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mardi 20 janvier 2015

Un pueblo cristiano, qué espectáculo

“Tú eres Pedro y traes el fuego, no para destruir sino para purificar, traes el terremoto, no para devastar sino para despertar”. Con estas palabras recibía el joven cardenal de Manila, Luis Antonio Tagle, a Francisco en la catedral. Un templo que como quiso recordar su actual titular, ha sido demolido muchas veces, pero se niega a desaparecer. Como si representara la vida del pueblo filipino, que siempre renace con valentía de los golpes gracias a la roca de su fe invencible.

Al viaje del papa Francisco al archipiélago católico de Asia no se le han ahorrado vientos, lluvias, incluso accidentes mortales como el sufrido por una joven voluntaria en Tacloban, epicentro de la región más duramente castigada por el tifón Haiyán. Y quizás lo más imponente haya sido la alegría, la dignidad y la fe de este pueblo cristiano, ante el que Francisco ha reído y ha llorado, apartando más veces que nunca los papeles para hablar de corazón a corazón a sus hijos. “Tú eres Pedro, la piedra sobre la cual Cristo construye su Iglesia”, clamó Tagle sin concesiones, Tú eres Pedro que vienes a confirmar a tus hermanos y a tus hermanas en la fe”. Y no se podía decir mejor ni con mayor precisión lo que estaba sucediendo.


Confirmar en la fe es la tarea de los sucesores de Pedro, y Francisco se ha entregado a ella con su sensibilidad particular, conectando inmediatamente con los pobres, con los dolientes, con la gente sencilla que no se hace ilusiones sobre lo que aquí solemos llamar “buena fortuna” o “calidad de vida”, pero que no pierde jamás la conciencia de su dignidad de hijos de Dios y la expresa sin extraños complejos, en casa, con los vecinos, en la calle. Porque sabe que aunque la vida sea dura es siempre hermosa, porque es vocación, respuesta a la llamada de Uno que la ama, que no la abandona, que la espera. Eso representaba la imagen del Santo Niño en el altar levantado en el Parque Rizal: “Él nos recuerda nuestra identidad más profunda, afirmó Francisco, lo que estamos llamados a ser en tanto que somos familia de Dios”.


El Papa que tantas veces nos invita a llorar ha dicho a este pueblo que no tema verter sus lágrimas y mezclarlas con las de Jesús, que nos acompaña en los momentos más difíciles de la vida. “Yo no sé qué decirles”, susurró Francisco, dejando a un lado el discurso preparado para el aeropuerto de Tacloban, ante miles de víctimas del tifón: “¡Él sí sabe qué decirles! Tantos de ustedes lo han perdido todo, solamente guardo silencio, los acompaño con mi corazón en silencio… Perdónenme si no tengo otras palabras, pero tengan la seguridad de que Jesús no defrauda, tengan la seguridad de que el amor y la ternura de nuestra Madre no defrauda y, agarrados a ella como hijos, y con la fuerza que nos da Jesús, sigamos adelante”.


Las palabras más duras las ha reservado el Papa para la mentira y la corrupción en todos los niveles, y ha advertido con tonos inusualmente duros de la fascinación que pueden ejercer modelos ideológicos contrarios a todo lo que el pueblo cristiano reconoce como sagrado y verdadero. Con un acento de advertencia especial sobre la colonización ideológica que sufre la familia y un significativo homenaje a la valentía y la libertad del beato Pablo VI, cuando contra viento y marea publicó la Humanae Vitae para defender la libertad de los pobres y la verdad del matrimonio y de la familia.


El Papa que tanto ama la “teología del pueblo”, la ha tocado son sus propias manos en Filipinas al contemplar cómo la fe, la esperanza y la caridad, tejen la experiencia cotidiana de sus gentes en medio de las alegrías y dolores de cada día. “El pecado es olvidarnos de que somos hijos de Dios”, dijo ante más de seis millones de personas en la Misa a campo abierto en el Parque Rizal de Manila. En esto radica su fuerza, en que a diferencia de tantos en nuestros países europeos, ellos se saben hijos. Por eso Francisco concluyó insistiendo en la necesidad de proteger a la familia: la familia de carne y sangre y la familia de Dios, que es la Iglesia. “Desde ahí, protegiéndose los unos a los otros, a partir de vuestras familias y comunidades, se puede trabajar en la construcción de un mundo de justicia, honradez y paz”. Y a nadie le parecía un cuento de hadas sino la verdad pura y simple. Pedro concluía como le es propio, enviando a los católicos de Filipinas a ser testigos y misioneros de la alegría del Evangelio, en Asia y en todo el mundo. No era voluntarismo. Como había dicho el cardenal Tagle, “nosotros sabemos que Jesús renovará y reconstruirá su Iglesia en Filipinas”.


