierra, que nosotros debemos preparar". Y así el Pontífice ha citado las palabras de Jesús cuando dice que para el Reino llegará el momento de la manifestación de fuerza, pero será solamente al final de los tiempos.


De este modo, el Papa ha indicado que "el día que hará ruido, lo hará como el relámpago, iluminando, que brilla de un lado al otro del cielo. Así será el Hijo del hombre en su día, el día que hará ruido. Y cuando uno piensa en la perseverancia de tantos cristianos, que llevan adelante la familia -hombres, mujeres- que cuidan de sus hijos, cuidan de los abuelos y llegan al final de mes con medio euro solamente, pero rezan, allí está el Reino de Dios, escondido, en esa santidad de la vida cotidiana, esa santidad de todos los días". Porque -ha añadido- el Reino de Dios no está lejos de nosotros, ¡está cerca! Esta es una de sus características: cercanía de todos los días.


Pero Jesús, cuando describe su regreso en una manifestación de gloria y poder, añade que "antes es necesario que sufra mucho y sea rechazado por esta generación", ha observado el Papa. Lo que esto quiere decir -según ha precisado el Pontífice- es que "también el sufrimiento, la cruz, la cruz cotidiana de la vida, la cruz del trabajo, de la familia, de llevar las cosas adelante, esta pequeña cruz cotidiana es parte del Reino de Dios".


Por eso, para concluir ha invitado a pedir al Señor la gracia "de cuidar el Reino de Dios que está dentro de nosotros" con "la oración, la adoración, el servicio de la caridad, silenciosamente".


Y así ha finalizado el Santo Padre: "el Reino de Dios es humilde, como la semilla: humilde pero es grande, por la fuerza del Espíritu Santo. A nosotros nos toca dejarlo crecer en nosotros, sin presumir: dejar que el Espíritu venga, nos cambie el alma y nos lleve adelante en el silencio, en la paz, en la calma, en la cercanía a Dios, a los otros, en la adoración a Dios, sin espectáculos".



El Papa hará instalar duchas para los «sin techo» que duermen en los alrededores del Vaticano

El Papa Francisco ha mandado instalar tres duchas en el interior de los baños que hay bajo las columnas de la basílica de San Pedro para que puedan lavarse y cambiarse los ´sin techo´ que duermen en los alrededores del Vaticano.

La noticia fue publicada hoy por el diario "La Stampa", que explica que Francisco tomó esta decisión después de que el limosnero del papa, Konrad Krajewski, le comunicase que las personas sin hogar que duermen cada noche bajo las columnas realizadas por Gian Lorenzo Bernini no encuentran sitios para asearse.


Krajewski fue nombrado limosnero el 3 de agosto de 2013 y el Papa le pidió expresamente que hiciera como él cuando era arzobispo de Buenos Aires: salir personalmente a llevar ayuda a los necesitados.


Según el rotativo, Krajewski invitó a comer a un restaurante a una de estas personas, un italiano llamado Franco, tras saber que era su cumpleaños, pero éste lo rechazó porque se avergonzaba, ya que "olía mal".


"Le llevé de todas maneras a comer, a un restaurante chino, y me explicó que en Roma siempre se consigue algo para comer, pero que faltan sitios para lavarse", explicó el limosnero del papa al rotativo.


Aunque en los comedores de Cáritas hay duchas, y existen otros lugares donde poder lavarse, Franco explicó a Krajewski que "están siempre llenos".


Los baños de los peregrinos

Tras conocer esta situación, el Papa autorizó la construcción de las tres duchas en el interior de los baños que normalmente usan los peregrinos, y que comenzarán a instalarse el próximo 17 de noviembre.


Asimismo, el prelado polaco ha comenzado un proyecto, que financiará el Papa Francisco, para dotar de baños y duchas a algunas parroquias romanas.


El prelado polaco, al que todos conocen como ´Don Corrado´, explicó al rotativo que es "más fácil dar de comer y preparar un bocadillo que gestionar un servicio de baños, donde sirven voluntarios, toallas...".


´Don Corrado´ también está pensando en contar con la colaboración de los alumnos de alguna escuela de peluquería para que, además de las duchas, los ´sin techo´ que viven en los alrededores del Vaticano puedan cortarse el pelo y afeitarse.


