Pages

vendredi 5 septembre 2014

Francisco, portada de «Fortune» por un artículo que desmonta mitos sobre los dineros del Vaticano

Lo llaman «gestor de élite», un apelativo que se suma a aquel de «CEO ejemplar» que le dio The Economist en clara referencia a la manera como el Papa Francisco ha tomado la batuta para ocuparse de algunos necesarios remozamientos en la Iglesia católica.

A estas alturas del pontificado de Francisco parece ya no ser novedad que una de las publicaciones de negocios más antiguas y conocidas del mundo (la revista Fortune fue fundada en 1930) se ocupe de un personaje al que la competencia directa de Fortune –Forbes Magazine– consideró el hombre más influyente del año 2013 y al que también dedicó su portada.


Un artículo casi apologético, por veraz

Pero el artículo de Shawn Tully y la portada que Fortune otorga en su edición de septiembre de 2014 al Papa Francisco van más allá de tratar el vuelco de imagen que ha supuesto para la Iglesia en general, y para el Vaticano en particular, la llegada del primer pontífice argentino a la cátedra de san Pedro. Es verdad que el escrito («This pope means business») refiere las reformas financieras emprendidas en el Vaticano, la inclusión de grandes firmas como KPMG, Ernst and Young, Deloitte and Touche o McKinsey and Co., en ese proceso, o la capacidad de particular liderazgo del Papa Bergoglio para llevar adelante todo eso; pero Fortune Magazine se ocupa también de un aspecto de las finanzas vaticanas que, tal vez sin pretenderlo, desmonta las leyendas negras en torno a las supuestas riquezas de la Iglesia y que bien podría calificarse de apología. Y esto es una síntoma significativo de buen periodismo: ese que dice las cosas que no se quieren creer porque van a menoscabo del imaginario popular.


En uno de los amplios párrafos del reportaje central de la revista se habla del inestable estado financiero de la Santa Sede: «Su riqueza es mucho más modesta que su imagen suntuosa», puntualiza. Shawn Tully, autor del artículo, explica la triple procedencia del dinero que maneja la Iglesia: 1) el mismo Vaticano, 2) las órdenes religiosas y 3) las diócesis esparcidas en todo el mundo. La economía de órdenes religiosas y diócesis funciona autónomamente, si bien ambas hacen llegar fondos al Vaticano, el cual los destina, sobre todo, a las misiones o a obras de caridad del Papa. En todo caso, según Fortune, esas contribuciones son insuficientes pues apenas representan el 4,5% de los ingresos totales.


¿De dónde procede el resto? Fortune explica que la fuente «Vaticano» supone dos entidades prácticamente independientes: por una lado la que opera al Estado de la Ciudad del Vaticano (entidad homologable a un gobierno municipal de tamaño medio) y, por otra, la Curia Romana, el ente central que apoya al Papa en el gobierno de la Iglesia católica y cuya sede está precisamente en la Ciudad del Vaticano.



La Ciudad del Vaticano, en cuanto estado independiente, tiene como principal medio de ingresos a los Museos Vaticanos y el sector turismo. Gracias a esto en los últimos años ha tenido un superávit de no pocos millones (en 2013 gastó 332 millones de euros y tuvo un beneficio de 377 millones. El superávit fue de 45 millones de euros). ¿En qué se ocupan esos millones de beneficio? En pagar las pensiones de los empleados jubilados del Vaticano.


Bajos salarios, pequeña cartera de valores

Pero como también hay que apoyar los gastos de la Curia Romana, que no genera ingresos sino sólo egresos, entonces los beneficios resultan insuficientes. Piénsese, por ejemplo, en que tan sólo la Radio Vaticana tiene 330 empleados, gasta 37 millones anuales y apenas ingresa un millón por concepto de publicidad. Las nunciaturas del Vaticano en los países con los que éste tiene relaciones diplomáticas supone otro gasto fuerte: 30 millones al año para las 113 representaciones diplomáticas de la Santa Sede.


Pagar los salarios de los 4,822 empleados que tiene el Vaticano y la Curia Romana representan otro egreso fortísimo. Aunque algunos de los «empleados» son eclesiásticos o monjas, ya a estos, como dice Fortune, se les paga salarios relativamente bajos (28,000 dólares al año, lo que supone un 25% menos que el promedio de 37,800 dólares que percibe un trabajador italiano medio del sector privado). De cualquier manera, tres cuartas partes de los empleados del Vaticano son laicos.


