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mardi 16 septembre 2014

Dahmane El Harrachi - The best of

Sin cercanía a la gente y sin sembrar esperanza, la predicación es vanidad, avisa el Papa Francisco

Se pueden hacer bellas prédicas, pero si no se está cerca de las personas, si no se sufre con la gente y no se da esperanza, esas prédicas no sirven, son vanidad.

Lo dijo el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada este martes 16 de septiembre en la Capilla de la Casa de Santa Marta, día en que la Iglesia recuerda a los Santos mártires Cornelio, Papa, y Cipriano, obispo.


El Evangelio del día habla de Jesús que se acerca a un cortejo fúnebre: una viuda de Naím ha perdido a su único hijo. El Señor realiza el milagro de devolver la vida al joven – recordó el Papa – pero hace más: está cerca. “Dios – dice la gente – ha visitado a su pueblo”. Cuando Dios visita “hay algo más, hay algo nuevo”, “quiere decir que su presencia está especialmente allí”. Jesús está cerca:


“Estaba cerca de la gente. Dios cercano que logra comprender el corazón de la gente, el corazón de su pueblo. Después ve el cortejo, y el Señor se acerca. Dios visita a su pueblo, en medio de su pueblo, y acercándose. Cercanía. Es la modalidad de Dios. Y después hay una expresión que se repite en la Biblia, tantas veces: ‘El Señor tuvo gran compasión’. La misma compasión que tenía, dice el Evangelio, cuando vio a tanta gente como ovejas sin pastor. Cuando Dios visita a su pueblo, está cerca de él, se acerca a él y siente compasión: se conmueve”.


“El Señor – prosiguió diciendo Francisco – se siente profundamente conmovido, como lo estuvo ante la tumba de Lázaro”. Como se conmovió aquel Padre “cuando vio volver a casa a su hijo” pródigo:


Cercanía y compasión: así el Señor visita a su pueblo. Y cuando nosotros queremos anunciar el Evangelio, llevar adelante la Palabra de Jesús, éste es el camino. El otro camino es el de los maestros, el de los predicadores de aquel tiempo: los doctores de la ley, los escribas, los fariseos… Alejados del pueblo, hablaban… bien: hablaban bien. Enseñaban la ley, bien. Pero alejados. Y ésta no era una visita del Señor: era otra cosa. El pueblo no sentía esto como una gracia, porque faltaba la cercanía, faltaba la compasión, es decir, padecer con el pueblo”.


“Y hay otra palabra – subrayó el Papa – que es propia de cuando el Señor visita a su pueblo: ‘El muerto se incorporó y se puso a hablar, y Él – Jesús – se lo dio a su madre’”:


Cuando Dios visita a su pueblo, devuelve la esperanza al pueblo. Siempre. Se puede predicar la Palabra de Dios brillantemente: en la historia hubo tantos buenos predicadores. Pero si estos predicadores no fueron capaces de sembrar esperanza, esa prédica no sirve. Es vanidad”.


Viendo a Jesús que devolvió el hijo vivo a su mamá – concluyó el Papa su homilía – “podemos entender lo que significa una visita de Dios a su pueblo. Y pedir como gracia que nuestro testimonio de cristianos sea portador de la visita de Dios a su pueblo, es decir, de la cercanía que siembra la esperanza”.



«Los compromisos electorales hay que cumplirlos», dice el portavoz de los obispos sobre el aborto

Si la nueva ley para la protección del concebido y de los derechos de la mujer embarazada no llegara a aprobarse, sería «una mala noticia».

Así se manifestó este lunes el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo, en el marco de la celebración de la VIII Semana de Pastoral en Salamanca. Ante la nueva polémica que ha generado la reforma legislativa prevista por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, Gil Tamayo subrayó que «los compromisos electorales plasmados en un programa, hay que cumplirlos para orientación de los votantes».


El secretario general del Episcopado puso además de manifiesto que la elección por la vida es «una opción de humanidad» y que el proyecto de ley del aborto «tutelado por el ministro de Justicia abría puertas a un cambio sustancial de pasar de la ley de plazos a una ley de supuestos».


Esta visión, que es la que han mantenido los obispos desde que se dieran a conocer los primeros detalles de la reforma, es la que ayer también argumentó Gil Tamayo: «Miraba con benevolencia al ser más inocente que hay que defender y conciliar con los derechos de la madre, que es el del no nacido».


En esta misma línea, también quiso poner de relieve que «si hoy cuesta sacar adelante una ley que tutele un poco más la defensa de la vida humana desde el momento de la concepción es que algo está pasando y tenemos un déficit de humanidad en la sociedad».


En este sentido, estimó que la Iglesia está llamada a «hacer su examen de trabajar por ayudar a la mujer y a la vida del ser concebido y no nacido dentro de ese marco general de propuesta de servicio que nos pide el Evangelio».



Gádor Joya: «Rajoy está demostrando hasta ahora ser un discípulo de Zapatero en el tema del aborto»

Derecho a Vivir ha presentado en la mañana del martes su V Marcha por la Vida que se celebrará el próximo domingo 21 de septiembre, bajo el lema ‘S.O.S. España: No más plazos sin cumplir. Derogación del aborto ya’.