Para el limosnero del Papa, la higiene para "estos peregrinos sin hogar", como él les llama, es fundamental, pues les hace menos vulnerables a algunas enfermedades.


El Papa siempre ha mostrado una gran atención por estas personas que duermen bajo las columnas de San Pedro y en los alrededores, y manda a Krajewski a que les dé dinero y artículos de primera necesidad como comida y mantas.


El pasado 17 de diciembre, día de su cumpleaños, Francisco invitó a que comieran con él en la Casa de Santa Marta a cuatro de estas personas sin hogar.


La Limosnería apostólica se financia con las donaciones y con los cerca de 250.000 euros que cada año se recogen de la venta de los pergaminos bendecidos por el Papa, que cuestan entre cinco y 15 euros, y que se piden para bautismos, bodas y otras ocasiones.



«Soy 3 veces escéptico, por ser Tomás, físico y periodista, pero sí, creo en Dios, es como amar»

Tomás Molina es una de las caras más conocidas en Cataluña. Lleva 28 años como “hombre del tiempo” en TV3, la televisión pública catalana, y también es presentador del programa de naturaleza y medio ambiente “Espai Terra”. Reconoce abiertamente que es cristiano y hace unas semanas fue como invitado al café Youcat , en Barcelona. El Diario El Prisma también fue hasta allí y aquí os dejamos con el resultado:

- Para empezar, ¿qué nos dices a todos los que alguna vez nos hemos quejado de que Tomás Molina no haya acertado el tiempo que hará?

- Pues que el pronóstico de la ‘meteo’ tiene dos partes, y una es la de incertidumbre. El primero que sabe que a veces los del tiempo nos equivocamos es, precisamente, el hombre del tiempo. Es algo propio de la profesión, aunque implica una responsabilidad.


- Ahora que ya llevas 28 años trabajando en la tele como ‘hombre del tiempo’ de TV3, ¿te consideras famoso?

- Hombre, sí. Pero a pesar de eso cada día me miro al espejo y me digo a mí mismo “Molina, no hi tens dret” (Molina no tienes derecho). Porque claro, cuando tu cara sale cada día por la tele, la gente te conoce, en los bares te invitan al café… Y si no vas con cuidado, puedes acabar entrando en la dinámica y creer que esto ha de ser así, que tienes derecho a que te inviten. Por eso cada día me recuerdo que ‘no hi tinc dret’ (no tengo derecho).


- Tú nunca has escondido tus creencias, ¿cómo compatibilizas el ser famoso y el ser cristiano?

- Una vez, un inglés me preguntó si yo hacía charity, caridad. Y realmente es bonito esto de la charity: yo lo entiendo como devolver a la sociedad lo que esta te ha dado. Es bonito ayudar a cambiar la sociedad.


- Esto suena algo idealista, ¿no?

-Al contrario, yo soy muy práctico. Siempre digo que soy triplemente escéptico. Primero, porque me llamo Tomás, como el apóstol que quiso meter el dedo en la llaga. Segundo, porque soy físico de carrera: en la facultad a mí me enseñaron que el profesor se podía equivocar y que cada alumno tiene el deber de corregirle. En tercer lugar, también soy escéptico porque soy periodista, y a pesar de todas estas cosas, cuando alguien me pregunta si creo en Dios, yo le digo que sí. Creer en Dios es como amar, si vives esta mentalidad del querer, de repente te lo cambia todo.


- ¿Este amor cómo se relaciona con la charity que decías antes?

- Hace años, cuando era joven, el obispo de Solsona nos dijo “los cristianos tenéis que ser gente que os pongáis a hacer cosas y viváis este amor por dentro”. El papel de los cristianos en la sociedad ha de ser llevar este amor dentro y que nos haga brillar, tanto en el trato con los demás como en la oración. Al menos, es lo que yo intento. Lo veo como la parábola de los talentos, que todos tenemos algo dentro que hemos de dar, pero no esperemos que nos feliciten por ello.


- Hay gente que ve la caridad como hacer algún gesto para tranquilizar a la conciencia.

- No, yo lo veo como una obligación de los que tenemos fe. Mira, yo de joven estaba en un movimiento católico llamado Zona 3 y nuestro lema era “Ver, juzgar y actuar”. Se trata de observar cómo está el mundo a mi alrededor y preguntarme ¿puedo hacer algo? Y, si la respuesta es “Sí”, hacerlo. Esto a nivel personal, como individuo en la sociedad yo defiendo un modelo laico.