Finalmente Fortune menciona otro punto de la economía inestable del Vaticano: «Sus ingresos provenientes de las inversiones -casi la mitad del total- son impredecibles, y los rendimientos son mucho más bajos de lo que deberían ser. La Santa Sede no posee una fuente confiable de ganancias del banco del Vaticano o IOR. El IOR (Instituto para las Obras Religiosas) ofrece regularmente alrededor de $70 millones para los ingresos de explotación. Tal vez la característica más sorprendente de las finanzas del Vaticano es el tamaño extremadamente modesto de su cartera de acciones, bonos y bienes raíces».


Tratándose de una revista de negocios era comprensible que la investigación se centrara en ese campo. El resultado del trabajo no sólo muestra –en término de imagen– la buena salud que goza el Papa también en 2014 sino que también redimensiona esas construcciones más o menos fantásticas en torno a los dineros que realmente maneja el Vaticano.



«La Iglesia nos pide cambios, dejar las estructuras caducas y tomar los odres nuevos», dice el Papa

El Evangelio “es novedad”, Jesús nos pide que “dejemos de lado las estructuras caducas”. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta.

El Pontífice subrayó que el cristiano no debe ser “esclavo de tantas pequeñas leyes”, sino abrir el corazón al mandamiento nuevo del amor.


El Papa recordó que los escribas quieren poner en dificultad a Jesús y le preguntan por qué sus discípulos no ayunan. Pero el Señor – dijo – no cae en la trampa y responde hablando de fiesta y de novedad. Francisco se inspiró en un pasaje del Evangelio del día para detenerse precisamente en la novedad que trajo Jesús y que exhorta a poner el vino nuevo en odres nuevos:


“A vino nuevo, odres nuevos. La novedad del Evangelio. ¿Qué cosa nos trae el Evangelio? Alegría y novedad. Estos doctores de la ley estaban cerrados en sus mandamientos, en sus prescripciones. San Pablo, hablando de ellos, nos dice que antes de que llegara la fe – es decir Jesús – todos nosotros estábamos custodiados como prisioneros bajo la ley. Esta ley de esta gente no era mala: custodiados pero prisioneros, en espera de que llegara la fe. Esa fe que habría sido revelada en el mismo Jesús”.


El pueblo – observó el Papa – “tenía la ley que le había dado Moisés”; y después tantas de estas “costumbres y pequeñas leyes” que habían codificado los doctores. “La ley – comentó Francisco – los custodiaba, ¡pero como prisioneros! Y ellos estaban en espera de la libertad, de la definitiva libertad que Dios habría dato a su pueblo con su Hijo”. De modo que la novedad del Evangelio – subrayó – “es ésta: es para rescatar de la ley”:


“Alguno de ustedes puede decirme: ‘Pero, Padre, ¿los cristianos no tienen ley?’; ¡Sí! Jesús ha dicho: ‘Yo no vengo a abolir la ley, sino a llevarla a su plenitud. Y la plenitud de la ley, por ejemplo, son las Bienaventuranzas, la ley del amor, el amor total, tal como Él – Jesús – nos ha amado. Y cuando Jesús reprocha a esta gente, a estos doctores de la ley, les reprocha no haber custodiado al pueblo con la ley, sino de haberlo hecho esclavo de tantas pequeñas leyes, de tantas pequeñas cosas que se debían hacer”.


Cosas que hay que hacer – añadió el Papa – “sin la libertad que Él nos trae con la nueva ley, la ley que Él ha sancionado con su sangre”. Y ésta – reafirmó – “es la novedad del Evangelio, que es fiesta, es alegría y es libertad”. Es “precisamente el rescate que todo el pueblo esperaba” cuando estaba “custodiado por la ley, pero como prisionero”. Es esto lo que Jesús quiere decirnos: “A la novedad, novedad; a vino nuevo, odres nuevos. Y no tengas miedo de cambiar las cosas según la ley del Evangelio”:


“Pablo distingue bien: hijos de la ley e hijos de la fe. A vino nuevo, odres nuevos. Y por esto la Iglesia nos pide, a todos nosotros, algunos cambios. Nos pide que dejemos de lado las estructuras caducas: ¡no sirven! Y que tomemos odres nuevos, los del Evangelio. No se puede comprender la mentalidad – por ejemplo – de estos doctores de la ley, de estos teólogos fariseos: no se puede entender su mentalidad con el espíritu del Evangelio. Son cosas distintas. El estilo del Evangelio es un estilo diverso, que lleva la ley a la plenitud. ¡Sí! Pero de un modo nuevo: es el vino nuevo, en odres nuevos”.


