Pages

vendredi 27 mars 2015

Jesús iba a morir, no sólo por la nación, sino por los hijos de Dios

Evangelio según san Juan 11, 45-57

En aquél tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en el.


Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.


Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron:

- «¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación.»


Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo:

- «Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera.»


Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos.


Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente con los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos.


Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban:

- «¿Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta?»


Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.


Señor Jesús, a nosotros sí nos conviene que alguien pague nuestras deudas con el Padre. Tú lo has hecho con infinito amor. Quiero buscarte siempre, estar contigo, aprender de ti, alabarte y agradecerte que seas mi Salvador.



Aucun commentaire: