«Salió del vehículo y la gente se sorprendió cuando le vieron frente a sus viviendas», ha dicho el párroco Aristide Sana, que se trasladó a toda prisa al lugar cuando se enteró en el último minuto de la parada imprevista del Papa.
Las imágenes televisivas mostraron a Francisco rodeado de personas, en su mayoría de Perú y Ecuador, según ha agregado Sana. «¿Cuántos de ustedes aquí hablan español?», preguntó el Pontífice.
Sana, cuyos feligreses llevan comida y ropa al poblado, ha afirmado que en la comunidad, compuesta por unas 150 personas, también vive gente procedente de Rusia, Eritrea, Ucrania y Polonia. El Papa, que ha hecho de la preocupación por los pobres el pilar central de su papado, era conocido en Buenos Aires por sus frecuentes visitas a las «villas miseria» de la ciudad.
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