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El 27 de enero se iniciará la causa de beatificación de Chiara Lubich, fundadora de los Focolares

El obispo de Frascati, en Italia, Raffaello Martinelli, procederá a la apertura oficial de la causa de beatificación y canonización de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares (www.focolare.org), el próximo 27 de enero en la Catedral.

La ceremonia, llamada en latín Prima Sessio, comenzará a las 16 horas con el rezo de vísperas. Prevé también la lectura del Decreto de introducción de la Causa y del nulla osta de la Santa Sede, la toma de posición del Tribunal nombrado por el ordinario del lugar; luego los juramentos del obispo diocesano, de los miembros del Tribunal y los de la postulación. El acto podrá ser seguido en directo a través de Internet.


Maria Voce, sucesora de Chiara Lubich como presidenta de los Focolares, ha anunciado la noticia a los miembros de esta realidad eclesial en una carta, deseando que sea “testimonio viviente” de la santidad colectiva propuesta y vivida por Chiara Lubich a los que viven su espiritualidad.


Chiara Lubich escribió sobre la santidad: “Encontramos la santidad en Jesús, que florece en nosotros porque amamos... Si buscáramos la santidad por ella misma, nunca la alcanzaríamos. Amar, pues, y nada más. Perderlo todo, incluso el apego a la santidad, para tender sólo a amar”.


Nos haremos santos, explicaba, “si en la base de nuestra santidad (ante omnia, incluso antes de la santidad) ponemos la mutua caridad: Jesús entre nosotros como premisa o principio, como medio de santificación y como fin”.


"Cuánto su testimonio sigue siendo de luz lo demuestra el flujo constante de personas, en los 6 años pasados desde su muerte, a los lugares donde vivió y donde ahora descansa: más de 120.000 de diferentes continentes y tradiciones religiosas, cardenales y obispos, académicos, políticos, familias y jóvenes, miembros de asociaciones y movimientos, personas de culturas no religiosas, niños en vísperas de su primera comunión y adultos en busca de esperanza", ha señalado el Movimiento en un comunicado.


El proceso para iniciar la Causa arrancó el 7 de diciembre de 2013 -fecha en la que se celebraba el setenta aniversario de la fundación de los Focolares- con la presentación de la solicitud formal al obispo de Frascati por parte de la presidente Maria Voce.


"Con ésta daba voz a quienes habían expresado el deseo de que esa solicitud fuera presentada, con el fin de aumentar en muchos el compromiso espiritual y moral para el bien de la humanidad", han indicado los Focolares.


La diócesis de Frascati es el territorio donde se encuentra el Centro Internacional del Movimiento de los Focolares, en el que Chiara Lubich ha vivido casi toda su vida y donde murió. Su cuerpo descansa en la capilla de ese centro.



El representante de la Iglesia en el hospital de Sant Pau de Barcelona se planta contra sus abortos

La Iglesia catalana lleva años presionando para que en el Hospital de Sant Pau de Barcelona, en cuyos órganos de gobierno está representada -junto a la Generalitat y el Ayuntamiento-, se dejen de practicar abortos.

Desde 2010, año en el que el diario ABC empezó a denunciar la situación hasta ahora, el hospital sigue figurando en el registro oficial del Ministerio de Sanidad como centro en el que se practican Interrupciones Voluntarias del Embarazo (IVE).


Ni un pronunciamiento explícito del Vaticano (a través del Consejo Pontificio), en junio de 2011, ni numerosas presiones de los sectores católicos y de los portavoces de la institución eclesiástica en el centro han conseguido cambiar esta situación.


El sacerdote José Ramón Pérez, representante del Capítulo de la Catedral de Barcelona en la Muy Ilustre Administración (MIA) del hospital y portavoz autorizado de la Iglesia en el Sant Pau, asegura que la Iglesia «abandonará el hospital si no se dejan de practicar abortos».


Está dispuesto, sin embargo, a luchar hasta el final para conseguir que se respete la vida en este centro sanitario de ideario cristiano. «Si no nos hacen caso bloquearemos el funcionamiento del centro», avanza.


«Moriremos matando», concluye en una entrevista a ABC.


—¿Se siguen realizando abortos en el Hospital de Sant Pau? Lo digo porque las declaraciones del centro han cambiado con los años. Primero dijo que no se realizaban, después que solo médicos....