“El Evangelio – dijo también Francisco – ¡es novedad! ¡El Evangelio es fiesta! Y sólo se puede vivir plenamente el Evangelio con un corazón gozoso y con un corazón renovado”. “Que el Señor – fue la invocación final del Papa – “nos de la gracia de esta observancia de la ley. Observar la ley – la ley que Jesús ha llevado a su plenitud – en el mandamiento del amor, en los mandamientos que vienen de las Bienaventuranzas”. Que el Señor – concluyó – nos dé la gracia de “no permanecer prisioneros”, sino que “nos dé la gracia de la alegría y de la libertad que nos trae la novedad del Evangelio”.


Un ejemplo de renovación de estructuras caducas: el padre Mallon y la expulsión de okupas parroquiales



Dahmane El Harrachi - The best of

«La Iglesia de este tiempo necesita misioneros en las redes sociales, dar testimonio en los medios»

El jueves 4 de septiembre concluyó el Seminario de Comunicación para Obispos de la Región Bolivariana (Venezuela, Perú, Bolivia) que se lleva a cabo en Tarata Cochabamba, con el patrocinio del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales y del CELAM.

´La Iglesia en estos tiempos necesita tener misioneros en las redes sociales, buscando formar comunidades de fe que den testimonio con los medios y lenguajes actuales. No es posible seguir evangelizando a los que están dentro de la Iglesia cuando sabemos que existen millones de seres humanos principalmente jóvenes que no conocen a Dios y que están pidiendo a gritos que la Iglesia pueda acompañarlos desde su realidad. 
Los medios de comunicación en la Iglesia deben buscar dialogar con la gente, escucharlos, conocer sus necesidades y esperanzas, hoy la comunicación debe llevarnos a la comunión, de lo contrario la Iglesia no podrá evangelizar´.



Estos fueron algunos de los contenidos de los cuatro días de seminario, que inició el lunes pasado con una misa presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, Oscar Aparicio y que reunió a obispos de Bolivia, Perú y Venezuela.


Mons. Claudio María Celli, Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales (PCCS), dio inicio al Seminario de Comunicación para Obispos de la Región Bolivariana con la exposición del tema: “Comunicación al servicio de la comunión”. Mons. Celli resaltó que este espacio es un momento privilegiado para reflexionar juntos sobre la misión evangelizadora de la Iglesia.


Mons. Celli dijo que “la Iglesia existe para comunicar y anunciar el evangelio, con lenguajes distintos, ver como juntos podemos reflexionar el modo en el que debemos anunciar a Jesús, porque esta es la misión permanente en la iglesia, hacerlo hoy en esta realidad latinoamericana”.


El presidente de la PCCS recalcó la importancia de que los obispos reflexiones y aprendan, pues aunque tengan presente el evangelio en el corazón; sin embargo las tecnológicas de hoy tienen un lenguaje propio y es necesario entenderlo y saberlo utilizar.


“En el continente digital la iglesia debe emplear un lenguaje que el hombre y mujer debe entender, este es el momento nuestro, la tarea de estos seminarios es reflexionar sobre comunicación y ver cómo hacer para que el anuncio del evangelio pueda llegar a las periferias existenciales”.


El Papa Francisco utiliza el internet porque quiere estar en contacto con las personas", afirmó. "Y los obispos como pastores de la Iglesia deben tener sabiduría y audacia para llegar a la gente a través de estos medios, por tanto los los medios de comunicación de la Iglesia deben servir para dialogar con la gente, para conocer sus necesidades, sus dudas y esperanzas".


Si usted desea apoyar a ReL para que siga evangelizando en Internet y crezca en las redes sociales, haga clic aquí