No hay mejor piropo para un escritor profesional como yo que ser la “pluma del Espíritu Santo”. De ese modo me “bautizó” un sacerdote, tras leer sucesivamente los libros “Padre Pío” y “Así vence al demonio”. Pese a ser autor de una treintena de títulos sobre la Guerra Civil española, los Borbones o temas de actualidad, y haber ejercido el periodismo durante más de veinte años en las redacciones de El Mundo, Expansión o Capital, no existe privilegio ni satisfacción mayor que convertirse en instrumento, aunque miserable, de Nuestro Señor Jesucristo poniendo a pleno rendimiento el don de la escritura que Él me ha dado. Escribir las dos obras que acabo de citar, además de Las apariciones de El Escorial, e impartir charlas y conferencias en multitud de parroquias me ha servido para intentar ser mejor persona y, sobre todo, para ayudar a los demás a descubrir o redescubrir al Señor. Son incontables los testimonios de conversiones y/o curaciones que, por intercesión de san Pío de Pietrelcina, sigo recibiendo en el correo electrónico de mi página http://ift.tt/18m81jB de personas de todos los rincones de España y de otros muchos del extranjero. En mi vida hay un antes y un después de la irrupción en ella del Padre Pío. Desde entonces, frecuento los Sacramentos, en especial la Eucaristía y la Penitencia, y rezo cada día el Santo Rosario. La devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María son fuentes seguras para caminar por esta sociedad que reniega de Jesucristo. Dios quiera llenar ahora con letra clara los mensajes de este humilde blog. Facebook: http://ift.tt/15Ly7zy |
jeudi 4 décembre 2014
Fernando Martín, in memoriam
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