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mercredi 12 novembre 2014

Ultimátum inglés a los colegios religiosos: «Enseñad ideología de género u os cerramos la escuela»

Hace algunos días nos ocupábamos de los Estados Unidos, donde han empezado las acciones legales para obligar a los pastores y a los sacerdotes a celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo en sus iglesias.

¿Los Estados Unidos parecen lejanos? Hoy vamos a ir a Inglaterra, Unión Europea.


Aquí, el sábado 1 de noviembre, la ministra de Educación, la señora Nicky Morgan, anunció que los colegios religiosos tenían que enseñar ideología de género, incluido todo lo concerniente a «los derechos de los gais y el respeto debido a los matrimonios entre personas del mismo sexo».


Incluso ha anunciado que enviará, sin previo aviso, inspectores a los colegios religiosos y que los centros que sean sorprendidos enseñando doctrinas religiosas contrarias al «matrimonio» homosexual o críticas respecto a los actos homosexuales serán cerrados sin más.


En un intento de mostrar que no tiene nada contra los cristianos, el Ministerio ya ha ordenado dos inspecciones en colegios judíos, a los que ha mostrado la tarjeta amarilla que los degrada a «colegios bajo vigilancia», el paso anterior a la tarjeta roja del cierre.


Este hecho merece cuatro comentarios, instructivos también para nosotros.


Inglaterra y Francia abren camino

Primero: Inglaterra y Francia son los países guía en materia de «nuevos derechos» y lo que ellos experimentan, más tarde o más temprano nos llega también a nosotros. Ya hay algunos avisos.


Hace unos días distintos periódicos informaban sobre el caso de una profesora de religión de Moncalieri, en provincia de Turín, denunciada al director del colegio, al departamento de enseñanza provincial e incluso a la Curia por haber - increíblemente - enseñado en la hora de religión católica lo que afirma el magisterio católico respecto a los homosexuales, incluidos «el respeto, la compasión y la delicadeza», pero con el juicio propuesto por el Catecismo sobre el carácter «desordenado» - por delicadeza la docente ni siquiera utilizó esta palabra - de la tendencia y de los actos homosexuales, como también sobre el carácter inadmisible de leyes que quieren introducir en el ordenamiento el «matrimonio» y la adopción por parte de parejas del mismo sexo.


¡Ábrete cielo! La pobre docente ha pasado a ser, en pocas horas, el monstruo de Moncalieri. Con el sistema inglés no podría enseñar el magisterio católico en un colegio católico.



Nicky Morgan, la ministra "conservadora" de educación, que hace un año aún no se había entregado al lobby gay


"Conservadores" pasados al lobby gay

Segundo comentario: la ministra Morgan no sólo es del Partido Conservador, sino que en 2013 votó contra la ley que cambiaba el nombre a las «uniones civiles» inglesas - que eran en todo iguales al matrimonio con la excepción del nombre - en «matrimonios».


Ahora está arrepentida. No se sabe si ha pasado por Arcore (municipio de Lombardia donde Berlusconi tiene su famosa villa, ndt) y allí se ha encontrado con Luxuria.


[Vladimir "Vladi" Luxuria, nacida hombre con el nombre de Wladimiro Guadagno, activista y personaje televisivo que se define como "transgénero", es decir, una persona que no se puede reducir al sexo masculino o femenino; el autor hace referencia a una cena en la Villa de Arcore de Berlusconi en la que participó Luxuria y se habló de los matrimonios gais y la adopción por parte de los homosexuales, ndt].


Pero como ha dicho Berlusconi en Europa, los partidos conservadores sobre estos temas están a la vanguardia. Desgraciadamente, a menudo es verdad.


Primero fueron a por los musulmanes

Tercer comentario: todo este hecho empezó con una campaña de prensa e inspecciones de las autoridades escolásticas en Birmingham, en escuelas islámicas fundamentalistas, legalmente reconocidas en nombre del alegre multiculturalismo inglés de hace algunos años, donde se han encontrado y fotografiado alumnos con vestimenta de combate que gritaban eslóganes en favor del Califato.