- Un modelo de sociedad laica, ¿a qué te refieres?

- Yo soy periodista de informativos, y de los de la vieja escuela. Ahora el mundo del periodismo está cambiando, pero a los de nuestra generación nos enseñaron que delante de los focos uno no tiene opinión. Por eso considero que la política y los medios de comunicación no han de hacer bandera de una fe, aunque luego cada uno en privado tenga su vida. Ese es mi modelo de sociedad laica.


- Pero entonces, ¿qué es lo que prima: lo laico o la charity?

- Bueno, es un debate. En mi caso, ya te digo que soy de los de antes y no soy capaz de introducir opinión en mi trabajo como periodista. Aunque es cierto que ahora los medios han cambiado y el público ya no busca al medio que le informe mejor, sino al que esté de acuerdo ideológicamente con él. El usuario de la información quiere editoriales, quiere leer lo que le gusta oír.



- ¿Las personas conocidas tenéis una responsabilidad mayor con la sociedad?

- En cierta manera. Uno podría pensar “este es famoso y tiene poder”, lo cual es verdad en parte, pero también somos vulnerables, estamos más expuestos. Por ejemplo, el 12-O en TV3 dijeron que llovería y fuimos trending topic en España. El problema es que ahora cualquier cosa que digan de ti, sea o no verdad, te puede hacer caer.


- ¿Has tenido crisis de fe?

- Bueno, ya te decía antes que yo soy práctico, nunca he sido muy profundo. Aun así, siempre he admirado a los que tienen una vivencia muy fuerte de la fe, pero yo soy más chup-chup… Así que no he tenido grandes crisis de fe, pero tampoco grandes euforias en este aspecto.


- Hablabas antes de Zona 3, ¿ves alguna diferencia entre la forma de vivir la fe en tu juventud y la de los jóvenes de ahora?

- Encuentro que faltan espacios para vivir la fe, faltan herramientas para trascender. Por ejemplo, es imprescindible dar herramientas de expresión, de verbalización, porque el entorno está cambiando a una gran velocidad.


- ¿Cambiando en qué sentido?

- En la tele ahora hay que ser lo más entretenidos posible, porque todo es rápido, de treinta segundos. Fíjate que los chavales de hoy en día no escuchan las canciones hasta el final: a la que acaba el estribillo, la cambian. No sé si esto es bueno o malo, pero es diferente, y hemos de adaptarnos. En TV3 lo hemos de hacer, pero también se ha de adaptar la Iglesia. Ahora parece que el Papa Francisco está en ello, pero es un reto para nosotros como cristianos. La fe ha de llevarnos a trascender.


- Eres físico y eso te ha llevado a la meteorología, ¿son compatibles la ciencia y la fe?

- La ciencia no nos ha de mostrar nada sobre Dios, no hace falta ni mezclar las dos cosas. Alguien podría descubrir el origen del universo, el Big-Bang… ¿y qué? La ciencia no puede demostrar la existencia de Dios, del mismo modo que tampoco puede demostrar que amo a mi mujer.


- ¿Te has visto en alguna situación comprometida por ser cristiano?

- No, pero es que aquí en Cataluña o en nuestro mundo occidental creo que nadie sufre persecución por ser cristiano, no como ocurre en otros lugares. Lo que sí que me ocurre es que tengo una sensación rara, porque la sociedad está cambiando muy rápido.


- Como meteorólogo estudias cómo se comporta la naturaleza, también en su faceta más dura, la de los desastres naturales…

- Hay un problema previo, que es que las personas siempre nos concebimos en el centro. Existe la creencia de que cada vez hay más desastres naturales, pero esto es falso. Lo que ocurre es que ahora estamos más expuestos. Es una simple cuestión de números: si ahora hay más gente en el mundo, hay más probabilidades de que una catástrofe determinada afecte a los hombres.


- Para terminar, ¿algún consejo?

- Que brillemos. Siempre digo que los cristianos hemos de ser capaces de cambiar nuestro entorno, de pasar por un lugar y que se note. Esto transforma la sociedad.


(Tomás Molina es uno de los numerosos testimonios que participan en el apasionante documental "Yo creo", de Vincenç Vila )