—Sí. Se siguen realizando abortos y para nosotros es una situación totalmente inaceptable. En la carta fundacional del hospital queda claro que no se puede llevar a cabo ninguna acción que atente o vaya en contra del ideario cristiano. Está claro que no pueden realizar abortos.


—Sí, pero siguen prácticándose. Una trabajadora del hospital dio fe de ello en una entrevista concedida a ABC y se ha demostrado que nunca han dejado de practicarlos. ¿Se han planteado que la Iglesia abandone el centro?

—El año pasado la Iglesia se planteó muy seriamente abandonar el Sant Pau y nos lo seguimos planteando, aunque eso sería lo más cómodo y no pensamos tirar la toalla. Hemos abandonado las escuelas, solo falta ahora que la Iglesia se retire de los hospitales. Debemos luchar para que se cumpla el ideario cristiano en este centro.


—¿Cómo piensan conseguirlo?

—Es muy difícil, somos conscientes. En todos estos años de reclamación les hemos propuesto varias salidas a los órganos gestores del centro. Una de ellas, que el centro derivara los abortos al Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. Me consta que fue una solución que se abordó con el propio consejero de Salud pero no prosperó. Los miembros de la Iglesia les propusimos también que el hospital no tuviera Servicio de Ginecología, aunque se negaron alegando que un hospital terciario debía ofrecer todas las especialidades.


—¿Cuál es el plan de la Iglesia entonces para frenar los abortos?

Estamos luchando para que cambien al jefe del departamento de Ginecología, el doctor Joaquim Calaf, ya que se ha manifestado en reiteradas ocasiones a favor del aborto. No podemos consentir que un profesional tan significado lidere un servicio en un hospital como el Sant Pau.


—¿El hospital está dispuesto cumplir esa condición?

—Lo han planteado ya, junto con otras jubilaciones. Confío en que haya una resolución rápida y lo sustituyan.


—¿Cuánto tiempo está dispuesto a esperar?

—No veo a la Iglesia representada en 2016 en un Sant Pau abortista.


—¿Abandonaría entonces la causa si no hay cambios este año?

—No nos quedará otra opción, aunque nuestra vocación es siempre luchar para conseguir que no haya abortos aquí.¿No nos dice el Papa que debemos ir a la periferia? ¿No es la defensa de la vida una periferia?


—¿Hasta qué punto está dispuesta a luchar la Iglesia para no perder el centro?

—Pienso llevar la lucha hasta el final. Si la situación no se resuelve bloquearemos la vida del hospital.


—¿Pueden hacerlo?

—Evidentemente. Todas las decisiones que se toman deben ser aprobadas por unanimidad. La Iglesia forma parte, junto a la Generalitat y el Ayuntamiento, de la MIA y sin su votación no puede aprobarse nada. Estamos dispuestos a morir matando.


«La Generalitat nos exige parte de la deuda del centro para irnos»

La situación del Hospital de Sant Pau es delicada desde el punto de vista financiero. Con una deuda millonaria a la Seguridad Social y, aún bajo la lupa de un juzgado de Barcelona que investiga posibles irregularidades en su estructura fundacional, el centro intenta equilibrar sus cuentas.


«El hospital tiene pérdidas millonarias cada año y una importante deuda con la Seguridad Social», dice José Ramón Pérez, portavoz de la Iglesia en el hospital.


Según el sacerdote, la Generalitat, representada a partes iguales, junto al Capítulo Catedralicio y al Ayuntamiento, en el órgano rector del centro, les impide dejar el Sant Pau. «Nos han amenazado con exigirnos la tercera parte de la deuda actual del centro y nosotros no tenemos esa cantidad», dice el sacerdote.



Cómics católicos con el demonio por medio


En realidad se trata de escenas de vidas de santos que George Tautkus lleva años dibujando. Las dos últimas tienen como protagonista al demonio, pero hay muchas otras.

Su estilo es singular, muy alejado de los superhéroes o del manga y más cercano al mundo de la ilustración. Puede gustar más o menos, pero creo que destacan por su contenido y por su capacidad para transmitir en pocos trazos toda una historia. Que, además, queda grabada en nuestra memoria con mayor fuerza que si la conocemos a través de otros medios.


Hablamos de nueva evangelización y de nuevos modos de anunciar a Cristo al mundo, pues aquí tenemos un camino más que también puede ser de utilidad para aquellos que ya han sido evangelizados (y es que necesitamos ser evangelizados siempre)