Escándalo nacional y promesa del gobierno de vigilar las escuelas religiosas extremistas. Como ha dicho un rabino, como en Birmingham en algunas escuelas islámicas se gritaba «Muerte a los judíos» la ministra decidió que ya habíamos llegado al límite y mandó a los inspectores... a las escuelas judías, para verificar si en ellas se enseñaba la ideología de género y la belleza del «matrimonio» homosexual.


Este punto es importante. Ciertamente existen escuelas islámicas transformadas en centros de adoctrinamiento yihadista. Pero antes de pedir leyes especiales hay que estar atentos a la astucia de la dictadura del relativismo: algunas veces toma prestadas ideas de las escuelas islámicas para proponer medidas contra las escuelas religiosas en general, medidas que después no atacan a quien predica la yihad sino a quien critica el «matrimonio» homosexual.


Las iglesias grandes en Inglaterra, calladas

Cuarto comentario: contra la ministra han reaccionado, y hay que darles todo el mérito, algunos compañeros de partido, el mundo judío, muy celoso de la autonomía de sus escuelas, y algunos grupos protestantes conservadores.


Por ahora, ruidoso silencio por parte de las confesiones religiosas mayoritarias, anglicana y católica. Se supone que durante las celebraciones de los Santos y de los Difuntos los obispos católicos y anglicanos tenías otras cosas que hacer y que intervendrán en breve.


Pero si por el contrario piensan que teniendo un perfil bajo sus escuelas no serán atacadas, esto significaría que no han aprendido nada de hechos similares que ya se han verificado en Inglaterra y en Europa.


(Traducción de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares)



La Lista de Películas del Vaticano

por Steven D. Greydanus

El 17 de marzo de 1995, casi exactamente 10 años antes de su fallecimiento, el Papa Juan Pablo II se dirigió a la asamblea plenaria del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, el que ese año observaba otro aniversario de particular importancia relacionado con la misión para la que fue establecido, celebración también cercana al corazón del Santo Padre: el centenario del cine.


“Desde que la primera audiencia pública en París viera las imágenes en movimiento preparadas por los hermanos Lumière en diciembre de 1895,” dijo el Papa, “la industria cinematográfica se ha convertido en un medio universal que ejerce una profunda influencia en el desarrollo de las actitudes y opciones de la gente, poseyendo una notable habilidad para influenciar a la opinión pública y a la cultura a través de todas las fronteras, tanto sociales como políticas.”


Las observaciones del Papa fueron tanto visiones hacia el futuro, hablando sobre el potencial del cine para convertirse en “un factor cada vez más positivo en el desarrollo de los individuos y en un estímulo para la conciencia de la sociedad como un todo,” cuanto también de mentalidad histórica, hablando positivamente de las contribuciones loables de “muchas producciones que valen la pena durante los cien años de la existencia [del cine].”


Más adelante, ese mismo año, la comisión pontificia entregó un importante punto de referencia para los Católicos interesados en evaluar las “muchas producciones que valen la pena realizadas durante los primeros cien años de la existencia” del cine: una lista con 45 películas, posteriormente conocida como la Lista de Películas del Vaticano.


Aunque suele ser caracterizada, algo erradamente, como “las mejores películas del Vaticano,” la lista no tiene como objeto el establecer de forma definitiva o magistral una lista de las “mejores quince” ni tampoco establecer en particular estas películas como que valieran definitivamente más la pena que otras películas que no fueron incluidas en ella. Titulada simplemente como “Algunas Películas Importantes,” la lista contiene una selección cruzada de películas sobresalientes, elegidas por un comité de doce académicos del cine internacionales nombrados por la cabeza de la comisión pontificia, el Arzobispo John Foley. El Arzobispo Foley ha dicho que esta lista no pretende canonizar las películas que contiene; y, al entregar la lista, la comisión reconoció, “No todas las que merecen mención han sido incluidas.”


La lista contiene tres categorías, “Religión ,” “Valores ,” y “Arte ,” con 15 películas en cada una de ellas. Algunas son favoritas de la mayoría (e.j., It’s a Wonderful Life ; The Wizard of Oz ). Otras tienen una extraordinaria significación moral o espiritual (e.j., A Man for All Seasons ; Schindler’s List ). Es más, hay algunas desafiantes/exigentes de “cine arte” que requieren de estudio crítico avanzado (el misticismo austero de Andrei Rublev y The Sacrifice del director Tarkovski; el grotesco exótico de La Strada y del director Fellini).