Durante la rueda de prensa, su portavoz, Gádor Joya, se ha dirigido al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para preguntarle sobre las últimas informaciones que apuntan que el Ejecutivo habría tomado ya la decisión de descartar la tramitación de una nueva legislación que proteja mejor los derechos del concebido y de la mujer embarazada en contra de lo prometido en su programa electoral porque “el silencio del señor Rajoy es un desprecio a los españoles que quieren saber qué piensa hacer con la ley del aborto”.


En este sentido, la portavoz de la plataforma ha subrayado que “el señor Rajoy es el presidente bajo cuyo mandato han muerto más seres humanos por culpa del aborto”, por lo que, según Joya, “está demostrando ser hasta ahora un discípulo de Zapatero en el tema del aborto”.


La portavoz de Derecho a Vivir ha incidido en este argumento, al asegurar que el próximo día 21, en la V Marcha por la Vida que se desarrollará en cincuenta convocatorias coincidentes en España y el extranjero, “salimos a la calle a exigir al señor Rajoy que dé la cara y cumpla con su programa electoral”.


En este sentido, la plataforma ha mostrado un vídeo titulado ‘Promesas incumplidas’, en que se recuerda cómo el presidente del Gobierno aseguraba que “el programa electoral no es un puñado de promesas” y que “ya no es tiempo ni de anuncios, ni de rectificaciones, ni de excusas”.



Infames y deshonrados

Quienes hemos sido empujados a la soledad y señalados como pájaros de mal agüero por los moderaditos ya estamos afónicos y hartos de gritar en el desierto. Me permitirán, pues, que cite un artículo que publiqué en este mismo periódico, el pasado 8 de abril de 2013, por el que me gané la ojeriza de muchos amigos a los que les gusta ser acunados con cuentos de hadas: «Las legislaciones abortistas siempre las impulsa el partido socialista; pero, ¿quién ha permitido que la mentalidad abortista arraigue y se consolide cada vez más entre la sociedad española? Sin duda, el partido conservador, dejando que tales legislaciones se asienten. Y aun me atrevería a señalar un aspecto más trágico: mientras gobiernan los socialistas, sus legislaciones abortistas se tropiezan con una resistencia contumaz por parte de sectores de la sociedad española que son naturalmente antiabortistas; pero que, cuando gobiernan los conservadores, se relajan en su celo y abandonan las posiciones de resistencia que habían mantenido antes.

De esta actitud dimisionaria ha tomado buena nota el partido conservador, que así puede actuar de modo perfectamente hipócrita: combatiendo, mientras se halla en la oposición, leyes que ni siquiera se planteó derogar mientas gobernó, a sabiendas de que cuando vuelva a gobernar tampoco las derogará; pero sirviéndose, entretanto, de la gente bienintencionada que piensa –o quiere pensar: wishful thinking– que las derogará».


Parece que, fiel a su designio, el partido conservador no reformará la ley del aborto. Pero, a veces, de los grandes males se desprenden bienes mayores: así no tendríamos que aguantar a quienes dan lecciones de paladines en la lucha por la vida, urdiendo eufemismos merengosillos y condenando al ostracismo, por extremistas, a los que dicen sin paños calientes ni sentimentalismos de baratillo que el aborto es un crimen. También será una oportunidad excelente para que se retratase ese clericalismo regaloncillo que, con la excusa fatigosa del mal menor, ha impedido que los católicos españoles tengan representación política, negando las evidencias y expulsando de la lista de católicos oficiales a todos los que se han atrevido a disentir.


No quisiera que mis palabras agrias salpiquen a la única persona del partido conservador que se está comportando con nobleza, el ministro Alberto Ruiz-Gallardón, odiado por sus propios conmilitones (por envidia cochina y renegrida, pues saben que tiene más talento y más valía que todos ellos juntos) y diana de todos los vituperios por parte de los zombis que se han dejado abducir por diversos lidereses y lideresas que comulgan todos los domingos y fiestas de guardar… la libertad de horarios. Resulta, en verdad, paradójico que un político estigmatizado por progre haya sido el único que a la postre se ha dejado partir la cara por defender (en una defensa todo lo defectuosa que ustedes quieran, pero defensa solitaria y valerosa) la vida gestante. A Gallardón quiero enviar hoy mi abrazo cordial; y decirle que, aunque ante los ojos del mundo parezca un hombre derrotado, somos muchos los que hoy lo vemos aureolado de una trágica y gallarda dignidad, entre la chusma cambalachera y arriolesca que acampa en su partido, siempre deseosa de contentar a todos (¡y a todas, oiga!).


Y brindo a Gallardón como consuelo y bálsamo de sus penas esta meditación de San Francisco de Sales, que viene pintiparada para la chusma arriolesca: «Lo cierto es, Filotea, que quien quiere tener honra y fama con todos, con todos las pierde; y con razón debe perder la honra y la fama quien quiere tenerlas entre aquellos a quienes sus vicios hacen verdaderamente infames y deshonrados». Vale (que dirían los clásicos).


© Abc