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dimanche 5 avril 2015

¡Ha resucitado, aleluya!



Le invito a escuchar el audio de esta reflexión en el siguiente vínculo:



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Queridos amigos y hermanos de ReL: «Resurrexit, alleluia» - «¡Ha resucitado, aleluya!». Este es el anuncio gozoso de la Pascua, que nos llega para hacer más firme nuestra esperanza.


«Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado» (Lc 24,5-6). El Ángel consuela así a las mujeres que habían ido al sepulcro. Así nos repite a nosotros la liturgia pascual: ¡Cristo ha resucitado, Cristo está vivo entre nosotros! «La muerte ya no tiene dominio sobre Él» (Rm 6,9).


«¡Resurrexit!» Hoy Tú, Jesucristo, Redentor del hombre, te levantas victorioso del sepulcro para ofrecer también a nosotros, turbados por tantas sombras que nos amenazan, tu promesa de gozo y de paz.


A ti, Cristo, nuestra vida y nuestro guía, se dirija quien esté tentado por el desánimo y la desesperación, para escuchar el anuncio de la esperanza que no defrauda. En este día de tu triunfo sobre la muerte, que la humanidad encuentre en ti, Señor, la valentía de oponerse a tantos males que nos afligen.


Que encuentre, en particular, la fuerza para hacer frente al inhumano, y por desgracia extendido, fenómeno del fundamentalismo y del terrorismo, que niega la vida y vuelve perturbada e insegura la existencia cotidiana. Que tu sabiduría ilumine a los hombres de buena voluntad en el compromiso inevitable contra esta plaga.


Tú, primogénito de muchos hermanos, haz que cuantos se sienten hijos de Abraham descubran la fraternidad que los une y los mueva a propósitos de cooperación y de paz.


¡Escuchad todos los que os interesáis por el futuro del hombre! ¡Escuchad, hombres y mujeres de buena voluntad! Que la tentación de la venganza abra paso a la valentía del perdón; que la cultura de la vida y del amor haga vana la lógica de la muerte; que la confianza vuelva a reanimar la vida de los pueblos. Si nuestro futuro es único, es un compromiso y un deber de todos construirlo entre todos y en Cristo.


«Señor, ¿a quién vamos a acudir?» Sólo Tú, que has vencido a la muerte, «tienes Palabras de vida eterna» (Jn 6,68). A ti dirigimos con confianza nuestra oración. Ayúdanos a trabajar sin cesar para que venga ese mundo más justo y solidario que Tú, resucitando, has inaugurado.


En este esfuerzo está a nuestro lado aquella que creyó que se cumplirían las Palabras del Señor (cf. Lc 1,45). ¡Dichosa tú, María, testigo silencioso de la Pascua! Tú, Madre del Crucificado resucitado, enséñanos también a nosotros a ser, testigos convencidos y gozosos del mensaje de vida y de amor del Redentor resucitado.


«Resurrexit, alleluia» - «¡Ha resucitado, aleluya!». ¡Feliz Pascua de Resurrección queridos amigos y hermanos.


Con mi bendición.

Padre José Medina



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