La lista incluye comedia (The Lavender Hill Mob ), terror (Nosferatu ), ciencia ficción (2001: A Space Odyssey ; Metropolis ), animación (Fantasia ), deporte (Chariots of Fire ), melodrama familiar (Little Women ), numerosas películas de guerra, y varias películas mudas e incluso una de vaqueros (Stagecoach ).


Esta apertura al cine en todas sus formas refleja la visión articulada por el discurso del Santo Padre a la comisión pontificia. “El juicio general de la Iglesia con respecto a esta forma del arte, tal como con todo arte genuino, es positivo y esperanzador,” declaró Juan Pablo II. “Hemos visto que las obras maestras de este arte del cinematógrafo pueden ser emotivos retos al espíritu humano, capaces de lidiar con temas profundos de gran significación e importancia desde un punto de vista ético y espiritual.”


Al mismo tiempo, el Papa dejó advertencias: “Desafortunadamente, debemos decirlo, algunas producciones cinematográficas merecen críticas y desaprobación, incluso con severidad. Este es el caso cuando una película distorsiona la verdad, oprime la genuina libertad, o muestran escenas de sexo y violencia ofensivas a la dignidad humana.”


Esta advertencia moral también puede verse utilizada en las elecciones reflejadas por la lista de películas del Vaticano. Por ejemplo, el pionero del cine mudo, D. W. Griffith, honrado en esta lista con su ambiciosa épica Intolerance , puede ser mejor conocido por su importante, y profundamente controversial película The Birth of a Nation, una épica de la Guerra Civil estadounidense que contiene una marcada imaginería racista.


Aunque sin dudas Birth of a Nation es una “película importante,” también “merece críticas y desaprobación,” para usar las palabras del Papa, por “distorsionar la verdad” e incluso “oprimir la genuina libertad.” Tales consideraciones pudieron haber jugado un rol a la hora de honrar Intolerance en lugar de Birth of a Nation en la lista.


De la misma forma, la representante de la comedia en la lista, la película del Estudio Ealing The Lavender Hill Mob , puede haber sido incluida por sobre otra película de Ealing del mismo período, tal vez más popular, Kind Hearts and Coronets, por razones morales.


Ambas películas encarnan el humor negro sofisticado, jocoso y subversivo que era la marca registrada de Ealing. The Lavender Hill Mob protagonizada por Alec Guinness y Stanley Holloway como un par de ladrones de oro; Kind Hearts and Coronets protagonizada por Dennis Price como un contrariado y distante heredero de un título que metódicamente asesina a todos sus parientes (todos interpretados por Guinness) que se interponen entre él y el título. ¿Se consideró que el asesino en serie de la comedia negra Kind Hearts and Coronets fuera menos apropiado para la lista del Vaticano que la modesta comedia negra de estafa The Lavender Hill Mob ?


Aunque la lista honra películas que muestran recato en torno a la violencia y sexualidad, no se confina a aquellas que evaden totalmente estos temas — como el patrocinio de la Iglesia en otras artes, históricamente, no ha huido de representaciones de violencia y desnudez. De tal forma que podrán ser encontrados en esta lista de películas: desnudez, contenido sexual, lenguaje profano y obsceno, y violencia explícita.


Pero todas demuestran un nivel de restricción que las distinguen de las producciones que son moralmente indignas. Al reconocer películas que tratan contenidos potencialmente perturbadores la lista vuelve a reflejar el pensamiento de Juan Pablo II, quien escribió en su Carta a los Artistas, “Incluso cuando exploran las profundidades más oscuras del alma o los aspectos más inquietantes de la maldad, los artistas de alguna manera dan voz al deseo universal de redención.”


Al reconocer los méritos de estas películas en particular el consejo no respaldó todo lo que contenían las mismas, o les dio algún tipo de imprimatur o sello de aprobación eclesiástico. Las películas, como cualquier otra obra cultural, son rara vez, si es que alguna, perfectas. Incluso con algunas buenas o importantes, el espectador debe ser capaz de pensar críticamente y separar lo bueno de lo malo.


De tal manera, las películas que aparecen, por ejemplo, en la categorías de “Valores” poseen una valor moral especial, pero eso no quiere decir que sean perfectas incluso en consideración a su contenido moral — y ciertamente no con respecto a su importancia religiosa o artística. Así también, no hay un patrocinio de las ideas religiosas o morales en la categoría “Arte”; estas películas fueron incluidas por haber sido emblemáticas en el arte de la cinematografía, no por sus valores religiosos o morales.


A modo de ejemplo, 2001: A Space Odyssey es justamente reconocida como un extraordinario logro cinematográfico, pero su mitología no teísta sobre la ascensión del hombre es una reflexión de una cosmovisión secular que los cristianos no pueden aceptar. Es posible, a pesar de ello, apreciar el logro de la película sin aceptar su cosmovisión, tal como uno puede apreciar La Iliada sin creer en los dioses griegos. El consejo pontificio también reconoció la importancia religiosa de El Evangelio Según San Mateo del director Pier Paolo Pasolini a pesar de que Paolini mismo era un marxista.


La lista ni es infalible ni autoritaria. Los católicos, razonablemente, podría tener problemas con algunos de los títulos incluidos. Tengo mi propia disputa con la lista, la que en mi opinión incluye tanto la mejor película sobre San Francisco de Asís, dirigida por Rossellini, The Flowers of St. Francis , y la peor película, dirigida por Liliana Cavani, Francesco .


Hay algunos títulos ausentes que yo agregaría con gusto, por sobre todos Journal d´un curé de campagne de Robert Bresson. La adorable película polaca Faustyna también habría tenido méritos para ser considerada, si tan solo hubiese sido estrenada algunos años antes de la aparición de la lista en lugar del mismo año 1995. Tal vez sea incluida cuando se celebren los próximos 100 años del cine.


¿Qué otras películas de los últimos diez años podrían justificar una inclusión a una lista continuadora? Muchas películas celebradas hoy, tales como Million Dollar Baby y Sideways, parecieran improbables de generar mucho interés en una década más. Por otra parte parece probable que The Passion of the Christ tenga, con el pasar del tiempo, un impacto duradero, indicando que sería una obvia candidata. El Arzobispo Foley ha defendido The Passion frente a sus críticos, argumentando que “si son críticos de la película, entonces deben ser críticos del Evangelio.” Juan Pablo II, que puede, o no, haber dicho “Es como fue,” posiblemente habría estado de acuerdo.







Steven D. Greydanus es el autor y creador del sitio The Decent Films Guide (DecentFilms.com) y aparece regularmente en medios católicas. Junto a su esposa Suzanne tiene siete hijos.

@DecentFilms

Copyright © [2005] Steven D. Greydanus. All rights reserved by author. Used by permission. Author is not responsible for translation. Artículo original The Vatican Film List


Todos los derechos reservados. Usar solo previa autorización del autor. El Autor no se hace responsable por la traducción.


Traducido por Alfred Capra con la autorización de Steven D. Greydanus.















Mexico City - The Biggest City in The World

Blues of People

El Papa pide al G-20 que recuerde a los pobres y refugiados y que bloquee el suministro de armas

El Papa Francisco ha pedido a la Cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno, encuentro conocido como G-20, no olvidar a los excluidos y a los desempleados que sufren las consecuencias de la crisis económica mundial.

En la carta que el Pontífice ha enviado al Primer Ministro de Australia, Tony Abbot, encargado de presidir este organismo durante los próximos 15 y 16 de noviembre en Brisbane, exhorta a no olvidar “que detrás de estas discusiones políticas y técnicas están en juego muchas vidas y que sería lamentable que tales discusiones se quedasen sólo en declaraciones de principio”.


En el texto, el Santo Padre denuncia que en el mundo “hay demasiadas mujeres y hombres que sufren a causa de la desnutrición severa, del crecimiento en el número de parados, por el altísimo porcentaje de jóvenes sin trabajo y por el aumento la exclusión social que puede desembocar en la actividad criminal e incluso, en el reclutamiento de terroristas”.


De la misma manera, “hay una agresión constante al ambiente natural, resultado de un consumismo desenfrenado” que “producirá graves consecuencias en la economía mundial”, advierte en la misiva el Santo Padre, que prepara en la actualidad una Encíclica sobre ecología y medio ambiente, como él mismo ha anunciado ya anteriormente.


Precisamente, en relación al cuidado del medio ambiente, ha expresado su deseo de que la agenda de 2015, que será aprobada en el transcurso de esta asamblea, incluya este tema.


La reunión de Brisbane debe tomar en cuenta “la mejora real en las condiciones de vida de las familias más pobres y la reducción de todas las formas de desigualdad inaceptable”, así como “el trabajo decente para todos”.


“Tanto a nivel nacional como a nivel internacional, la responsabilidad con los pobres y marginados debe ser, por lo tanto, un elemento esencial de toda decisión política”, ha subrayado el Papa.


En la misiva el Santo Padre denuncia nuevamente la persecución religiosa a la que son sometidos los cristianos en Oriente Medio y a la grave situación que viven desde la aparición del denominado Estado Islámico.


Por esto, el Papa Francisco pide un acuerdo que lleve, en el marco de la ordenación de la ONU, al “fin definitivo en Oriente Medio de la injusta agresión contra diferentes grupos, religiosos y étnicos, incluidas las minorías”.


Este acuerdo tendría que llevar también “a la eliminación de las causas profundas del terrorismo que ha alcanzado proporciones hasta ahora inimaginables”, entre las que se encuentran “la pobreza, el subdesarrollo y la exclusión”.


El Santo Padre considera que “cada vez es más evidente que la solución a este grave problema no puede ser exclusivamente de naturaleza militar, sino que también debe centrarse en aquellos que de una u otra manera alientan a los grupos terroristas con el apoyo político, el comercio ilegal de petróleo o el suministro de armas y tecnología”.


“También es necesario un esfuerzo educativo y una conciencia más clara de que la religión no puede utilizarse como forma de justificar la violencia”, ha manifestado en el escrito al Primer Ministro de Australia.


“Estos conflictos dejan cicatrices profundas y producen en varias partes del mundo situaciones humanitarias insoportables”, ha indicado el Papa Francisco en relación a uno de los temas que más le preocupan.


El Santo Padre pidió también que los Estados Miembros del G20 “sean ejemplo de generosidad y solidaridad a la hora de hacer frente a las necesidades de las víctimas de estos conflictos, especialmente de los refugiados”.



Urgente e insoslayable

¡Cuántas cosas nos están pasando en España! Llevamos una temporada larga con unos golpes y vaivenes que nos zarandean y aturden; tiempos recios, nada fáciles, pero que no pueden hundirnos o hacer mella en nuestro ánimo. Los tiempos difíciles son los tiempos de la esperanza, que nos invitan a no bajar la guardia, a tener una mirada despejada que se dirige hacia un gran y nuevo horizonte. Con esta esperanza es preciso pensar en el proyecto y empresa común que nos une a las diferentes personas, regiones y pueblos que la integramos: un proyecto, una empresa común, derivada de lo que somos, capaz de forjar ilusión y de generar nuevas gestas en el futuro que se avecina y que hemos de adelantar; necesitamos pensar en el acontecimiento espiritual que somos España, también en la cuestión moral y en la superación de la quiebra humana que nos aqueja, en sí, previa a otras consideraciones.

En los momentos concretísimos en los que estamos ahora, España y este día –«día después a…»– me lleva, además, a hacer unas reflexiones que ofrezco y comparto. Estos momentos nos hacen ver la realidad con sentido de responsabilidad y la mirada puesta en el futuro. Es cierto que la realidad económica es grave, que los casos de corrupción están ahí, que el relativismo nos atenaza, que la crisis de autoridad crece, que las encuestas y los datos que nos ofrecen algunos estudios de la sociología aplicada –ciencia inexacta y nada normativa– nos tienen muy preocupados y tienden a imponerse como norma de conducta y de gobernación.


Todo eso está ocurriendo, es cierto: a ello no podemos resignarnos ni claudicar ante su poder, que no es inexorable. Pero ante ello ni podemos quedarnos con los brazos cruzados, ni sólo emitir opiniones y críticas en tertulias y conversaciones que a poco conducen. Es preciso adoptar las mejores soluciones para superar la situación envolvente que provoca angustia, temor, duda, incertidumbre y perplejidad paralizante en muchos; y lograr, así, un gran respiro y tomar un nuevo impulso en el proyecto común que somos. Sería un una mirada parcial, falseada y bastante miope estimar que lo importante es lo económico; que la riqueza o el enriquecimiento como sea es muy principal; que los votos son algo prioritario y a ellos se han de supeditar otras realidades que no debieran ser sometidas; que los intereses particulares o que el bienestar a toda costa, o que el éxito, aunque sea pasajero, han de anteponerse a otras cosas; que la victoria sobre el adversario, el bien individual o de grupo particular, aunque sea numeroso, está por encima del bien común y compartido; que, en estos momentos, lo mejor es seguir la táctica del puercoespín de guardar la distancia justa para no pincharse y pretender que no haya tensiones, ni «se mueva ni agite nada», aunque sea a costa de la verdad y se imponga el pragmatismo y el utilitarismo; que la libertad individual o de grupo sea omnímoda; o que la libertad de expresión no tenga límite y se la sitúe por encima de todo y se constituya en valor y derecho supremo e incontrovertible; o que, en el fondo,

tienen razón los pícaros y los relativistas.


Es una mirada de estrabismo muy extendida esta que acabo de describir en diversas manifestaciones, mirada que prima ciertos aspectos, y al mismo tiempo olvida y pospone otros aspectos que son previos y básicos. No puede imponerse, como está ocurriendo, aquello de la película de los hermanos Marx: «Tengo estos principios, pero si no le van, se los cambio por estos otros». Lo que nos está sucediendo y el peso de lo que somos y de nuestra historia común compartida nos hace pensar en lo que podemos y debemos apoyarnos y no abandonar para el futuro de España; nos hace pensar en lo que se debería hacer, en cuál es el camino a seguir por encima de otra cosa. Por supuesto, en desterrar el relativismo rampante que nos corroe y destruye por dentro, así como el laicismo envolvente que lo sustenta.


El Papa Benedicto XVI, en su discurso ante el Bundestag, en Alemania, dijo cosas muy importantes e hizo consideraciones que, en la coyuntura actual de España, haríamos muy bien todos –tanto políticos, como profesionales o responsables en los medios de comunicación, como el resto de la población con el rasgo o la responsabilidad que se tenga en ella– en atender, escuchar y asumir. Algo que es básico y sin lo cual difícilmente, si no imposible, podemos organizarnos para el bien común (concepto y palabra que ha desaparecido del espacio público), y con el esfuerzo (otra expresión borrada del espacio público) común de todos, que a todos incumbe si queremos y apostamos por un futuro. Una tentación o medida parcial, y no de base, puede ser el «éxito» político, o el «benefi cio material».


«La política debe ser un compromiso para la justicia y crear así las condiciones básicas para la paz». Esto que el Papa Benedicto refería directamente a los políticos, es también fundamental para todos en la sociedad con la que de una u otra manera tenemos un compromiso, que siempre es político.


«Naturalmente, dijo el Papa, un político buscará el éxito, que de por sí le abre la posibilidad a la actividad política efectiva. Pero el éxito está subordinado al criterio de la justicia, a la voluntad de aplicar el Derecho y a la comprensión del Derecho. El éxito puede ser también una seducción y, de esta forma, abre la puerta a la desvirtuación del Derecho, a la destrucción de la justicia ... Servir al Derecho y combatir el dominio de la injusticia es y sigue siendo el deber fundamental del político» (Benedicto XVI), y de todo ciudadano e institución dentro de la sociedad. Estimo que ésta es una consideración fundamental e imprescindible en los momentos precisos en que nos encontramos. Esto tiene muchísimas consecuencias. No tener esto en la base y en el fundamento de toda actividad, humana y pública, que debería conducir al bien común, es caminar en dirección contraria a lo que, en verdad, puede hacernos avanzar; olvidar esto podría conducirnos hacia el caos.


© La Razón



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